Print Sermon

El propósito de este sitio de Internet es proporcionar manuscritos de sermones gratuitos y videos de sermones a pastores y misioneros en todo el mundo, especialmente en el Tercer Mundo, donde hay pocos, si es que hay, seminarios teológicos o escuelas Bíblicas.

Estos manuscritos de sermones y videos ahora van a casi 1,500,000 computadoras en más de 221 países todos los meses en www.sermonsfortheworld.com. Otros cientos miran los videos en YouTube, pero rápidamente dejan YouTube y vienen a nuestro sitio de Internet. Los manuscritos de sermones se dan en 46 idiomas a casi 120,000 computadoras cada mes. Los manuscritos de sermones no tienen derecho de autor, así que los predicadores pueden usarlos sin nuestro permiso. Por favor, oprime aquí para aprender cómo puedes hacer una donación mensual para ayudarnos en esta gran obra de predicar el Evangelio a todo el mundo.

Cuando le escribas a Dr. Hymers, siempre dile en qué país vives o él no te podrá contestar. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net.




COMO SER UN CRISTIANO EXITOSO

por el Dr. Christopher L. Cagan

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Noche del Día del Señor, 21 de julio de 2019

“En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles. Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. Y Saulo [Pablo] asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel. Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio” (Hechos 8:1-4).


La iglesia fue perseguida. Esteban acababa de ser apedreado por predicar a Jesús. Saulo (quien más tarde fue el apóstol Pablo) aún no era convertido. Era un enemigo de Jesús. Cuando Esteban fue apedreado, Saulo vigilaba los abrigos de las personas que lo apedrearon. La Biblia dice: “Saulo consentía en su muerte” (Hechos 8:1). Entonces “hubo una gran persecución contra la iglesia” (v. 1). En su odio, Saulo se volvió salvaje. “Y Saulo asolaba la iglesia” – destrozó la iglesia (v. 3). Entró en casas y metió a hombres y mujeres en prisión. Los cristianos iban “esparcidos…por todas partes” (v. 4). ¡Qué terrible contratiempo!

Esto sucedió sólo unos meses después de que Pedro predico en Pentecostés. Podrías pensar que la iglesia estaría aplastada. Podría haber desaparecido. Podría haber escondesido como una sombra encogida de lo que había sido.

Pero no ocurrió. La iglesia se hizo más fuerte que nunca. ¡Se hizo exitoso! ¿Qué hizo la gente? La Biblia dice: “Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio” (Hechos 8:4). ¿Quién hizo esto? No fueron los apóstoles. Era la gente. La Biblia dice: “todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles” (v. 1). Seguían predicando la Palabra. Sí, la iglesia sufrió terriblemente. Pero se hicieron exitosos. Tú también puedes hacerte exitoso. Te diré cómo ser mejor. Voy a decirte dos cosas sobre cómo puedes ser mejor que tú eres ahora.

+ + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + +

NUESTROS SERMONES ESTÁN DISPONIBLES
EN SU TELÉFONO CELULAR AHORA.
IR A WWW. SERMONSFORTHEWORLD. COM.
HAGA CLIC EN EL BOTÓN VERDE
CON LA PALABRA “APP” SOBRE TAL.
SIGA LAS INSTRUCCIONES QUE APAREZCAN.

+ + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + +

I. Primero, puedes ser exitoso a través de la Palabra de Dios.

Esos primeros cristianos sabían que Jesús dijo:

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19, 20).

Y sabían que Jesús dijo:

“seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).

Sabían que Dios tenía un plan para ellos, para traer a Jesús a todo el mundo. Sabían que Jesús prometió estar siempre con ellos.

Sabían que la persecución vendría. Jesús dijo a los Apóstoles: “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros” (Juan 15:18). Entonces Jesús dijo: “Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán” (Juan 15:20). Esos cristianos no se sorprendieron cuando fueron atacados. Jesús dijo que pasaría. La persecución no los rompió. ¡Se levantaron y se fueron!

Has sido perseguido. Nuestra iglesia ha sufrido desde dentro y por fuera, desde interior y exterior. Chan el apóstata nos hizo gran maldad. Pero no te sorprendas. Eso tal es esperado. El apóstol Pablo dijo: “Demas me ha desamparado, amando este mundo” (II Timoteo 4:10). Entonces Pablo dijo: “Alejandro el calderero me ha causado muchos males” (II Timoteo 4:14). Pablo predicó: “Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulo” (Hechos 20:30). No debería sorprenderte que Chan el apóstata nos hizo una gran maldad. El apóstol Pedro dijo:

“Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría” (I Pedro 4:12, 13).

“No os sorprendáis”. No te sorprendas, “como si alguna cosa extraña os aconteciese”. ¿No es esa la Palabra de Dios? ¿No lo dijo Dios?

¿No le dijo Jesús que estaría con nosotros? Dijo: “he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). Antes de eso dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mateo 28:18). Sí, vendrán problemas. Jesús dijo que sí. Pero recuerden que Jesús es todopoderoso, y estará con nosotros. Nadie puede vencerlo, ni el Diablo, ni los demonios, ni Chan el apóstata. Jesús dijo:

“Edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18).

Jesús lo dijo. ¡Puedes contar con ello!

Y puedes contar con el amor de Jesús. La Biblia dice de Jesús: “la iglesia, la cual es su cuerpo” (Efesios 1:22, 23). Una vez más, la Biblia dice: “Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos” (Efesios 5:29, 30). Todo el mundo ama su propio cuerpo. Jesús ama su cuerpo, y ese cuerpo es la iglesia. Ama nuestra iglesia. Esa es la promesa de Jesús. Puedes reclamar estos versículos en oración. Puedes tomar aliento y fortaleza de ellos. ¡Tue puedes ser un exitoso cristiano!

II. Segundo, puedes ser exitoso a través de la edificación de tu carácter.

El domingo pasado prediqué un sermón titulado ¡Confiar y Obedecer! Te hablé de un centurión romano. Jesús vino a sanar al siervo de ese hombre. El centurión le dijo a Jesús: “también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace” (Lucas 7:8). Le dijo a Jesús: “No necesitas venir a mi casa. Sé que puedes curar a mi siervo sin ir allí.” ¿Por qué dijo eso? Porque así se hacían las cosas en el ejército romano. Cuando el centurión dio una orden, sabía que sus soldados lo harían. Provenía de una cultura de “confiar y obedecer” donde la gente tenía buen carácter. Cumplieron sus promesas. Hicieron lo que le dijeron. Tenían una buena cultura.

Para tener una buena iglesia, tú debes tener un buen cultura. Tu carácter es que tipo de persona eres. Tu carácter sale en la forma en que actúas. La Biblia dice: “pero hágase todo decentemente y con orden” (I Corintios 14:40). No podemos tener una buena iglesia si todo está en un lío. No podemos tener una buena iglesia con gente que no cumpla su palabra. No podemos tener una buena iglesia si la gente se va en una iglesia dividida.

¿Cómo puedes mejorar tu carácter? ¿Cómo podemos mejorar nuestra cultura? Las dos preguntas son las mismas. Cuando una persona es buena, tiene un buen carácter. Cuando una comunidad es buena, tienen una buena cultura. Es lo mismo. ¿Cómo lo haces? Empieza con cosas simples. ¿Llegaste a tiempo al servicio? No lo hagas una vez, sino todos los domingos. ¿Leíste la Biblia hoy? Haz esto todos los días. ¿Meditaste en los versículos bíblicos que leíste? Haz esto todos los días. ¿Oraste hoy? Haz esto todos los días. ¿Leíste los manuscritos del sermón esta semana? Haz esto todas las semanas. ¿Qué pasa si no oras o lees la Biblia por un día? Si pierdes un día, no te rindas. ¡Solo hazlo mejor al día siguiente! Olvida el pasado. Se acabó. ¡Ahora ve y hazlo mejor mañana! ¡Ese es un buen carácter!

¿Por qué sigo diciendo “todos”? Porque “cada” es la diferencia entre un buen carácter y algo que simplemente haces una vez y luego te olvidas. ¡Cualquiera puede hacer algo una vez! La gente descuidada puede hacer eso. La gente extraña y emocional puede hacer eso. Tú lo has visto. Cualquiera puede emocionarse con algo una vez. Tu viste a la gente hacerlo. Leían la Biblia. Oraban. Leían un manuscrito de sermón. Una vez se emocionaron con la iglesia. Pero era muy difícil para ellos seguir haciéndolo cuando no se sentían emocionados. Así que siguieron su camino.

¿Cuál es la diferencia entre ellos y un buen cristiano? La palabra “cada” marca la diferencia. Cualquier puede hacer algo una vez. Un buen cristiano de buen carácter lo hace “cada” vez, se sienta emocionado o no. El “todo” es lo que hace personas que son “firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre” (I Corintios 15:58). Cuando la gente de una iglesia lo hace, tiene una buena cultura.

Dices: “¿Cómo puedo llegar al 'todos'? ¿Cómo me vuelvo en una persona ‘cada’? Yo respondo: “Un día a la vez”. Lee tu Biblia mañana. Medita en ello mañana. Ora mañana. Eso es mañana. Entonces haz lo mismo al día siguiente, luego al siguiente, luego al siguiente. Ven a la iglesia a tiempo para orar. Entonces lo haces la próxima vez, y luego al siguiente. Lea los manuscritos del sermón este fin de semana. Hazlo la semana que viene, luego al siguiente. Haz estas cosas una vez, y luego hazlo otra vez. Entonces haz ellos otra vez.

Esa es la manera de volverse en una persona de “todos”. Haz estas cosas un día a la vez. No te detengas. No te rindas. Si fallas un día, haz lo correcto el próximo día. Si, hazlos un día. Entonces hazlos al día siguiente, porque ese es un nuevo día. Edificaras un hábito en ti mismo. Te pones la ropa todas las mañanas, ¿no? Es un hábito. Lo hacías todos los días de niño hasta que se convirtió en un hábito. Te pones la ropa, ya sea que te sientas bien o mal, ya sea que te apresures o te relajes. Se volvió en parte de tu carácter. Se volvió en parte de ti. Y puedes hacer las mismas cosas en tu vida cristiana.

Cuando estaba en la universidad, vi un anuncio para una escuela anticuada: “edificando el carácter de tu hijo”. El anuncio era cierto. Los graduados de esa escuela se convirtieron en ministros, líderes militares, hombres de negocios y abogados. Muchos sirvieron con honor en oficios políticos. Todos ellos eran buenos ciudadanos, lo que llamamos buena gente. ¿Cómo construyeron el carácter en la escuela? Entrenando a sus estudiantes para que hagan cosas simples. Tenían que estar en clase a tiempo. Tenían que vestirse bien. Tenían que limpiar sus cuartos. No eran permitidos faltar su tarea. No se les permitía emborracharse ni consumir drogas. Enseñaron a sus alumnos a “confiar y obedecer”. Hoy la gente no quiere que las escuelas tengan reglas, pero era mejor la antigua forma. Los estudiantes se convirtieron en personas con las que podías confiar. Tenían un buen carácter. Hicieron una buena cultura. Y tú también puedes ser.

Si sigues haciendo lo que hace un cristiano bueno y sólido, te convertirás en un cristiano bueno y sólido. Practicarás un hábito. El hábito se convertirá en parte de ti. Orarás y leerás la Biblia sin importar cómo te sientas. Vendrás a las reuniones a tiempo sin importar cómo te sientas. Apoyarás a la iglesia sin importar cómo te sientas. Tendrás un mejor carácter. ¡Así es como te obtendrás uno!

Ahora debo hablar con los que están perdidos. No has confiado en Jesús. Algunos de ustedes son demasiado perezosos para esforzarse por su salvación. Jesús dijo: “Esforzaos a entrar” (Lucas 13:24), pero no lo haces. No esperes convertirte así. Pero si confías en Jesús, el perdonará tu pecado. Derramó su sangre en la cruz para lavar tu pecado. Como hayas pecado, como hayas fallado, Jesús te salvará si confías en Él. Un viejo himno dice:

Del cautiverio, noche y penar, Vengo Jesús, vengo Jesús;
Hacia Tu libertad y Tu luz, Vengo Jesús, a Ti.
   (“Jesus, I Come” por William T. Sleeper, 1819-1904).

Si desea hablar con nosotros acerca de confiar en Jesús, por favor venga y párese al frente de la sala ahora. Amén.


EL BOSQUEJO DE

COMO SER UN CRISTIANO EXITOSO

por el Dr. Christopher L. Cagan

“En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles. Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. Y Saulo [Pablo] asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel. Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio” (Hechos 8:1-4).

I.    Primero, puedes ser exitoso a través de la Palabra de Dios,
Mateo 28:19-20; Hechos 1:8; Juan 15:18, 20; II Timoteo 4:10, 14;
Hechos 20:30; I Pedro 4:12, 13; Mateo 28:18; Efesios 1:22, 23;
Efesios 5:29, 30.

II.   Segundo, puedes ser exitoso a través de la edificación de tu carácter,
Lucas 7:8; I Corintios 14:40; I Corintios 15:18; Lucas 13:24.