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DIOS TE ORDENA DIEZMAR

Una lección por el Dr. C. L. Cagan
dada en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Tarde del Domingo, 4 de Marzo del 2018

“Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová... Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová” (Levítico 27:30, 32).


Dios le dijo a Israel que el diezmo de las cosechas y la fruta que crecía en su tierra le pertenecía a Él. Dios dijo que el diezmo de sus vacas y ovejas le pertenecía. “El diezmo...de Jehová es” (Levítico 27:30). Dios les ordenó que le dieran sus diezmos. Hoy quiero resaltar varios puntos sobre el diezmo.

I. Primero, qué es un diezmo.

El diezmo es un décimo. Nuestro texto lo hace claro,

“Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová” (Levítico 27:32).

Dios dio la palabra “diezmo” dos veces en el mismo verso. Un diezmo es un décimo.

Esto es claro de las palabras mismas. La palabra “diezmo” está relacionada con la palabra “diez”. Si divides algo en cuatro partes, cada parte es un cuarto del total. Si lo divides en cinco partes, cada parte es un quinto del total. Si lo divides en diez partes, cada parte es un décimo – un diezmo – del total. Eso no solo es cierto en Inglés. Es cierto en otros idiomas. La palabra en Español para “diezmo” es “diezmo”, que proviene de la palabra “diez”, que significa “diez”. La palabra en Francés para “diezmo” es “dime” que proviene de la palabra “dix”, que significa “diez”. La palabra “dime” en Inglés proviene de esa palabra. Diez monedas de diez centavos hacen un dólar. Un dime es un décimo – un diezmo – de un dólar. Un diezmo es un décimo. El diezmo de tus ingresos es una décima parte de tus ingresos. El diezmo pertenece a Dios.

II. Segundo, diezmando en el Antiguo Testamento.

Antes de que se diera la Ley de Moisés, los que confiaban en el Dios de Israel practicaban el diezmo. Abraham fue a Melquisedec, rey de Salem, “sacerdote del Dios Altísimo” (Génesis 14:18). Y le dio Abraham “los diezmos de todo” (Génesis 14:20).

En el tiempo de Moisés, Dios le ordenó a Israel que le diera sus diezmos. “El diezmo...de Jehová es”. ¿Cómo lo hicieron? Abraham llevó su diezmo a Melquisedec, “sacerdote del Dios Altísimo”. Los Israelitas trajeron sus diezmos a los Levitas, las personas que Dios eligió para estar a cargo del Tabernáculo. Dios dijo:

“Porque a los levitas he dado por heredad los diezmos de los hijos de Israel, que ofrecerán a Jehová…” (Números 18:24).

Entonces Dios les dijo a los Levitas que diezmaran. Les dijo a ellos que le dieran una décima parte de lo que recibieron. La Biblia dice:

“Cuando toméis de los hijos de Israel los diezmos que os he dado…vosotros presentaréis de ellos…a Jehová el diezmo de los diezmos” (Números 18:26).

A los Levitas se les dijo que dieran la décima parte de lo que ellos recibían – un diezmo de los diezmos.

Negarse a diezmar es un gran pecado. No diezmar se llama “robar a Dios” – robarle a Dios. La Biblia dice:

“¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas” (Malaquías 3:8).

Ese pecado trajo la maldición de Dios sobre la gente. La Biblia dice:

“Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado” (Malaquías 3:9).

La única manera de traer de nuevo la bendición de Dios era obedeciéndolo y diezmar. Dios dijo:

“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde” (Malaquías 3:10).

Dios maldijo a las personas que se negaron a diezmar. Y prometió una bendición para aquellos que diezmaron. No estoy enseñando teología de la prosperidad. Nunca dije que te harás rico si diezmas. Pero sí digo que Dios prometió una bendición a los que diezman.

¿A dónde trajeron sus diezmos? En el tiempo de Moisés, trajeron sus diezmos al Tabernáculo, el lugar donde Dios aceptó la adoración y los sacrificios de Su pueblo. En la época de Malaquías, el alfolí de Dios era el Templo de Jerusalén. Ahí era donde la gente traía sus diezmos.

III. Tercero, diezmando en el Nuevo Testamento.

Algunas personas dicen que ese diezmo era solo para el Antiguo Testamento. Dicen que los Cristianos no tienen que diezmar hoy. Pero están equivocados. En el Nuevo Testamento, Jesús Mismo le dijo a las personas que diezmaran. Jesús dijo a los Fariseos:

“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello” (Mateo 23:23).

Jesús dijo que los Fariseos no habían practicado “justicia, misericordia y fe”. Pero también les dijo “sin dejar de hacer [¡diezmo!] aquello”. El Nuevo Testamento nos enseña a no “dejar de hacer aquello” – no dejar de diezmar.

¿A dónde deberíamos traer nuestros diezmos? En la era de la iglesia, la casa de Dios es la iglesia local. La Biblia habla de “la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad” (I Timoteo 3:15). El Libro de Efesios describe a la iglesia como unas casas que fueron, “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor” (Efesios 2:20, 21). ¡Trae tus diezmos a la iglesia local!

IV. Cuarto, ¿quién debe diezmar?

A cada discípulo de Jesús se le ordena diezmar – incluso si aún no eres convertido. Los Apóstoles siguieron a Jesús antes de ser convertidos. Fueron Discípulos de Jesús antes de ser salvos. La Biblia dice de ellos:

“A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo:... yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios” (Mateo 10:5-8).

Jesús los envió a ministrar antes de ser convertidos – incluso el traidor Judas. Jesús dijo a los Discípulos, “uno de vosotros es diablo” (Juan 6:70), hablando de Judas. Y el “diablo” Judas salió al evangelismo y al ministerio.

Después de todo, ¿deberías mantenerte alejado de la iglesia antes de ser salvo? Deberías decir: “Me quedaré en casa. ¿Esperaré hasta que tenga una conversión, y luego iré a la iglesia”? ¡Por supuesto no! Ven a la iglesia de inmediato, y sigue viniendo hasta que seas salvo. Entonces vendrás porque eres salvo. ¿Deberías negarte a invitar gente a la iglesia hasta después de que seas salvo? ¡Por supuesto no! ¿Deberías esperar a diezmar hasta después de que hayas nacido de nuevo y te hayas convertido en miembro de la iglesia? ¡Por supuesto no! Hazte un discípulo ahora, antes de ser convertido. Ven a la iglesia. Haz evangelismo. ¡Y diezma!

Alguien dice: “Les decimos a los visitantes que no den dinero. Entonces no lo haré”. Sí, les pedimos a los visitantes que no den dinero. Algunos de ellos pueden pensar que la iglesia solo quiere su dinero. Queremos que piensen en Jesús y la iglesia, por eso les pedimos que no den.

Cuando comienzas a venir a la iglesia, estás de visita. Eres nuestro invitado. Te pedimos que no pongas dinero en el plato de la oferta. Pero si eres un miembro bautizado de la iglesia, o si está estudiando para convertirte en un miembro bautizado, o si ha asistido durante un año o más, ¡diezma! Dé una décima parte de tus ingresos a la iglesia. ¡Eso es lo correcto!

V. Quinto, el diezmar muestra donde está tu corazón.

Lo que haces con tu dinero muestra dónde está tu corazón. Eso es tan simple como puede ser. ¿Tus palabras elegantes muestran dónde está tu corazón? ¡No, lo que haces con tu dinero muestra dónde está tu corazón! Es tan simple como eso. ¿Quién lo dijo? ¡Jesús lo dijo! Él dijo:

“Porque donde esté vuestro tesoro [dinero], allí estará también vuestro corazón.” (Mateo 6:21).

Lo que haces con tu dinero muestra dónde está tu corazón. Si obedeces a Dios con tu dinero, eso muestra algo sobre tu corazón. Si desobedeces a Dios con tu dinero, eso también muestra tu corazón. Nuevamente, Jesús dijo:

“No podéis servir a Dios y [al dinero]” (Mateo 6:24).

Lo que haces con tu dinero muestra si amas y obedeces a Jesús. Si el dinero es tu dios, no puedes servir al Dios verdadero.

Alguien puede decir: “El dinero no puede comprar la salvación. Así que esperaré hasta que sea salvo antes de diezmar”. Dar un diezmo no puede comprar tu salvación. Nadie en nuestra iglesia dijo que lo haría. Pero, ¿negarte a diezmar te ayudará a ser salvo? No, será un obstáculo. Si te niegas a venir a la iglesia, no te ayudará a salvarte; evitará que seas salvo. Si te niegas a hacer evangelismo, no te ayudará a ser salvo. Y si te niegas a diezmar, ese rechazo egoísta puede evitar que seas salvo, porque muestra un rechazo egoísta y una rebelión en tu corazón.

Tengo un dicho: “El dinero es el idioma que todos entienden”. No todos entienden Inglés. Algunas personas hablan Español y no Inglés. Algunas personas hablan Chino y no Inglés. Pero todos saben lo que es el dinero.

El dinero es una prueba si amas y obedeces a Dios. Algunas personas dicen palabras bonitas. Ellos dicen que aman a Jesús. Pero cuando les pides que diezmen, hacen una excusa. Estas personas no aman a Dios en absoluto. Ellos hacen una charla elegante. Pero cuando les hablas en el lenguaje del dinero – el que todo el mundo entiende – hacen excusas y se escabullen. Esto muestra qué tipo de personas son. Jesús dijo: “Donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”. ¿Dónde está tu corazón?

VI. Sexto, ¿cómo debes diezmar?

Es sencillo. La Biblia dice: “Traed todos los diezmos al alfolí” (Malaquías 3:10). Cada semana, separa una décima parte del dinero que recibes (tus ingresos). Tráelos al alfolí – la iglesia – y ponlo en la canasta cuando recogemos los diezmos. Si te pagan cada dos semanas o una vez al mes, divide el diezmo para que puedas dar la misma cantidad cada semana. Si eres un estudiante y tu ingreso es pequeño, da el diezmo de lo que obtienes. Si recibes diez dólares por semana, tu diezmo es de un dólar por semana. Puedes decir: “Esperaré hasta que gane más dinero”. Pero Jesús dijo: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel” (Lucas 16:10). Si eres fiel en el diezmo cuando eres joven y tu ingreso es pequeño, luego, cuando tengas un trabajo y ganes más dinero, también serás fiel. Estarás acostumbrado.

Y una cosa más. No solo des diezmo, ¡da ofrendas! Dios dijo que la gente lo había robado “en diezmos y ofrendas” (Malaquías 3: 8).

¿Qué es una ofrenda? Una ofrenda es un regalo por encima del diezmo para un propósito especial, como misiones. En nuestra iglesia, tomamos una ofrenda para misiones una vez al mes. Tomamos ofrendas para otros fines. Sí, comienza con el diezmo. Nunca quites el diezmo. Pero luego, da ofrendas por encima del diezmo.

Si obedeces a Dios eso muestra dónde está tu corazón. Lo que haces con tu dinero muestra dónde está tu corazón. Un Cristiano Bíblico da diezmos y ofrendas a su iglesia local. Que Dios te bendiga mientras lo haces. Amén.


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(FIN DEL SERMÓN)
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EL BOSQUEJO DE

DIOS TE ORDENA DIEZMAR

por el Dr. C. L. Cagan

“Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová... Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová” (Levítico 27:30, 32).

I.    Primero, qué es un diezmo, Levíticos 27:32.

II.   Segundo, diezmando en el Antiguo Testamento, Génesis 14:18, 20;
Números 18:24, 26; Malaquías 3:8-10.

III.  Tercero, diezmando en el Nuevo Testamento, Mateo 23:23;
I Timoteo 3:15; Efesios 2:20, 21.

IV.  Cuarto, ¿quién debe diezmar? Mateo 10:5-8; Juan 6:70.

V.   Quinto, el diezmar muestra donde está tu corazón, Mateo 6:21, 24.

VI.  Sexto, ¿cómo debes diezmar? Malaquías 3:10; Lucas 16:10;
Malaquías 3:8.