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LAS SERPIENTES Y EL SALVADOR

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 8 de Marzo, 2015

“Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía” (Números 21:8-9).


El pueblo de Israel se desanimó en su jornada por el desierto. Y el pueblo habló contra Dios, y contra su líder, Moisés. Dijeron: “¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano”. Dios había enviado maná del Cielo para alimentarlos, pero ellos lo aborrecieron. Lo llamaron: “pan liviano”, este pan que no vale nada. El Salmista lo llamó “pan de ángeles” (Salmo 78:25), pero el pueblo de Israel se quejaba y murmuraba contra Dios y contra Moisés. Dijeron: “Nuestras almas aborrecen este maná” – lo odiamos.

Este es un comentario sobre la naturaleza humana. Muestra la depravación y pecado del corazón del hombre:

“Por cuanto la mente carnal es enemistad contra Dios” (Romanos 8:7).

La Biblia dice:

“Que todos están bajo pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:9-10).

El corazón del hombre esta fijo contra Dios. Es por eso que tenemos tendencia a quejarnos y murmurar contra Dios. El hombre en pecado no es mejor, ni diferente, de los Israelitas en el desierto.

“Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel” (Números 21:6).

La Biblia dice: “La paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). La Biblia dice, “El alma que pecare, esa morirá” (Ezequiel 18:4, 20).

Mas el pueblo que quedó vino a Moisés y dijo: “Hemos pecado…ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo” (Números 21:7).

Debemos recordar la gran misericordia que Dios les había mostrado. Dios los había librado de la esclavitud en Egipto. Dios los guió por las aguas del Mar Rojo – en tierra seca entre paredes de agua. Ellos cantaron de esta gran liberación por el resto del Antiguo Testamento. Y Dios los alimentó de maná todos los días. Salía agua de una roca, suficiente para la nación entera y sus ganados. Dios los había librado de sus enemigos con grandioso poder. Dios los guió con un pilar de fuego en la noche, y pilar de nube en el día. La gloria shekina de Dios estaba con ellos continuamente.

Pero no alabaron a Dios. En vez permanecieron sin creer. Se rebelaron. Murmuraron y se quejaron de Moisés y contra Dios. Dr. John R. Rice dijo:

De repente entre todo el pueblo, deslizándose en la hierba, entraban en las tiendas de campaña, serpientes venenosas, cosas malas de color ardiente “y mucha gente de Israel murió”. Aquí el castigo de Dios y la misericordia de Dios se muestran en un solo evento. Éstos son la ira y la gracia. Aquí están el pecado y el Salvador manifestados en el desierto (traducción de John R. Rice, DD, “Snakes in the Camp,” Blood and Tears on the Stairway, Sword of the Lord Publishers, Publishers, 1970, pp. 34, 35).

No pensaríamos mucho en este incidente si Jesús no lo hubiese repetido en el Nuevo Testamento, en el tercer capítulo de Juan.

Un hombre llamado Nicodemo vino a Jesús de noche. Él era el maestro principal de Israel. Él era Fariseo y miembro del Sanedrín, la corte Judía. Él creía de Jesús que “has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él” (Juan 3:2).

Pero Nicodemo no sabía cómo ser salvo. Jesús le dijo: “Os es necesario nacer de nuevo” (Juan 3:7). Nicodemo dijo: “¿Cómo puede hacerse esto?” (Juan 3:9). Él no tenía idea de cómo ser renacido, como ser salvo. Jesús le recordó de la serpiente en el desierto, para mostrarle cómo sucede el nuevo nacimiento.

El nuevo nacimiento es llamado “regeneración” por los teólogos. La Biblia de Estudio de la Reformación [The Reformation Study Bible] dice:

Jesús se sorprendió de que Nicodemo se extrañara de la demanda de nacer de nuevo. Nicodemo debía haber entendido por el Antiguo Testamento que era pecador, y necesitaba una vida nueva…La regeneración [el nuevo nacimiento] es el don de la gracia de Dios. Es la obra inmediata, sobrenatural del Espíritu en nosotros. Su efecto es avivarnos [darnos vida] a vida espiritual de muerte espiritual… (traducción literal de The Reformation Study Bible, Ligonier Ministries, 2005, p. 1514; nota sobre Juan 3).

Ahora voltea a Juan 3:14, 15. Está en la página 1074 de la Biblia Anotada de Scofield. Es aquí como Jesús explica el nuevo nacimiento a Nicodemo. Nicodemo sabía el Pentateuco de memoria, los cinco primeros libros de la Biblia. Nicodemo lo sabía tan bien que había memorizado mucho de ello, tal vez todo. Así que Jesús usó la historia de las serpientes ardientes para explicarle cómo ser salvo, cómo nacer de nuevo. Por favor pónganse de pie y volteen a Juan 3:14 y 15. Está en la página 1074 en la Biblia de Estudio de Scofield, Jesús le dijo a Nicodemo:

“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:14-15).

Se pueden sentar. Mirar y vivir, creer en Jesús y ser salvo, es el corazón mismo del Evangelio de Jesús. Nota tres cosas en el pasaje.

I. Primero, el aguijón y muerte del pecado.

Si un hombre entraba en su tienda, ahí estaban las serpientes. Si se sentaba a comer, ahí estaban. Cuando destapaba su cama, ahí estaban las serpientes, retorciéndose, listas para morderlo. Y cuando aquellas serpientes mordían a un hombre, ardía y quemaba como fuego. ¡En el cuerpo de la víctima había fiebre, luego convulsiones y muerte! Todos los que habían sido mordidos tenían una muerte horrible.

Ahora escucha al Dr. W. A. Criswell, famoso pastor de la Primera Iglesia Bautista de Dallas, Texas. El Dr. Criswell dijo, de aquellas serpientes:

     Este es un tipo [o ilustración] usado por nuestro Señor, de la depravación universal del corazón humano, la presencia universal del pecado en la vida humana. Esta depravación está en nuestros corazones, nuestras casas, nuestras crianzas y nuestros reposos…La presencia universal del pecado y la muerte no se puede escapar. La humanidad es una raza depravada y caída; pero pensamos, que lo peor de la vida humana y la historia humana es esto: Los hombres están perdidos en pecado y transgresión. Estamos muertos en nuestros pecados…esas serpientes son un tipo de poder destructor del pecado…Oh, el poder destructor, gastador del pecado.
     Aquellas serpientes ardientes, venenosas estaban en todas partes. Y la gente moría en muerte física, en muerte espiritual, en muerte moral, en la Segunda muerte, y en muerte eterna…
     La humanidad se ha alzado de la ignorancia, superstición, y de mil oscuridades, pero en nuestros corazones, seguimos igual…Seguimos en el mismo plano moral, con Adán y Eva. Nunca hemos hallado una salida de la aflicción espiritual, desgaste, destrucción, y juicio del pecado (traducción de W. A. Criswell, Ph.D., “The Brazen Serpent,” What a Savior!, Broadman Press, 1978, pp. 49-51).

El Apóstol Pablo comparó el pecado de Israel a nuestro pecado, como una advertencia:

“Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes. Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” (I Corintios 10:9-11).

El pecado les trajo juicio a ellos – y el pecado traerá juicio hoy. “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos [instruirnos] a nosotros” I Corintios 10:11 – y eso nos lleva al segundo punto.

II. Segundo, la cura para el pecado y la muerte.

Moisés oyó el clamor del pueblo. Ellos fueron mordidos por serpientes. Ellos clamaban y morían. Las serpientes estaban en todas partes.

“Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía” (Números 21:8-9).

Cuando vas a un hospital, generalmente hay un rótulo. Es un poste con dos serpientes envueltas alrededor de él. Es posible que veas ese rótulo en el consultorio del médico o en sus papeles. Es el rotulo de alguien en una profesión de sanar. ¡Qué extraño que el signo de la salud, la curación y la salvación debe ser una serpiente colgando de un poste! No es una serpiente de verdad. Es una serpiente hecha de bronce y levantado en lo alto de un poste.

Y la nota Scofield tiene razón cuando dice: “La serpiente de bronce es un tipo de Cristo”, hecho pecado por nosotros “para llevar nuestro pecado” (nota sobre Números 21: 9). Todos nuestros pecados fueron puestos sobre Jesús en la Cruz,

“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero…y por cuya herida fuisteis sanados” (I Pedro 2:24).

Jesús Mismo le dijo a Nicodemo:

“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado…” (Juan 3:14).

El “Hijo del Hombre” era el nombre favorito para sí Mismo. Él dijo: “Seré alzado (en una cruz) como la serpiente de bronce fue alzada por Moisés”. ¡Qué retrato de el Salvador!

Vituperios aguantó,
   Condenado en vez de mí;
Con Su sangre me compró;
   ¡Aleluya! ¡Jesús salva!

Levantado Él murió,
   “Consumado es,” declaró;
Todo el cielo lo exaltó;
   ¡Aleluya! ¡Jesús salva!
(Traducción libre de “Hallelujah, What a Saviour!”
      por Philip P. Bliss, 1838-1876).

“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado…” (Juan 3:14).

Y eso nos lleva al tercer punto.

III. Tercero, la manera de recibir la cura para el pecado y la muerte.

“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:14, 15).

Creer en Jesús es mirar a Él. ¡Mirar es vivir, es creer y ser salvo, es lavar y ser limpio! ¡No hay nada difícil en ello! Mira a Jesús por fe. Cada miembro de nuestra iglesia ha hecho eso. ¡No puede ser difícil o mi esposa no lo hubiera hecho la primera vez que oyó predicarse el Evangelio!

“Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía” (Números 21:9).

¡Cuando alguien miraba a la serpiente de bronces, vivía! ¡El que ya había sido mordido podía mirar! ¡El que estaba casi muerto podía mirar! ¡Eran salvos por una mirada a la serpiente de bronce! ¡Y nosotros somos salvos por mirar a Jesús!

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2).

¡No puede ser difícil! ¡Millones de personas han mirado a Jesús! ¡Mirando a Jesús! ¡Mirando a Jesús! ¡Mirando a Jesús! ¡Esa es la manera de ser renacido! ¡Mirando a Jesús! ¡Esa es la manera de ser regenerado! ¡Mirando a Jesús! ¡Esa es la manera de ser perdonado! ¡Mirando a Jesús! ¡Esa es la manera de ser salvo – por todo el tiempo y para toda la eternidad!

Mirando a Jesús hasta que brille la gloria;
¡Momento a momento, Señor tuyo soy!
   (Traducción libre de “Moment by Moment”
      por Daniel W. Whittle, 1840-1901)

Si del pecado libre quieres ser,
   Mira al Cordero de Dios;
Para redimirte, en el Calvario murió,
   Mira al Cordero de Dios.
Mira al Cordero de Dios, Mira al Cordero de Dios,
   Porque Él solo puede salvarte,
Mira al Cordero de Dios.
   (Traducción libre de “Look to the Lamb of God”
      por Henry G. Jackson, 1838-1914).

¡Mira y vive, hermano, vive!
   Mira a Jesús ahora y vive,
¡Su Palabra lo ha dicho, Aleluya!
   ¡Solo mira y tú vivirás!
(Traducción libre de “Look and Live” por William A. Ogden, 1841-1897).

“Y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía” (Números 21:9).

¡Mira y vive, hermano, vive!
   Mira a Jesús ahora y vive,
¡Su Palabra lo ha dicho, Aleluya!
   ¡Solo mira y tú vivirás!

Cuando Spurgeon tenía quince años salió durante una tormenta de nieve hacia una iglesia Primitiva Metodista. El ministro no estaba allí. La nieve lo había detenido. Solo había como 15 personas allí. Un pequeño laico se puso de pie y predicó. Con lengua vacilante dio el texto de la Escritura:

“Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra” (Isaías 45:22).

Él apuntó a Spurgeon directamente y dijo: “Joven, te ves miserable. Siempre serás miserable si no obedeces mi texto. ¡Mira! ¡Mira! ¡Mira! ¡Mira a Jesús!” Spurgeon dijo: “Yo sí miré y Jesús me salvó cuando miré a Él por fe”.

¡Mira y vive, hermano, vive!
   Mira a Jesús ahora y vive,
¡Su Palabra lo ha dicho, Aleluya!
   ¡Solo mira y tú vivirás!

¡No me importa lo que diga Paul Washer! “¡Solo se trata de que mires y vivas!” ¡No me importa los que diga MacArthur! “¡Solo se trata de que mires y vivas!” Ellos son hombres buenos pero, “¡Solo se trata de que mires y vivas!”

¡El ladrón en la Cruz junto a Jesús no tuvo tiempo para hacerlo a Él Señor de todas las áreas de su vida! ¡Estaba muriendo! ¡No tenía tiempo para hacer a Jesús el Señor de ningún área de su vida! Estaba muriendo. ¡No tenía tiempo! ¡Solo se trata de que mires y vivas! ¡Eso es todo lo que hizo Spurgeon! ¡Eso es todo lo que tú necesitas hacer!

¡Aleluya! ¡Él fue salvo! Jesús dijo: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43).

¡Mira y vive, hermano, vive!
   Mira a Jesús ahora y vive,
¡Su Palabra lo ha dicho, Aleluya!
   ¡Solo mira y tú vivirás!

(FIN DEL SERMÓN)
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en www.realconversion.com o www.rlhsermons.com.
Oprime en “Sermones en Español”.

Puedes enviar un correo electrónico a Dr. Hymers a rlhymersjr@sbcglobal.net
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La Escritura Leída Antes del Sermón por Sr. Abel Prudhomme: Números 21:5-9.
El Solo Cantado Antes del Sermón por Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Look and Live” (por William A. Ogden, 1841-1897).


EL BOSQUEJO DE

LAS SERPIENTES Y EL SALVADOR

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía” (Números 21:8-9).

(Salmo 78:25; Romanos 8:7; 3:9-10; Números 21:6;
Romanos 6:23; Ezequiel 18:4, 20; Números 21:7;
Juan 3:2, 7, 9; 14-15)

I.   Primero, el aguijón y la muerte del pecado, I Corintios 10:9-11.

II.  Segundo, la cura para el pecado y la muerte, I Pedro 2:24; Juan 3:14.

III. Tercero, la manera de recibir la cura para el pecado y la muerte,
Juan 3:14, 15; Hebreos 12:2; Isaías 45:22; Lucas 23:43.