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LIBERACIÓN DE UN CORAZÓN ENGAÑOSO

por el Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Noche del Día del Señor, 22 de Octubre del 2017

“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9).


Debido a la caída de la raza humana en Adán, el corazón humano se corrompió y arruinó. El Dr. J. Vernon dijo: “Todos los hombres tienen corazones que son engañosos, sucios, inmundos y perversos” (A Través de la Biblia nota sobre Jeremías 17:9). Hay pecado en tu corazón del que no eres consciente y no sospechas que está allí. Es un error común que las personas piensen que sus corazones son mucho mejores de lo que realmente son. Confían en sus propios corazones, y esa es la razón por la que no son salvos. ¡La razón principal por la que no eres salvo es porque confías en tu propio corazón! Dios debe marchitarte, reprenderte, y obligarte a entender que no puedes confiar en tu corazón. Si Dios no te hace eso, seguirás confiando en tu corazón hasta que mueras y vayas al Infierno.

La palabra Hebrea para “engañoso” significa fraudulento, deshonesto, tramposo, falso. Te engaña. Te arruina. Te destruye. ¡Y sin embargo, confías en tu corazón! ¡Qué necio eres!

Entonces, también, tu corazón es “perverso” e “incurable”. Es mortal; es desesperadamente deplorable y miserable. No es del todo confiable. Es falso y está lleno de engaño. Tu corazón es tan engañoso y falso que podemos decir con certeza: “¿Quién lo conocerá?”. Realmente no conoces tu propio corazón. Pero Satanás conoce muy bien tu corazón. Satanás usa ciertos trucos en tu corazón para evitar que seas salvo.

1. Primero, ¡buscar un sentimiento de seguridad es un truco Satánico!

Solo hay una cosa acerca de tu corazón de la que puedes estar seguro. Es engañoso, poco confiable y malvado. Cuando se te dice que vengas a Jesús, puedes estar seguro de que tus pensamientos no son confiables, y son perversamente incurables. ¿Incurable? ¿Qué quiero decir? Quiero decir que Philip Chan tenía razón cuando dijo que sus pensamientos iban en círculos. Cuando vino a hablarnos acerca de confiar en Jesús, sus pensamientos dieron vueltas en círculo. Trató de hacerse sentir, una especie de “sentimiento” – cierta experiencia para darle la seguridad de que era salvo. Estaba tan confundido por su propio corazón que no estaba buscando que Jesús lo salvara. Intentaba hacerse sentir que estaba bien. Si tan solo pudiera hacer que su corazón se sintiera salvo, podría irse a casa feliz. Tú buscas algo que nunca encontrarás. El Reverendo O. Hallesby dijo: “Por lo tanto, el alma que busca circuló [en su] corazón, buscando la seguridad que no pudo alcanzar”. Estás buscando que el Espíritu Santo te de la seguridad de que eres salvo. Pero nunca tendrás esa seguridad. Nunca tendrás verdadera seguridad de que eres salvo del Espíritu de Dios. Solo obtendrás una falsa sensación de seguridad por parte de Satanás. Satanás da una falsa seguridad. ¡Solo Jesús da la salvación del pecado! Si la seguridad es todo lo que quieres, el Diablo te la dará. ¿Cómo sé eso? ¡Porque prácticamente todos los que están en la calle tienen la seguridad de que son salvos! ¿De dónde obtuvieron su seguridad? Del diablo. El Diablo es “el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia” (Efesios 2:2). No es Dios trabajando en ti. Hasta que renuncies a buscar un sentimiento, siempre es el Diablo trabajando en ti, para darte una falsa seguridad. Cuando dices: “Me siento salvo”, ¡entonces el Diablo te tiene! Entonces tú perteneces al Diablo. ¡Entonces eres un esclavo del Diablo! Buscar un sentimiento de seguridad es un truco Satánico. Cuando el Diablo te da la seguridad que deseas, entonces tú le perteneces a él. ¡Entonces eres esclavo del Diablo por siempre! El Dr. Merrill F. Unger dijo, “A veces los...esclavos buscan alivio sin un interés real en la salvación o en seguir a Jesús. No pueden ser liberados” (traducción de Demons in the World Today, pp. 192, 193). Buscar un sentimiento de seguridad es un truco Satánico. ¡Debes mirar solo a Jesús y su Sangre limpiadora!

2. Segundo, buscar una doctrina o versículo de la Biblia es un engaño
Satánico.

El Dr. Unger dijo: “La presencia del engaño demoníaco disminuye la persona y la obra terminada de Jesucristo...el evangelio es ‘Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, Hechos 16:31”’ (ibíd.)., pp. 169, 170). Una de las doctrinas más engañosas de los demonios es el “Sandemanianismo”. En esta enseñanza demoníaca, uno cree en una doctrina en lugar de confiar en Jesús Mismo. Los Sandemanians dirán: “Creo que Él murió por mí” o “Creo que Su Sangre lavó mi pecado”. El uso de la palabra “que” muestra que la confianza de la persona radica en una enseñanza acerca de Jesús, en lugar de Jesús Mismo. Esa es la herejía del Sandemanianismo. Lo llamamos “creencia doctrinal”, porque es la fe en una doctrina acerca de Jesús en lugar de fe en Jesús Mismo. ¡El error del Sandemanianismo ha reemplazado a “buscar un sentimiento de seguridad” como la doctrina demoníaca número uno que evita que los jóvenes de nuestra iglesia sean salvos por Jesucristo Mismo!

Varios de ustedes son como Philip Chan. Tus pensamientos dan vueltas en un círculo. Tratas de tener un sentimiento. Tratas de nuevo. Tratas de nuevo. Tratas de nuevo – una y otra vez. Pero nunca tienes la seguridad que deseas. ¿Por qué? ¡Porque Jesús no murió en la Cruz para darte seguridad o cualquier otro sentimiento! ¡Él murió en la Cruz para pagar tu pecado! Si tu pecado no te molesta, ¡seguirás yendo en círculos hasta que mueras y vayas al Infierno!

Lo mismo se aplica al “Sandemanianismo”. Puedes dar vueltas en círculos tratando de ser salvo creyendo cosas acerca de Jesús, ¡y no entregándote a Jesús Mismo! Aprender algunas cosas sobre Jesús no te salvará de tu pecado. ¡Solo Jesucristo Mismo murió en tu lugar, para pagar por tu pecado en la Cruz! Escucha el testimonio de Emi Zabalaga. Todo lo que necesitas escuchar para ser salvo está en el testimonio de Emi. Escúchalo con mucho cuidado. No te analices a ti mismo. No trates de resolverlo todo. No puedes. Tu “corazón es engañoso más que todas las cosas”. Tu corazón es demasiado engañoso para entenderlo. Solo escucha el testimonio de Emi y entonces confía en Jesús Mismo, ¡y serás salvo por Jesús!

EL TESTIMONIO DE EMI ZABALAGA

El 15 de julio de 2012, Jesucristo me salvó. Los meses anteriores a ese día solo puedo describirlos como los más miserables de mi vida. Unos años antes se reveló que tuve una conversión falsa. Pasé un año en la desesperación sin esperanza. Mentalmente, sabía que era una pecadora terrible, pero estaba demasiado envuelta en la autocompasión para preocuparme por mi pecado. Pero finalmente el Espíritu Santo se lanzó sobre mí y me convenció de mis pecados pasados. Me perseguían y nunca podría alejarme de ellos. Comencé a preguntarme: “¿Cómo cometí esos pecados? ¿Cómo pude haberme hundido tanto en el pecado?” El Espíritu Santo me reveló que estos pecados salieron de mi malvado y engañoso corazón y de la total depravación de mi naturaleza. No puedo describir por completo cómo es tener una visión de la negrura y lo grotesco de tu corazón. Estaba hastiada y avergonzada de lo que sabía que Dios vio. Me sentía como una criatura vil frente a un Dios que todo lo ve; un Dios que conocía mis pensamientos e intenciones; un Dios que sabía que todo lo que hice, incluso trabajar en la iglesia, estaba arraigado en el pecado egoísta. Cada vez que iba a la iglesia, me sentía como un leproso entre Cristianos limpios. Pero aun así, no confiaría en Jesús. “Jesús” era solo una palabra, una doctrina, o alguien que sabía que existía pero que, sin embargo, era tan distante. Tenía una fría aversión a Jesús. En lugar de esforzarme por Jesús, estaba buscando un sentimiento de salvación o algún tipo de “experiencia” para probar mi fe.

Le agradezco a Dios que no me dejó en ese estado. Una noche ya tarde, mientras oraba en mi habitación, de repente me di cuenta de que Jesús murió por . Todo este tiempo yo creí que Él fue a la cruz por los pecados del mundo. Él fue allí de todos modos, entonces mi pecado bien podría haber ido con él. Pero esa noche lo vi en el Huerto de Getsemaní, gimiendo y sudando bajo el peso de mi pecado. Él conocía todos mis pecados y cada rechazo contra Él que yo cometería, pero de todos modos los cargó sobre Sí Mismo y los clavó en la cruz. ¡Fui aplastada cuando me di cuenta de que yo azoté y crucifiqué a Jesús! Vi el Sangriento sacrificio traspasado por mi rechazo de Él. Pero aún no confiaba en Él. Todavía me aferraba a mi necesidad de una sensación de seguridad.

También había mucha obra demoníaca en mi vida, y una noche Dr. Hymers lo señaló. Tan pronto como lo dijo, me di cuenta de que la salvación era solo una fórmula mental o emocional para mí. Tienes este sentimiento, y esa experiencia y luego eres “salvo”. No Jesús y no necesidad de arriesgar mi vida sobre Él. Le supliqué a Dios con mayor intensidad que me librara de Satanás, de mi ser perdido, confuso y perverso, a Jesús, el Único que podía ayudarme.

El mes de mi conversión, Dr. Hymers comenzó a predicar del Cantar de los Cantares sobre la hermosura de Jesús. Mientras escuchaba, Jesús se hizo cada vez más encantador. Comencé a sentir dolor por Él. Al escuchar el versículo, “Mi amado habló, y me dijo: Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven” (Cantar de los Cantares 2:10), Sentí que Jesús me estaba hablando, llamándome, señalándose a Sí Mismo. Esa noche, Dr. Hymers reprendió fuertemente a los perdidos por jugar con Dios Todopoderoso, por jugar con Su paciencia. Me senté en mi silla, temblando de miedo. Sabía que era yo. Como un niño insolente, desprecié Su amor y misericordia, y lo peor de todo, rechacé a Su Hijo, Jesús. Dr. Hymers luego habló del texto, “Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará” (Oseas 6:1). Mientras hablaba, el Espíritu Santo me reveló que todas las experiencias que había vivido, la miseria, la desesperanza de la vida, el frío vacío del mundo, el peso aplastante del pecado era todo porque Dios me amaba y estaba tratando de humillarme para que viera mi necesidad de Jesús. Fui al cuarto de consejo y una pared de pecado pareció elevarse frente a mí, los terribles pecados que cometí, pero sobre todo, la maldad y la negrura de mi corazón, los pensamientos malvados de mi mente y el rechazo sin fin de Jesús. Mi pecado se extendió como un océano sin fondo. No podría soportarlo más. ¡Tenía que tener a Jesús! ¡Tenía que tener Su Sangre! Me puse de rodillas y confié en Jesús, Mismo. Dios me liberó de mis ídolos de sentimientos, psicoanálisis y deseo de seguridad. Por la gracia de Dios, los dejé ir y colapsé en los brazos del Salvador que me esperaba. En lugar de detenerme de Jesús con miedo, temer otra conversación falsa o cometer un error, o mirar dentro de mí, controlar mis sentimientos o tantear en la oscuridad como siempre lo hice, miré a Jesús por fe. ¡Él estaba ahí! ¡El Jesús viviente! Él me salvó; Él lavó mis pecados en Su preciosa Sangre; ¡Se llevó la pesada carga del pecado! Jesús absorbió la ira de Dios que debería haberse derramado merecidamente sobre mí en la vida, en la muerte, en el Juicio Final y en el Infierno. Él perdonó todo mi pecado. ¡Mi registro está sellado con “No culpable” con su propia Sangre! ¡Él es mi defensor, mi Mediador, mi héroe y mi Señor!

Muchas veces he ido a Él en busca de ayuda, fortaleza y protección. Jesús me dio un nuevo deseo de vivir y glorificarlo con mi vida. No solo un día a la semana, sino todos los días. De hecho, como dice la canción, “La misericordia reescribió mi vida”. Antes era una persona egoísta, solo preocupada por lo que afectaba mi vida. Ahora, debido a Jesús, quiero hacer lo que sea para complacerlo, ganar almas para Él, ser un testimonio de Él. Tengo gran gozo cuando otra persona perdida es salva por Jesús, ¡cuando más joyas se agregan a Su Corona! No puedo expresar plenamente la satisfacción y la paz que proviene de los pecados perdonados y la ira de Dios apaciguada. ¡Ojalá todos, especialmente aquellos que lucharon como yo, pudieran experimentar el perdón de Jesús! Él aceptó la culpa por mi pecado, ¡lo pagó todo! El Evangelio, las “Buenas Nuevas” que antes eran tan aburridas y sin vida, son emocionantes y mi corazón se llena de alegría y gratitud cuando escucho sermones acerca de Jesús. Las palabras simplemente se quedan cortas al dar las gracias a Jesús por tener misericordia de esta pecadora indigna, por atravesar la niebla de la psicología y confusión, por mostrarme mi pecado y por atraerme pacientemente pero firmemente hacia Su Hijo. Solo puedo decir con el Apóstol Pablo: “¡Gracias a Dios por su don inefable! (II Corintios 9:15).

Por favor pónganse de pie y canten conmigo el himno número 9, “Vengo Ya Jesús”.

Te escucho, oh Jesús,
Llamándome a mí
Para que limpio pueda ser,
Hoy en Tu sangre así.
Vengo ya Jesús, vengo hacia ti,
Lávame en tu sangre que
Fluyó, Jesús, por mí.

Yo vil y débil soy,
Tu fuerza me darás;
Completamente puro y,
Sin mancha me harás.
Vengo ya Jesús, vengo hacia ti,
Lávame en tu sangre que
Fluyó, Jesús, por mí.

Me llama hoy Jesús,
A fe, amor, y paz,
A gozo, esperanza y luz,
Y vida eternal.
Vengo ya Jesús, vengo hacia ti,
Lávame en tu sangre que
Fluyó, Jesús, por mí.
   (Traducción libre de “I Am Coming, Lord”
      por Lewis Hartsough, 1828-1919).

Si estás listo para confiar en Jesús Mismo, permanece en las primeras dos filas y vamos a hablar contigo. Dr. Chan, por favor venga y de gracias a Dios por la comida que vamos a tener arriba.


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(FIN DEL SERMÓN)
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El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“I Will Praise Him” (por Margaret J. Harris, 1865-1919).


EL BOSQUEJO DE

LIBERACIÓN DE UN CORAZÓN ENGAÑOSO

por el Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9).

1.  Primero, ¡buscar un sentimiento de seguridad es un truco
Satánico! Efesios 2:2.

2.  Segundo, buscar una doctrina o versículo de la Biblia es un engaño
Satánico, Hechos 16:31.