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La puerta a la vida es pequeña. Jesús dijo: “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo” (Juan 10:9). Ambos se refieren a Jesús. Se dice que Jesús es una “puerta pequeña” porque excluye todas las otras puertas. La humanidad ha ideado 6,000 religiones y miles de formas de salvarse. Pero Jesús es el único camino hacia la verdadera salvación. Por lo tanto, la puerta es una puerta pequeña, no una “gran” puerta de salvación a través de muchas religiones, como la gente dice hoy.

Entonces, “angosto es el camino”. La palabra Griega significa “difícil”, y se traduce de esa manera en la Nueva Biblia King James. La idea es que es un camino estrecho y difícil. Él no está hablando de la vida Cristiana. ¡Oh no! Él está hablando del “camino que lleva a la vida”. Él dice que el camino que conduce a la conversión es estrecho y difícil. Nadie describió nunca “el camino que lleva a la vida” mejor que John Bunyan. El primer tercio de su Progreso del Peregrino describe el camino angosto y difícil que conduce al momento en que el Peregrino encuentra la vida por conversión a Jesucristo.

De eso es de lo que habla este versículo. La salvación es solo a través de la puerta “pequeña” de Jesucristo. El camino que lleva a la salvación en Jesús es difícil y estrecho. Es difícil porque hay muchos obstáculos para evitar que seas convertido, como señala Bunyan. Es estrecho porque puedes abandonar el camino que conduce a la conversión y partir en otra dirección. Debes mantenerte en el camino angosto “que lleva a la vida”.

Cuando vienes a Jesús y eres convertido, has entrado en la puerta pequeña y has permanecido en el camino angosto que conduce a la salvación en Él. Te mantuviste en ese camino hasta que encontraste vida en Él.

Este versículo termina diciéndonos, “y pocos son los que la hayan”, es decir, la vida. Pocas personas encuentran la salvación a través de Jesús. Eso, por supuesto, muestra que no muchas personas son salvas. Los únicos que son salvos son aquellos que siguen el camino angosto y difícil hasta que entran a la puerta “pequeña” de la salvación por medio de Jesús.

Los Puritanos y los predicadores de los tres grandes despertamientos del pasado predicaron fuertemente sobre la preparación del corazón para la conversión. Dijeron que un hombre debe pasar por pruebas y dificultades en el camino hacia la conversión, y que una persona solo pasa por la “puerta estrecha” con agonía. Hombres como Jonathan Edwards dijeron esto, aunque fue muy cuidadoso al decir que tales “dolores de parto” de conversión podrían comprimirse en gran medida en un corto espacio de tiempo en ciertos casos. Pero él enseñó que la mayoría de las conversiones son mucho más largas en la etapa preparatoria. Es en ese tiempo de preparación que debes permanecer en el camino angosto “que lleva a la vida”.

Tomados en conjunto, este versículo habla de la salvación como un asunto muy serio, y nos dice que sólo aquellos que son muy serios experimentarán la verdadera salvación “y pocos son los que la hallan.” Aquí hay tres versos de la Escritura que nos muestran diferentes lados de la seriedad que conduce a la verdadera salvación

I. Primero, la salvación seria requiere arrebatarla.

Por favor voltea a Mateo 11:12,

“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan” (Mateo 11:12).

La palabra Griega traducida como “violentos” es “biastai”, que significa “forzar” (W. E. Vine, Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento, Revell, 1966, página 118). El Dr. A. T. Robertson dice: “El reino es forzado, es asaltado, es tomado por hombres violentos como ‘los violentos lo arrebatan’” (Word Pictures en el Nuevo Testamento, Broadman Press, 1930, volumen I, p. 89). El Dr. J. Vernon McGee dice: “Aquellos que están comprometidos de todo corazón presionan en ello; es decir, violentamente quieren entrar. Hay una nota de necesidad y desesperación” (A Través de la Biblia, Thomas Nelson, 1983, volumen IV, página 63). El comentarista Puritano Matthew Poole agrega: “Los violentos lo arrebatan: no son deseos perezosos o esfuerzos fríos que llevarán a los hombres al cielo” (Un Comentario Sobre la Santa Biblia, Banner of Truth Trust, reedición de 1990 de la edición de 1685, volumen III, página 49).

Los hombres y las mujeres que están desesperados (McGee) por la salvación “quieren entrar violentamente” a la salvación completa en Jesús. “Los hombres violentos lo arrebatan” (Robertson). Poole dice: “No son deseos perezosos o esfuerzos fríos que llevarán a los hombres al cielo”.

C. H. Spurgeon lo resume todo diciendo:

Aquellos que han recibido el Espíritu...en verdad son hombres violentos. Tienen una ansiedad violenta por salvarse, y se esfuerzan violentamente para poder entrar por la puerta estrecha. Ellos saben que no es suficiente buscar entrar, porque muchos buscan entrar pero no podrán, y por lo tanto luchan con poder y fuerza [con todas sus fuerzas] (New Park Street Pulpit, Pilgrim Publications, 1981 printing, volume V, pp. 217-218).

De nuevo, Spurgeon dice:

Ustedes tienen enemigos dentro de ustedes, enemigos afuera, enemigos debajo, enemigos en cada lado – el mundo, la carne y el diablo...El hombre que será salvo debe ser violento, debido a la oposición que encuentra” (ibíd., p. 222).

Ahora, te pregunto, ¿tomas muy en serio la idea de encontrar la salvación en Jesús? ¿O solo tienes “deseos perezosos o [intentos] fríos”, como dice Matthew Poole? Muchos de ustedes aquí esta mañana desean ser salvos, pero tus deseos son vagos. Eres demasiado perezoso para leer las lecturas del Antiguo y del Nuevo Testamento que la iglesia da cada semana. Deseas ser salvo sin la violenta desesperación requerida para obligarte a hacer todas las lecturas de la Biblia prescritas. Cuando se predica el sermón, lo dejas pasar por encima de tu cabeza sin forzar de forma violenta y forzosa tu mente a pensar profundamente en el sermón. Y rara vez oras por tu propia salvación. Y cuando lo haces, es solo una oración floja. No hay celo violento en tus oraciones por salvación. No hay una súplica desesperada con Dios para convertirte. De nuevo, digo con Poole: “Los violentos lo arrebatan: no son deseos perezosos o esfuerzos fríos [intentos] que llevarán a los hombres al cielo”.

Recuerda la violenta desesperación de Pablo, que ayunó durante tres días, y viajó una larga distancia para recibir consejo, e hizo exactamente lo que le dijeron después de que le aconsejaron. No es de extrañar que haya sido convertido. Él era serio e incluso violento con el deseo de ser salvo. ¡Qué diferente era Pablo comparado con tus “deseos perezosos e intentos fríos”! John Wesley viajó por el océano, ayunó, oró y se lanzó a la obra de encontrar la salvación en Jesús. Lo mismo hizo George Whitefield. Lo mismo hizo Martin Lutero. Y tú también debes hacerlo. ¡Fuera con tus perezosos deseos e intentos fríos! Obtén la violencia santa de Pablo, Wesley, Whitefield y Luther. Siente dentro de ti que debes tener a Jesús o perecer en el intento. Spurgeon atravesó una tormenta de nieve para escuchar el sermón que lo convirtió. Él estaba en la búsqueda violenta de la salvación en Jesús. Y debes ser igual de violento, igual de implacable, en tu búsqueda de la salvación. “Los violentos lo arrebatan”.

II. Segundo, la salvación seria requiere presionar para entrar en ella.

Por favor voltea a Lucas 16:16,

“La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos [presionan] por entrar en él.” (Luke 16:16).

La palabra Griega para “presionan” es la misma que la palabra traducida “violencia” en Mateo 11:12. Pero ahí está en la voz pasiva, “sufre violencia”. Aquí está en la voz del medio, y se traduce “entra violentamente” en el RV y como “se está forzando a entrar” en el NASV. La voz media indica que el significado se refiere a aquellos que presionan por ingresar al Reino a pesar de la oposición violenta (W. E. Vine, op. Cit., P.189).

“…desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos [presionan] [fuerzan] por entrar en él” (Lucas 16:16).

Jesús les está diciendo a los Fariseos que desde que Juan el Bautista comenzó a predicar, mucha gente ha estado forzando su camino hacia el Reino de Dios. ‘“Todos se esfuerzan’, eso es muchos se esfuerzan, a entrar” (Poole, op. Cit., Página 249).

Spurgeon dijo:

Solo los violentos son salvos, y todos los violentos son salvos. Cuando Dios hace a un hombre violento después de la salvación, ese hombre no puede perecer. Las puertas del cielo pueden ser arrancadas antes de que ese hombre sea robado del premio que él ha buscado (C. H. Spurgeon, op. cit., p. 223).

Nunca has buscado fervientemente a Jesús. Vienes a la iglesia y escuchas con indiferencia el sermón. No hay urgencia en ti. Eres como un hombre en la cama que escucha a su vecino gritar: “¡Fuego! Fuego”. Pero te das vuelta en tu cama y vuelves a dormir. Las llamas están saltando en otra parte de la casa y se dirigen hacia tu habitación. Pronto serás envuelto en una montaña de fuego. Pero estás somnoliento y duermes. Esta es la forma en que una persona perdida actúa, durmiendo, incluso en la iglesia. Dormir, ¡incluso cuando las llamas del Infierno tocas tus zapatos!

“Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos” (Ephesians 5:14).

¡Despierta y presiona en el Reino de Dios!

Las puertas del Cielo están obstruidas por multitudes masivas de personas, “y el que entra debe presionar, y codear, y empujar, o puede irse con la certeza de que nunca podrá entrar” (C. H. Spurgeon, ibid.). ¡Debes tomar en serio la posibilidad de avanzar hacia la salvación – o irás al Infierno mientras duermes!

“Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos” (Ephesians 5:14).

Esto nos lleva al tercer pasaje de la Escritura concerniente a la seriedad que conduce a la salvación. Por favor, ve a Lucas 13:24.

III. Tercero, la salvación seria requiere que te esfuerces para entrar en ella.

Jesús dijo:

“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán” (Lucas 13:24).

Las dos palabras más importantes aquí son “esforzarse” y “procurar”. “Esforzarse” viene de “agonizesthe”. Significa “luchar, trabajar con fuerza y fervientemente”. “Procurar” se traduce de “zeteosin”. Significa “desear, preguntar”. Ahora, esto lo aclara: ¡la persona que “quiere ser salva” y hace preguntas sobre la salvación no será salva! ¡Solo la persona que lucha y trabaja para encontrar la salvación la encontrará!

La Biblia dice:

“Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor” (Filipenses 2:12).

“Ocuparse” significa “continuar trabajando hasta que se complete”. A la luz del siguiente versículo, esto se refiere a la salvación. Debes continuar trabajando en ello hasta que seas convertido. “Esforzaos a entrar por la puerta angosta” (Lucas 13:24).

Si no te esfuerzas y te sigues esforzando para entrar en la salvación, nunca serás convertido verdaderamente.

Lee los ejemplos de las conversiones de Cristianos famosos como Pablo, Agustín, Lutero, Bunyan, Whitefield o Spurgeon. En todos los casos, estos hombres se esforzaron con todas sus fuerzas para entrar en la salvación.

Si no te esfuerzas por entrar, nunca serás salvo – ¡no importa cuántas veces vayas a recibir consejo!

“Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor” (Filipenses 2:12).

“Esforzaos a entrar por la puerta angosta” (Lucas 13:24).

Sí, estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:14). Las únicas personas que la encuentran son aquellos que son muy serios y trabajan duro para lograrlo. Debes arrebatarlo. Debes esforzarte a entrar. Debes luchar con todas tus fuerzas para entrar.

“El reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan” (Mateo 11:12).

(FIN DEL SERMÓN)
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El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
Solo Sung Before the Sermon by Mr. Benjamin Kincaid Griffith:
“I Surrender All” (por Judson W. Van DeVenter, 1855-1939)