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CÓMO GUIAR UN ALMA A JESÚS -
¡CONSEJERÍA PARA CONVERSIONES!

Un sermón escrito por Christopher L. Cagan, Ph.D. (UCLA),
M.Div. (Seminario Talbot), Ph.D. (Escuela de Posgrado Claremont),
y predicado por el Rev. John Samuel Cagan
en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 26 de Agosto del 2018

“Si no os volvéis…no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3).


Jesús dijo que una persona debe volverse – tener una conversión – o no puede ir al Cielo. La palabra Griega traducida como “volvéis” es “epistrepho”. Significa “voltearse”. Esto no es hacer la oración del pecador o levantar la mano. Este es el cambio de corazón que Dios le da a un pecador en el nuevo nacimiento. Jesús le dijo a Nicodemo: “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3). Nuevamente, Jesús dijo, “Os es necesario nacer de nuevo” (Juan 3:7). Este es un cambio radical de corazón. La Biblia dice: “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (II Corintios 5:17). Esto no es solo hacer la oración del pecador. ¡Esto es conversión! Esta mañana me gustaría hablar sobre consejería para llevar a un pecador a la conversión en Jesús.

¿Qué es la conversión? ¿Qué queremos que pase? El pecador necesita una conversión, no una decisión. Desde la época de Charles Finney (1792-1875) el “decisionismo” ha tomado el lugar de la conversión en muchas iglesias por todo el mundo. Millones de personas han tomado una decisión, pero no son convertidas.

¿Qué es “decisionismo”? ¿Qué es conversión? Aquí está la definición de La Apostasía de Hoy, escrita por Dr. Hymers y mi padre, Dr. Cagan.

      El decisionismo es la creencia de que una persona es salva por pasar al frente, levantar la mano, decir una oración, creer en una doctrina, hacer un compromiso de señorío u otro acto externo, humano, que se toma como el equivalente y la prueba de, el milagro de la conversión interior; es la creencia de que una persona es salva por medio de una decisión meramente externa; la creencia de que realizar una de estas acciones humanas muestra que una persona es salva.
      La conversión es el resultado de esa obra del Espíritu Santo que atrae a un pecador perdido a Jesucristo para la justificación y la regeneración, y cambia la posición del pecador ante Dios de perdido a salvo, impartiendo vida divina al alma depravada, produciendo así una nueva dirección en la vida del converso. El lado objetivo de la salvación es la justificación. El lado subjetivo de la salvación es la regeneración. El resultado es conversion. (Today’s Apostasy, pp. 17, 18).

Hacer una decisión es un trabajo humano que cualquiera puede hacer, en cualquier momento. La conversión es un acto sobrenatural que cambia para siempre la vida de una persona y su destino eterno.

Obtener una decisión es mucho más fácil que llevar un alma a la conversión. El predicador puede tener un gran número de “decisiones” para contar. Puedes obtener una decisión en cualquier lugar, en cualquier momento. Puedes hacer la oración del pecador con las personas en la puerta de su casa, en un avión o en cualquier otro lugar. Puedes contarlos, pero probablemente nunca los volverás a ver. Tomaron una decisión, pero no experimentaron una conversión.

Para la conversión, la mayoría de la gente tiene que ir a la iglesia y escuchar el Evangelio varias veces antes de entenderlo y confiar en Jesús. Algunas personas vienen a la iglesia durante meses e incluso años antes de ser convertidos.

Para guiar a las personas a Jesús, debes hablar con ellas individualmente, tú mismo, después de que respondan a tu invitación. Llévalos a otro lugar donde les hablarás. No los dirijas automáticamente en una oración rápida. Hacer la oración del pecador no es lo mismo que confiar en Jesús. Levantar la mano, caminar hacia el frente o ser bautizado no es lo mismo que confiar en Jesús. Hacer esas cosas no prueba que una persona haya confiado en Jesús. Confiar en Jesús es algo diferente, único y especial en sí mismo. Confiar en Jesús es confiar en Jesús.

Guiar a una persona a confiar en Jesús y experimentar una conversión real requiere tiempo, esfuerzo, comprensión, oración y la gracia de Dios. Dr. Hymers y Dr. Cagan han estado aconsejando a personas para la conversión por más de treinta años. Aquí hay algunas cosas que han aprendido

1. Primero, los pastores deben escuchar a los pecadores.

No asumas – como casi todos los predicadores evangélicos hacen – que el pecador ya entiende el Evangelio. Debes escucharlo y descubrir lo que cree. ¿Cuál es su origen religioso? ¿Qué es lo que cree acerca de Jesús? ¿Él piensa que Jesús es un espíritu? ¿Piensa que Jesús ya vive en su corazón? ¿Piensa que Jesús está enojado con él? ¿Piensa que irá al Cielo o no? Aprende lo que él piensa. Entonces muéstrenle la verdad y guíenlo al verdadero Jesús

¿Cómo vive el pecador? ¿Hay algo que pueda impedirle vivir una vida Cristiana – la pornografía, el adulterio o la oposición de miembros de la familia? Los pecadores no tienen que ser perfectos para ser salvos – no pueden. Pero alguien que voluntaria y persistentemente se aferra a un gran pecado no está confiando en Jesús. En cambio, él confía en sí mismo.

Si no escuchas a los pecadores, no puedes ayudarlos. Descubre por qué el pecador ha venido a hablar contigo. ¿Qué quiere que Jesús haga por él? ¿Por qué vino? Una persona dijo que quería que Jesús le consiguiera un trabajo. ¡Pero eso no es la salvación! Incluso si Jesús le diera un trabajo, todavía estaría perdido. La persona debe querer que sus pecados sean perdonados a través de la Sangre de Jesús.

2. Segundo, los pecadores cometen errores sobre Jesucristo.

¿Qué piensa el pecador acerca de Jesús? Pregúntale: “¿Dónde está Jesús ahora?” La Biblia dice que Jesús está en el Cielo “a la diestra de Dios” el Padre (Romanos 8:34). Pero la mayoría de los Bautistas perdidos piensan que Jesús ya está dentro de sus corazones, o que Él es un espíritu flotando en el aire. No puedes venir a Jesús si no sabes dónde está.

Pregúntele al pecador, “¿Quién es Jesús?” Mucha gente piensa que Él es solo un hombre, uno de los grandes maestros del mundo. Pero ese “Jesús” no puede salvar a nadie. Algunas personas piensan que Él es un espíritu, o que Jesús es el Espíritu Santo. Pero Jesús no es un espíritu. Después de que Jesús resucitó de entre los muertos, la gente lo vio. La Biblia dice,

“Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. Y él lo tomó, y comió delante de ellos” (Lucas 24:37-43).

Después de resucitar de entre los muertos, Jesús comió. Un espíritu no come. Un espíritu no tiene carne y huesos como Jesús. Y un espíritu – incluso el Espíritu Santo – ¡no tiene sangre para lavar el pecado!

Pregúntale al pecador: “¿Está Jesús enojado contigo?” Muchos Católicos y otros piensan exactamente eso. Creen en un “Cristo” enojado – que no es el Jesús del Nuevo Testamento. La Biblia dice que Jesús ama a los pecadores. Él perdonó al ladrón en la cruz y una mujer encontrada en adulterio. ¿Cómo puede un pecador confiar en alguien que está enojado con él? Corrige estos errores y guía al pecador al verdadero Jesús.

3. Tercero, los pecadores cometen errores sobre la salvación.

Hay tres tipos principales de errores sobre la salvación. Muchos pecadores piensan que si hacen una de estas cosas, serán salvos – o si han hecho una de estas cosas, eso prueba que son salvos. Aquí están las tres cosas principales en las que los pecadores confían en vez de Jesús.

Acción física: bautismo, avanzar, levantar la mano, hacer un compromiso de Señorío, renunciar a algunos pecados (esto no es un arrepentimiento de la Biblia, que es un cambio de opinión), o decir la oración del pecador. Estas son obras humanas que no pueden salvar a nadie. La Biblia dice: “Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia” (Tito 3:5).

Acción mental: tener los pensamientos correctos o creer hechos Bíblicos acerca de Jesús o acerca de la salvación. Los pecadores a menudo dicen: “Creo que Jesús murió en la Cruz por mí”. Pero millones de personas creen eso. Incluso el Diablo cree que Jesús es el Hijo de Dios que murió en la Cruz y resucitó. Él lo vio. La Biblia dice: “También los demonios creen, y tiemblan” (Santiago 2:19). El pecador debe confiar en Jesucristo Mismo, no un hecho acerca de Él.

Acciones emocionales: sentimientos y experiencias, buscar “seguridad” en lugar de Jesús, o sentirse mejor en la vida. Los sentimientos suben y bajan. Todos tienen buenos pensamientos y sentimientos. Todos tienen malos pensamientos y sentimientos. El pecador lo sabe. Él mismo tuvo esos sentimientos. Si confías en tus sentimientos, pensarás que eres salvo y luego perdido, perdido y luego salvo, durante toda tu vida. La salvación solo está en Jesús, no en sentimientos. Un gran himno viejo dice:

Mi esperanza siempre está
   En Jesucristo y nada más;
En nada más yo confiaré [mente, sentimiento],
   Mas en su nombre me apoyaré.
Jesús cuan fuerte roca es,
   Toda otra tierra se hundirá,
Toda otra tierra se hundirá.
   (Traduccion libre de “The Solid Rock” por Edward Mote, 1797-1874).

Corrige estos errores y guía al pecador directamente a Jesús Mismo, para el perdón del pecado por Su Sangre.

Muchas ideas falsas mencionan a Jesús, pero lo “someten” o “lo atraviesan” por otra cosa. Algunas personas piensan que si eres bautizado, recibes la salvación en Jesús. Esto pone a Jesús “debajo” y “a través” del agua del bautismo. Muchos piensan que si dices la oración del pecador serás salvo, y la oración es lo mismo que confiar en Jesús. Entonces hacen que la gente haga la oración y los cuentan, cuando muy pocos confían en Jesús y son convertidos. Eso es poner a Jesús “por debajo” y “a través” de las palabras de una oración. La Biblia dice que “Jesucristo mismo” es la principal piedra angular (Efesios 2:20), no las palabras de la oración de un pecador. Guía al pecador que confíe en Jesucristo Mismo.

He visto a personas correr de un error a otro. Pueden comenzar buscando un sentimiento. La próxima vez dicen: “No tuve un sentimiento. Simplemente creo que Jesús murió por mí”. El pecador pasó del error de buscar un sentimiento al error de confiar en un hecho acerca de Jesús. Saca al pecador fuera de su refugio de mentiras y guíalo a Jesús.

4. Cuarto, los pecadores necesitan convicción del pecado de sus corazones.

Un pecador debe ser convencido por el pecado de su corazón. Todos admiten que son pecadores de alguna manera. Todos admiten que no son perfectos, que han hecho algunas cosas mal. No estoy hablando de eso.

No estoy hablando de la conciencia de los pecados reales o específicos. Sí, el pecador ha cometido muchos pecados. Pero solo pensar en esos pecados no lo salvará. Si revisas una lista de pecados específicos, el pecador puede pensar: “No estoy haciendo esas cosas, así que debo ser salvo”. O puede pensar, “Dejaré de hacer esas cosas y eso mostrará que soy salvo”.

El pecado es mucho más profundo que eso. Todos somos pecadores en el interior, con una naturaleza de pecado heredada de Adán. Todos tienen un corazón perverso. La Biblia dice: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso” (Jeremías 17:9). Todo pecador es egoísta por dentro. Todo pecador está en contra de Dios en su corazón. Esto es mucho más profundo que los pecados específicos que una persona ha hecho. Lo que hacen proviene de lo que son. Mucho más profundo que cualquier cosa que el pecador haga, su corazón, todo su ser, es pecaminoso y está equivocado. El pecador debe sentir el pecado de su propio corazón. Háblale sobre el pecado de su corazón en tu predicación, y cuando le hables después del sermón.

Un pecador no puede cambiar su propio corazón, como tampoco una cabra puede transformarse en una oveja. Eso es lo que significa que está perdido y no puede salvarse a sí mismo. Él no puede confiar en Jesús solo. Solo Dios puede atraerlo a Jesús. Jesús dijo: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere” (Juan 6:44). Esto se llama “el tornillo del Evangelio” – el pecador debe venir a Jesús, pero no puede hacerlo. Él no puede hacer nada para salvarse a sí mismo. Como dice la Biblia, “La salvación es de Jehová” (Jonás 2:9). El pecador debe ser como Isaías quien dijo: “¡Ay de mí! que soy muerto” (Isaías 6: 5). Muéstrale el pecado de su corazón. Muéstrale que no puede salvarse a sí mismo. Muéstrale que necesita misericordia. Entonces pueda que venga a Jesús.

5. Quinto, si el pecador es convencido por el pecado de su corazón, trata de llevarlo a Jesús.

¡No guío a Jesús a todos los que vienen a hablar conmigo! Algunas personas son solo curiosas. No quieren ser perdonadas de su pecado. Algunas personas vienen solo porque vieron a otros venir. Algunas personas no tienen sentido de su pecado y ningún despertamiento dado por Dios. Guiar a las personas que solo están jugando en una oración para confiar en Jesús solo las llevará a una conversión falsa. ¿Cuándo parece que una persona puede confiar en Jesús?

El pecador debe estar “hastiado consigo mismo”, como dijo una joven en nuestra iglesia. Debe “darse por vencido”. Debe “llegar al fin de sí mismo”. Isaías llegó al final de sí mismo cuando dijo: “¡Ay de mí! que soy muerto” (Isaías 6:5). Entonces es simple confiar en Jesús. Él no está tratando de aprender algo. Él necesita que Jesús lo salve.

El pecador debe confiar en Jesús Mismo. Guía al pecador a Jesucristo Mismo y al perdón por Su sangre. Puedes guiar a la persona a una oración simple como “Jesús, confío en usted”. Lave mi pecado con su Sangre”. O puede que no haya ninguna oración, solo un giro directo a Jesús para obtener el perdón a través de Su Sangre. El pecador no necesita hacer una oración. El pecador no necesita hacer una imagen de Jesús en su mente. Las palabras no tienen que ser “correctas”. Algunas personas memorizan – y repiten – las palabras “correctas” pero no confían en Jesús. El ladrón en la Cruz no dijo palabras perfectas. Él dijo: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (Lucas 23:42). Pero él sabía que era un pecador sin esperanza y se volvió a Jesús. ¡Así de simple! El Señor le dijo: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43). ¡Jesús Mismo es más importante que cualquier palabra!

6. Sexto, después de haber hablado con el pecador, hazle algunas simples preguntas.

Pregúntale: “¿Has confiado en Jesús?” Si él dice “no”, vuelve a hablar con él. Si él dice “sí”, pregúntale cuándo confió en Jesús. Si dice: “He confiado en Él toda mi vida” o “Confié en Él hace mucho tiempo”, él no está convertido.

Si dice: “Confié en Jesús en este momento”, pregúntele qué hizo. Intenta que te describa su acto de confianza en sus propias palabras. Las personas pueden memorizar las “palabras de la iglesia” que escuchan y repetirlas incluso si no están convertidas. ¿Qué hizo el pecador en su confianza? ¿Creyó él algo acerca de Jesús? ¿Confió en un sentimiento? ¿O él directamente confió en Jesús Mismo?

Pregúntale: “¿Qué ha hecho Jesucristo por ti?” Si la persona no habla de Jesús perdonando su pecado con Su Sangre, sino que habla de sus propios pensamientos, sentimientos o bondad, no es salvo.

Pregúntale: “Si murieras hoy, ¿irías al Cielo o al Infierno?” Si él dice “Cielo”, pregúntale por qué. ¿Qué le diría a Dios si Dios le preguntara por qué debería ir al Cielo? Si la persona habla de buenas obras o algo además de Jesús y Su Sangre, no es salvo. Luego pregúntale, “Dentro de un año, si tuviste un mal pensamiento y luego moriste, ¿a dónde irías?” Si él dice “Infierno”, él depende de ser bueno y no de Jesús. Luego, puedes preguntarle: “Dentro de un año, si dejas la iglesia y nunca regresas, y vives con una mujer (o un hombre) sin estar casada (o), teniendo relaciones sexuales y tomando drogas todos los días, ¿serías Cristiano o no?” Si dice “sí” nunca ha tratado el problema del pecado, y todavía está perdido.

Es importante pedirle que no solo diga: “Confié en Jesús”, sino que describa lo que hizo con Jesús en su momento de confiar. Deseas saber sobre su tiempo de confiar, no toda la historia de su vida o todo lo que sucedió ese día. No busco pensamientos o sentimientos particulares. Pero los elementos de su pecado y el perdón de ese pecado a través de la Sangre de Jesús a través de un acto de confiar en Jesús Mismo deben estar allí. Los detalles de la experiencia pueden ser diferentes para diferentes personas. Busco una autenticidad, una realidad en lo que dice la persona.

Si la persona cometió un error, corrige el error y habla nuevamente con él. Pero una persona que comete el mismo error una y otra vez demuestra que no toma en serio la conversión. Los que Dios está atrayendo a la salvación escucharán los sermones y tu consejo. Aquellos que no escuchan no serán convertidos.

No te decepciones si la persona resulta no ser salva después de hablar con ella. Pocas personas son convertidas la primera vez que escuchan el Evangelio, pero la mayoría no lo son. La mayoría de las personas tienen que venir una y otra vez antes de confiar en Jesús.

Chequea a cada persona más de una vez. No bautices a las personas de inmediato. Pídeles que esperen al menos un año, y probablemente dos años sería mejor en la condición apóstata de las iglesias en nuestros días. Probablemente dos o tres años sería mejor. Eso te dará tiempo para ver si su fe es genuina. Puedes chequear a una persona de diferentes maneras durante ese tiempo. Puedes pedirle su testimonio – fuera de un servicio de la iglesia. Puedes preguntarle semanas o meses después. Aquellos que no confiaron en Jesús olvidarán el “testimonio” que inventaron y cometerán errores después de un año o dos. Solo querían “pasar” y ser aprobados, pero no confiaron en Jesús. Otros pueden memorizar algunas palabras y repetirlas, pero cuando les preguntas de manera diferente en un momento diferente, no saben qué decir, porque no tienen la experiencia personal de confiar en Jesús.

Mire su actitud y conducta. Una persona que se va de tu iglesia y se niega a escucharte muestra que no hablaba en serio del pecado y no confió en Jesús. Una persona con una mala actitud persistente sobre la iglesia y la vida Cristiana muestra que no hablaba en serio sobre el pecado y no confió en Jesús.

7. Séptimo, recuerda la verdadera prueba del ministerio de consejería.

La verdadera prueba del ministerio de consejería es esta: ¿PUEDES DECIRLE A UNA PERSONA QUE NO CONFIÓ EN JESÚS Y NO FUE CONVERTIDO ESE DÍA? ¿PUEDES DECIRLE A UNA PERSONA QUE DEBE VOLVER Y HABLAR CONTIGO OTRA VEZ ACERCA DE SU SALVACIÓN? No conozco a ningún pastor que haga esto. Es por eso que nuestras iglesias están llenas de gente perdida, incluyendo maestros de la Escuela Dominical, diáconos, esposas de pastores y pastores. Los pastores insisten en hacer una oración con todos los que responden a su invitación. Hacen esto para poder contar la cantidad de bautismos. Casi ninguno de los que bautizan son salvos. No permanecen fieles a la iglesia porque no han nacido de nuevo. Estas personas no son “reincididas”. Están perdidas porque el predicador nunca se tomó el tiempo para asegurarse de que fueran convertidas. Si puedes decirle a una persona que todavía está perdida y que necesita volver, es la verdadera prueba de tu ministerio. ¿Eres como las personas que “amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios”? (Juan 12:43). ¿O dices la verdad, les guste o no a la gente?

Esta es una manera de decir: ¿Crees en la conversión real – en una confianza real en Jesús que da como resultado una verdadera vida Cristiana? Si insistes en dirigir a todos en una oración, a levantar la mano o firmar una tarjeta, eres un “Decisionista”. No estás cuidando las almas humanas que Dios te ha enviado.

Espero que algunos de ustedes crean en la conversión real. Espero que algunos de ustedes vean la necesidad de tomarse el tiempo con cada persona, para asegurarse de que confíe en Jesús y sea convertida. Esto es lo que hace un pastor fiel. El pastor fiel se preocupa por las ovejas. Espero que hagas tu mejor esfuerzo para asegurarte de que tu gente haya confiado en Jesús y sea convertida.

PUEDES PENSAR QUE HE ENTRADO EN DEMASIADO DETALLE EN ESTO, QUE LA CONVERSIÓN ES REALMENTE UNA CUESTIÓN SIMPLE QUE NO REQUIERE MUCHO PENSAMIENTO. Pero, ¿qué ocurre si la profesión médica no exige a los obstetras conozcan los detalles de cómo dar a luz a un bebé? ¿Qué pasaría si todos hicieran lo mismo o no se lavaran las manos o no supieran qué hacer con un parto complicado, etc.? Si tratamos el nacimiento de bebés como el renacimiento de almas, millones de bebés morirían innecesariamente – porque en este momento millones de almas mueren innecesariamente y van al Infierno porque no pasamos suficiente tiempo asegurándonos de su conversión o enseñándoles a las personas cómo hacer esto en nuestras escuelas Bíblicas y seminarios – ¡DONDE ESTO NO SE ENSEÑA EN ABSOLUTO!

Voy a leer las palabras de “Vino Jesús”, de Oswald J. Smith y la música de Homero Rodeheaver. Cuando Jesús entra en tu vida, Su sangre te limpia de todo pecado; la Sangre que derramó en la Cruz todavía está disponible para limpiar tu pecado. Y Jesús resucitó de entre los muertos para darte vida eterna. Solo confía en Jesús y Él perdonará tu pecado y te dará la vida eterna. Espero que regreses y cenes con nosotros a las 6:15 esta noche. Dr. Hymers predicará un sermón evangelístico titulado, “Un Hombre Ciego Sanado por Jesús”. Asegúrate de regresar a las 6:15 esta noche y quédate a cenar después de que Dr. Hymers hable.

El pordiosero solo en el camino,
   No podía ver la luz por ciego ser.
Con andrajos temblaba en las sombras,
   Vino Jesús, su oscuridad huyó.
Viene Jesús, y ahuyenta al diablo;
   Viene Jesús, el llanto secará.
La oscuridad Él quita y da la gloria,
   Todo es mejor cuando llega Jesús.

Lo apartaron demonios de su gente,
   En miseria en las tumbas vivió;
Se cortaba poseído de demonios,
   Vino Jesús y le dio libertad.
Viene Jesús, y ahuyenta al diablo;
   Viene Jesús, el llanto secará.
La oscuridad Él quita y da la gloria,
   Todo es mejor cuando llega Jesús.

Los hombres hoy hayan capaz a Jesús,
   Conquistar no podían sus pecados;
Tristes, solos con rotos corazones,
   Vino Jesús en ellos a morar.
Viene Jesús, y ahuyenta al diablo;
   Viene Jesús, el llanto secará.
La oscuridad Él quita y da la gloria,
   Todo es mejor cuando llega Jesús.
    (Traducción libre de “Then Jesus Came” por Dr. Oswald J. Smith, 1889-1986;
       música por Homer Rodeheaver, 1880-1955).


CUANDO LE ESCRIBAS A DR. HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr. Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr. Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes llamarle por teléfono al (818) 352-0452.

(FIN DEL SERMÓN)
tú puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet
en www.sermonsfortheworld.com.
Oprime en “Sermones en Español”.

Estos manuscritos de sermones no tienen derechos de autor. Pueden ser usados
sin la autorización de Dr. Hymers. Sin embargo, todos los mensajes de video de
Dr. Hymers, y todos los otros sermones en video de nuestra iglesia, sí tienen
derechos de autor y solo pueden ser usados con autorización.

El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Then Jesus Came” (por Dr. Oswald J. Smith, 1889-1986;
música por Homer Rodeheaver, 1880-1955).


EL BOSQUEJO DE

CÓMO GUIAR UN ALMA A JESÚS -
¡CONSEJERÍA PARA CONVERSIONES!

Un sermón escrito por el Dr. C. L. Cagan
y predicado por el Rev. John Samuel Cagan

“Si no os volvéis…no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3).

(Juan 3:3, 7; II Corintios 5:17)

1.  Primero, los pastores deben escuchar a los pecadores.

2.  Segundo, los pecadores cometen errores sobre Jesucristo,
Romanos 8:34; Lucas 24:37-43.

3.  Tercero, los pecadores cometen errores sobre la salvación., Tito 3:5;
Santiago 2:19; Efesios 2:20

4.  Cuarto, los pecadores necesitan convicción del pecado de sus
corazones, Jeremías 17:9; Juan 6:44; Jonás 2:9; Isaías 6:5.

5.  Quinto, si el pecador es convencido por el pecado de su corazón, trata
de llevarlo a Jesús, Isaías 6:5; Lucas 23:42, 43.

6.  Sexto, después de haber hablado con el pecador, hazle algunas
simples preguntas.

7.  Séptimo, recuerda la verdadera prueba del ministerio de consejería,
Juan 12:43.