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LAS VÍRGENES PRUDENTES Y LAS INSENSATAS

Un sermón escrito por Dr. R. L. Hymers, Jr., Pastor Emérito
Y predicado por Dr. Christopher L. Cagan
en el Tabernáculo Bautista Chino
La Tarde del Día del Señor, 16 de Noviembre, 2025


Este sermón es una versión abreviada y editada de una dada por el Dr. Asael Nettleton durante el Segundo Gran Despertamiento. El texto es de la parábola de las diez vírgenes. A menudo se predicó durante el Primero y Segundo Gran Despertamientos, y otros avivamientos, que se aplica a los perdidos y a los salvos.

“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.” (Mateo 25:1-4).

Permítanme añadir algo. Este pasaje se refiere únicamente a los miembros de la iglesia, a quienes se dicen Cristianos. ¡Así que se refiere a ti! Esto se debe a que a estas personas se les llama “vírgenes.” En la Biblia, a los pecadores del mundo no se les llama “vírgenes.” No se les llama así. Por lo tanto, esto se refiere a los miembros de la iglesia – y se refiere a ti.

Todas las personas en una iglesia son divididas en dos grupos distintos. Cristo llama estos dos grupos prudentes e insensatos.

I. Primero, ¿qué es requerido en la verdadera conversión del prudente?

Algunos son llamados “prudentes,” porque están preocupados por la salvación de sus almas. La preocupación por el alma es una señal de sabiduría porque lo que sucede a tu alma es muy importante. La Biblia dice, “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría” (Proverbios 9:10). “Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento (Daniel 12:3).”

Por otra parte, descuidando la salvación del alma es una señal de gran insensatez. [Algunos de ustedes están haciendo precisamente eso.] A aquellos que descuidan la salvación de sus almas se les llama “insensatos” y “necios” en la Biblia. La diferencia entre el sabio y el necio puede parecer pequeño. Pero para Dios son tan diferentes como la luz y la oscuridad. Así, los sabios son llamados “hijos de la luz” y los necios se dice que están “en la oscuridad.” Así que en esta parábola es claro que Cristo hace una gran diferencia entre los “prudentes” y los “insensatos.”

Es claro en la parábola que la diferencia no está en asistencia a la iglesia – porque ambos grupos representan a aquellos que asisten a la iglesia. Todos ellos parecen ir a la iglesia, y todos ellos piensan que son convertidos. Todos ellos han hecho una profesión de fe. Todos ellos creen en Jesús mentalmente. Todos ellos “pasan al frente a conocerlo” Él. Así que la gran diferencia entre el prudente y el insensato no es que los prudentes creen la Biblia y los insensatos no. Todos ellos “tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo” (que es el Cristo). Ambos grupos estaban en la iglesia. Ambos grupos dijeron que creían en Cristo. Pero los “prudentes” tienen ciertas características que los “insensatos” no tienen.

1. Un fuerte compromiso con la causa de Cristo. Dios requiere que le des tu corazón. Él ordena, “Dame tu corazón.” Si no le das tu corazón a Cristo no puedes hacer ningún servicio verdadero para Dios. “No podéis servir a Dios y a las riquezas.” Un fuerte compromiso con Cristo y Su Iglesia es absolutamente necesario. Un compromiso falso es repugnante.

2. Estar dispuesto a renunciar al mundo. “Por lo tanto salid de entre ellos y apartaos, dice el Señor.” “La amistad del mundo es enemistad con Dios.” “El que quiera ser amigo del mundo es enemigo de Dios.” “No os conforméis a este mundo, sino a toda palabra.”

3. Estar dispuesto a sufrir por Cristo. “El que quiera vivir piadosamente en Cristo Jesús, sufrirá persecución.” Debe estar dispuesto a sufrir la vergüenza y el oprobio para la causa de Cristo. Si él no está preparado para esto, no está preparado para ser convertido.

4. Estar dispuesto a participar en todos los deberes de un Cristiano. “El que dice, lo conozco, y no guarda sus mandamientos es un mentiroso, y la verdad no está en él.” Si hay algún deber que no tiene intención de realizar, no sería prudente clamar la conversión.

5. La fe en Cristo. Un “fe” vacía no es suficiente, “porque los demonios creen y tiemblan.” Verdadera fe en Cristo hace el Cristianismo verdadero, y cambia todo el estilo de vida. “Esa fe que obra por el amor y purifica el corazón – que vence al mundo.”

6. El nuevo nacimiento es incluido – porque sin el nuevo nacimiento no puede haber verdadera conversión. “Todo el que ama ha nacido de Dios.” Y así verdadera fe y verdadero amor, son el fruto del nuevo nacimiento. “Los que están en la carne no pueden agradar a Dios.” “La mente carnal es enemistad contra Dios.” Sin el cambio que se produce en el nuevo nacimiento no puedes ser amigo de Dios. Y sin este cambio no puedes ser hijo de Dios. Los que han nacido de nuevo encuentran que “las cosas viejas pasaron y todas las cosas son hechas nuevas.” Esto es lo que se entiende por una persona “sensata” que es convertida.

II. Segundo, ¿por qué algunos dicen ser convertidos cuando no lo son?

En los primeros días del Cristianismo, la persecución y el martirio detuvo a muchos de hacer falsas profesiones de conversión. Esto sigue siendo cierto en los países Comunistas y las tierras Musulmanas. Pero aún allí algunos han hecho falsas profesiones de conversión. Si el temor a la persecución y la muerte estuviera aquí, el número de falsos conversos sería mucho menos de lo que es.

Una de las razones de que muchos profesan ser convertidos cuando no lo son es por la influencia de malos ejemplos. Ellos ven personas que profesan ser convertidas dejar la iglesia, “que creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan” – es decir, “se van, se alejan” (Reinecker). Ellos ven personas que “van” [van en su camino], porque son “ahogadas por las preocupaciones…de esta vida” (Lucas 8:14). Después de unos años han visto a esta misma gente negar la idea misma de la conversión. Algunos han llegado incluso a ridiculizar la idea de la conversión. Y sin embargo se han atrevido a decir que eran Cristianos. Esto confunde a los no convertidos que permanecen en la iglesia, y empiezan a pensar que no hay tal cosa como la conversión. Por lo tanto, se vuelven como las vírgenes insensatas, de las cuales Cristo advirtió, “Las insensatas tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite.”

Otros continúan durante mucho tiempo en un estado de preocupación ansiosa, bajo convicción, sin encontrar alivio. Después de un tiempo se endurecen sus conciencias, y poco a poco se asilencian, y así “Las insensatas tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite.”

Otra persona, bajo profunda convicción, piensa que ha hecho ya demasiado. Se cansa y se desanima, y finalmente decide que no hay tal cosa como la conversión, y así se volverá como las “insensatas [que], tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite.”

Otro, que está bajo gran convicción, mira a su alrededor para conseguir algún alivio. Entonces tiene una sensación emocional que es convertido. Sin tener cuidado de examinarse a sí mismo, se instala en una falsa esperanza y duerme en una seguridad peligrosa. Y se hacen como las “insensatas [quienes] tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite.”

A veces el pecador que ha estado bajo convicción y ansiedad durante mucho tiempo piensa que debe decir que es salvo, y por decirlo, él se sentirá aliviado. Esto ha sido seguido con triste decepción – no amor a Dios, no renovación del Espíritu Santo. A veces esto termina con una gran seguridad – y entonces ellos dicen: “Sé que soy convertido.” De esta manera las que eran “insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite.”

Del prudente, se dice, “tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.” Esto demostró su sabiduría. La condición de su corazón era lo que ellos consideraban lo más importante. Tuvieron mucho cuidado para asegurarse de que sus corazones se convirtieron. Estaban convencidos de que debe haber un cambio en sus corazones – un cambio que no estaba allí antes – que no estaba en su naturaleza. No se atrevían a salir al encuentro del Señor sin un corazón convirtiendo, y cambiado a gracia Cristiana. Por difícil que era, sabían que debían tener una verdadera conversión. Como el hombre prudente que construyó su casa sobre la roca – cavaron profundo. Ellos estaban dispuestos a ser buscados y condenados hasta su fundación se estableció en la roca de la eternidad – Cristo Mismo.

Pero no así con los insensatos. Cuando proclamaron ser convertidos nunca dieron una profunda atención a sus corazones. Cuando se encontraron con dificultades inesperadas, y se dieron cuenta que el camino era tan estrecho – evitaron nuevas conversiones y búsquedas – y comenzaron su camino Cristiano sin ningún tipo de gracia en sus corazones. Ya que evitaron el dolor y la abnegación de la conversión verdadera, “Las que fueron insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite.”

III. Tercero, ¿por qué son llamadas “insensatas?”

Respondemos – porque eran malas – no diferente de otros pecadores, “muertos en delitos y pecados” (Efesios 2:1). ¡Pero también eran necias! ¡Eran insensatas y malas – porque clamaron ser convertidas sin tener una conversión verdadera! Eran insensatas y malas porque se atrevieron a llamarse Cristianas sin ser convertidas – porque Cristo dijo:

“Que si no os volvéis…no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3).

Una falsa conversión es a la vez tonta y perversa porque Cristo nos ha encomendado “Esforzaos a entrar por la puerta angosta” (Lucas 13:24) – y se negaron a hacerlo. Ambos son insensatos y malos porque se negaron a obedecer a Cristo cuando dijo, “Entrad por la puerta estrecha” (Mateo 7:13). La parábola de las vírgenes prudentes y las insensatas termina con esta terrible advertencia:

A false conversion is both foolish and wicked because Christ has commanded us to

“Después vinieron también [las insensatas] vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco” (Mateo 25:11-12).

Matthew Henry dijo de estos versos:

Las vírgenes insensatas llegaron cuando ya era demasiado tarde...Hay muchos que buscarán admisión en el cielo cuando ya es demasiado tarde...Ellos...demandarán entrada, y sin embargo, son excluidos, ser levantados al cielo por la vanagloria de su estado piadoso, y sin embargo son arrojados al infierno (Traducción de Matthew Henry’s Commentary on the Whole Bible, [Comentario de Matthew Henry Sobre Toda la Biblia] Hendrickson Publishers, edición de 1991, volumen 5, pág. 301; nota sobre Mateo 25:11).