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¡LA PRUEBA QUE JESÚS ES EL HIJO!

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
Sábado por la Noche, 15 de Abril del 2017

“Acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos” (Romanos 1:3-4).


Yo admiré grandemente al Dr. Wilbur M. Smith por su inmenso conocimiento de la literatura Cristiana, y por su integridad al dejar el seminario Fuller en 1963, cuando éste se alejó de la inerrancia de la Biblia y empezó a aceptar el liberalismo (véase Harold Lindsell, Ph.D., The Battle for the Bible, 1978 edition, pp. 110-112). El Dr. Smith hizo un pregunta penetrante sobre nuestro texto, Romanos 1:4: “me pregunto ¿por qué nuestros más grandes predicadores jamás predican sobre, o al menos nunca publican un sermón sobre este texto que asegura la fe?” (Traducción de Wilbur M. Smith, D.D., Therefore, Stand, Keats Publishing, 1981 edition, p. 583). Creo que la razón puede estar en el hecho de que en los últimos 125 años ha habido muy poca predicación sobre la resurrección de Jesús, especialmente desde el aumento del “decisionismo”. Desde el tiempo de C. G. Finney, los sermones se han devotado mayormente al hombre, y lo que el hombre hace. Estos días los predicadores han tendido a dejar pasar de largo las cosas de Dios. En vez, se enfocan en la obra del hombre. Así la Cristiandad se ha vuelto antropológica en vez de teológica, sicológica en vez de Cristológica, centrada en el hombre en vez de centrada en Jesús.

Todos los sermones menos uno, registrados en el Libro de los Hechos, hacen central la resurrección. ¡Los Apóstoles no podían predicar sin hablar de la resurrección de Jesús! Estaba en el mero corazón del Evangelio que ellos predicaban. Hoy, en cambio, si la resurrección de Jesús se menciona, se deja para el Domingo de Resurrección en la mañana. Aun entonces, los ministros raramente predican sus aspectos doctrinales.

En su libro, [La Cristiandad Sin Cristo] Christless Christianity, el Dr. Michael Horton señala que los sermones de la Pascua de Resurrección en muchas iglesias conservadoras a menudo son “algo de cómo Jesús venció los estorbos y como también nosotros los evangélicos podemos [mostrar que] como los [liberales] hablar hoy de la sicología, la política, o el moralismo en vez del evangelio” (Michael Horton, Ph.D., Christless Christianity: The Alternative Gospel of the American Church, Baker Books, 2008, p. 30). Extrañamente hasta el Dr. R. A. Torrey a quien yo admiro no tiene un solo sermón sobre la resurrección de Jesús en su famoso libro [Cómo Laborar para Jesús] How to Work for Christ (Fleming H. Revell, n.d.). El Dr. Torrey dio 156 páginas de bosquejos de sermones para predicadores, ¡pero ni uno solo de esos bosquejos se ha dedicado enteramente a la resurrección de Jesús! ¡Ciertamente, la situación es mucho peor hoy en día!

Examinando los himnarios modernos solo encuentro como diez himnos sobre la resurrección de Jesús. Todos, excepto uno fueron escritos antes del siglo veinte. ¡Dos fueron escritos en el siglo 18, tres en el siglo 19, uno en el siglo 16, uno en el siglo 17, uno en el siglo 15, y dos en el siglo 18! El único himno bien escrito sobre la resurrección en el siglo 20 es “Vivo Otra Vez” de Paul Rader, pero que yo sepa no aparece en ningún himnario. ¡Pónganse de pie y canten el coro conmigo!

El que murió vive otra vez,
   El que murió vive otra vez;
Los fríos lazos de muerte rompió,
   ¡El que murió vive otra vez!
(Traducción libre de “Alive Again” por Paul Rader, 1878-1938).

Se pueden sentar. Me puedes escribir al P.O. Box 15308, Los Ángeles CA 90015 y pedir la letra y la música del himno de Paul Rader. De nuevo, creo que la falta de himnos de la resurrección muestra que este tema importantísimo ha sido descuidado por mucho tiempo, desde los días de Finney. Jesús es:

“Declarado Hijo de Dios con poder…por la resurrección de entre los muertos” (Romanos 1:4),

¡pero casi nadie lo predica, y casi nunca cantamos de ello! ¡Con razón las iglesias en el Mundo Occidental se secan y marchitan! Sin fe en el Jesús resucitado no hay esperanza para avivamiento, ni mensaje viviente – porque la mitad del Evangelio se ha olvidado – ¡eliminado de nuestra predicación! ¡Que Dios nos ayude!

Veo que aquellos en el Tercer Mundo son más aptos a enfatizar al Jesús resucitado que Europa y América. ¡Con razón la Cristiandad crece allí, pero se paraliza aquí!

Me comuniqué por correo electrónico con un joven de aproximadamente veinte años de edad que viene de un país del Tercer Mundo. Él habló de padecer “torturas severas en mi niñez para [tratar que yo] renunciara a la fe Cristiana. Yo pedía ayuda, pero nadie llegó, y vi a muchos [Cristianos] perecer...Niños [son] perseguidos y puestos en asilos en la India, Myanmar, torturados repetidamente con choques eléctricos para renunciar a Jesús...yo soy uno de esos sobrevivientes. Cuando leí eso lloré. ¿Donde en América o en el Occidente podemos hallar a niños o jóvenes o adultos así? Él dijo que él mismo y los otros niños encontraron al Jesús resucitado. Cuando experimentaron a Jesús, supieron que Él era el Hijo de Dios. Entonces ninguna cantidad de tortura de choques eléctricos o palizas los podían hacer renunciar a Jesús. Ellos sabían que Él vive – ¡resucitado de los muertos! ¡Eso los hizo verdaderos Cristianos! Y eso es lo que dice el Apóstol Pablo en nuestro texto. Jesús es:

“Declarado Hijo de Dios con poder…por la resurrección de entre los muertos” (Romanos 1:4).

¡Canta el coro de nuevo!

El que murió vive otra vez,
   El que murió vive otra vez;
Los fríos lazos de muerte rompió,
   ¡El que murió vive otra vez!

La palabra Griega traducida “declarado” significa “especificar”, “marcar” (Strong #3724). Jesús fue especificado, marcado, como el Hijo de Dios por Su resurrección de entre los muertos. La Biblia Génova [The Geneva Bible] de 1599 dice “mostrado y hecho manifiesto” (nota #1 sobre Romanos 1:4). Jesús fue “mostrado y hecho manifiesto” por Su resurrección de entre los muertos:

“Declarado Hijo de Dios con poder…por la resurrección de entre los muertos” (Romanos 1:4).

I. Primero, cómo Jesús fue declarado ser el Hijo de Dios.

No fue principalmente por Sus enseñanzas. Él enseñaba muchas cosas maravillosas, incluyendo el Sermón del Monte. Pero Sus enseñanzas por sí solas no demostraron que era el Hijo de Dios. Tampoco Sus milagros, ni siquiera el haber levantado tres personas de entre los muertos. El profeta Elías levantó a un muchacho de los muertos en los tiempos del Antiguo Testamento y él no era el Hijo de Dios I (Reyes 17:17-24). Eliseo también levantó a un niño de entre los muertos (II Reyes 4:32-37) pero Eliseo no era el Hijo de Dios. Moisés también hizo muchos milagros, incluyendo la separación del Mar Rojo, pero no era el Hijo de Dios. La única señal que declaró que Jesús es el Hijo de Dios fue la resurrección de Su propio cuerpo. Jesús Mismo dijo que Su resurrección sería la señal que daría para una generación perversa:

“Él respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12:39-40).

Jesús fue condenado a muerte al admitirle al sumo sacerdote que Él era el Hijo de Dios (Mateo 26:63-66). Mientras Él colgaba en la Cruz los sumos sacerdotes se burlaban de él, diciendo:

“Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios” (Mateo 27:43).

Dios mostró Su aprobación de Jesús como Su hijo levantándolo de entre los muertos. Jesús era:

“Declarado Hijo de Dios con poder…por la resurrección de entre los muertos” (Romanos 1:4).

¡Dios declaró que Él es Su Hijo levantando Su cuerpo muerto en el tercer día! ¡Cántalo!

El que murió vive otra vez,
   El que murió vive otra vez;
Los fríos lazos de muerte rompió,
   ¡El que murió vive otra vez!

II. Segundo, por qué Jesús fue declarado ser el Hijo de Dios.

El Dr. Charles Hodge (1797-1878), profesor de por mucho tiempo del Nuevo Testamento en el Seminario Teológico de Princeton, dijo:

No fue sino hasta que Jesús se había levantado que las pruebas de su filiación fueron completas, o la plenitud de su contenido conocido a los apóstoles...Fue por la resurrección que demostró ser el Hijo de Dios...En [muchos] pasajes [de Escritura] la resurrección de Jesús se representa como la gran evidencia concluyente de la verdad de todo lo que Jesús enseñó, y de la validez de todas sus pretensiones...como Jesús se había declarado abiertamente ser el Hijo de Dios, su resurrección de entre los muertos fue el sello de Dios a la verdad de su declaración. De haber continuado bajo el poder de la muerte, Dios hubiera anulado [negado] su pretensión de ser su Hijo; pero al levantarlo de los muertos, él lo reconoció públicamente, diciendo: Tú eres mi Hijo, este día te he declarado como tal (traducción de Charles Hodge, Ph.D., A Commentary on Romans, The Banner of Truth Trust, 1997 edition, pp. 20-21; notes on Romans 1:4).

Por lo tanto, la evidencia de que Jesús era el Hijo de Dios fue dada por Su resurrección, y verificó todo lo demás que Él enseñó.

El Dr. Wilbur M. Smith dijo que la resurrección de Jesús garantiza

...la veracidad, la fiabilidad de todos los enunciados de Jesús. [Puesto que Él se levantó] de nuevo de la tumba [como Él predijo que lo haría] y la predicción se cumplió, entonces siempre me pareció que todo lo demás que el Señor ha dicho también debe ser cierto...Cuando nuestro Señor dijo que el que creyere en Él tendría vida eterna, y quien se negara a creer en Él estaría eternamente condenado, Él dijo la verdad...No podemos aceptar la resurrección de Jesús, y tener alguna duda sobre la veracidad de cualquier expresión que jamás haya procedido de Sus labios (Smith, Therefore Stand, ibíd., pp. 418-419).

Jesús le dijo a Sus Discípulos:

“He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido. Y después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará” (Lucas 18:31-33).

Lo que Jesús predijo en Lucas 18:31-33 literalmente aconteció. Se burlaron de Él, fue golpeado, escupido, azotado y condenado a muerte en la Cruz. Pero el tercer día después que Él fue crucificado Él resucitó de entre los muertos. El cumplimiento exacto de la predicción de Jesús acerca de sí Mismo garantiza la veracidad de todo lo demás que Él dijo, porque fue:

“Declarado Hijo de Dios con poder…por la resurrección de entre los muertos” (Romanos 1:4).

“El que murió vive otra vez”. ¡Cántalo!

El que murió vive otra vez,
   El que murió vive otra vez;
Los fríos lazos de muerte rompió,
   ¡El que murió vive otra vez!

Debido a que Él se levantó de entre los muertos, exactamente como Él dijo que haría, podemos estar seguros de que Él también estaba diciendo la verdad cuando dijo:

“De cierto os digo, que si no os volvéis…no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3).

Debemos tomar muy en serio esas palabras porque venían de la boca del Hijo de Dios resucitado. ¿Has sido convertido? ¿Estás seguro de que has sido convertido? El Hijo de Dios dijo que no puedes “entrar en el reino de los cielos” si no has sido convertido. ¡Oh, la seriedad con la que debes pensar en tú conversión! ¡Con qué cuidado debes asegurarte que has sido convertido!

El Hijo resucitado de Dios también dijo:

“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).

¡Con qué seriedad debes escuchar lo que Él dijo! ¡Debes estar muy ansioso para venir a Él y ser salvo! Qué cuidadoso debes ser para poner fuera de tu mente todas las supersticiones y falsas ideas religiosas, y confiar en Jesús solamente – porque Él dijo: “nadie viene al Padre, sino por mí”.

De nuevo, el Hijo resucitado de Dios dijo:

“Y al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37).

¡Oh, cómo debes “esforzarte para entrar” en Él! (Lucas 13:24). ¡Qué cuidadoso y serio debes ser respecto a venir a Jesús! Recuerda que Él dijo:

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).

Estamos orando que escuches al resucitado Hijo de Dios. Estamos orando que vengas directamente a Él, para que seas lavado de tus pecados por la Sangre derramada en la Cruz – y seas salvo por Su vida resucitada. ¡Escúchalo! ¡Cree lo que dijo! Ven directamente a Él y se salvo, como Él te dijo que hicieras – porque Él es

“Declarado Hijo de Dios con poder…por la resurrección de entre los muertos” (Romanos 1:4).

El que murió vive otra vez,
   El que murió vive otra vez;
Los fríos lazos de muerte rompió,
   ¡El que murió vive otra vez!
(Traducción libre de “Alive Again” por Paul Rader, 1878-1938).


CUANDO LE ESCRIBAS A DR. HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr. Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr. Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes llamarle por teléfono al (818) 352-0452.

(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída Antes del Sermón por el Sr. Noah Song: Lucas 18:31-34.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Hail, Thou Once-Despised Jesus!” (por John Bakewell, 1721-1819).


EL BOSQUEJO DE

¡LA PRUEBA QUE JESÚS ES EL HIJO!

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos” (Romanos 1:3-4).

I.   Primero, cómo Jesús fue declarado ser el Hijo de Dios, I Reyes 17:17-24;
II Reyes 4:32-37; Mateo 12:39-40; 26:63-66; 27:43.

II.  Segundo, por qué Jesús fue declarado ser el Hijo de Dios, Lucas 18:31-33;
Mateo 18:3; Juan 14:6; 6:37; Lucas 13:24; Mateo 11:28.