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RESULTADOS DE LA RESURRECCION DE JESÚS

por el Dr. C. L. Cagan

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 21 de Abril, 2019

“Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque, así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida” (I Corintios 15:20-23).


Hoy es el domingo de Pascua. ¡Este es el día cuando Jesús resucitó de entre los muertos! ¡Jesús realmente resucito, no como una idea en la mente de sus discípulos, no como un espíritu sino en un cuerpo de carne y hueso!

Si Jesús no hubiera resucitado de entre los muertos, no tendría sentido de ser cristiano. La Biblia dice, “y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron” (I Corintios 15:17, 18). Si Jesús no resucito de entre los muertos, nuestra fe no vale nada y estamos todos todavía perdido en pecado. Nuestro tiempo fue desperdicio. Nadie es salvó. Y los que murieron confiando en Jesús están perdidos para siempre.

¡Pero Jesús si resucito de entre los muertos, y eso cambió todo! Nuestro texto dice: “Así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados”. Y él dice, “Cristo, las primicias [Él primero]; luego los que son de Cristo, en su venida; después los que son de Cristo en su venida [todos los cristianos que han muerto serán resucitados cuando Él venga]”. La resurrección de Jesucristo cambió todo. Hoy quiero hablar sobre algunos de los resultados de la resurrección de Jesús.

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I. Primero, la resurrección de Jesús llevó a conversiones inoportunas.

El apóstol Pedro había estado con Jesús por tres años. Pero Pedro no había creído el Evangelio. Cuando Él dijo que iría a Jerusalén, ser matado y resucitado, Pedro dijo “NO”. Pedro reprendió a Jesús y dijo: “Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca” (Mateo 16:22). “No, Jesús, no la Cruz. La resurrección tampoco”. Pedro no creía el Evangelio. Él no era aún convertido. Es por eso por lo que Pedro falló cuando la prueba vino. Después de que Jesús fue arrestado en el huerto de Getsemaní, Pedro le negó tres veces. Él dijo: “No, no soy su discípulo”. “No conozco al hombre”. Pedro no pudo porque todavía estaba perdido.

Pero en la noche de la resurrección fue diferente. Jesús se apareció a Pedro y nueve de los discípulos. Entonces “sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo” (Juan 20:22). Dr. J. Vernon McGee fue correcto cuando dijo:

Personalmente creo que en el momento en que nuestro Señor les sopló y dijo: “Recibid el Espíritu Santo”, estos hombres fueron regenerados [nacidos de nuevo]. Antes de esto, no habían sido habitados por el Espíritu de Dios. (J. Vernon McGee, Th.D., Thru the Bible, volume IV., p. 498; note on John 20:22).

Lo mismo sucedió con el apóstol Tomás. Él no estaba allí esa noche. Tomás se negó a creer a menos que pudiera ver las huellas de los clavos en las manos de Jesús y meter su mano en el agujero en el costado de Jesús. Una semana después, el próximo domingo por la noche, apareció Jesús e invitó a Tomás a hacer precisamente eso. Tomás dijo: “¡Señor mío, y Dios mío!” (Juan 20:28). ¡Tomás fue convertido!

¿Por qué llamo a estas conversiones “inoportunas”? Llegaron en el momento equivocado. Pedro y Tomás habían estado con Jesús por tres años. Les habían oído predicar el evangelio. Deberían haber sido salvos mucho tiempo antes. Deberían haber sido demasiado tarde para ellos. Pedro había negado a Jesús. Los otros lo habían abandonado y habían huido. Jesús debería haber venido en juicio, o no haber venido en absoluto. Pero en su amor y misericordia, Jesús vino a ellos y los llevó a la salvación.

La resurrección de Jesús llevó a otra conversión inoportuna, la del apóstol Pablo. El hombre estaba en el camino a Damasco para perseguir a los cristianos allí. Jesús se le apareció y le dijo: “Yo soy Jesús” (Hechos 9:5). Este hombre enojado fue destrozado hasta la médula. Se convirtió unos días después y se convirtió en el apóstol Pablo, el cristiano más grande de todos los tiempos. Él no debería haber sido salvo en absoluto, pero el Jesús resucitado vino a él. Pablo se describió a sí mismo “como a un abortivo, me apareció a mí” (I Corintios 15:8), y así fue.

¿Puede haber conversiones inoportunas? ¡Sí! Estoy pensando en una niña aquí en nuestra iglesia. Hubo problemas. La gente se había ido. No parecía un momento en que las personas fueran salvos. Pero esta niña confió en Jesús en medio de todo eso, ¡tiempo inoportuno! ¿Y qué hay de ti? Algunos de ustedes no han confiado en Jesús. ¿Por qué no? Tú dices: “Voy a esperar. No es el momento. Quizás más tarde. Simplemente me sentaré en mi silla”. Pero esa niña confió en Jesús. No tienes excusa. Irás al infierno con Pilato, Caifás y Judas. No dejes que eso te pase.

II. Segundo, la resurrección de Jesús salvó millones interminables en todo el mundo.

Si Jesús no se hubiera resucitado de entre los muertos, Pedro y los demás discípulos habrían permanecido perdidos cobardes. Pedro sería el mismo hombre que huyó y negó a Jesús tres veces. ¡Pero Jesús si resucito de entre los muertos! Jesús vino a Pedro y lo salvó. Pedro era un hombre nuevo. Unas semanas más tarde, Pedro predicó con audacia: “A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos” (Hechos 2:32). Una vez más, Pedro dijo: “a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo” (Hechos 2:36). Tres mil personas judías confiaron en el Salvador ese día. Pedro cambió de cobarde a predicador intrépido. Más tarde escogió ser crucificado al revés en vez de negar a Jesús. ¿Qué cambió a Pedro? O debería decir, ¿quién cambió a Pedro? ¡Fue el Jesús resucitado!

Fue lo mismo con los otros apóstoles. En el huerto de Getsemaní, “Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron” (Mateo 26:56). Unas semanas más tarde los mismos hombres fueron encarcelados por predicar de Jesús. Allí fueron golpeados. Sin embargo, se regocijaron “Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo” (Hechos 5:41, 42). Más tarde, el apóstol Juan fue hervido en aceite y enviado al exilio en una isla solitaria. Todos los demás murieron por predicar de Jesús. ¿Qué los cambió? ¡Jesús ha resucitado de entre los muertos!

Fue lo mismo con el apóstol Pablo. Puso a los cristianos en prisión. Se alegró de ver a Esteban apedreado. Pero predicó el Evangelio de Jesús a través del mundo romano. Escribió un tercio del nuevo testamento. Fue decapitado por predicar a Jesús. ¿Qué lo cambió?¡Jesús ha resucitado de entre los muertos!

A través de Pedro, Pablo y otros que los siguieron, Jesús es predicado, ¡por 2000 años! Millones incalculables han sido salvo. Hoy, en todas las naciones, muchos alaban el nombre de Jesús. En tierra tras tierra, hombres y mujeres mueren voluntariamente como mártires de Jesús. ¿Qué hizo que pasara esto? ¡Jesús ha resucitado de entre los muertos!

III. Tercero, la resurrección de Jesús demostró que Él era el Hijo de Dios.

Si Jesús no hubiera resucitado de entre los muertos, habría demostrado que Él era un hombre ordinario. Se habría quedado muerto como todos los demás. Y habría hecho a Jesús como un falso profeta, porque Él dijo de sí mismo, “más al tercer día resucitará” (Mateo 20:19). El cristianismo sería una religión falsa, porque la Biblia dice, “y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana [sin valor]” (I Corintios 15:17). Ese versículo también dice, “y si Cristo no resucitó…aún estáis en vuestros pecados.” (15:17). Todo hombre y mujer, en todas las edades, en cada tierra, se perdería y se iría al infierno.

¡Gracias a Dios que Jesús resucito de entre los muertos! La resurrección demostró que Jesús era el Hijo de Dios. La Biblia dice que Jesús fue “declarado Hijo de Dios con poder…por la resurrección de entre los muertos” (Romanos 1:4). La palabra griega traducida “declarado” en este versículo significa “especificar”, “para marcar” (Concordancia Strong #3724). Jesús fue señalado, especificado, nombrado, descrito, y demostrado ser el Hijo de Dios por su resurrección de los muertos. La resurrección comprobó que Jesús tenía razón todo el tiempo. Él es quien él dijo que es, el Hijo de Dios. Él hizo lo que dijo: morir en la Cruz por nuestro pecado y resucitar el tercer día. Jesús tenía razón todo el tiempo. Debido a que Él es el Hijo de Dios que murió y resucitó por ti, puedes confiar en Él. Jesús no te fallará. Él dio su sangre para lavar tu pecado. Resucitó de entre los muertos para darte la vida. Si confías en Él, serás salvo para siempre. Ruego que confíes pronto en Él.

IV. Cuarto, la resurrección de Jesús conquistó la muerte misma.

Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, se resucitó para no volver a morir. Cuando Jesús resucitó, ¡conquistó la muerte! Nuestro texto dice:

“Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque, así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.” (I Corintios 15:20-23).

¿Qué significa eso? El mejor comentario sobre las Escrituras es la Escritura misma. El libro de Romanos dice, “Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia” (Romanos 5:17). Cuando Adán pecó en el huerto del Edén, trajo el pecado y la muerte a toda la raza humana. Cuando Jesús murió para pagar el pecado y resucitó, él trajo el perdón y la vida a todos los que confían en Él. Es por eso por lo que nuestro texto dice, “Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque, así como en Adán todos mueren, también en Jesús todos serán vivificados.” (I Corintios 15:21, 22). Jesús vino a deshacer lo que Adán hizo. Adán trajo la muerte. Jesús trajo la vida.

¡En Jesús la muerte es vencida! Los cristianos vivirán eternamente con Él. La Biblia dice que Dios “nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,” (1 Pedro 1: 3, 4). Por la resurrección de Jesús de entre los muertos, los cristianos nacen de nuevo. Por la resurrección de entre los muertos, tenemos una herencia eterna en el cielo.

Por su resurrección, Jesús resucitó victorioso sobre la muerte. Por eso la Biblia dice: “Jesucristo, el cual quitó la muerte” (II Timoteo 1:10). Usted dice: “¿Pero no moriremos todos?” Sí, moriremos físicamente. Dejaremos esta vida. Pero Jesús ha vencido la muerte tanto para nosotros como para Él mismo. Él resucitó primero. La Biblia dice “Cristo, las primicias” (I Corintios 15:23). Y la Biblia dice: “Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias [Él primero]; luego los que son de Cristo, en su venida” (15:23). Cuando Jesús regrese por los suyos, los cristianos serán resucitados para siempre. La Biblia dice: “los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.” (I Tesalonicenses 4:16, 17). Una vez más, la Biblia dice: “en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (I Corintios 15:52). Entonces se cumplirá la Escritura, “Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (I Corintios 15:54, 55). ¡Jesús ha vencido a la muerte para siempre!

¿Pero qué hay de ti? Algunos de ustedes no han confiado en Jesús. No tienes esta esperanza. , tendrás una resurrección. Después de que mueras y vayas al infierno, serás resucitado de entre los muertos. Pero serás resucitado a “resurrección de condenación” (Juan 5:29). Serás resucitado del infierno para enfrentar el Juicio Final. Entonces, por tu pecado, serás enviado al Lago de Fuego para siempre. Espero que esto no te suceda.

La diferencia es clara. La resurrección de la vida, o la resurrección de la condenación. Vida eterna o muerte eterna. Yo oro que confíes en Jesús y recibas la vida eterna. Si deseas hablar conmigo acerca de confiar en Jesús, por favor, siéntese en las primeras dos filas. Amén.


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(FIN DEL SERMÓN)
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El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Jack Ngann:
“Christ Arose” (por Robert Lowry, 1826-1899)


EL BOSQUEJO DE

RESULTADOS DE LA RESURRECCION DE JESÚS

por el Dr. C. L. Cagan

“Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque, así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida” (I Corintios 15:20-23).

(I Corintios 15:17, 18)

I.    Primero, la resurrección de Jesús llevó a conversiones inoportunas.
Mateo 16:22; Juan 20:22, 28; Hechos 9:5; I Corintios 15:8.

II.   Segundo, la resurrección de Jesús salvó millones interminables en todo el mundo, Hechos 2:32, 36; Mateo 26:56; Hechos 5:41, 42.

III.  Tercero, la resurrección de Jesús demostró que Él era el Hijo de
Dios. Mateo 20:19; I Corintios 15:17; Romanos 1: 4.

IV.  Cuarto, la resurrección de Jesús conquistó la muerte misma.
Romanos 5:17; I Corintios 15:21, 22; I Pedro 1:3, 4;
II Timoteo 2:10; I Corintios 15:23; 1 Tesalonicenses 4:16, 17;
I Corintios 15:52, 54, 55; Juan 5:29.