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BUENAS DÁDIVAS VIENEN POR MEDIO DE LA ORACIÓN

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Noche del Día del Señor, 5 de Junio, 2016

“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7:11).


En este maravilloso pasaje Jesús nos anima a orar. Los versículos 7 y 8 están en el tiempo presente en el Griego. Eso significa seguir pidiendo, seguir llamando. Cuando el Espíritu Santo trae una necesidad una y otra vez a tu corazón, es una carga del Señor. Entonces te recordarás orar por esa cosa una y otra vez, hasta que la respuesta venga de nuestro Padre en el Cielo.

Cuando mi familia y yo regresamos de unas cortas vacaciones en México, me encontré inmediatamente con ocho enormes problemas en nuestra iglesia. Parecía que no había manera posible de hacer frente a estos problemas. Puse cada uno de ellos ante Dios en oración, sin saber qué hacer con ellos. Eran problemas enormes. Por supuesto el Diablo llenó mi mente con dudas y temores. Por supuesto, mi vieja naturaleza no creía que Dios se haría cargo de estas cosas. Pero oré, como el hombre que le dijo a Jesús: “Creo; ayuda mi incredulidad” (Marcos 9:24). Esa es una buena oración para orar cuando tu fe es débil, “[Señor], creo; ayuda mi incredulidad” – para vencer mi incredulidad, para fortalecer mi fe. Y así oré por esos ocho grandes problemas.

Y Dios respondió mis oraciones una por una. Una por una, esos problemas que parecían imposibles, fueron superados en respuesta a la oración. ¡Un problema por el que había orado por más de quince años fue respondido el Domingo pasado! ¡Qué milagro! ¡Alabado sea Dios de quien fluyen todas las bendiciones! Además, uno por uno, se superaron los ocho problemas de los que hablé. ¡El último de ellos fue respondido antes de que me sentara a escribir este sermón! Fue realmente un gran problema. ¡Tuve esa carga en mi corazón durante meses! ¡Pero cuando Dios respondió, parecía tan fácil! La carga fue levantada, ¡y Dios dio la respuesta con tal facilidad que ahora parece tonto que haya estado tan preocupado sobre eso!

Ven, mi ser, pleito haced,
   Pues Jesús pide que oréis;
La oración ama contestar,
   Él pues, no te lo negará,
Él pues, no te lo negará.


Vienes tú ante un Rey;
   Peticiones grandes traed;
Tal es Su gracia y poder,
   Nunca mucho le pedirás,
¡Nunca mucho le pedirás!
   (Traducción libre de “Come, My Soul, Thy Suit Prepare”
      por John Newton, 1725-1807).

¡Hace que mi corazón cante cuando recuerdo cómo Dios respondió mis oraciones! ¡Mi corazón canta cuando le doy gracias a Dios por la oración contestada! ¡Cuando Dios contesta una oración, debes ser rápido en darle gracias a Él!

“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7:11).

Tal es Su gracia y poder,
   Nunca mucho le pedirás,
¡Nunca mucho le pedirás!

¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Da gloria a Dios! ¡Da gloria a Dios! ¡Él contesta la oración! (aplauso).

Hemos visto notables respuestas a oración este año. Vimos dos mujeres de ochenta años ser convertidas. Vimos doce nuevos jóvenes que esperamos fueron convertidos en unos pocos días. Entonces Robert Wang esperamos fue convertido cuando el Dr. Rasmussen predicó en la mañana de Pascua. Después Woody fue liberado de opresión demoníaca – ¡un verdadero milagro de gracia! ¡Después Jesse Zacamitzin! Me miró con ojos de ira cuando descubrió que me gusta Trump. ¡Pero no mucho después de eso él tenía lágrimas corriendo por sus mejillas en el cuarto de consejo, mientras Dr. Cagan le guio a confiar en el Salvador! ¡Notable! ¡Sólo Dios pudo hacer eso en su vida! ¡Valentín Herrera no parecía en absoluto un buen prospecto! Pero Dios parecía decirme que sería salvo. ¡Y pronto esperamos fue convertido! ¡Notable! ¡Sólo Dios pudo hacer eso! Después prediqué un sermón en gran parte a los Cristianos. Solo mencioné el Evangelio brevemente. ¡Qué sorpresa cuando me dijeron que Tom Xia esperamos había sido salvo después! Se me olvidó mencionar la conversión de la señora Zabalaga después de que John Cagan simplemente le pidió que confiara en Jesús – y lo hizo – ¡después de más de 35 años de duda y confusión! ¡Notable! ¡Sólo Dios pudo hacer eso! Cerca de 17 personas esperamos hayan sido convertidas este año – ¡y el año sólo va a la mitad! (aplauso).

¡Queridos amigos, Dios es un Dios de milagros! ¡Él responde a la oración! ¡Él da buenas cosas a los que le piden! Queridos hermanos y hermanas, enfoquémonos en la oración por la presencia de Dios en nuestros servicios. Quiero que ores por la presencia de Dios cada vez que ores. Mi pastor en la iglesia China fue el Dr. Timothy Lin (1911-2009). A menudo habló de la necesidad de orar por la presencia de Dios en la iglesia. El Dr. Lin dijo:

     El objetivo general de la oración es pedirle a Dios Su consentimiento para que nos bendiga con Su gracia, para sanar a los enfermos, consolar a los oprimidos, para proveer para los necesitados, para liberar a los que están en pruebas, para ayudar a los incrédulos a que crean y a los creyentes a crecer, y así sucesivamente...De hecho, todas estas peticiones son remedios para los síntomas en lugar que para la raíz del problema. Nuestro Señor…nos ha dado el remedio para la raíz del problema – ¡Su presencia con nosotros!
    Con Su presencia, se resolverán todos estos problemas, la oscuridad se volverá luz, y la calamidad se convertirá en riquezas...¡Alabado sea el Señor! Él ha prometido estar con nosotros a través de la oración...La meta de la oración es tener la presencia de Dios (traducción de Timothy Lin, Ph.D., The Secret of Church Growth, FCBC, 1992, pp. 108, 109).

Por lo tanto, te pido que ores por la presencia de Dios en nuestra iglesia cada vez que ores. Cuando ores por la mañana, asegúrate de orar por la presencia de Dios entre nosotros. Cuando des gracias a Dios por la comida antes de comer, ora al menos unas pocas palabras para pedirle por su presencia en nuestra iglesia. Cuando ores por mí, ora por la presencia de Dios a través de mi predicación. También ora por la presencia de Dios mientras escribo los sermones en mi oficina. Cuando ores para la Cosecha de Otoño, ora por la presencia de Dios entre nosotros. Sin Su presencia, todo nuestro evangelismo no producirá fruto. Cuando ores por nuestra misión al mundo por el Internet, ora por la presencia de Dios entre los que leen los sermones, o los predican, o los ven en los videos. Cuando ores por nuestro evangelismo, ora por que la presencia de Dios vaya con nosotros mientras evangelizamos. Cuando ores por los solos del Sr. Griffith, y por las canciones de la congregación, ora que la presencia de Dios esté con las canciones. Ora por la presencia de Dios en nuestras reuniones de oración. Ora por la presencia de Dios para romper los corazones de los “niños de iglesia” perdidos. Pero no te detengas allí – ora por la presencia de Dios para convertir a las personas nuevas cuando vengan. Apréndete los nombres de las nuevas personas – y ora por la presencia de Dios para mostrarles su necesidad de Jesús – y para que los atraiga al Salvador. Ora por la presencia de Dios para atar al Diablo y sus demonios. Ora por la presencia de Dios en el cuarto de consejo después de los servicios. Ora por la presencia de Dios para sanar a los enfermos, como la Señora Roop y yo. Ora por la presencia de Dios en todas las actividades de nuestra iglesia. Ora por la presencia de Dios cuando Noah Song y John Cagan prediquen durante la Cosecha de Otoño. Ora por la presencia de Dios cada vez que yo hable. Ora por la presencia de Dios cada vez que el Dr. Chan hable. En la parábola del Amigo Importuno, Jesús dijo:

“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11:13).

Debemos pedir continuamente que la presencia de Dios, el Espíritu Santo esté con nosotros. Y eso nos debe llevar también a orar para que Dios se glorifique a sí Mismo entre nosotros en avivamiento. ¡Espero que ores que Dios envíe un avivamiento a nosotros cada vez que ores! ¡Sí – cada vez! El avivamiento es un derramamiento más intenso de Su presencia entre nosotros. También debemos orar la oración de Habacuc,

“Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia” (Habacuc 3:2).

“Oh Jehová, aviva tu obra”. Un himno antiguo que siempre me ha gustado lo dice así.

De bendiciones,
   Lluvias deseamos tener,
Gotas clementes ya caen,
   Oramos por el llover.
(Traducción libre de “There Shall Be Showers of Blessing”
      por Daniel W. Whittle, 1840-1901).

Las “gotas clementes” son las 17 o 18 almas que esperamos hayan sido salvas este año. Pero las “lluvias de bendición” vienen cuando Dios hace descender el poder del avivamiento con toda la fuerza de Su bendición.

Cuando llega el avivamiento es Dios quien lo envía. La iglesia puede seguir y ser buena. Podemos ver almas salvas. Podemos tener la presencia de Dios. Pero en el avivamiento todo se intensifica. Las oraciones de repente son más poderosas. Los sermones adquieren mucho más poder. La convicción de pecado se hace muy grande. Cada servicio se convierte en un poderoso cuarto de consejo. Las lágrimas fluyen mientras las personas confiesan sus pecados. Incluso aquellos que ya son convertidos confiesan sus pecados – a menudo abiertamente ante todos los demás. El Evangelio que los perdidos han oído por años viene a ellos como si se tratara de un mensaje nuevo, uno que nunca han realmente comprendido.

El avivamiento generalmente viene cuando unas pocas personas en la iglesia comienzan a sentir que hay algo más que se necesita. Ya no están satisfechas por la rutina de la iglesia. Comienzan a orar para que Dios se mueva de una manera milagrosa entre ellos. Los Cristianos se dan cuenta de que son mucho más fríos de lo que pensaban que eran. Y confesarán su mundanidad. Confiesan los pecados en sus corazones. A menudo confiesan sus pecados públicamente. Claman por Dios para el perdón y la restauración de ellos. Dios Mismo agita la iglesia, y se vuelve como la iglesia en El Libro de los Hechos.

Una gran oración por el poder del avivamiento fue dada por el profeta Isaías. Él oró:

“Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes” (Isaías 64:1).

Espero que algunos de ustedes memoricen esa oración, y en realidad uses esas palabras cuando ores por un avivamiento.

El Dr. Martyn Lloyd-Jones llama a Isaías 64:1, “la oración esencial para avivamiento”. El dijo:

“‘Oh, si rompieses los cielos, y descendieras’ – y yo no dudo en [decir] que esa es la oración esencial en relación con avivamiento. Es correcto, por supuesto, siempre orar para que Dios nos bendiga...y que tenga piedad de nosotros, esa debe ser nuestra oración constante. Pero esto va más allá de eso, y es aquí donde vemos las diferencias entre lo que la iglesia debe siempre estar orando, y la oración especial, peculiar, urgente, por la visita del Espíritu de Dios en avivamiento... ‘Oh’, dice, ‘si rompieses los cielos’. Hay un proceso de desgarramiento. Dios irrumpe en medio [de nosotros]” (traducción de Martyn Lloyd-Jones, M.D., Revival, Crossway Books, 1992, pages 305-307).

La oración de Isaias es sugerida en el pequeño coro que a menudo cantamos:

Espíritu de Dios,
   Ven, oramos.
Espíritu de Dios,
   Ven, oramos.
Derrítenos, moldéanos, quebrántanos, dóblanos.
   Espíritu de Dios,
Ven, oramos.
   (Traducción libre de “Spirit of the Living God”
      por Daniel Iverson, 1899-1977; alterada por el Dr. Hymers).

Cuando ores por avivamiento canta el coro, y ora las palabras de Isaías en 64:1:

“Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes” (Isaías 64:1).

Las montañas de orgullo, las montañas de pecado y rebelión, las montañas de incredulidad – todas descenderán cuando Dios rompa los cielos y descienda entre nosotros.

Por lo tanto, debemos orar por la presencia de Dios en todo lo que hacemos en la iglesia. Pero también hay que orar por un mayor derramamiento del Espíritu de Dios entre nosotros en avivamiento. Cuando el avivamiento viene casi siempre viene de repente. He visto avivamiento tres veces en mi vida. ¡La primera y la tercera vez que vi avivamiento el Espíritu Santo descendió tan repentinamente que fuimos sorprendidos y vencidos con el poder de Dios! Si Dios envía avivamiento aquí nunca lo olvidarás mientras vivas. ¡Habrá más trabajo hecho en nuestra iglesia en un mes que ahora vemos en veinte años! Lo sé. He visto con mis propios ojos lo que Dios puede hacer cuando rompe los cielos y desciende en un gran poder que no hemos visto nunca. Toma este sermón y llévalo a casa y léelo cuando ores. Primero, ora por la presencia de Dios en todo lo que hacemos. Después ora también por un mayor derramamiento del Espíritu de Dios en avivamiento.

Siempre ora por la presencia de Dios en todo lo que hacemos. Pero también ora por un derramamiento aún mayor entre nosotros en avivamiento. Jesús dijo:

“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7:11).

“Señor, Manda Avivamiento”. ¡Cántala!

Manda avivamiento,
   Manda avivamiento,
Manda avivamiento,
   Que venga Señor de Ti
(Traducción libre de “Lord, Send a Revival”
   por Dr. B. B. McKinney, 1886-1952; alterada por Dr. Hymers).

Todos oren por una conversión esta noche (todos oren).

Ven, mi ser, pleito haced,
   Pues Jesús pide que oréis;
La oración ama contestar,
   Él, pues, no te lo negará,
Él, pues, no te lo negará.

Vienes tú ante un Rey;
   Peticiones grandes traed;
Tal es Su gracia y poder
   Nunca mucho le pediréis,
Nunca mucho le pediréis.
   (Traducción libre de “Come, My Soul, Thy Suit Prepare”
      por John Newton, 1725-1807).

Puedes ser salvo de pecado esta noche. El Espíritu Santo puede despertarte de tu pecado. El Espíritu Santo puede acercarte a Jesús para limpiarte del pecado por Su Sangre preciosa. Si deseas hablar con nosotros acerca de ser salvo, por favor sigue a Dr. Cagan y John Cagan a la parte de atrás del auditorio ahora. Te llevarán a una habitación tranquila donde podemos hablar y orar. Amén.


A Dr. Hymers le gustaría saber de ti si este sermón te bendijo. CUANDO LE ESCRIBAS A DR. HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr. Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr. Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes llamarle por teléfono al (818) 352-0452.

(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por el Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón: Mateo 7:7-11.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Come, My Soul, Thy Suit Prepare” (por John Newton, 1725-1807).