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¡LLAMADO FUERA DE EGIPTO!

Un sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr.
y predicado por el Dr. Christopher L. Cagan
en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 3 de noviembre de 2019

“Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto…Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel” (Mateo 2:14, 21; pág. 955, 956).


Egipto se encuentra en el extremo norte de África. Egipto era poderoso y espléndido en tiempos antiguos. Pero a partir del siglo VI antes de Cristo, el esplendor y el poder de Egipto se disminuyó a una sombra. De hecho, hay pocos contrastes más fuertes en cualquier nación entre el antiguo poder y la gloria de Egipto y su insignificancia posterior.

Para cuando José llevó a María y a Jesús a Egipto, ese país ya había perdido la mayor parte de su antiguo poder. Dios advirtió a José que huyera a Egipto. Era común que los judíos fueran allí. Todas las principales ciudades de Egipto tenían un gran número de refugiados judíos. La gran ciudad de Alejandría tenía más de un millón de emigrantes judíos. La tradición nos dice que José llevó a María y Jesús a una parte judía de la ciudad de El Cairo.

A lo largo de la Biblia Egipto es una imagen del mundo. En la Biblia, el “mundo” no se refiere al planeta en el que vivimos. Habla del “cosmos”, el “sistema mundial”, como están las cosas ahora. Se refiere a la sociedad humana sin Dios. Egipto era el país más poderoso del mundo, gobernado por el faraón, su rey. Construyeron pirámides. Tenían grandes ejércitos. Adoraban a dioses falsos. Pero no conocían al verdadero Dios. Mantuvieron al pueblo judío en la esclavitud. Sí, Egipto simboliza el mundo sin Dios. Y Egipto simboliza la esclavitud y la esclavitud al pecado. Hay varias aplicaciones de Egipto dadas en la Biblia.

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I. Primero, Egipto es un tipo del mundo.

En Génesis 12:10, leemos:

“Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá (para vivir); porque era grande el hambre en la tierra” (Génesis 12:10; pág. 21).

La nota de Scofield en este verso dice:

De acudir a Egipto (el mundo) es un tipo de la tendencia de substituir por la pérdida del poder espiritual de los recursos carnales del mundo...

Abram no fue bendecido en Egipto. Fue expulsado de ella por la mano de Dios, y regresó a Canaán.

Más tarde, en el libro del Génesis, José fue arrojado a un pozo y dado por muerto por sus hermanos celosos. Algunos nómadas madianitas que pasaban sacaron a José del pozo y lo vendieron como esclavo en Egipto:

“Y los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia” (Génesis 37:36; pág. 51).

En ambos casos, con Abram y con José, Egipto es un tipo, o imagen, del mundo del pecado.

José se levantó de la esclavitud y se convirtió en un gran hombre en Egipto, y más tarde sus parientes hebreos lo siguieron a esta tierra. Los hebreos crecieron en número hasta que se convirtieron en un poderoso grupo étnico allí. Pero un nuevo faraón se volvió contra los judíos y los convirtió en esclavos. Cuando Dios vio su lamentable condición, envió a Moisés para librarlos de la esclavitud:

“Y pasados los cuatrocientos treinta años, en el mismo día todas las huestes de Jehová salieron de la tierra de Egipto” (Éxodo 12:41; pág. 80).

Este es un tipo o imagen de aquellos que se convierten, dejando atrás el mundo y saliendo del pecado a Jesucristo.

En Apocalipsis 11:8 Se llama Jerusalén, “la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado”. Jerusalén será tan pecaminosa en ese momento, en el período de la Tribulación, que la Biblia la compara con Sodoma y Egipto.

Oseas 11:1 dice:

“Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo” (Oseas 11:1; pág. 888).

Este versículo de Oseas se cita en Mateo 2:15 como cumplido cuando José sacó a Jesús de Egipto, de vuelta a Tierra Santa. La nota de Scofield sobre Mateo 2:15 dice:

Las palabras aquí citadas se encuentran en Oseas 11:1, y el pasaje ilustra la verdad de que las declaraciones proféticas tienen a menudo un significado latente y más profundo que el que a primera vez vista aparece. Nacionalmente, Israel era un “hijo”, pero Cristo era el “Hijo” mayor.

Leemos en nuestro texto que José “se levantó, y tomó al niño (Jesús) y a su madre, y vino a tierra de Israel” (Mateo 2:21). Esta es una imagen del creyente en Cristo dejando el mundo del pecado. ¿Los Ángeles es parte del mundo del pecado? ¡Apuesto a que sí! ¡Cualquiera puede ver eso!

El débil nuevo evangelicalismo de hoy es una parte del mundo. Eso es lo que hacen los nuevos evangélicos: tratan de encajar con el mundo. Y lo hacen, pero sin cambiarlo. En vez, el mundo los cambia. Eso es lo que ofrece el apóstata Chan: una iglesia y un pastor fáciles. Al igual que Olivas antes que él, el grupo de Chan apóstata es una estación de pesaje en el camino de regreso al mundo. ¡Pero yo digo, aléjate del mundo del pecado y sigue a Jesús!

II. Segundo, Egipto debe ser abandonado.

No puedes convertirte en Cristiano y seguir siendo parte del mundo. Algunos de ustedes todavía quieren estar en Egipto. ¡Otros de ustedes están esperando hasta que llegue el momento en que dejen la gracia de Dios y corren a Egipto, como si hubiera algo bueno allí! Pero no lo hay. Debes abandonar Egipto, y renunciarlo, y estar acabado con el mundo si quieres convertirte en un verdadero Cristiano. Fanny Crosby, la gran escritora de himnos, dijo:

Toma al mundo y su vanidad,
   Dadme a Jesús a mí;
Su amor es para siempre,
   El mismo es siempre Él.

Toma al mundo, a Jesús dadme,
   En Su Cruz yo confiaré,
Hasta que en vista perfecta
   Cara a cara Le veré.
¡Qué vasta misericordia!
   ¡Cuán profundidad de amor!
¡Oh, la redención completa,
   ¡Promesa de vida sin fin!
(“Take the World, But Give Me Jesus” por Fanny J. Crosby, 1820-1915).

Tienes que estar dispuesto a decir: “Toma el mundo, a Jesús dadme” ¡si quieres salvarte!

La Biblia dice:

“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (I Juan 2:15-16; pág. 1278).

Para que te conviertas en un verdadero Cristiano, debes alejarte de Egipto, apartarte de este mundo y de sus pecados. Deben apartaros hacia adentro, lejos de “todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida” (I Juan 2:15-16).

Por eso leemos, en II Corintios 6:17-18:

“Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso” (II Corintios 6:17-18; pág. 1174).

¡Qué retrato de esto se encuentra en nuestro texto!

“Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto…Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel” (Mateo 2:14, 21; pág. 955, 956).

Debes salir del pecado egipcio de Los Ángeles – ¡y luego en Jesús mismo!

III. Pero, tercero, Egipto debe ser evangelizado.

Como Jesús fue llamado fuera de Egipto, así que ustedes son llamados fuera del mundo. Pero, como Jesús fue enviado a Egipto, así que eres enviado al mundo como testigo.

Jesús dijo:

“No ruego que los quites del mundo (físicamente), sino que los guardes del mal” (Juan 17:15; pág. 1095).

En los siglos II y III algunos Cristianos cometieron el error de entrar en monasterios en el desierto para escapar del mundo físicamente. Pero Jesús no vino a sacarnos físicamente del mundo, si no a guardarnos “del mal” (Juan 17:15).

De hecho, Jesús dijo:

“Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo” (Juan 17:18; pág. 1095).

Jesús nos llama fuera del mundo del pecado, a vivir vidas separadas en la iglesia local para Él. Pero entonces nos envía de vuelta al mundo para testimoniar y ganarlos para Él.

“Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío” (Juan 20:21; pág. 1099).

Una vez más, Jesús dijo:

“Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa” (Lucas 14:23; pág. 1054).

¿Cómo llenas la casa de Dios? ¡Uno a la vez! Cada uno es una persona por la que Jesús murió. ¡Traiga a una persona a la vez! Ahí es donde empiezas. Como una canción lo pone:

Tráiganlo, Tráiganlo,
   Tráiganlo de campo del pecar;
Tráiganlo, Tráiganlo,
   A Jesús trae al errante.
(Traducción libre de “Bring Them In” por Alexcenah Thomas,      siglo XIX, alterado por el Dr. Hymers).

La Biblia dice:

“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios” (II Corintios 5:20; pág. 1190).

Les digo hoy que Jesucristo murió en la Cruz para pagar la pena por sus pecados. Pero no se quedó muerto en la tumba. Se levantó, literalmente físicamente de entre los muertos. Ascendió al Cielo, y está vivo, sentado a la diestra de Dios Todopoderoso. Si te vuelves completamente a Jesucristo, Él te salvará del pecado y de su castigo. Ven a Jesucristo, y Él te salvará – ¡ahora! Si desea hablar con nosotros acerca de confiar en Jesús, por favor, venga al frente de la sala ahora. Amén.


EL BOSQUEJO DE

¡LLAMADO FUERA DE EGIPTO!

Un sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr.
y predicado por el Dr. Christopher L. Cagan

“Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto…Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel” (Mateo 2:14, 21).

I.    Primero, Egipto es un tipo del mundo, Génesis 12:10; Génesis 37:36;
Éxodo 1:13-14; Éxodo 12:41; Apocalipsis 11:8; Oseas 11:1.

II.   Segundo, debe ser abandonado, I Juan 2:15-16; II Corintios 6:17-18.

III.  Pero, Tercero, Egipto debe ser evangelizado, Juan 17:15,18;
Juan 20:21; Lucas 14:23; II Corintios 5:20.