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¡ESTOS NO SON DÍAS OSCUROS,
ESTOS SON GRANDES DÍAS!

por el Dr. Christopher L. Cagan,
Pastor

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 9 de febrero de 2020

“Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13, 14; pág. 1217 Scofield).


Vi el discurso del presidente Trump sobre el Estado de la Unión la semana pasada. ¡Fue uno de los mejores discursos que he escuchado! Habló de cómo nuestro país está saliendo de su depresión y confusión, para volver a ser grande otra vez. En su campaña 2016 su eslogan fue “Que América vuelva a ser grande otra vez”. El presidente Trump ha cumplido esa promesa. ¡América es grande otra vez! Él no creía que nuestros problemas fueran imposibles. Esperaba con ansias el futuro. ¡Presionó hacia el objetivo de hacer que Estados Unidos sea mejor de lo que nunca ha sido! Su discurso se hizo eco de las palabras del apóstol Pablo:

“Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13, 14).

Pablo no se detuvo en los momentos difíciles de su vida. Sí, sufrió mucho. Dijo: “De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar” (II Corintios 11:24, 25; pág. 1195).

Pero Pablo no se preocupó por su dolor. Su dolor no era su mensaje. Ese no era el tema de la vida de Pablo. ¿Cuál fue el tema de su vida? Era: “seguir adelante, seguir adelante hacia “al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”! ¡¡¡Pablo vivió las palabras de nuestro texto!!!

“Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13, 14).

Siguió adelante hacia el futuro. Ese fue el apóstol Pablo. ¡Así fue como Pablo fue el Cristiano más grande de todos los tiempos!

El título de este sermón es: “¡Estos no son días oscuros, estos son grandes días!” Winston Churchill, el hombre más grande del siglo XX, pronunció esas palabras a los jóvenes en 1941, en el apogeo de la Segunda Guerra Mundial. ¿Churchill se desesperó? No, él no se desesperó. ¡Él esperaba con ansias la victoria! Dijo: “Estos no son días oscuros; estos son grandes días, los mejores días que nuestro país ha vivido”. Esperaba con ansias el momento en que “toda Europa podría ser libre y la vida del mundo podría avanzar hacia tierras altas amplias e iluminadas por el sol”. El mensaje de Churchill se hizo eco de las palabras del apóstol Pablo:

“Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13, 14).

A América, y a nuestra iglesia, yo digo: “Estos no son días oscuros; ¡estos son grandes días!” Yo voy a hablarte de eso esta mañana.

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I. Primero, ¡estos son grandes días para nuestro país!

Algunos dijeron que Estados Unidos estaba en declive. No había manera de evitarlo. Tuvimos que vivir con ello de alguna manera. Era imposible dar la vuelta al país.

Pero Donald Trump es un hombre de lo imposible. Hizo lo imposible una y otra vez. Los noticieros falsos dijeron que Trump no podía ser nominado como el candidato republicano a la presidencia, pero lo fue. Luego dijeron que Trump no podía ser elegido. ¿Trump como presidente? ¡Eso fue risible! La revista Newsweek estaba segura de que Trump perdería. Imprimieron revistas del día de las elecciones por adelantado. En la portada había una foto de Hillary Clinton con las palabras “Señora Presidenta”. Dentro había artículos sobre cómo había derrotado a Trump. Enviaron ese número a la gente de todo el país. Pero un día después de las elecciones tuvieron que sacar esas revistas de las tiendas. No todas las revistas fueron desechadas. Compré una copia y se la di al Dr. Hymers en la navidad. ¡Sí, Trump es un hombre que hace lo imposible!

Cuando se volvió en presidente, la gente dijo que Trump arruinaría el país. Algunos dijeron que comenzaría una guerra atómica. Dijeron que estaba loco. Justo después de que fue elegido, empezaron a tratar de deshacerse de él. Para la élite liberal, los votantes no podían tener razón. Nuestra Constitución, el documento político más grande en la historia de la humanidad, comienza con las palabras: “Nosotros, el pueblo”. Pero para los noticieros falsos y los políticos izquierdistas corruptos, la Constitución no podría estar en lo cierto. “Nosotros, el pueblo” no puede estar en lo cierto. Si la gente votó por Trump, esa elección necesitaba ser cancelada de inmediato. No se podía confiar en la gente. Sólo se podía confiar en los izquierdistas.

¿Es demasiado fuerte lo que dije? No, está exactamente correcto. Adam Schiff es un congresista demócrata de California. Lideró el proceso de destitución que trató de deshacerse de Trump. En el juicio, Schiff dijo a nuestro Senado y a nuestra nación: “La mala conducta del presidente no se puede decidir en las urnas”. Dijo que está mal votar por Trump en las elecciones de noviembre. No se podía confiar en la gente. La élite liberal tenía que hacerse cargo, sobrepasando la voluntad del pueblo. Pasaron dos años e innumerables millones en la investigación de Mueller tratando de arruinar a Trump. ¡Pero el informe de Mueller dice que no se había cometido ningún crimen! Entonces el proceso de destitución de Trump se hizo, tratando de sacarlo de su cargo. Querían acabar con las elecciones de 2016 cuando el pueblo votó por él. Querían mantener a Trump fuera de las elecciones este otoño para que la gente no pudiera votar por él otra vez. ¡Pero el proceso de destitución fallo, por un amplio margen!

La Biblia nos dice que oremos por “todos los que están en eminencia” (I Timoteo 2:2). Tenemos que orar por el presidente Trump. Especialmente orar para que no sea asesinado, porque algunos pueden intentar hacer eso. Yo oro por nuestro presidente. ¡Y espero cuatro años más!

Son grandes días para nuestro país. Mira lo que Trump hizo en sólo tres años. El desempleo es muy bajo. La tasa de desempleo entre negros e hispanos es la más baja de la historia. La gente tiene trabajo. Sus salarios están subiendo.

Durante 47 años nuestra nación ha sido maldecida con el aborto bajo demanda. Pero Trump puso dos jueces en favor de la vida en la Corte Suprema. Ahora podemos esperar que el aborto esté fuertemente restringido. Son grandes días para nuestro país.

Dios escogió a la nación Israel para ser su pueblo en la tierra. Le dijo a Abraham: “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré” (Génesis 12:3). Antes de Trump, los políticos hablaban de Israel. Hablaron de mudar nuestra embajada a Jerusalén, donde pertenece. ¡Pero Trump lo hizo! Hablaron de apoyar a Israel, pero Trump lo hizo. Hace dos semanas, él y el primer ministro israelí Netanyahu anunciaron un plan que daría a Israel casi toda la Tierra Prometida. Los políticos tenían miedo. Pero Trump, con fe infantil, puso a Dios a prueba. ¡Trump bendijo a Israel, y ahora Dios lo está bendiciendo!

Trump destruyó a los terroristas de EIIL y mató al general terrorista de Irán. Nos dio una irrupción de la economía. Somos respetados en todas partes del mundo. ¡Y Trump acaba de empezar! No está hablando del declive de los Estados Unidos. ¡Habla de poner americanos en Marte! Trump me recuerda las palabras de nuestro texto:

“Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13, 14).

II. Segundo, ¡estos son grandes días para nuestra iglesia!

No hay duda al respecto, tuvimos momentos difíciles. Pero no estamos en tiempos difíciles ahora. No hay quebrantamiento aquí ahora. Dios está con nosotros.

Escuchen algunas de las respuestas a nuestras oraciones. Oramos por Trump, y Dios respondió. Oramos por Israel, y Dios una vez más protegió a Israel y lo hizo más grande que nunca.

Oramos por nuestro nuevo edificio, y Dios nos dio el nuevo edificio. Oramos para el antiguo edificio para ser vendido, y se vendió. Es fácil olvidar cómo Dios fue bueno con nosotros. Es fácil olvidarse de darle las gracias. ¡Pero respuestas a nuestras oraciones lo hizo! ¡Son días grandes para nuestra iglesia!

Hemos estado haciendo evangelismo desde mi casa. Me mudé a Alhambra para estar cerca de nuestra nueva iglesia, justo allí en el Valle de San Gabriel. Dios ha bendecido el evangelismo. ¡Hay un buen espíritu entre nosotros! Me gusta mi nueva casa. No estoy triste por mi vieja casa. No estoy pensando sobre la ciudad interior de Los Ángeles con su crimen y drogas. ¡Quiero la nueva casa! ¡Quiero que se utilice para la obra de Jesús! ¡Y quiero la nueva iglesia! ¡Quiero obrar por Jesús en el Valle de San Gabriel!

Son días grandes para nuestra iglesia. Un joven chino ya ha confiado en Jesús. Otros so amables e interesado. Otros están viniendo a nuestra iglesia. Hay un buen espíritu aquí. La consigna no es: “Mira lo que pasó en el pasado”. Nuestra consigna es: “¡Presiona adelante! ¡Vamos a hacerlo!

“Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13, 14).

El antiguo edificio ha tenido su tiempo. Quiero ir al nuevo edificio. Nos mudaremos cuando mejoras de construcción se terminen en unos meses. Estaremos en el corazón de la comunidad china. ¡Lo espero con ansias!

Me gusta el Valle de San Gabriel. Los chinos que viven allí son educados e inteligentes. No están locos. No están enojados y rebeldes. Y Dios está haciendo una obra entre ellos. No son hostiles al Evangelio. ¡Ganemos sus almas!

“Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13, 14).

En su discurso sobre el Estado de la Unión, el presidente Trump dijo: “Nuestros logros más emocionantes aún están por delante. Nuestros viajes más emocionantes aún te esperan. Nuestras mayores victorias están por venir. Aún no hemos empezado a soñar”.

Veo lo mismo para nuestra iglesia. No veo una iglesia del mismo tamaño que ahora. Veo una gran iglesia en San Gabriel. Veo más y más jóvenes en la iglesia que no están aquí ahora. Incluso un pequeño número de ellos ha cambiado las cosas aquí. Imagínese si hubiera diez más, o veinte más, o cincuenta más. ¡¡¡Y será una nueva iglesia!!!

Veo una obra en el sitio web, con más idiomas, llegando a más naciones y lenguas.

Veo más evangelismo. Nuestra iglesia realmente puede crecer. Sí, se necesita trabajo. Sí, es difícil. No todos los que visiten se quedarán. No todos confiarán en Jesús. ¡¡¡Pero muchos lo harán, y eso vale la pena!!!

Veo nuevos ministerios. Ya estamos empezando clases de inglés para chinos que han estado en este país poco tiempo. Les está ayudando. Y Dios puede usarlo para atraer a más personas a nuestra iglesia.

Planeamos dar lecciones sobre apologética, defender la fe Cristiana y responder a las preguntas de la gente. ¿Qué preguntas? Preguntas como, “¿Cómo sabes que hay un Dios?” y “Si hay un Dios, ¿por qué hay tanto maldad en el mundo?” La gente del interior de la ciudad no era lo suficientemente inteligente como para pensar en eso. Pero los chinos en el Valle de San Gabriel tienen buenas mentes. Tendrán preguntas, y nosotros las responderemos.

Algún día tendremos nuevos ministerios para Jesús que aún no hemos pensado. No sé qué serán. Pero Dios lo sabe.

Hemos estado en lo más bajo. Como dicen los financieros: “Lo bajo está ahí”. ¡Ahora es el momento de subir! Pero debo decir algo más.

El futuro no será fácil de ganar. Aún no estamos en el Cielo. La Biblia dice: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (I Pedro 5:8; pág. 1272). El Diablo no quiere una iglesia evangélica fuerte en el Valle de San Gabriel. Hará todo lo que pueda para detenerlo. Usará a cualquiera que lo escuche. Usará familias y amigos no Cristianos para alejar a la gente. Usará suaves nuevos evangélicos para criticarnos y llevar a la gente a su religión “fácil”. El Diablo estará activo contra nosotros. Por eso la Biblia dice: “Sed sobrios, y velad”.

La Biblia también dice: “No apaguéis al Espíritu” (I Tesalonicenses 5:19; pág. 1227). No dejes que el fuego de Dios se apague. Sé un hombre o una mujer de oración. No pienses que la bendición de Dios es garantizada. Muchas veces en el pasado Dios estuvo presente en una reunión. La gente asumió que Dios siempre estaría allí. Al día siguiente no oraron. No prepararon sus corazones. Y en el próximo encuentro Dios estaba ausente. ¡No dejes que eso vuelva a suceder! Ora tanto cuando las cosas van bien como cuando fue difícil.

La Biblia dice: “No apaguéis al Espíritu No te interpongas en el camino de lo que Dios está haciendo. Te prometo que la nueva iglesia no será una copia del viejo. El Evangelio es el mismo. Jesucristo es el mismo. Pero la forma en que hacemos las cosas, nuestros métodos, no siempre será lo mismo. No digas, “Pero solíamos hacerlo de otra manera”. No discutas con los pastores. No te quejes y murmures. No apaguéis el Espíritu. ¡Deja que Dios haga su obra!

La Biblia dice: “No menospreciéis las profecías” (I Tesalonicenses 5:20; pág. 1227). No rechaces la predicación. Presta atención a los sermones. No digas: “He oído eso antes”. Escucha de todos modos. No mires hacia abajo en el suelo. Escucha los sermones. Piensa en ellos. Lee los manuscritos que te damos. Y haz lo que dicen los sermones. Eso te convertirá en un Cristiano fuerte. Es tan simple como eso.

Algunos de ustedes no han escuchado los sermones. Por eso no has confiado en Jesús. Dejaste pasar el mensaje del Evangelio. Tus pecados aún están sobre ti. Te separan de Dios. Pero Jesús murió en la cruz para pagar por tu pecado. Derramó su sangre para lavar tu pecado. Se resucitó de entre los muertos para darte la vida. Ruego que confíen en Jesús. Si desea hablar con nosotros acerca de confiar en Jesús, por favor, ven al frente de esta sala al final del sermón.

Estos días no son oscuros. ¡Estos son grandes días!

“Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13, 14).

Párate y canta la última canción en tu cancionero, “Higher Ground” [Plano más alto].

Mi corazón no quiere estar done hay dudas y temor;
Aunque unos moren allí, yo, en tierra alta quiero estar.
Elévame, Señor a andar por fe en el Cielo caminar,
Lugar más alto aun, “Señor, en tierra alta plántame.”

Por sobre el mundo he de vivir, aunque me ataque Satanás;
Canción de santos por la fe con gozo yo puedo cantar.
Elévame, Señor a andar por fe en el Cielo caminar,
Lugar más alto aun, “Señor, en tierra alta plántame.”

Yo quiero alturas escalar, un poco de gloria mirar;
Así hasta el Cielo, “Señor, en tierra alta plántame.”
Elévame, Señor a andar por fe en el Cielo caminar,
Lugar más alto aun, “Señor, en tierra alta plántame.”
(Traducción libre de “Higher Ground” por Johnson Oatman, Jr., 1856-1926)


EL BOSQUEJO DE

¡ESTOS NO SON DÍAS OSCUROS,
ESTOS SON GRANDES DÍAS!

por el Dr. Christopher L. Cagan

“Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13, 14).

(II Corintios 11:24, 25)

I.    Primero, ¡estos son grandes días para nuestro país!
I Timoteo 2:2; Génesis 12:3.

II.   Segundo, ¡estos son grandes días para nuestra iglesia!
I Pedro 5:8; I Tesalonicenses 5:19, 20.