Debes leer los dos volúmenes de Luke Tyerman sobre La Vida del Reverendo George Whitefield (The Life of the Reverend George Whitefield, Need of the Times Publishers, 1995 edición, P.O. Box 458, Azle, Texas 76098), o los tres volúmenes de Tyerman sobre La Vida y Tiempos de John Wesley (The Life and Times of John Wesley, Tentmaker Publicaciones, edición 2003). Si tomas el tiempo para leer esos cinco libros veras una repetición virtual de lo que le pasó a Pablo y a Bernabé, después de que ellos fueron enviados por la iglesia de Antioquia a predicar. Ellos ayunaron y oraron. Y así lo hicieron Whitefield y Wesley. A ellos se les opuso un falso profeta. A Whitefield y Wesley se les opusieron muchos falsos profetas. Un grupo grande de personas contradijeron a Pablo y a Bernabé, los persiguieron, y los echaron fuera, y ya no pudieron predicar en muchas de las sinagogas. Lo mismo ocurrió a Whitefield y Wesley cuando fueron echados de las iglesias y tuvieron que predicar en los campos abiertos. Hubo atentados para asesinar a Pablo y a Bernabé. Ellos fueron apedreados. Así también Whitefield y Wesley. Ambos Whitefield y Wesley fueron apedreados. ¡Es una cosa emocionante leer acerca de eventos ocurriendo durante el Primer Gran Despertamiento que eran como los que ocurrieron en el tiempo del Libro de los Hechos!

Pero ahora Pablo y Bernabé regresaron a la iglesia de Antioquia, la iglesia que los envió a predicar aproximadamente dos años antes. Y ellos les hablaron a las personas nuevas en esa iglesia:

“Exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22).

La palabra Griega traducida “tribulación” es “thlipsis.” Significa “presiones, problemas, sufrimiento, aflicciones” (Strong). Esta es la primera instancia registrada del Apóstol Pablo usando las palabras “el reino de Dios”. El Dr. Ellicott dijo: “En sus epístolas ocurre frecuentemente…[el reino de Dios] no era una teoría u opinión [para él] pero un reino verdadero, del cual Jesús el Cristo [es] rey” (Traducción de Charles John Ellicott, Ph.D., Ellicott’s Commentary on the Whole Bible, Zondervan Publishing House, n.d., volumen VII, p. 92; nota sobre Hechos 14:22).

“Permanecer en la fe” es la prueba de que la persona ha sido convertida. Jesús dijo:

“Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos” (Juan 8:31; p. 1083).

Una conversión verdadera no se demuestra tanto por las hermosas palabras de un testimonio como por permanecer “en la fe,” permanecer en la palabra de Cristo. Es una cosa decir que tú crees las doctrinas de la Cristiandad, pero solamente el verdadero convertido podrá “permanecer en la fe” a pesar de “mucha tribulación”, o como la nota en el centro de la Biblia de Estudio de Scofield lo traduce, a través de “muchas tribulaciones”.

¡No puedo pensar en una enseñanza más dañina que la idea de que es “fácil” para las personas ser salvas, pero “difícil” hacerlos discípulos! Esta es la enseñanza confusa del “decicionismo”. ¡Jesús lo hizo muy claro que es “imposible” para el hombre ser salvo!

“Ellos se asombraban aun más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no...”
     (Marcos 10:26-27; p. 1018).

Ves, ninguno en su “sano juicio” quiere deliberadamente ponerse en una posición donde él tiene que pasar tribulación – “presiones, problemas, sufrimientos, aflicciones”. Por eso frecuentemente a el mundo perdido le parece que hemos enloquecido cuando nos hacemos convertidos verdaderos. Es por eso que Festo le gritó a Pablo: “Las muchas letras te vuelven loco” (Hechos 26:24). El mundo perdido piensa: “¡Solamente un loco querrá ‘negarse a sí mismo, tomar su cruz, y seguir’ a Cristo a través de las presiones, sufrimientos, y problemas de la Cristiandad verdadera!” Pero Pablo le contestó a Festo:

“No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad…” (Hechos 26:25; p. 1141).

¡La Cristiandad es la verdad! Por lo tanto debemos estar dispuestos a “que a través de muchas tribulaciones [entremos] en el reino de Dios” (Hechos 14:22). Canta ese himno: “¿Debe Jesús Llevar la Cruz Solo?”

Debe Jesús llevar la cruz solo,
     ¿Y todo el mundo ser libre?
No; hay una cruz para todos,
     Y hay una cruz para mi.
(Traducción de “Must Jesus Bear the Cross Alone?”
     por Thomas Shepherd, 1665-1739).

Dr. John R. Rice dijo,

Todo el amor en mi corazón, Todos mis sueños –
Hazlos, Señor Jesús, solo para Ti.
     Todo lo que soy, todo lo que puedo ser –
Tómame, Señor Jesús, Siempre tuyo seré.
(Traducción de “All My Heart’s Love”
     por Dr. John R. Rice, 1895-1980).

“Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22).

¿Cuál es el propósito de estas pruebas y sufrimientos que tenemos que pasar para ser verdaderos Cristianos?

I. Primero, el propósito de la tribulación inicial.

Al principio, inicialmente, al comenzar, una verdadera conversión empieza con tribulación, presiones, y sufrimiento. ¡Tienes que pasar por el nuevo nacimiento! Cristo dijo:

“El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”
     (Juan 3:3; p. 1074).

Una verdadera conversión y un nuevo nacimiento no pueden ocurrir por meramente aprender doctrinas. La conversión viene solamente a través del sufrimiento,

“Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22).

Yo estoy de acuerdo con el gran Reformador Lutero en esto:

Es necesario, si fueras convertido, que seas aterrorizado, eso es que tengas una conciencia alarmada y temblorosa… [Dios] envió a Su Hijo Jesucristo a este mundo con el fin de proclamar a los pecadores aterrorizados la misericordia de Dios. Esta es la manera que la conversión se lleva a cabo; otras maneras son maneras equivocadas (Traducción de el Sermón sobre Salmo 51:13 de Martín Lutero).

Solamente cuando tú sientas la culpa de tu propio pecado verás tu necesidad de Cristo. ¡Y la obra de Dios en hacerte humilde puede ser en efecto aterrorizante! Vemos pocas conversiones hoy en día porque tenemos miedo de permitir que el Espíritu Santo haga la obra de convicción (Juan 16:8-9). ¡Si deseas ser convertido, recuerda que no lo puedes aprender, y no lo puedes ganar! “Es don de Dios” (Efesios 2:8). Y solamente Dios da el don de salvación a la persona que siente la necesidad de Jesus. ¡Por lo tanto tienes que pasar a través de los terrores de la Ley, o nunca sentirás la salvación de Cristo! Jesús dijo: “Esforzaos a entrar por la puerta angosta” (Lucas 13:24). La palabra Griega traducida “esforzaos” significa “agonizar.” Debes pasar por la agonía de la convicción de pecado, o no puedes conocer la verdadera salvación en Jesus. Sí, Jesus murió en la Cruz para pagar por tus pecados. Sí, Él derramó Su Sangre para limpiarte de todo pecado. Pero tú debes ser convictado de pecado o el Evangelio no parecerá importante para ti.

“Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22).

El propósito de la tribulación inicial de convicción es voltearte de depender en ti mismo a depender en Cristo. Cuando tú vienes a mi y me dices: “Quiero ser salvo”, cuando veo que no estás convictado de tu pecado, me doy cuenta que no estas listo para ser convertido. Eso es lo que yo busco – ¡convicción de pecado!

Debe Jesús llevar la cruz solo,
     ¿Y todo el mundo ser libre?
No; hay una cruz para todos,
     Y hay una cruz para mi.
(Traducción de “Must Jesus Bear the Cross Alone?”
     por Thomas Shepherd, 1665-1739).

Todo el amor en mi corazón, Todos mis sueños –
Hazlos, Señor Jesús, solo para Ti.
     Todo lo que soy, todo lo que puedo ser –
Tómame, Señor Jesús, Siempre tuyo seré. .
(Traducción de “All My Heart’s Love”
     por Dr. John R. Rice, 1895-1980).

II. Segundo, el propósito de la tribulación adicional.

Sería un error para mí decirte que todas las “presiones, problemas, sufrimientos y aflicciones” terminan en la conversión. Nuestro texto dice:

“Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22).

El Dr. Henry M. Morris dijo:

Todos los verdaderos creyentes serán opuestos por Satanás y hombres impíos y por lo mismo tendrán que pasar tribulaciones…y nuevos creyentes necesitan entender esto (Traducción de Henry M. Morris, Ph.D., The Defender’s Study Bible, World Publishing, 1995 edición, p. 1203; nota sobre Hechos 14:22).

Habrán muchas más tribulaciones, presiones, problemas y sufrimientos después de que seas convertido, como claramente lo enseña la Biblia,

“Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (II Timoteo 3:12; p. 1238).

De nuevo, la Biblia dice:

“Si sufrimos, también reinaremos con él” (II Timoteo 2:12; p. 1237).

Y el Apóstol Juan dijo:

“Y reinaremos sobre la tierra” (Apocalipsis 5:10; p. 1291).

Los primeros Cristianos creían en la Segunda Venida de Cristo para establecer Su Reino terrenal. Ellos creían que debían pasar sufrimieto, y aún martirio, para reinar con Cristo en Su Segunda Venida. Ellos tomaron literalmente, y lo aplicaron a ellos mismos, lo que el Apóstol Juan dijo en Apocalipsis 20:4:

“Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años” (Apocalipsis 20:4).

El Dr. James O. Combs dijo:

Los primeros padres Ante-Nicene (de 100 a 313 A.D.) Papias, el Mártir Justino, Irenaeus, Cipriano y otros todos mantuvieron la doctrina del milenio literalmente [1,000 años] reino en la tierra…Cientos de Escrituras del Viejo Testamento apoyan y representan esta verdad, pero solamente aquí [en Apocalipsis 20] está la duración [de 1,000 años] especificada. Los mártires de la tribulación parecen tener un papel especial en el Milenio (Traducción de James O. Combs, D.Min., D.Litt., Rainbows from Revelation, Tribune Publishers, 1994, p. 224).

“Y vivieron y reinaron con Cristo mil años” (Apocalipsis 20:4; p. 1306).

Los primeros Cristianos creyeron que los que sufrieron profundamente por Cristo tendrían un lugar especial en el Reino venidero de Cristo en la tierra. Jesus dijo:

“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones… El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:26, 29; p. 1289).

“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono”
     (Apocalipsis 3:21; p. 1290).

Los primeros mártires Cristianos, y los mártires en China, y por todo el mundo hoy en día, toman literalmente lo que el Apóstol Pablo dijo:

“Si sufrimos, también reinaremos con él” (II Timoteo 2:12).

Que cada uno de nosotros, quienes somos Cristianos, no busquemos por el “camino fácil”. ¡Sacrifiquemos nuestro tiempo, talento y amor por Cristo! ¡Qué cada uno de los jovenes que esperamos sea convertido haga todo lo que pueda, sacrifique todo lo que pueda, por la causa de Cristo! ¡Entonces estarás preparado para reinar con Cristo en Su reino terrenal de 1,000 años! Como Dr. John R. Rice dijo en este himno significativo:

Por qué debo murmurar, detenerme del dolor,
     ¿Temer perder dinero o amigos en Su nombre?
Oh, debo acoger la prisión o el mal trato
     ¡Si debo tener parte en Su vergüenza!

¡Únanse conmigo en el coro!

Todo el amor en mi corazón, Todos mis sueños –
Hazlos, Señor Jesús, solo para Ti.
     Todo lo que soy, todo lo que puedo ser –
Tómame, Señor Jesús, Siempre tuyo seré.
     (Traducción de “All My Heart’s Love”
     por Dr. John R. Rice, 1895-1980).

“Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22).

Por qué debo murmurar, detenerme del dolor,
     ¿Temer perder dinero o amigos en Su nombre?
Oh, debo acoger la prisión o el mal trato
     ¡Si debo tener parte en Su vergüenza!
Todo el amor en mi corazón, Todos mis sueños –
Hazlos, Señor Jesús, solo para Ti.
     Todo lo que soy, todo lo que puedo ser –
Tómame, Señor Jesús, Siempre tuyo seré.
(Traducción de “All My Heart’s Love”
     por Dr. John R. Rice, 1895-1980).

¡Ven a Cristo, sin importar que convicción de pecado y turbulencia interna, y tribulación tengas que pasar! ¡Ven a Cristo! ¡Entra a Su Reino sin importar lo que cueste! Porque es indudablemente verdad:

“Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22).

Mi oración es que Dios te ayude a hacerlo. Amén.