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INCREDULIDAD Y AVIVAMIENTO

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Noche del Día del Señor, 17 de Julio, 2016

“Cuando, haciendo cosas terribles cuales nunca esperábamos, descendiste, fluyeron los montes delante de ti” (Isaías 64:3).


John Cagan y yo estamos en el proceso de hacernos amigos. Va a ser una amistad inusual. Una amistad entre un muchacho joven y un anciano que podría ser su abuelo. Es una amistad que se forjó en una lucha entre dos hombres. Dos hombres que son muy diferentes. Pero dos hombres que también son casi igual. Ambos tenemos períodos de profunda depresión. Ambos somos introvertidos de corazón. Ambos de nosotros nos sentimos más cómodos solos que en una multitud. Ambos hemos aprendido a actuar de manera más extrovertida de lo que realmente somos. Y hay otra forma en la que nos parecemos. Ambos dudamos que vayamos a tener un avivamiento. Ambos dudamos que lleguemos a tener un “nuevo” Tabernáculo Bautista.

En su sermón el Domingo pasado John nos habló acerca de sus dudas. Nos habló de sus temores. Teme que esto no ocurrirá. Teme que nuestra iglesia nunca cambiará. Para mi esa fue la parte más importante del sermón de John. Esto es lo que nos dijo en ese sermón.

Dr. Hymers dijo, “Debemos ayunar y orar para que Dios baje y haga que nuestra iglesia viva otra vez delante de Él”. Debo admitir que he tenido dudas al respecto...También dudé para creer el desafío que Dr. Hymers nos dio. Tú también puedes mover la cabeza con incredulidad...Tal vez tú tampoco lo crees” (John Samuel Cagan, “¡Olvida el Pasado y Alcanza el Premio!”).

Yo pienso que esas palabras fueron la parte más importante del gran sermón de John. Pensé en quitar esas palabras cuando le ayudaba a trabajar en él. Pero finalmente supe que esas palabras debían dejarse. Ahora, cuando volví a leer su sermón, me di cuenta de que esas palabras eran muy importantes. Muy importantes. ¡Las más importantes de todas!

Aquellos de ustedes que han estado en nuestra iglesia desde hace mucho tiempo tienen dudas también – ¿no es así? Los que crecieron en nuestra iglesia como lo hizo John, ustedes que son “niños de iglesia” como él, deben “mover [sus cabezas] con incredulidad...[porque] tú tampoco lo crees”.

¡Eso es una gran cosa! Eso es verdadera honestidad. ¡Honestidad de tal forma hace que el sermón brille! Y yo creo que es muy importante que tú también admitas tus dudas – al menos a ti mismo y a Dios. Esa clase de honestidad es realmente el primer paso hacia el avivamiento. Escucha esto con atención: Yo mismo no creo que va a suceder. Esa es mi confesión a ti esta noche. ¡Yo no lo creo tampoco! Al final, honestidad como esa puede desbordarse en confesiones abiertas, arrepentimiento y oraciones de corazón de unos por otros – si el Señor envía un derramamiento de Su Espíritu entre nosotros. Honestidad con nosotros mismos – y luego con los demás – ¡es a menudo el primer paso en un avivamiento enviado por Dios!

Así, admítelo. ¡Admite que no crees que podemos tener un “nuevo” Tabernáculo Bautista! ¡Admite que no crees que Dios enviará Su poder y hará nuestra iglesia viva de nuevo! ¿Por qué es eso tan importante? Es importante porque la incredulidad es un pecado. A menudo es el peor de los pecados. Y debemos confesar nuestros pecados a Dios ahora, antes de siquiera pensar en confesar “nuestras faltas unos a otros” en el futuro. Antes de que podamos verdaderamente “[orar] unos por otros, para que seáis sanados” (Santiago 5:16). Saneamiento profundo no puede ocurrir a menos que confesemos nuestra incredulidad – ¡por lo menos a nosotros mismos y a Dios! Luego, más tarde podemos confesar nuestra incredulidad unos a otros, así como otras faltas que tenemos.

Pero esta es la pregunta más importante que debo hacer esta noche – ¿Podemos tener un derramamiento del Espíritu mientras no creemos que pueda suceder? ¿Podemos empezar a tener un “nuevo” Tabernáculo Bautista, mientras no creamos que Dios pueda cambiar nuestra iglesia y hacerla vivir de nuevo? ¡La respuesta es un rotundo! Sí – podemos tener un derramamiento del Espíritu de Dios, ¡aunque no creamos que pueda suceder! Sí – Dios puede darnos un “nuevo” Tabernáculo Bautista, ¡aunque que no creamos que pueda suceder!

¿Cómo puede eso ser verdad? Bueno, tiene que ser verdad porque Dios es soberano. ¡Dios es el que decide enviar o no Su Espíritu entre nosotros! ¡No depende de nosotros! ¡No depende de nuestra fe o nuestra incredulidad! ¡Depende solamente de Dios! Esto es lo contrario de lo que el viejo hereje Pelagianista Charles Finney enseñó. ¡Él dijo que depende de nosotros! Pero la Biblia dice que depende sólo de Dios, ¡no de nosotros! ¡Esa es teología Reformada! ¡Ese es un buen punto en el antiguo calvinismo que nuestros padres Bautistas creían! ¡Finney enseñó lo que es llamado por los teólogos “condicionalismo” – que debemos cumplir ciertas condiciones antes de que Dios pueda ser persuadido a enviar un derramamiento de Su Espíritu! ¡“Condicionalismo” es una sucia mentira! Viene del mismo Satanás. ¡Y es la mentira, por encima de todas las demás, que ha detenido a nuestras iglesias de tener avivamientos poderosos cerca de 200 años en el mundo occidental! Finney enseñó que los avivamientos “podrían ser garantizados si sólo el hombre creara las condiciones adecuadas” (traducción de Brian H. Edwards, Revival – A People Saturated With God, página 71). Eso es una mentira. ¡No es verdad a la Palabra de Dios! Es una “doctrina de demonios” (I Timoteo 4:1). Brian Edwards dijo, “Charles Finney creía firmemente que los avivamientos podrían ser producidos siguiendo una serie de reglas” (Edwards, pág. 31). Pues bien, hemos estado utilizando “reglas” por cerca de 200 años – y no han producido avivamiento. El verdadero avivamiento no es producido por algo que haga el hombre. ¡Ni siquiera tratar de tener fe en nosotros mismos! Nada que el hombre haga produce un derramamiento del Espíritu de Dios. Es totalmente una obra de Dios. ¡El Avivamiento puede incluso venir sin oración! “Herejía”, ¿dices tú? No, no es una herejía, es Bíblico. La Biblia dice: “Que de Dios es el poder” (Salmo 62:11). Todo el poder pertenece a nuestro santo Soberano y Todopoderoso. Él es el que libera el poder en el avivamiento. Dios está en completo control. Él ni siquiera necesita que creamos antes de que Él envíe el Espíritu Santo. No depende de lo que nosotros creemos o no creemos.

¡Los que están influenciados por Finney basan su “condicionalismo” en II Crónicas 7:14, pero no trae avivamiento! ¿Dónde están los avivamientos producidos por seguir II Crónicas 7:14? Todo lo que tienes es necedad pentecostal que sale de esas apelaciones. ¡Esos avivamientos no tienen ningún parecido a los clásicos avivamientos del pasado! ¡Consiguen que la gente caiga al suelo, pero unos años más tarde caerán en el Infierno porque no fueron salvas! Esto es tristemente cierto en el mundo Occidental cuando Pentecostales y otros evangélicos usan II Crónicas 7:14 como una fórmula. Pero ese verso se aplica sólo a Israel en el Antiguo Testamento. ¡No está hablando del Cristianismo del Nuevo Testamento! ¡Ellos basan toda su idea de “condicionalismo” en un verso oscuro que Dios le dio al pueblo Judío en Israel! Un simple conocimiento de lo que acabo de decir debe mostrar que II Crónicas 7:14 no tiene nada que ver con nosotros hoy en día, y nunca lo ha hecho. ¡Es una idea Finney! ¡No es una idea Protestante, o una idea clásica Bautista! Aquí hay dos ejemplos en la Biblia. No hubo ninguna preparación antes del gran avivamiento en Nínive, registrado en Jonás, capítulo tres. El Dr. J. Vernon McGee lo llamó “el avivamiento más grande en la historia”. En el Nuevo Testamento, leemos acerca del gran avivamiento en Samaria en Los Hechos, capítulo ocho. No hubo ninguna preparación. Felipe simplemente descendió a la ciudad, “y les predicaba a Cristo”. Si lees Los Hechos, capítulo 8, versículos 6 y 7, verás que un gran avivamiento llegó. Llegó sin oración. Llegó sin ayuno. Llegó sin ningún tipo de forzamiento o preparación. Tenemos que repensar todo nuestro concepto sobre el avivamiento y empezar a verlo como algo que Dios hace, estemos preparados o no. Creo que el “condicionalismo” irrita a Dios, por lo que retira Su poder de nosotros en vez de darlo. Los antepasados rogaban a Dios por ello y no ponían condiciones en eso. Por lo tanto, Dios les respondía. Eran hombres centrados en Dios en lugar de ser centrados en el hombre. Esa es la manera que tenemos que ser hoy. Dios está en control completo. Ni siquiera necesita que creamos antes de que envíe el Espíritu Santo. Es por ello que Jonathan Edwards llamó el avivamiento una obra “sorprendente” de Dios. Ellos no habían utilizado el “condicionalismo” de Finney ante de que Dios enviara el avivamiento. Edwards vivió antes de Finney. Él no siguió el pelagianismo de Finney en avivamiento. Como ya he dicho, Dios ni siquiera necesita que nosotros creamos antes de que Él envíe el Espíritu Santo. No depende de que nosotros creemos o no creemos.

Sé eso por experiencia, una experiencia de la que ya te hablé. Pero voy a hablar de ella de nuevo esta noche para mostrarte algo nuevo. He sido un testigo ocular de tres avivamientos verdaderos. En el tercer avivamiento que vi, no hubo ninguna preparación. En el último momento me dijeron que predicara en el servicio de la tarde. Se decidió, como ya he dicho, en el último minuto. Le pregunté a un joven que asistía a la iglesia sobre que debería hablar. Él dijo: “Hagas lo que hagas, no prediques un sermón evangelístico. Eso es casi lo único que hace el pastor. Todos en la iglesia ya son salvos”. Fue entonces cuando empecé a sudar y preocuparme. Yo sólo tenía un sermón conmigo, y era un sermón evangelístico. Allí en la iglesia esa noche iba a ver un gran número de líderes predicadores, así como profesores de seminarios y otros líderes Cristianos. ¿Qué pensarían si nadie respondiera a mi sermón? Envié a Ileana y los niños afuera – pasé la tarde preocupado solo en nuestra habitación del hotel. No oré por avivamiento ni una sola vez. No estaba en mis pensamientos. Todo lo que hice fue orar para que una persona pasara al frente. Todavía estaba sudando y preocupándome durante el servicio esa noche. Por fin pensé, “Voy a darle todo lo que tengo, aun si nadie viene durante la invitación”. Prediqué ese sermón con cada onza de energía que tenía. Entonces di lo que es llamado una “invitación fría” – ninguna mano levantada para oración – sólo una invitación fría para venir al frente. Para mi sorpresa 75 personas vinieron. Vinieron unos pocos a la vez durante toda la noche. Fue un verdadero avivamiento. La invitación se prolongó cerca de tres horas, con muchos miembros de la iglesia siendo verdaderamente salvos, y otros confesando sus pecados y poniéndose bien con Dios. Un anciano, en overoles, que había sido miembro de esa iglesia durante muchos años, fue gateando hacia el santuario gritando, “¡Estoy perdido! ¡Estoy perdido!” Tres chicas adolescentes estaban de pie en la plataforma para cantar un trío. Pero no podían cantar. Las tres rompieron en llanto. Se pusieron de pie delante de la gente y confesaron que estaban perdidas. Lidiamos con ellos durante horas. Pero como casi todos los avivamientos, el tiempo se detuvo. ¡Me sorprendió cuando finalmente miré el reloj y vi que era después de las 11:00! El tiempo se detiene cuando estás en un avivamiento. Nadie se fue. Cada persona se quedó hasta el final. Dios estaba trabajando, y ellos podían sentir Su presencia en esa iglesia. En los próximos tres meses más de 500 personas esperamos fueron convertidas, bautizadas, y se unieron a esa iglesia.

Ese fue el tercer avivamiento que vi con mis propios ojos. Yo te he hablado de él antes. Pero lo hago de nuevo esta noche, ya que muestra que Dios puede derramar Su Espíritu en avivamiento sin ninguna preparación. Yo mismo no me lo esperaba. Yo mismo no creía que iba a suceder. ¡Ni siquiera creía que una persona pasaría al frente! Eso demuestra que el avivamiento puede venir incluso si tú y yo no creemos que vendrá. Incluso si te sientes como John Cagan dijo: “Debo admitir que he tenido dudas al respecto...Tú también puedes mover la cabeza con incredulidad...Tal vez tú tampoco lo creas”. Pienso que esas fueron las palabras más importantes que John dijo en su gran sermón.

Podemos orar por un “nuevo” Tabernáculo Bautista sin creer realmente que va a suceder. Podemos orar para que Dios abra los cielos y descienda sin creer realmente que él nos va a contestar. Eso está bien. Sigue orando por eso, incluso si no lo crees. Incluso si dudas, Dios puede responder a tus oraciones incrédulas. John Cagan escribió unas palabras de un poema y me las dio a mí para ponerlas en este sermón – como él las recordaba, del poeta Wordsworth.

Hay un lugar más allá de la tristeza
   Y es allí donde resido…
Donde los pensamientos a menudo yacen,
   Demasiando profundos para las lágrimas.

Donde las oraciones a menudo yacen, demasiado profundas para las lágrimas. Donde las dudas a menudo yacen, demasiado profundas para las lágrimas. Pero Dios escucha nuestras oraciones, incluso si no creemos plenamente que Él nos contestará.

Y eso nos lleva de vuelta al texto. El profeta Isaías oraba a Dios que rompiera los cielos y descendiera. Por favor voltea a Isaías 64:1 de nuevo. Está en la página 740 de la Biblia anotada de Scofield. Es Isaías 64:1-3. Por favor pónganse de pie mientras lo leo de nuevo.

“¡Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes, como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las naciones temblasen a tu presencia! Cuando, haciendo cosas terribles cuales nunca esperábamos, descendiste, fluyeron los montes delante de ti” (Isaías 64:1-3).

Se pueden sentar.

El profeta oró que Dios rompiese los cielos, y descendiera, y a Su presencia se escurriesen los montes. Pero él no creyó que sucedería. Mira el versículo tres.

“Cuando, haciendo cosas terribles [asombrantes] cuales nunca esperábamos [Versión Nueva Americana]”.

Cuando ellos oraron por cosas “que no esperaban”. Matthew Henry dijo: “Ellos no tenían esperanza de ser liberados, estaban tan lejos de cualquier pensamiento de liberación”. Entonces “descendiste, fluyeron los montes delante de ti” (Isaías 64:3). Sus oraciones fueron respondidas aunque ellos no lo esperaban. Sus oraciones fueron contestadas a pesar de que “no tenían esperanza de ser liberados”. ¡A pesar de que no tenían “pensamiento de liberación”!

Oré que mi madre fuera salva por más de cuarenta años. Yo no creí que Dios respondería a mis oraciones. Perdí toda esperanza – pero seguí orando por ella – a pesar de que no lo creía cuando oraba. Pero Dios finalmente respondió a mi pobre oración incrédula. Mi madre fue salva maravillosamente a la edad de 80 años.

Noah Song dio un gran sermón esta mañana. Nos dijo como David ganó fe para matar al gigante. David ganó fe al recordar lo que Dios hizo por él en el pasado. Él había matado al león. Él había matado al oso. ¡Por lo tanto David sabía que Dios le daría fuerza para matar al gigante también! Debemos recordar eso también. Nuestra iglesia ya ha superado muchos obstáculos en respuesta a oración. Debido a que Él ha hecho tanto por nosotros en el pasado, eso debe fortalecer nuestra fe. ¡Debe fortalecer nuestra fe para creer que Él contestará nuestras oraciones y enviará al Espíritu para darnos un nuevo y vivo Tabernáculo Bautista!

Oh, mis hermanos y hermanas, perseveren en oración, incluso cuando tengan dudas. Oren para que Dios descienda entre nosotros en avivamiento. ¡Ore para que Dios Mismo nos dé un “nuevo” Tabernáculo Bautista! Ora como el hombre que quería que Jesús salvara a su hijo poseído por un demonio. Jesús le dijo: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (Marcos 9:23). El pobre hombre no creía que su hijo iba a ser salvado. No creía que iba a suceder. Pero ese hombre quería desesperadamente que su hijo fuera liberado. Él estaba tan desesperado que clamó a Jesús: “Creo; ayuda mi incredulidad” (Marcos 9:24). Espero que repitas esas mismas palabras cuando ores por avivamiento, “Creo; ayuda mi incredulidad”. El Dr. Ryrie correctamente dijo, “El hombre clamó por ayuda a su propia fe débil” (Biblia de Estudio Ryrie). Un viejo himno lo dice bien.

Simplemente he de confiar,
   Aunque ruda este la mar;
Aunque débil sea mi fe,
   A Jesús yo confiaré.
(Traducción libre de “Trusting Jesus” por Edgar P. Stites, 1836-1921).

¡Aun cuando tu fe es pequeña, persevera en oración para que Dios descienda y venga a crear un avivamiento entre nosotros!

Por favor, pónganse de pie y oren para que Dios nos dé un “nuevo” Tabernáculo Bautista (oraciones). Ahora oren que Dios rompa los cielos y descienda entre nosotros en avivamiento (oraciones). Ahora ora que Dios aumente tu fe débil cuando ores por estas cosas (oraciones).

Por favor, manténgase de pie y canten el himno número 7 en su cancionero. Es “Mi Visión Llena”. Es el himno número 7.

Mi visión llena, oh, Salvador,
   Que solo vea a Jesús hoy;
Aunque el valle me guíes pasar,
   Tu gloria sin fin me rodeará.
Mi visión llena, bello Jesús,
   Haz que Tu gloria brille en mí ser.
Mi visión llena, que vean todos
   Tu imagen santa reflejada en mí.

Mi visión llena, todo desear
   Sea por Tu gloria; inspírame
Con Tu perfección, Tu santo amor,
   Mi senda inunda con celestial luz.
Mi visión llena, bello Jesús,
   Haz que Tu gloria brille en mí ser.
Mi visión llena, que vean todos
   Tu imagen santa reflejada en mí.

Mi visión llena, que nada vil
   Oscurezca la luz interior.
Que vea solo Tu bella faz,
   Susténtame con Tu gracia eternal.
Mi visión llena, bello Jesús,
   Haz que Tu gloria brille en mí ser.
Mi visión llena, que vean todos
   Tu imagen santa reflejada en mí.
(Traducción libre de “Fill All My Vision”
      por Avis Burgeson Christiansen, 1895-1985).

Se pueden sentar.

Y ahora tengo que hablar con aquellos de ustedes que todavía no son convertidos. Jesús murió en la Cruz para pagar por tu pecado. Jesús derramó Su Sangre en esa Cruz para limpiarte de todo pecado. Él se levantó físicamente de entre los muertos para darte vida eterna. Él ahora está en otra dimensión, en el Tercer Cielo, a la diestra de Dios Padre. Si confías en Jesús serás salvo del pecado y el juicio. Cuando te arrepientas y confíes en Jesús tus pecados serán lavados por Su santa Sangre.

Si deseas recibir consejo acerca de confiar en Jesús, necesitas hacer una cita con Dr. Cagan para que él te aconseje. O puedes llamarlo por teléfono a su oficina en casa durante la semana para hacer una cita, o puedes hablar con él esta noche para hacer una cita. Amén.


A Dr. Hymers le gustaría saber de ti si este sermón te bendijo. CUANDO LE ESCRIBAS A DR. HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr. Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr. Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes llamarle por teléfono al (818) 352-0452.

(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por el Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón: Isaías 64:1-4.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Trusting Jesus” (por Edgar P. Stites, 1836-1921).