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ELECCIÓN

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Noche del Día del Señor, Noviembre 5 del 2017

“Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna” (Hechos 13:48).


Mientras viajaban, Pablo y sus compañeros vinieron a Antioquia en la provincia Romana de Pisidia. Entraron a una sinagoga. Los líderes de dicha sinagoga invitaron a Pablo a hablar. Cuando ancianos Judíos como Pablo venían hasta Antioquia, era costumbre pedirles que dijeran algo. Ellos deseaban oír alguna palabra sobre lo que sucedía en el centro religioso de Jerusalén. Esto le dió a Pablo una gran oportunidad de predicar. Pablo se puso de pie y comenzó a hablar. Él recontó la historia de Israel. Él habló de la venida de Jesús, de Su muerte en la Cruz, de Su resurrección de los muertos. Cuando Pablo terminó, algunos de los Judíos y muchos de los Gentiles convertidos al Judaísmo estaban muy interesados en oír más del Evangelio.

El siguiente Día de Reposo, casi toda la ciudad vino a oír a Pablo predicar las buenas nuevas de salvación.

“Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna” (Hechos 13:48).

Literalmente, “creyeron todos los que estaban designados para vida eterna”. Dios había escogido algunas de estas personas de antemano. Ahora Dios los traía a Jesús por fe. Lucas usó la voz pasiva “estaban designados” – “estaban ordenados” mostrando que Dios era el que hacía esta obra. Solamente Dios da la vida eterna. Esta es una de las declaraciones más claras de la obra soberana de Dios en salvar a pecadores. Dios elige quien será salvo. Él los llama. Él los trae. Él los convierte. “y creyeron todos los que estaban ordenados [designados] para vida eterna”. El Dr. W. A. Criswell dijo sobre nuestro texto:

Aquellos que no estaban ordenados para vida eterna no creyeron. Aquellos que fueron elegidos creyeron (“Elección: El Propósito Soberano de Dios Cumplido”).

¡Es así de simple! La doctrina de la elección es una doctrina Bíblica. Está por toda la Biblia.

Leemos de Noé viviendo en un mundo de corrupción, vicio y pecado abominable. “Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová” (Génesis 6:8). Noé y su familia fueron salvos del gran Diluvio porque Dios lo escogió y lo salvó por gracia. ¡Eso es la elección!

Leemos de Abraham, que fue llamado a salir de Ur de los Caldeos, una de las ciudades más idólatras en el mundo antiguo. Dios llamó a Abraham fuera de aquella idolatría y lo salvó e hizo de él una gran nación. ¡Eso es la elección!

Leemos de Lot viviendo en la cuidad de Sodoma endurecida por el pecado. La ciudad fue condenada. Lot no quería dejar esa ciudad:

“Y deteniéndose [Lot], los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad” (Génesis 19:16).

¡Eso es la elección! “Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal” (Génesis 19:26). ¿Por qué sucedió eso a la esposa de Lot? Ella no era parte de los elegidos. ¡Por eso ella pereció!

Oímos de los hijos de Israel en Egipto, en esclavitud. Dios envió a Moisés a librarlos. Cuando ardía el arbusto en el desierto, Dios le dijo a Moisés:

“Y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel” (Exodo 3:8).

¡Eso es la elección! Y eso se enseña vez tras vez por todas las Escrituras.

En los tiempos del profeta Isaías la nación de Israel se había vuelto idólatra y malvada. En aquel tiempo, el profeta dijo:

“Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra” (Isaías 1:9).

Solo el remanente fue salvo. ¡Eso también es la elección!

En el Nuevo Testamento leemos otra vez sobre la gracia soberana de Dios, la gracia de elección. En Romanos leemos,

“Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia… ¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos” (Romanos 11:5, 7).

En Efesios leemos,

“Habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad… [¡Eso también es elección!]…Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad” (Efesios 1:5, 9-11).

En II Tesalonicenses leemos,

“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo” (II Tesalonicenses 2:13-14).

Dios escoge, Dios llama, y Dios elige Su gente. No importa lo que diga cualquier político, o lo que cualquier corte de las naciones diga, o lo que cualquier terrorista Musulmán diga, Dios le prometió la tierra de Israel a Abraham y a su simiente para siempre. Esa tierra le pertenece a ellos. ¡Es debido al propósito electivo de Dios que Israel ha sido librado y está regresado a la tierra que Dios les dio! Y ninguna nación ni terrorista podrá quitárselas. ¡Eso es la elección! Incluso en incredulidad, están regresando – ¡y en el futuro la Biblia dice que se salvarán en masa! (Romanos 11:26, 27).

Algunas personas dicen que si tú crees en la elección no vas a ganar almas. Supongo que ven algunos Calvinistas modernos que no ganan almas. Pero el Dr. Martyn Lloyd-Jones dijo que no son Calvinistas reales, sólo tienen sus creencias como una “filosofía”. Los hombres que realmente creyeron en la elección han sido los mayores ganadores de almas a través de las edades - Whitefield, el poderoso evangelista; William Carey, el misionero pionero; Adoniram Judson, el primer misionero de América; Dr. David Livingstone, el apóstol de África; C. H. Spurgeon, el predicador Bautista más grande de todos los tiempos – ¡todos estos hombres creían en la elección!

El próximo Abril hará 43 años que empecé esta iglesia. No siempre creí en la Elección. Pensé que todo dependía de mí. ¡Casi me quebré llevando esa carga! ¡Pero cuando empecé a ver esta gran verdad, de la gracia electiva de Dios, la obra de la evangelización se convirtió en un placer para mí, como espero que lo sea para ti! ¡No puedes fallar! Salimos a las calles y centros comerciales de esta grande y malvada ciudad – y la sabiduría humana diría: “No puedes hacerlo. ¡No va a funcionar! ¡Todos los que traigas a la iglesia se irán!” ¡Pero esa es la voz del Diablo! La Palabra de Dios dice

:

“Creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna” (Hechos 13:48).

¡No podemos fracasar! ¡Los elegidos podrán entrar y quedarse! ¡Los elegidos se salvarán! ¡Sal y consíguelos! ¡Hazlo! ¡Hazlo! ¡Hazlo! ¡Y Jesús será glorificado en ellos! ¡Los elegidos serán salvos! “Tráelas”. ¡Cántala!

Tráelas, Tráelas,
   Tráelas del campo del pecar;
Tráelas, Tráelas,
   A Jesús trae las ovejas.
(Traducción libre de “Bring Them In” por Alexcenah Thomas, 19th century).

El Diablo dirá: “¡Nunca habrá un avivamiento! ¡Has intentado antes! ¡Nunca va a suceder!” ¡Pero en el propósito electivo de Dios sí puede suceder! ¡Y yo creo que va a suceder! ¡Dios puede hacer lo que nosotros no podemos hacer! ¡Señor, envía un avivamiento! ¡Canta!

Manda avivamiento,
   Manda avivamiento,
[Señor,] manda avivamiento
   ¡Y que comience en mí!

Ahora escucha el testimonio de Danny Carlos,

      El Domingo 4 de Diciembre del 2016, después del servicio de la mañana, confié en el Señor Jesucristo por fe. Durante muchos años estuve bajo la sana predicación del Evangelio, y fui aconsejado para salvación en numerosas ocasiones, pero yo no confié en Jesús. Siendo Católico, pensé que Jesús estaba enojado conmigo. Sentí que Jesús me estaba juzgando por mi vida y mi pecado. Aunque mi pastor, Dr. Hymers, me había dicho en repetidas ocasiones que Jesús es el Salvador y que Él me ama, parecía que no importaba cuánto intentaba estar de acuerdo, no podía creerle. Estaba atrapado analizándome a mí mismo, llegando constantemente a la conclusión de que no podía ser salvo porque no era digno de la salvación o capaz de confiar en Jesús. Traté de estar totalmente de acuerdo con mi pastor y lo que él predicaba, pero eso no me ayudó en absoluto, porque no podía dejar de mirar a Jesús como juez.
      A través de muchas convicciones y un par de conversiones falsas, comencé a creer que no era uno de los elegidos. Pensé que si me quedaba en la iglesia el tiempo suficiente, algún día sería salvo, pero estaba cansado y enojado todo el tiempo. Crecí peor en el pecado y la rebelión. Sabía que era miserable, pero no quería cambiar nada. Vivir en ese estado durante mucho tiempo me produjo mucha infelicidad y dolor, pero lo acepté, pensando que me lo merecía. Sabía que había escuchado la verdad, pero seguía buscando un sentimiento, una señal, algo que validara o confirmara que había pasado de la muerte a la vida. Me sentí desanimado y sentí que estaba condenado al Infierno, y gradualmente comencé a aceptar que nunca sería salvo...
      Mientras estos pensamientos seguían revoloteando en mi mente, Dr. Hymers me dijo que no necesitaba ver ni sentir a Jesús, todo lo que tenía que hacer era confiar en Jesús Mismo. Estaba cansado de confiar en mis sentimientos y en mí mismo. Estaba agotado de llevar el peso de mi pecado sin ninguna esperanza de perdón. Estaba tan cansado de estar sin Jesús. Estaba cansado de mis pecados de rebelión y autosuficiencia. Nunca funcionó y siempre empeoraba las cosas. Había despreciado a Jesús y escondí mi rostro de Él y me excuse que lo hice porque Jesús estaba enojado conmigo. Había rechazado a Jesús por tanto tiempo, ¿cómo no podría estar enojado conmigo? Yo merecía Su ira y Su rechazo. ¡Pero Dr. Hymers me dijo una y otra vez que Jesús me amaba! Finalmente, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para no quedar atrapado en este torno por más tiempo. Hice lo que me dijo Dr. Hymers. No me analicé a mí mismo por prueba de salvación, sino que vi a Jesús como mi salvación. Finalmente, después de una larga lucha con mi falta de sentimiento, confié en Jesús sin pruebas ni seguridad. Confié en Jesús solo por fe. Confié en Jesús porque fue Jesús el que fue clavado en la Cruz, no mis sentimientos. Confié en Jesús que me amó y perdonó mi pecado. Jesús lavó mis pecados con Su Sangre. ¡Jesús me amó cuando debería haber estado enojado conmigo! ¡Jesús me perdonó cuando creí que me juzgaría! Confié en Jesús por fe, y Él es mi salvación.

¡Dios trajo a Danny Carlos a Jesús! ¡Dios puede hacer lo que nosotros no podemos hacer! ¡Eso es elección!

Pero en la Biblia hay una terrible advertencia que se nos aplica hoy. Es esta:

“Los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos” (Romanos 11:7).

“Lo” se refiere a la salvación, y el versículo se aplica a nosotros en nuestra iglesia.

¿Por qué los escogidos lo alcanzan? Bueno, porque Dios les ha dado oídos para oír, y ojos para ver. Ellos escuchan los sermones con cuidado. Ellos ven sus pecados. Ellos confían en Jesús. Es así de simple. “Y los demás fueron endurecidos”. Espero que eso no sea cierto de tí, pero me temo que tal vez sí. “Los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos”.

Ves, “el resto” lo ha oído todo antes, y, cierran su mente a ello. Ya han visto el video de las cicatrices del pastor Wurmbrand, hechas por hierros ardientes, torturado por causa de Jesús. Ya han visto eso antes. Y como ya lo han visto, las mentes de ellos se cierran a eso. ¡Ellos no oyen, y ellos no piensan acerca de lo que dice el Pastor Wurmbrand! Ya han oído hablar a John Cagan – muchas veces. Entonces, la simpleza de su corazón, y la honestidad transparente y el fervor de sus sermones no los toca. Ellos ya lo han oído predicar y orar, así que sus mentes están cerradas a lo que él dice. Ellos ya me han oído predicar a – muchas, muchas veces. Y entonces, mi voz de trueno no puede penetrar su pared de resistencia. Ya han oído mis denuncias y ruegos. Y, así, mis sermones no los tocan. Sus mentes están cerradas a lo que yo predico.

Pero los elegidos no son así. Cuando oyen al Pastor Wurmbrand en aquel video, son impresionados con asombro. Lo escuchan como si él fuera el Apóstol Pablo, de las cadenas y oscuridad de la prisión Romana. Ellos oyen a John Cagan como si fuera el médico Lucas, recién teniendo un encuentro con Dios. Ellos oyen mi predicación tronando como si fuera Lutero, proclamando los terrores de la ley de Dios, y la consolación que se halla en las heridas sangrientas de Jesús.

“Los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos” (Romanos 11:7).

Antes de que el Pastor Wurmbrand fuera puesto en condena solitaria pudo hablarle a otros prisioneros en aquel campo de concentración Comunista. Un hombre, llamado Stancu, le dijo:

[George] Bernard Shaw una vez sugirió que las personas son tan vacunadas con dosis pequeñas de la Cristiandad en su niñez que raramente contraen la cosa verdadera (traducción de Richard Wurmbrand, In God’s Underground, Living Sacrifice Book Co., 2004 reimpresión, Pág. 120).

¿Te ha ocurrido eso a tí? ¿Has sido vacunado? ¿Has recibido tantas dosis pequeñas de Cristiandad que no puedes recibir la verdadera?

Para experimentar una conversión verdadera tienes que ver todo con ojos nuevos y oírlo todo con oídos nuevos. Las verdades que lees en la Biblia tienen que volverse valiosas para tí. El valor de tu alma, los pecados de tu corazón, lo terrible de la eternidad apartado de Jesús – estas cosas deben capturar tu mera alma en una nueva manera o no habrá salvación.

Dr. Cagan y yo hemos visto a personas que nunca pensamos que serían salvas, de repente enfrentados con sus pecados y sus malvados corazones. Los hemos visto llorar por sus pecados. Hemos visto que confían en Jesús. Los hemos visto pasar por la frontera de este mundo y encontrar a Jesús por fe en la esfera de lo espiritual, en otra dimensión, sentado a la diestra de Dios el Padre.

No podemos explicar racionalmente esta fe repentina, este encuentro divino-humano. No fue producido por algo especial que dijimos o hicimos. Les dijimos las mismas palabras que habían oído muchas veces antes. Pero de repente Dios les habló a su corazón. Sintieron la perversión de su naturaleza pecaminosa. Corrieron a Jesús por fe. Fueron lavados, limpios, de sus pecados por Su Sangre. Nacieron de Dios. Estaban ahora en Cristo Jesús. Este es el milagro de la conversión. Esta es la maravilla de la salvación. Esta es la razón por la que Jesús vino a la tierra para morir en la Cruz. Es por esto que Él derramó Su Sangre – ¡para que tus pecados pudieran ser lavados para siempre! Es por esto que Él resucitó físicamente de entre los muertos – para darte vida.

“Los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos” (Romanos 11:7).

“Oh pastor,” alguien puede decir: “Yo no quiero estar cegado. Yo quiero ser uno de los escogidos”. Entonces “¡haced firme vuestra…elección!” (II Pedro 1:10). No rechaces al Espíritu de Dios, penetrándote y revelándote tu corazón contaminado y engañoso. No resistas el Espíritu de Dios mientras te atrae a Jesús. Sé sumergido en el raudal de Su Sangre.

Mi madre había entrado y salido de la iglesia muchas veces en toda su vida. Pero su mente estaba opacada y no clara respecto al Evangelio. Ella no lo podía captar. Le parecía extraño y ajeno a la mente de ella. Ella estaba perdida. Luego ella oyó a mis dos hijos cantando en el jardín de atrás en nuestra casa. Ellos solo tenían como siete años. Ella los oyó cantar:

¿Eres tú lavado en la sangre del Cordero?
¿Son tus ropas blancas, cual la nieve son?
¿Te ha lavado la sangre de Jesús?
   (Traducción libre de “Are You Washed in the Blood?”
      por Elisha A. Hoffman, 1839-1929).

Ella comentó sobre eso más tarde ese día. Ella me dijo: “¡Que extraña canción es esa que canten niños pequeños! ‘¿Te ha lavado la Sangre?’ ¡Qué canción tan extraña!”

Pero, poco tiempo después ya no le parecía extraña a ella. Ella vino a Jesús y fue convertida. Ella me dijo: “Jesús es real, Robert”. Ella vino a Jesucristo por fe. Ella fue “¡lavada en la sangre del Cordero!”

Cuando tú vienes a Jesús por fe simple, tú, también, serás lavado en la Sangre del Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Jesús promete, “Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jeremías 29:13). ¡Cuando confías en Jesús, se revela que tú, también, eres uno de los escogidos! Dr. Chan, por favor ore para que alguien confíe en Jesús esta noche.


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(FIN DEL SERMÓN)
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El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“I’ve Found a Friend” (por James G. Small, 1817-1888).