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¿PUEDES APRENDER LA SALVACIÓN?

por Dr. C. L. Cagan

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Noche del Sábado, 7 de Noviembre, 2015

“Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo” (I Corintios 1:17).


El Apóstol Pablo dijo: “Me envió Cristo...a predicar el evangelio”. ¿Cómo hizo eso? Nuestro texto dice, “no con sabiduría de palabras”. Pablo no vino como maestro. Las personas no se hicieron Cristianos por aprender. ¿Por qué no?

Nuestro texto dice: “para que no se haga vana la cruz de Cristo”. Una traducción moderna dice, “para que la cruz de Cristo no perdiera su eficacia” (NVI). La eficacia de la cruz no es “sabiduría de palabras”. No es cuestión de aprender.

¡Escucha con atención ahora! Si la cruz de Jesús se presenta como mera información – “sabiduría de palabras” – se hace “vana”. “Pierde su eficacia”. Aprender información es vano. Pierde su eficacia. Si pudieras ser salvo por aprender cosas y repetirlas, no necesitarías la cruz de Jesús. ¡Aprender no te puede salvar!

Hay personas aquí esta noche que están tratando de ser salvos por aprender. Algunos han intentado esto durante semanas, algunos por meses. Hacen una pregunta tras otra. Una persona dijo, “¿Cómo confías en Jesús?” Creen que si aprenden lo suficiente, van a ser salvos. Si aprenden acerca de la salvación y lo repiten, van a ser salvos. “Ya lo tengo ahora”, piensan. O, “voy a seguir adelante. Un día voy a conseguirlo. Voy a aprender todo sobre eso.”

¡Pero ellos nunca van a ser salvos de esa manera! ¿Por qué? ¡Quita el poder de la cruz de Jesús! Hace la cruz “vana”, “pierde su eficacia”. Lo que estás haciendo no te salvará – ¡Te detendrá de ser salvo!

No puedes ser salvo por aprender. Esta noche vamos a ver lo que aprender es, y a continuación lo que la salvación es. El aprender y la salvación son completamente diferentes. El aprender no te llevará a la salvación.

I. Primero, lo que aprender es – “sabiduría de palabras”.

El aprender es recibir información en tu cabeza. El aprender es “sabiduría de palabras”. Esto significa saber acerca de la Biblia, la iglesia, la doctrina Cristiana, e incluso acerca de la conversión. Es verdad, debes saber algunos hechos básicos. Debes saber que “Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras (I Corintios 15:3-4). ¡Pero personas han sido salvas sin siquiera saber eso! Una mujer se metió debajo de la mesa donde Jesús estaba sentado y besó Sus pies. Ella no sabía mucho – solamente que Jesús estaba allí. Ella vino a Él. Jesús le dijo: “Tus pecados te son perdonados” (Lucas 7:48). Una vez más, Jesús le dijo: “Tu fe te ha salvado” (Lucas 7:50). Ella sabía muy poco – pero ella confió en Jesús y fue salva. La salvación no es por el aprender. ¡Son dos cosas diferentes!

Los “estudiantes” religiosos en la época de Jesús eran los Fariseos. Ellos estudiaban la Biblia. Hacían de menos a la gente común. Ellos decían: “Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es” (Juan 7:49). Pero Jesús dijo de ellos: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!...¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?” (Mateo 23:29, 33). Nuestro texto dice: “No con sabiduría de palabras”. ¡No puedes ser salvo por aprender!

El profesor más grande en el tiempo de Jesús era un hombre llamado Nicodemo. Él era “un maestro de Israel” – literalmente, “ maestro de Israel” (Juan 3:10). Él estudió las Escrituras del Antiguo Testamento cada día. Sabía los primeros cinco libros de la Biblia de memoria. Sin embargo, Jesús le dijo: “Os es necesario nacer de nuevo” (Juan 3:7). Él no fue salvo por aprender.

El Rey Salomón fue el hombre más sabio del mundo. Sin embargo, dijo, “No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne” (Eclesiastés 12:12). Puedes estudiar y aprender – y estar más lejos de convertirte que cuando comenzaste. La Biblia dice: “No con sabiduría de palabras”. ¡No puedes ser salvo por aprender!

Antes de ser convertido fui a la iglesia del Dr. John MacArthur por un año. Él me enseñó muchas cosas que todavía recuerdo. Él ha estado enseñando por más de cuarenta años. Ha escrito 33 volúmenes de comentarios. Pero todavía no ha sido salvo por la Sangre de Jesús, Sangre que Él niega. Yo no fui salvo allí. Podría haber estado allí por cuarenta años, y todavía no ser lavado por la Sangre. No puedes ser salvo por aprender.

Algunos de ustedes son como era yo. Aprendes muchas cosas – pero no eres salvo. El aprender y la salvación son completamente diferentes. No puedes conseguir una de la otra.

Algunas personas están tratando de tener sus pensamientos y sentimientos bien. Eso es lo que los Budistas hacen cuando meditan. Se analizan a sí mismos. Se ven a sí mismos. Lo que ellos buscan no es la salvación. Están tratando de ser “iluminados”que es totalmente diferente de la salvación Cristiana. Eres como un Budista. Estás tratando de tener tu mente bien. ¡Esa no es salvación!

Tú dices: “Yo no soy un Budista”. Pero todavía estás tratando de ser salvo por aprender. Nunca vas a ser salvo de esa manera. El aprender y la salvación son cosas diferentes. No puedes conseguir una de la otra. Y eso nos lleva al segundo punto.

II. Segundo, lo que salvación es – “la cruz de Cristo”.

La salvación no es aprender hechos y doctrinas. No es aprender información de manera que se la puedas decir de nuevo a otra persona. ¿Qué es la salvación? La Biblia usa muchas palabras para describirla.

Primero, el Cristiano es salvo del pecado. El ángel le dijo a José: “llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21). El nombre “Jesús” significa “Jehová salva”. La Biblia dice: “Cristo murió por nuestros pecados” (I Corintios 15:3). Tu problema no tiene nada que ver con el aprender. Tu problema es el pecado. Jesús vino para salvarte del pecado. Nada que aprender aquí. Tú eres un pecador. Necesitas a Jesucristo.

Como resultado de ser salvo del pecado, el Cristiano es salvo de la ira, la ira de Dios. La Biblia dice: “Siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira” (Romanos 5: 8-9). Dios está enojado con tu pecado. Si confías en Jesús, tus pecados son pagados. Son lavados en la Sangre de Jesús. Dios no ve tu pecado. Dios ya no está enojado contigo. Nada que aprender aquí. Tú eres un pecador sucio. ¡Tú necesitas a Jesucristo!

Ser salvo significa ser redimido, comprado con un pago. La Biblia dice: “Habéis sido comprados por precio” (I Corintios 6:20). Cuando Jesús murió en la Cruz, Él pagó el precio por nosotros. Esa es “la redención que es en Cristo Jesús” (Romanos 3:24). La Biblia dice: “Fuisteis rescatados…no con…oro o plata...sino con la sangre preciosa de Cristo” (I Pedro 1:18-19). Los Cristianos en el Cielo cantarán: “Fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios” (Apocalipsis 5: 9). Fanny Crosby escribió, “Redimidos, redimido, redimido por la sangre del Cordero”. Eres un pecador sucio, inmundo. ¿Puedes comprarte a ti mismo del pecado y el juicio por aprender? No, no puedes. Solo eres un pecador que ha aprendido algo. Nuestro texto dice que necesitas ¡“la cruz de Cristo”!

La Biblia habla de ser salvos como expiación. La palabra “expiación” significa “cubrir”. El Libro de Levíticos dice: “La misma sangre hará expiación de la persona” (Levítico 17:11). Esa expiación es la Sangre de Jesús. El libro de Romanos dice: “También nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación” (Romanos 5:11). Nada que aprender aquí. Tú eres un pecador inmundo. ¿Puedes hacer una expiación de sangre por tu pecado aprendiendo cosas? ¡No! Sigues siendo un pecador sucio. Necesitas “la cruz de Cristo”. Necesitas Su expiación de sangre.

Otra palabra de la Biblia acerca de la salvación es propiciación. Esto significa que Dios está satisfecho contigo – Su ira se aplaca, se apacigua – porque tus pecados han sido pagados. La Biblia dice: “Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre” (Romanos 3: 24-25). ¿Puedes propiciar a Dios – puedes satisfacerlo aprendiendo cosas? Nada que aprender aquí. Sigues siendo un pecador. Necesitas que un milagro suceda en el Cielo. Necesitas que Dios sea satisfecho a través de Jesús. Necesitas “la cruz de Cristo”.

La Biblia habla de la reconciliación. La relación entre tú y Dios está rota a causa de tu pecado. La Biblia dice: “[Vuestros pecados] han hecho división entre vosotros y vuestro Dios” (Isaías 59:2). Con el sacrificio de Jesús, esa separación se cierra. Puedes tener una buena relación con Dios, “reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo” (Romanos 5:10). ¿Pero puedes hacer que eso suceda en el Cielo aprendiendo cosas en tu silla? ¡No! Necesitas un milagro para que Dios se reconcilie contigo. ¡Tú necesitas a Jesús!

La Biblia habla de la salvación como la limpieza y lavado. ¡Por supuesto que debes ser lavado! No estás limpio. Eres un pecador sucio. Tu inmundicia no es sólo en las cosas que haces. Es mucho más profundo. Estás sucio por dentro, en tu naturaleza pecaminosa egoísta. El Rey David oró: “Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado” (Salmo 51:2). Esa limpieza es por la Sangre de Jesús. La Biblia dice: “La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (I Juan 1:7). Los Cristianos en el Cielo pueden decir: “Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre” (Apocalipsis 1:5). ¿Puedes limpiarte tú mismo, puedes lavar tu pecado, por aprender algo en tu silla? ¡No! ¡Necesitas a Jesucristo para lavar tus pecados con Su Sangre!

Otra palabra de la Biblia acerca de la salvación es justificación. Esto habla de cómo Dios te juzga. Dios sabe que eres culpable. En el juicio, Él te condenará. Pero cuando tú confías en Jesús, Su muerte en la Cruz paga por tu pecado. Su Sangre lava y limpia tu pecado. Dios te juzga como si fueras inocente, porque Jesús ha pagado el precio. Dios te declara “no culpable”. Esa es la justificación. La Biblia dice, “Estando ya justificados en su sangre” (Romanos 5:9). ¿Puedes ser justificado delante de Dios, por aprender cosas en tu silla? ¿Puedes conseguir que Dios te declare “no culpable” al aprender cosas y repetirlas? ¡No! Sigues siendo un pecador culpable, sucio. Necesitas que Dios te justifique en el Cielo – ¡por medio de Jesucristo y de ninguna otra manera!

Cuando confías en Jesús, eres trasladadotransferido – del reino de las tinieblas al reino de Jesús. La Biblia dice: “[Dios] nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13). ¿Puedes transferirte tú mismo aprendiendo cosas en tu silla? ¿O por conseguir que tus pensamientos y sentimientos estén bien? ¡No! Eres un pecador culpable, sucio. Necesitas a Dios en el Cielo para transferirte – y eso sólo sucede cuando confías en Jesús.

Cuando confías en Jesús, eres adoptado por Dios como Su hijo. Los Cristianos son “adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo” (Efesios 1:5). Jesús vino para que “[nos] redimiese…a fin de que recibiésemos la adopción de hijos” (Gálatas 4:5). ¿Puedes hacer que Dios te adopte en el Cielo aprendiendo cosas en tu silla? Por supuesto que no. Eres un pecador sucio. Necesitas un milagro. ¡Necesitas perdón por la Sangre de Jesús!

La salvación es llamada el nuevo nacimiento. Jesús le dijo a un maestro religioso “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3). Jesús le dijo: “Os es necesario nacer de nuevo” (Juan 3:7). ¿Puede un bebé nacer por sí mismo del vientre de su madre al aprender cosas? ¿Puedes conseguir espiritualmente renacer aprendiendo cosas? Por supuesto que no. Eres un pecador sucio. Necesitas “la cruz de Cristo”. Necesitas un milagro del Cielo – perdón por la Sangre de Jesús.

En la Biblia, una persona perdida está muerta. Una persona salva es vivificada. La Biblia dice: “Os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados” (Efesios 2:1). De nuevo, la Biblia dice: “Dios... nos dio vida juntamente con Cristo” (Efesios 2:4-5). Estás muerto en tus pecados. Estás muerto por dentro. ¿Puedes darte vida al aprender cosas? ¡No! ¡Necesitas un milagro del Cielo – a través de Jesucristo!

La salvación y el aprendizaje son completamente diferentes. No puedes conseguir uno del otro. Piensa en esto: ¿puedes ser salvo, nacer de nuevo, ser justificado, limpiado – por dar dinero? No importa la cantidad de dinero que des, no eso no salvará tu alma. No limpiará tu pecado. No puedes comprar la salvación con dinero. El dinero compra cosas en la tierra. Salvación sólo se compra con la Sangre de Jesús. ¡No puedes conseguir una de la otra!

No puedes obtener la salvación por aprender, o por tus propios pensamientos. La salvación y el aprendizaje son cosas diferentes. El aprendizaje ocurre en tu cabeza, en la tierra. La salvación sucede en el Cielo. La salvación no es lo que piensas. La salvación es lo que Dios piensa de ti. ¿Piensa Dios que eres un pecador culpable, perdido – o piensa Dios que estás perdonado, pagado, limpiado por Jesucristo? No puedes cambiar lo que Dios piensa con lo que aprendes, o piensas, o sientes. Sólo la Sangre de Jesús puede hacer eso.

Alguien piensa: “Voy a aprender todas las palabras acerca de la salvación en el mensaje de esta noche – y entonces voy a ser salvo”. ¡No, no, no! ¡Ese es el mismo error! No se puede ser salvo por aprender. “No con sabiduría de palabras” – sino “por la cruz de Cristo”. Necesitas tener la salvación de la que estoy hablando. Necesitas que Dios te la de a ti. Dios te dará salvación – con todo lo que hablé – todo a la vez, cuando confías en Jesús. No tienes que saber las palabras. ¡Todo lo que tienes que hacer es confiar en Jesús! Recuerda a la mujer que se metió debajo de la mesa y besó los pies de Jesús. Ella no sabía nada. Pero ella confió en Jesús y fue salva. Confía en Jesús. ¡Se perdonado por Su Sangre! Esa es la única manera de ser salvo. Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Jesús Mismo es el único camino a Dios.

Mira lejos de ti. No hay nada en ti sino pecado. ¡Mira a Jesús! Él murió en la Cruz para pagar por tu pecado. Él derramó Su Sangre para límpiate del pecado. Él se levantó de entre los muertos para darte vida. ¡Mira a Jesús! Cristo es todo. Él “ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención” (I Corintios 1:30). Él es la respuesta. Él es toda la respuesta. Con Jesús, no hay más preguntas acerca de ser salvo. “Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén” (II Corintios 1:20). En ti mismo no hay nada sino pecado. En Jesús hay todo. ¡Mira a Jesús! “Mirad a mí, y sed salvos” (Isaías 45:22). Oro que confíes en Jesús pronto. Amén.


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(FIN DEL SERMÓN)
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EL BOSQUEJO DE

¿PUEDES APRENDER LA SALVACIÓN?

por Dr. C. L. Cagan

“Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo” (I Corintios 1:17).

I.   Primero, lo que aprender es – “sabiduría de palabras”, I Corintios 15:3-4;
Lucas 7:48, 50; Juan 7:49; Mateo 23:29, 33; Juan 3:10, 7;
Eclesiastés 12:12.

II.  Segundo, lo que salvación es – “la cruz de Cristo,” Mateo 1:21;
I Corintios 15:3; Romanos 5:8-9; I Corintios 6:20; Romanos 3:24;
I Pedro 1:18-19; Apocalipsis 5:9; Levitico 17:11; Romanos 5:11; 3:24-
25; Isaías 59:2; Romanos 5:10; Salmo 51:2; I Juan 1:7; Apocalipsis
1:5; Romanos 5:9; Colosenses 1:13; Efesios 1:5;
Gálatas 4:5; Juan 3:3, 7; Efesios 2:1, 4-5; Juan 14:6; I Corintios 1:30;
II Corintios 1:20; Isaías 45:22.