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¿QUÉ QUIERE JESÚS QUE YO HAGA?

por Dr. C. L. Cagan

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
Sábado por la Noche, Julio 14 del 2018


El sábado pasado por la noche vimos la película, “Pablo, Apóstol de Cristo”. Mostró cómo los primeros Cristianos sufrieron bajo la persecución del emperador Nerón. La película mostró a Pablo en prisión, hasta el momento en que fue ejecutado. La película también mostró cómo el mismo Pablo persiguió a los Cristianos. ¿Qué le sucedió a él?

Pablo era un hombre Judío. Él también era ciudadano Romano. Su nombre Judío era Saulo. Su nombre Romano era Pablo. Ambos nombres significan la misma persona – que se convirtieron en el Apóstol Pablo. Cuando él era joven, atacaba a los Cristianos. Le dio gusto ver a Estaban morir. Él arrojaba a los Cristianos a la cárcel. Él era un enemigo de Jesús. Por favor voltea a Hechos, capítulo 9, versículo 1. Está en la página 1117 de la Biblia Anotada de Scofield. Escucha mientras lo leo.

“Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén” (Hechos 9:1-2).

En el camino a Damasco, el Jesús resucitado habló a Saulo. Escucha mientras leo los versículos del tres al cinco.

“Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón” (Hechos 9:3-5).

Algunas personas piensan que Pablo fue convertido en el camino a Damasco. Pero no fue así. Sí, él sabía que Jesús era el Señor. Él sabía que había pecado al perseguir a los Cristianos. Pero no fue convertido hasta tres días después cuando su escama de ceguera espiritual se desvaneció. El gran comentador Matthew Henry dijo:

Tenemos motivos para pensar que él estuvo todo este tiempo... sufriendo los terrores de Dios por sus pecados, que ahora estaban en orden ante él (Matthew Henry's Commentary on the Whole Bible, Hendrickson, 1996 reprint, vol. 6: Acts to Revelation, p. 91).

Si Pablo todavía no era convertido, ¿qué le sucedió en el camino a Damasco? Él fue despertado a su pecado. Y él se convirtió en un discípulo de Jesús. Escucha el versículo seis mientras lo leo.

“El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer” (Hechos 9:6).

¡Es entonces cuando Pablo se convirtió en un discípulo! Él le dijo a Jesús: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (Hechos 9:6). “¿Qué quiere Jesús que yo haga?” Cuando Pablo dijo: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” Él se convirtió en discípulo. ¡Eso es el discipulado! En las últimas semanas has escuchado sermones sobre el discipulado. “Discipulado” es una buena palabra, pero ¿qué significa? Un discípulo es una persona que dice lo mismo que Pablo: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” – ¡Y luego lo hace! ¡Eso es un discípulo!

¿Prometió Pablo ser misionero e iniciar iglesias en todo el mundo Romano? ¿Dijo Pablo que escribiría la mitad de los libros del Nuevo Testamento? ¿Sabía Pablo que moriría como mártir de Jesús? Él hizo esas cosas – pero después. ¿Sabía todo eso en el camino a Damasco? ¡No, no lo sabía! Él no sabía que sería un recipiente elegido, para predicar a Jesús ante los Gentiles, los reyes y los hijos de Israel (Hechos 9:15). Él no sabía cuánto sufriría por el amor de Jesús (Hechos 9:16). Él no sabía mucho.

¿Qué sabía Pablo? ¿Qué hizo él? Todo lo que sabía era que Jesús le dijo: “Levántate, y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer” (Hechos 9:6). Jesús le dijo que fuera a la ciudad de Damasco y allí le dirían qué hacer. Pablo no sabía qué le sucedería allí. Él no sabía lo que le dirían que hiciera. Pero fue a Damasco. Todo lo que Pablo sabía era ir a la ciudad. Y lo hizo. Le dijeron que hiciera algo, y lo hizo. ¡Ese es el discipulado!

Sí, Pablo fue un discípulo. Él fue un discípulo antes de ser convertido, al igual que Pedro y los otros diez Discípulos que siguieron a Jesús durante tres años y finalmente nacieron de nuevo cuando confiaron en el Jesús resucitado. Tú también puedes convertirte en un discípulo antes de ser convertido. Al igual que Pablo, puedes preguntar: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?”

El discipulado comienza con cosas pequeñas. Jesús dijo: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel” (Lucas 16:10). Jesús le dijo a Pablo que fuera a la ciudad. Pablo lo hizo. Ese es el discipulado. Tú dices: “Eso no parece mucho”. Pero si Pablo no hubiera ido a la ciudad, ¡no habría sido salvo! El discipulado no es una idea misteriosa con palabras elegantes, flotando muy alto en el aire. El discipulado es hacer cosas. El discipulado comienza con cosas pequeñas. El discipulado es hacer cosas prácticas y específicas, como ir a una ciudad. Ese es el discipulado. ¿Por qué no te conviertes en un discípulo?

Dr. Hymers no siempre fue un pastor. Él fue un discípulo primero. Cuando tenía trece años, fue a la iglesia cuando sus vecinos lo invitaron. Siguió yendo a la iglesia. Eso es algo simple y práctico de hacer. Dr. Hymers fue un discípulo antes de convertirse. Más tarde, en la iglesia China, limpiaba las bancas todos los Sábados por la noche. Hizo muchos otros trabajos allí. Hizo todo lo que podía hacer. Hizo todos los trabajos que pudo encontrar en esa iglesia. Dr. Hymers fue un discípulo.

Mi hijo John Cagan fue ordenado al ministerio en Abril. Él predicará aquí mañana por la mañana. Lo llamamos “Pastor John”. Él es asistente de Dr. Hymers, quien es el fundador y pastor de nuestra iglesia. Pero él no siempre fue “Pastor John”. Lo recuerdo cuando tenía quince años. John era un discípulo. Él servía la comida en la iglesia en el almuerzo y la cena todos los Domingos. Limpiaba la iglesia el Domingo por la noche. Se quedaba hasta que cerrábamos el edificio a altas horas de la noche. John era un discípulo. Estaba a cargo de nuestro ministerio de video, al igual que Bernabé Mencía lo es ahora, al igual que Minh Vu antes que Bernabé. John, Bernabé y Minh Vu son discípulos. ¡Ese es el discipulado! Cuando era un niño de nueve años, John ahorró el dinero que le di, y se compró una Biblia Scofield – años antes de que fuera convertido. Ese es el discipulado. Tú dices: “Pensé que el discipulado es solo para cosas espirituales grandes y elevadas, como ser misionero o morir en prisión”. No, el discipulado es algo simple, pequeño, específico. El discipulado es ahorrar tu dinero y comprar una Biblia Scofield. ¡Ese es el discipulado!

El discipulado no es un montón de palabras elegantes. El discipulado es hacer cosas – cosas prácticas y específicas, como comprar una Biblia y leerla todos los días. Discipulado significa venir a la iglesia. Discipulado significa escuchar los sermones en la iglesia y leer los manuscritos en casa. Esas son cosas simples y prácticas que cualquiera puede hacer, incluso si aún no eres convertido. Eso es el discipulado.

Discipulado significa que haces lo que dices. Hay muchas personas en Los Ángeles que dicen cosas y no las hacen. La gente pide dinero prestado Dicen: “Te devolveré el dinero”, pero no lo hacen. Eso no es ser un discípulo. Espero que no seas como ellos. Un discípulo hace lo que dice que va a hacer.

El pasado Domingo por la noche, el pastor John predicó un poderoso sermón, “¡Avanzando Hacia La Meta del Discipulado!” Algunos de ustedes pensaron: “No me está hablando a mí”. Él solo está hablando con la gente que viene a la iglesia desde hace mucho tiempo. Ese no soy yo. No tengo que pensar en hacer esas cosas”. ¡Pero escucha! El mensaje es para todos ustedes – incluso si has venido por algunas semanas o meses. El mensaje es para ti, también. Escucha lo que decimos – y piénsalo.

El discipulado comienza con cosas simples y pequeñas. Piensa en llevar los manuscritos del sermón a casa y leerlos. Así de simple. Eso es algo que cualquiera puede hacer, incluso si aún no has confiado en Jesús. Piensa en comprar una Biblia Scofield. Piensa en leerla todos los días. Así de simple. Cualquiera lo puede hacer. Piensa en venir a la iglesia todos los Sábados por la noche.

Quiero darte tiempo para pensar sobre eso. Solo piensa en ello. Piénsalo cuando estés en casa. Piénsalo cuando estés solo. Piensa en lo que escuchaste. Que Dios te bendiga.

Por favor, pónganse de pie y canten el himno número 1, “Yo Viviré por mi Jesús”.

Mi alma, amor a Él yo doy, A Jesús quien murió por mí;
   O que le sea siempre fiel, Mi Salvador y Dios.
Yo viviré por mi Jesús, Feliz será mi vida así,
   Yo viviré por mi Jesús, Mi Salvador y Dios.

Moriste Tú allá en la Cruz, Por salvarme y librarme,
   Consagraré mi vida a Ti, Mi Salvador y Dios.
Yo viviré por mi Jesús, Feliz será mi vida así,
   Yo viviré por mi Jesús, Mi Salvador y Dios.
(Traducción libre de “I’ll Live for Him”
   por Ralph E. Hudson, 1843-1901; alterado por el Pastor).


CUANDO LE ESCRIBAS A DR. HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr. Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr. Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes llamarle por teléfono al (818) 352-0452.

(FIN DEL SERMÓN)
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Estos manuscritos de sermones no tienen derechos de autor. Pueden ser usados
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El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
         “I’ll Live for Him” (por Ralph E. Hudson, 1843-1901; alterado por el Pastor).