Print Sermon

El propósito de este sitio de Internet es proporcionar manuscritos de sermones gratuitos y videos de sermones a pastores y misioneros en todo el mundo, especialmente en el Tercer Mundo, donde hay pocos, si es que hay, seminarios teológicos o escuelas Bíblicas.

Estos manuscritos de sermones y videos ahora van a casi 1,500,000 computadoras en más de 221 países todos los meses en www.sermonsfortheworld.com. Otros cientos miran los videos en YouTube, pero rápidamente dejan YouTube y vienen a nuestro sitio de Internet. Los manuscritos de sermones se dan en 46 idiomas a casi 120,000 computadoras cada mes. Los manuscritos de sermones no tienen derecho de autor, así que los predicadores pueden usarlos sin nuestro permiso. Por favor, oprime aquí para aprender cómo puedes hacer una donación mensual para ayudarnos en esta gran obra de predicar el Evangelio a todo el mundo.

Cuando le escribas a Dr. Hymers, siempre dile en qué país vives o él no te podrá contestar. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net.



¿CON QUÉ NOS JUSTIFICAREMOS?

(SERMÓN #58 DEL LIBRO DE GÉNESIS)

Un sermón escrito por Dr. R. L. Hymers, Jr., Pastor Emerito
y dado por Jack Ngann, Pastor
en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Tarde del Dia del Señor, 7 de Mayo de 2023

“¿Con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos” (Génesis 44:16; p. 59 Scofield).


Los hermanos de José lo vendieron como esclavo en Egipto. Ahora había sido elevado a un puesto muy alto, segundo después de Faraón. Durante el tiempo de hambre, sus hermanos vinieron a Egipto a suplicar por comida. Ellos no reconocieron a José. Él les dio costales de comida para que llevaran a su casa. Pero José los puso a prueba escondiendo su copa de plata en el costal de Benjamín. Ellos rompieron sus ropas con extrema angustia cuando José la descubrió, porque sabian que el pensó que ellos la robaron. Ellos vinieron a la casa de José y se postraron delante de él en tierra. Como dije antes, José los estaba probando. Él dijo, “¿Qué acción es esta que habéis hecho?” (Génesis 44:15). Entonces Judá nos dio las palabras de nuestro texto. El dijo a José,

“¿Con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos” (Génesis 44:16).

La Biblia de Geneva y las traducciones modernas han “limpiado” o “justificado” en vez de “poner claro” (English “clear”), como en la Biblia KJV. Pero yo creo que la Biblia King James “clear” [en Inglés] es más claro y más literal. La palabra Hebrea “tsadaq” literalmente significa “justificar” o “justificarse uno mismo” (Strong). Yo pienso que la Biblia KJV saca la mera esencia, “¿Cómo nos justificaremos – haremos claros? ¿Cómo nos limpiaremos? “Dios ha hallado la maldad de tus siervos”. Dios habia puesto al descubierto su pecado, aún su pecado de vender a José como esclavo. Su pecado fue “descubierto” por Dios. Judá clamó,

“¿Con qué nos justificaremos?” (Génesis 44:16).

Y esa debe ser tu pregunta hoy.

Dios ha puesto al descubierto tu iniquidad.
¿Con qué nos justificaremos?

Esa es la pregunta más importante. Dios ha puesto al descubierto tu pecado. ¿Con qué te justificaras? Pregúntate a ti mismo,

“¿Con qué me justificaré?”

No te equivoques aquí. La Biblia muestra tres verdades distintas referentes a esto.

I. Primero, Dios no tendrá por inocente al malvado.

La Biblia dice que Dios

“de ningún modo tendrá por inocente al malvado”
     (Éxodo 34:7; p. 111).

El hombre moderno piensa que Dios puede cerrar Sus ojos al pecado. Ellos piensan que Él puede decir, “Yo me olvidaré de ese pecado”. Pero ese no es el Dios revelado en la Biblia. El Dios verdadero, revelado en la Escritura, por Su propia naturaleza, no puede “absolver al malvado”. El Dr. McGee said,

“El pecado debe ser castigado y una pena debe ser impuesta. De ningún modo Dios tendrá por inocente al malvado” (Traducido de J. Vernon McGee, Th.D., Thru the Bible, Thomas Nelson Publishers, 1981, tomo I, p. 306; nota sobre Éxodo 34:7).

Tú puedes estar en desacuerdo con eso. Tú tal vez piensas que Dios pasará por alto tu pecado. Pero Dios dice,

“Pensabas que de cierto sería yo como tú” (Salmo 50:21; p. 589).

Como te sorprenderás al descubrir que

“Jehová está airado contra vosotros” (II Crónicas 28:11; p. 479).

Este es el Dios de la Biblia. Este es el Dios verdadero. Este es el Dios que dice,

“Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad” (Isaías 13:11; p. 700).

Ese es lo que todos los pecadores deben de preguntar.

“¿Con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos” (Génesis 44:16).

¿Con qué nos justificaremos?
¡Dios ha puesto al descubierto nuestros pecados!

¡Ay de mí! ¡Demasiado tarde! Cuando caiga el juicio,

“Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?” (Isaías 33:14; p. 715).

Oh, pecador, preguntate a ti mismo,

¿Con qué me justificaré?
¡Dios ha puesto al descubierto mis pecados!

II. Segundo, Dios es justo cuando juzga el pecado.

Deuteronomio 32:4 dice que Él es

“Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto” (Deuteronomio 32:4; p. 234).

Dios es perfectamente justo cuando Él juzga el pecado. La justicia de Dios demanda juicio por el pecado. Por lo tanto Dios debe juzgar tus pecados, o él no sería justo.

En el Último Juicio todos los pecados de tu vida serán revelados.

“Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras” (Apocalipsis 20:12; p. 1307).

Cristo dijo,

“Toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio…y por tus palabras serás condenado” (Mateo 12:36-37; p. 973).

“Porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse” (Mateo 10:26; p. 969).

Ya que tienes tantos pecados en tu archivo,

¿Con qué te justificarás?
¡Dios ha puesto al descubierto tu iniquidad!

“¿Con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos” (Génesis 44:16).

¡Esa debe ser tu pregunta hoy! ¿Con qué me justificaré? ¿Cómo puedo estar de pie enfrente de un Dios justo y santo que ha puesto al descubierto mi iniquidad? Spurgeon dijo,

Cuando yo estaba bajo convicción de pecado tuve un sentido claro y fuerte de la justicia de Dios. El pecado…se me hizo una carga intolerable… Yo sabía que era horriblemente culpable y recuerdo haber sentido que si Dios no me castigaba por el pecado, Él debía hacerlo. Sentí que el juez de toda la tierra debía condenar tal pecado como el mío… Me condené a mi mismo a perecer, porque confesé que, si yo fuera Dios, no hubiera podido hacer otra cosa que mandar a tal criatura como yo a lo más profundo del infierno… El pecado que había cometido debía ser castigado. Pero entonces estaba la pregunta como Dios podía ser justo y aún así justificarme siendo tan culpable (Traducido de C. H. Spurgeon, “How Can a Just God Justify Guilty Man?” Chapel Library, Pensacola, Florida).

“¿Con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos” (Génesis 44:16).

III. Tercero, no es posible que te justifiques a ti mismo ante Dios por hacer lo bueno.

¿Qué si pudieras vivir una vida perfecta de hoy en adelante hasta la hora de tu muerte? ¿Qué si pudieras parar todo el pecado, ambos por dentro y por fuera, por el resto de tu vida? No creo ni un solo segundo que puedas hacerlo. Pero, ¿qué tal si nunca volvieras a pecar otra vez – por palabra o por acción? ¿Qué si pudieras dejar de pecar ahorita, y jamás pecar otra vez? ¿Cómo te salvaría eso? Los pecados que ya cometiste están todos registrados en los libros de Dios en el Cielo:

“Porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse” (Mateo 10:26; p. 969).

“De toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio…y por tus palabras serás condenado” (Mateo 12:36-37; p. 973).

“Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras” (Apocalipsis 20:12; p. 1307).

“…Con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos” (Génesis 44:16).

Job dijo:

“¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie” (Job 14:4; p. 538).

Eso quiere decir que la limpieza de pecados no está en tus manos. No es algo que tú puedas hacer. Nada que tú hagas o digas te puede limpiar. Nuestro texto mismo saca a luz esa verdad:

“…Con qué nos justificaremos?” (Génesis 44:16).

La respuesta es simple – ¡ no te puedes absolver solo! ¡No puedes “limpiarte” a ti mismo! Si pudieras, ¿por qué tuvo Dios que enviar a Cristo a la Cruz para absolverte y limpiarte del pecado? ¿Por qué dice la Biblia,

“Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre”? (Romanos 3:24-25; p. 1151).

Con mis manos al obrar
     Tu ley no puedo agradar.
¿Puede el celo sin parar,
     Y mi llanto sin cesar,
El pecado en mí lavar?
     ¡Solo Tú puedes salvar!

Roca de la eternidad,
     Deja que me esconda en Tí;
Agua y Sangre que brotó,
     De Tu costado en dolor,
Limpie el gran pecado en mí
     Y la culpa quite así.
     (Traducción de “Rock of Ages” por Augustus M. Toplady, 1740-1778).

“¿Con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos” (Génesis 44:16).

Agua y Sangre que brotó,
     De tu costado en dolor,
Limpie el gran pecado en mí
     Y la culpa quite así.

Nada puede aclarar (limpiar) tu archivo y limpiar tus pecados de los libros de Dios, sino la Sangre que Jesus derramó en la Cruz. Ven a Cristo. Se limpiado del pecado por Su Sangre antes que sea demasiado tarde para siempre, para que tu hagas eso.

“¿Con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos” (Génesis 44:16).