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¡NO TOMES DINERO SUCIO!

LECCIÓN DEL DR. TIMOTHY LIN)

por el Dr. R. L. Hymers, Jr.,
Pastor Eméritos

Una lección enseñada en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Tarde del Día del Señor, 4 de Augusto de 2021

“Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (I Timoteo 6:10; p. 1234 Scofield).


Mi pastor de mucho tiempo en la Iglesia Bautista China fue Dr. Timothy Lin. Bajo su liderazgo, la iglesia tuvo un verdadero avivamiento y creció de 80 personas a más de 2,000. El Dr. Lin me enseñó la mayor parte de lo que sé sobre el ministerio. En su libro, The Secret of Church Growth [El Secreto del Crecimiento de la Iglesia] (marca el título para leerlo), el Dr. Lin dijo que la iglesia debe tener la presencia de Dios para tener Sus bendiciones. Para tener la presencia de Dios, la iglesia debe ser santa, consagrada a Dios y separada del pecado.

Muchos pastores dicen que la iglesia debe ser santa, pero en la práctica niegan esa santidad al aceptar dinero de incrédulos, de pecadores impenitentes. El Dr. Lin llamó esto “dinero sucio cochino” (The Secret of Church Growth [El Secreto del Crecimiento de la Iglesia], capítulo 5, p. 30). Muchos pastores de hoy están tan hambrientos por el dinero que lo tomaran de cualquiera, en cualquier lugar, sin pensar de dónde viene o por qué se lo da. El Dr. Lin dijo,

Es cierto que un hombre hambriento no puede ser demasiado exigente con su comida. Asimismo, debido a la presión financiera, algunas iglesias se muestran apáticas hacia el bien y el mal. Su actitud es “entre más dinero, mejor” y su desprecio descuido por la intención del dador o la fuente del dinero, han abierto una puerta para que el dinero sucio cochino e injusto se meta escondido en el sagrado tesoro de la Iglesia de Dios. Dios nos ha mandado, “Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:16). Cuando se contamina el tesoro de la iglesia, ¿cómo puede la iglesia esperar que nuestro Dios santo esté con ella? (Ibid., p. 30).

¿Por qué los incrédulos dan dinero a la iglesia? Simón el Hechicero trato de obtener el don de Dios con dinero (Los Hechos 8:18-19). Pero el apóstol Pedro rechazó su dinero sucio cochino y dijo, “Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dio” (Los Hechos 8:20-21; p. 1116).

En las Edades Media, algunas personas dieron porque pensaron que compensaría por sus pecados y ivan compra su camino al Cielo. Pero la Biblia dice que solo “la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (I Juan1:7; p. 1277).

Hoy en día, muchas personas dan dinero para calmar su propia conciencia. Saben que han hecho mal. Ellos han negado a confiar en Jesús y convertirse. Ellos han cometido un pecado terrible. Ellos han negado a someterse a la autoridad de la Palabra de Dios. Ellos han lastimado a la iglesia local, dejándola e incluso atacándola.

En lugar de arrepentirse y voltear a Cristo, estas personas dan dinero a la iglesia o un proyecto misionero. Piensan, “Si doy dinero, me sentiré mejor conmigo mismo. Puedo pensar, ‘Sí, yo hago mal, pero yo di dinero, así que ahora yo me siento mejor.’” Pero sus donaciones no honran a Dios. Sus corazones permanecen rebeldes, endurecidos contra Dios. Sus motivos están equivocados. Quieren egoístamente sentirse mejor consigo mismos. Su dinero no es dado con amor a Dios, sino con malas intenciones. La Biblia dice,

“El sacrificio de los impíos es abominación a Jehová” (Proverbios 15:8; p. 655).

Las donaciones de los malvados son una horrible ofensa para Dios. También, la Biblia dice,

“El sacrificio de los impíos es abominación; ¡Cuánto más ofreciéndolo con maldad! [¿Propósito malo?]” (Proverbios 21:27; p. 660).

Dr. Lin dijo,

¿Quiénes son los “malvados?” Según la definición de la Biblia, no son los imperdonables y atroces feroces criminales, sino “Todas las gentes que se olvidan de Dios” (Los Salmos 9:17; 50:16, 18). Para Dios son abominables y malvados porque se han olvidan de Dios. ¡Olvidan Su amor, Su justicia y Su santidad! Es cierto que presentan sus ofrendas a Dios, pero no hay temor de Dios en su corazón, sino malas intenciones.

¿Qué significa “mala intención?” La “mala intención” es la intención de sobornar [pagar la mordida] a Dios y defraudar la propia conciencia. Por ejemplo, un hombre que sabiendo acepta dinero injusto, se siente molestado por su propia conciencia después. Aunque nadie más tiene conocimiento de su mala acción, está claro para él que Dios lo sabe y su propia conciencia también lo sabe. Este hecho sigue apareciendo en sus pensamientos en la tranquilidad de la noche. Cargado por la culpa y la vergüenza, y abrumado por sentimientos de indignidad, todavía no quiere ni se atreve a enfrentar la realidad. En cambio, fantasea con que, quizás, con una gran contribución a la iglesia, Dios puede estar complacido (o deberíamos decir “sobornado”) y, por lo tanto, ignorar su mala acción. (Ibíd., p. 31).

Sus donaciones no traen la bendición de Dios a la iglesia. En cambio, la contaminan. La contaminan con su maldad y echan afuera la presencia de Dios. El Dr. Lin dijo,

El Antiguo Testamento dice que la gloria de Dios (que es la presencia de Dios) se apartó de los Israelitas cuando Su Santo templo se llenó de ídolos (Ezequiel 8). Y el Nuevo Testamento explica que un “...avaro…es idólatra…” (Efesios 5:5). Cuando se contamina el tesoro de la iglesia, la iglesia no solo es codiciosa (lo que equivale a idólatra), sino que también codicia el dinero injusto. ¿Qué puede hacer Dios sino apartarse de ella? (Dr. Lin, ibid., p. 30).

Incluso los sacerdotes inconversos y los Fariseos rechazaron los donaciones o regalos de dinero sucio cochino. El Dr. Lin dijo,

Después de que Judas “arrojando…en el templo” las treinta piezas de plata que obtuvo al traicionar a Jesús, los principales sacerdotes recogieron las treinta piezas de plata y dijeron “No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre” (Mateo 27:5-6). Incluso estos sacerdotes y Fariseos que usaban la piedad como un medio para obtener ganancias materiales, sabían podían distinguir lo sacrílego de lo santo. Sin embargo, la Iglesia de los últimos días ignora deliberadamente la distinción entre el bien y el mal, y por lo tanto lo permite sabiendo que el dinero injusto contamine la santidad de Dios. No es de extrañar, entonces, que la presencia de Dios se va de ella (Ref. Ezequiel 8-10). (Ibíd., p. 31).

Las iglesias y los ministerios evangelísticos que reciben dinero de los incrédulos pronto se vuelven dependientes de ese dinero. No pueden andar sin él. Para conservar ese dinero y obtener más dinero, debilitan su mensaje y rebajan sus estándares. El Dr. Lin dijo,

Entonces, comienza el círculo vicioso. Sin la presencia de Dios, la iglesia apática seguramente tendrá dificultades financieras. Entre más difícil sea su situación financiera, más formas intentarán sus líderes de obtener fondos. Entre más tratan de tener o recaudar fondos, más caen en la trampa de ser injustos. Entre más injustos se vuelven, mas es la posibilidad de que Dios se aparte de ellos. Este tipo de relación de causa y efecto a menudo lleva la iglesia a una situación desesperada sin esperanza. (Ibíd., P. 30).

La iglesia que acepta “dinero sucio cochino” se vuelve injusta. Debido a que la iglesia es impía e injusta, Dios retira Su presencia. La iglesia se convierte en lo mismo que cualquier otra organización, cuyo principal énfasis es tener o recaudar dinero y pagar sus gastos. La iglesia continúa siendo más injusta y la presencia de Dios se fue.

La obra de Dios debe realizarse de la manera correcta. La Biblia nos advierte que no pensemos, “Hagamos males para que vengan bienes” (Romanos 3:8; p. 1150). No se puede construir la casa para Dios sobre la base del pecado. No se puede alimentar a la iglesia, el cuerpo de Cristo, con comida envenenada. ¡Y no se puede tener una iglesia bendecida por Dios con dinero sucio cochino de personas perdidas que no se arrepienten! El Dr. Lin dijo,

“Un hombre virtuoso ama el dinero, pero lo obtiene de la manera correcta.” Esta es una antigua enseñanza China. A algunas iglesias de los últimos días básicamente no se preocupa si es “el camino correcto” o “el camino incorrecto” siempre que haya una manera de obtener dinero. (Algunas organizaciones misioneras son tan depravadas que usan la piedad como un medio para obtener ganancias materiales. Hermanos y hermanas que aman a nuestro Señor deben ser conscientes de esto). Cuando una organización santa degenera en tal depravación, ¿cómo puede esperar tener la presencia? de nuestro Dios? (Dr. Lin, ibid., p. 30).

Dios bendecirá la iglesia si es santa, sin mancha, separada del pecado. Dios bendecirá la iglesia si no se ensucia con dinero sucio cochino. El Dr. Lin dijo,

Como remedio a una reputación mala, una iglesia en Norteamérica decidió no aceptar ofrendas de incrédulos. Por supuesto, hubo líderes que no estuvieron de acuerdo con esta decisión al principio, pensando que cuando las personas tenían la voluntad de ofrecer a Dios, debe ser bueno. Sin embargo, después de un estudio cuidadoso de las advertencias en el libro de Proverbios, no solo dejaron de aceptar dinero injusto, sino que también anunciaron claramente antes de recoger las ofrendas que los incrédulos no debían participar en la adoración con ofrendas. ¡La ofrenda total en esa iglesia es ahora de más de veinticinco mil dólares cada Día del Señor! Realmente podemos decir que con la presencia de Dios, todo es bendecido.
¡Mas exacto, “porque raíz de todos los males es el amor al dinero” (1 Timoteo 6:10)! Esta advertencia no es solo para las personas, sino también para la Iglesia. Si la iglesia no hace caso de esta advertencia, pero desea el dinero y contamina sus finanzas, no solo perderá la presencia de Dios, sino que también se desviará de la fe y darán a sus pastores, ancianos, diáconos y congregación muchos dolor y culpa (1 Timoteo 6:10). (Ibid., p. 32).

El Apóstol Pedro dijo, “Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir” (I Pedro 1:15, 16; p. 1268). Debido a que Dios es santo, tú eres mandado ser santo. La palabra “conversación” se refiere a cómo vives. El versículo 15 podría traducirse, “tú también sed santos en toda vuestra manera de actuar” (NASB). También podría traducirse, “Tal como que aquel que te llamo es santo tú también sed santo, sed santo en todo lo que tú haces” (NIV).

¡Nunca te rindas a la codicia tomando dinero sucio cochino! Obedece la Palabra de Dios. ¡Sed santos, separados del pecado! Amén.