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TU CONCIENCIA LIMPIADA

por Dr. C. L. Cagan

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 8 de Febrero, 2015

“¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?” (Hebreos 9:14).


Hace un tiempo, un pastor predicó que Los Estados Unidos estaba bajo el juicio de Dios porque hemos matado a 57 millones de bebés por el aborto. Cuando él dijo eso, una mujer se levantó y se fue. Ella salió corriendo del edificio de la iglesia, y corrió por la calle. ¿Por qué hizo eso? Debido a que ella había tenido un aborto. En su conciencia, ella sabía que estaba equivocada. Ella no tenía paz. La Biblia dice que:

“Los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos” (Isaías 57:20-21).

Pero ella no se quedó para escuchar cómo podía ser perdonada del pecado por la Sangre de Jesús. En vez se fue de prisa.

Es por eso que muchos pastores hoy en día no les gusta predicar sobre el aborto, a pesar de que es el pecado más grande de nuestra nación. Tienen miedo de ofender a las señoras de mediana edad no convertidas en sus iglesias. Algunas de estas mujeres han tenido abortos, o uno de sus familiares o amigos han tenido un aborto. Su conciencia les perturba. El predicador tiene miedo de que esas señoras dejen su iglesia. Él no quiere enojarlas. Pero ¡oh! Que los pastores no prediquen para mantener a la gente feliz – ¡sino que proclamen la verdad sobre el pecado y como ellos pueden ser perdonados en Jesús!

En Canadá un predicador dio un sermón y leyó un versículo Bíblico del libro de Romanos: “No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:10). Cuando hizo eso, una mujer se puso de pie y se fue. ¿Por qué hizo eso? Porque su hijo había muerto sin confiar en Jesús. Ella quería creer que su hijo era justo. Ella no quería pensar en él muriendo en su pecado. La gente no quiere pensar en el pecado y la necesidad de Jesús. Les molesta su conciencia.

Durante muchos años, el pastor de Dr. Hymers en la iglesia China fue el Dr. Timothy Lin. El Dr. Lin era un erudito experto en las lenguas del Antiguo Testamento. Y escribió un artículo acerca de la conciencia. Él dijo: “La conciencia es la facultad del hombre de conocer el bien y el mal” (traducción de Timothy Lin, Ph.D., Conscience: The Voice of God Within, BSMI, 2000, p. 1). Entonces el Dr. Lin dijo: “La conciencia hablará, ya sea para premiarnos o para condenarnos...la conciencia nos llena de satisfacción, felicidad y coraje por lo que hemos hecho o nos convoca a la barra de la justicia donde el juicio resuena, que nos da una conciencia mala o culpable” (ibid., pág. 2).

Tu conciencia te molesta cuando haces mal. Si continúas pecando, tu conciencia se convierte en culpable y profana. La única manera de tener tu conciencia limpia es que sea purgada, purificada, liberada por la Sangre de Jesús. Nuestro texto dice:

“¿Cuánto más la sangre de Cristo…limpiará vuestras conciencias?” (Hebrews 9:14).

La Biblia dice mucho acerca de cómo la conciencia se hace culpable, y cómo puede ser limpiada – purgada por la Sangre de Jesús.

I. Primero, por qué tu conciencia necesita ser limpiada.

Cuando haces algo bien, tu conciencia lo aprueba. Pero cuando haces mal, tu conciencia te acusa. La Biblia dice: “Dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, (Romanos 2:15).

La Biblia dice: “El pecado es infracción [quebrantamiento] de la ley” (I Juan 3:4). Dios dice: “No hablarás…falso testimonio [no mentirás]” (Éxodo 20:16). Sabes en tu conciencia que está mal, pero mientes de todas formas. Dios dice: “No robarás” (Éxodo 20:15). Sabes en tu conciencia que está mal, pero robas de todos modos. Dios dice que estés en la iglesia todos los Domingos. Pero tú dices: “No, no lo haré. Hay otra cosa que voy a hacer”. Tu conciencia te molesta, pero no escuchas. Jesús te llama: “Venid a mí” (Mateo 11:28). Tu conciencia dice que necesitas venir a Él. Pero te niegas a escuchar.

Puedes tratar de escapar de la voz de tu conciencia. Puedes tomar drogas para no pensar en tu pecado. Puedes beber alcohol para calmar tu mente y no pensar en el pecado. Puedes pasar horas y horas jugando juegos de video y perdiendo el tiempo en la computadora – para no pensar en tu pecado. Puedes mantenerte alejado de la iglesia – porque no quieres pensar en tu pecado. O puedes mantenerte ocupado, ocupado, ocupado con actividades en la escuela o en el trabajo – para no pensar en tu pecado, para esconderte de la voz de tu conciencia.

Puedes tratar de hacer buenas obras para acallar la voz de tu conciencia. Puedes tratar de ayudar a otra persona, o dar dinero, o ir a la iglesia. Pero nada de eso puede quitar tu pecado delante Dios. ¡No puedes ir al Cielo por tratar de ser bueno! La Biblia dice: “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia [ropa sucia]” delante de Dios (Isaías 64:6). El archivo de tu pasado sigue ahí. Y Dios todavía conoce tu corazón. Por eso la Biblia dice: “Por las obras de la ley ningún ser humano será justificado” (Romanos 3:20). Es por eso que necesitas a Jesús, el Hijo de Dios, para pagar por tus pecados y limpiar tu conciencia para ti. Él dio Su Sangre para hacer lo que no puedes hacer por ti mismo, ya que sólo “la sangre de Jesucristo su Hijo [de Dios] nos limpia de todo pecado” (I Juan 1:7).

Puedes pensar que tu pecado es secreto, que nadie sabe de él. Pero la Biblia dice: “Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta” (Eclesiastés 12:14). Jesús dijo: “Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse” (Lucas 12:2). ¡Tu pecado secreto saldrá en el juicio!

Puedes hacer una excusa por tu pecado – para calmar la voz de tu conciencia. Una gran excusa es señalar a otras personas. Tú dices: “Mis amigos lo están haciendo también”.

“Todo el mundo lo está haciendo”. O dices: “Es cierto, yo no voy a confiar en Jesús. Pero hay otros que no confiarán en Jesús tampoco”. O dices: “Yo no soy tan malo como otras personas”. Pero eso ¿cómo te hace no culpable por tu pecado?

y ellos serán condenados en el Último Juicio. La Biblia dice:

“Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos…y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros” (Apocalipsis 20:12).

Todos los muertos no salvos – tú y ellos – estarán en el Último Juicio. Todos tus pecados serán leídos en los libros de Dios. ¡No habrán secretos entonces! Y la Biblia dice:

“Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Apocalipsis 20:15).

El “libro de la vida” tiene los nombres de todos los que tienen sus pecados perdonados por confiar en Jesús. Pero todos – “todo aquel” – que no ha confiado en Jesús, que no ha sido perdonado por Su Sangre, será arrojado al lago de fuego.

¡Cómo te va a ayudar escuchar tus pecados leídos en los libros de Dios, y verlos a ellos ser echados en el lago de fuego – cuando mismo vayas allí! Eso no te hará ningún bien. ¡Confía en Jesús y se perdonado por Su Sangre antes de que sea demasiado tarde!

Tu conciencia te dice acerca de tu pecado. Pero te niegas a escuchar. Te mantienes en tu pecado. Te aferras a tus excusas. Aún te niegas a confiar en Jesús. Tu archivo de pecado se hace más largo y más largo. Pero aún así no confías en Jesús.

Entonces te estableces en tu mente. Te acostumbras a ti mismo. Tu corazón se vuelve como el cemento. Tu conciencia se hace sucia y contaminada. La Biblia dice: “hasta su mente y su conciencia están corrompidas” (Tito 1:15). Tu conciencia no funciona como debería. No te molesta como debería. “Hasta su mente y su conciencia están corrompidas”.

Finalmente llegarás hasta el punto en que tu conciencia no te molesta para nada. La Biblia habla de personas “teniendo cauterizada la conciencia” (I Timoteo 4:2). ¡Cauterizada! ¡Tu conciencia puede estar tan cauterizada que no te sientes culpable! Ya no sientes convicción por tu pecado. Ya no te preocupas por tu alma. No estás serio acerca de confiar en Jesús. Eres entregado “a una mente reprobada” (Romanos 1:28). Dios ya no te habla – porque no le escuchaste cuando Él lo hizo.

¡No dejes que eso te suceda! ¡Confía en Jesús! Sólo la Sangre de Jesús puede limpiar tu conciencia. Nuestro texto dice: “¿Cuánto más la sangre de Cristo…limpiará vuestras conciencias? (Hebreos 9:14).

Jesús dio Su Sangre para lavar tu pecado. No hay pago mayor que eso. Si confías en Jesús, tu archivo de pecado será lavado. No tendrás que temer el Último Juicio. La Sangre de Jesús permanecerá para siempre como tu pago. Tu conciencia será limpia delante de Dios – por la Sangre de Cristo.

II. Segundo, como puede ser tu conciencia limpiada.

Tu conciencia te recuerda tu pecado. Tal vez no habla tan fuerte como debería – pero todavía recuerdas tu pecado. Te sientes culpable. Te sientes mal. Necesitas tus pecados perdonados. Necesitas tu conciencia limpiada. Necesitas tu conciencia purificada. Y la Sangre de Jesús hará eso si confías en Él. La Biblia dice:

“¿Cuánto más la sangre de Cristo…limpiará vuestras conciencias? (Hebreos 9:14).

Jesús murió en la Cruz para pagar por tu pecado. Él “se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios”. Él “haciendo la paz mediante la sangre de su cruz” (Colosenses 1:20). Al tercer día resucitó de entre los muertos. Regresó al Cielo para traer esa misma Sangre ante Dios. Entró en la presencia de Dios. Entró en el templo de Dios en el Cielo y puso Su Sangre en el altar. La Biblia nos dice:

“Por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo” (Hebreos 9:12).

Dios Padre está satisfecho con la Sangre de Jesús. La Biblia habla de “Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación [un pago de satisfacción] por medio de la fe en su sangre” (Romanos 3: 24-25). La sangre de Jesús satisface la ira de Dios contra tu pecado. Entonces Dios te puede dejar entrar al Cielo. La Biblia dice: “La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (I Juan 1:7).

¡Pero eso no es todo! Nuestro texto dice:

“¿Cuánto más la sangre de Cristo…limpiará vuestras conciencias? (Hebreos 9:14).

La palabra Griega traducida “limpiará” es una forma de katharidzō. La palabra en Español “catarsis” viene de ella. Cuando alguien tiene una “experiencia catártica”, significa una liberación completa, de un golpe, dejar ir, dejar salir todo. Eso es lo que la Sangre de Jesús hace con tu pecado. La Biblia dice: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones” (Salmo 103:12). ¡Dios ni siquiera recuerda tu pecado! Dios dijo: “no me acordaré de tus pecados” (Isaías 43:25). Después de que Él limpió nuestros pecados con Su Sangre, Jesús no tenía nada que hacer por nuestros pecados. La Biblia dice:

“Habiendo [Jesús] efectuado la purificación de nuestros pecados…[Él] se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas” (Hebreos 1:3).

Después de que limpió nuestros pecados, Jesús simplemente se sentó. ¡Los pecados fueron cubiertos, lavados, purgados, desaparecidos, terminados! No había nada más que hacer que sentarse a la diestra del Padre.

Hace unas semanas hablé con un joven que siempre está analizándose a sí mismo. Cuando le pedí que confiara en Jesús, dijo: “Yo no puedo conseguir eso – no puedo conseguir – que suceda”. ¿Qué es “eso”? “Eso” son sus sentimientos. Si tiene el sentimiento correcto te dirá que es salvo – pero él no puede conseguir que “eso” suceda. Él nunca será salvo de esa manera, no importa cuántas veces trate. La salvación no viene de esa manera. Viene por confiar en Jesús Mismo, no mirándote a ti mismo para ver si “eso” o “ello” ha sucedido.

Jesús no se analizó así Mismo cuando puso Su Sangre sobre el altar en el Cielo. Y Él no se analizó a sí Mismo después. Jesús no se revisó para ver si Él sintió algo. Él puso Su Sangre allí, y eso trató con el pecado para siempre. Entonces Él “se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”. Su trabajo fue consumado. Él se sentó.

Al principio de este sermón cité del Dr. Timothy Lin. En ese mismo artículo, el Dr. Lin escribió acerca de la lucha de un hombre llamado Agustín. Agustín estaba preocupado por su alma. Había vivido en el pecado. Se había negado a creer en Jesús. Y ahora estaba esforzándose para ser salvo. Se sintió mal en su conciencia. No sabía qué hacer.

Un día en un jardín escuchó las voces de niños cantando: “Toma y lee, toma y lee”. Se volvió hacia una copia del libro de Romanos que había puesto cerca, y leyó dos versículos del capítulo trece. Esos versículos hablaban de su pecado. Y entonces leyó: “Vestíos del Señor Jesucristo” (Romanos 13:14).

¡Ahí estaba la respuesta! “Vestíos del Señor Jesucristo”. ¡Eso es todo! Agustín “se vistió” en Jesús. Él confió en Jesús. Se convirtió en uno de los grandes Cristianos de todos los tiempos. Pero eso ocurrió después de que él “se vistió” en Jesús – otra manera de decir que él confió en Jesús. Él fue convertido allí. Él confió en Jesús. Eso fue todo. ¡Eso fue todo!

¿Por qué no confías en Jesús, y lo dejas con Él? Su Sangre limpiará tu pecado. Tu archivo será limpio delante de Dios. ¡Y deja que Él limpie tu conciencia también! La Biblia dice que Él hace precisamente eso. “¿Cuánto más la sangre de Cristo...limpiará vuestras conciencias?” Deja de buscar “seguridad” dentro de ti mismo. ¡Deja que Él sea tu seguridad! ¿Por qué analizarte a ti mismo por un sentimiento para ver que pasó? La Biblia dice que la Sangre de Jesús “limpiará vuestras conciencias de obras muertas” – las obras muertas de tus oraciones vacías, tus propios pensamientos y sentimientos, tu tratando de ser bueno, tu auto-análisis interminable, tu “eso”. No mires a tus “obras muertas” – ¡están muertas! Deja de buscar dentro de ti mismo por “seguridad”. Confía en Jesús y que sea resuelto – limpiado por Su Sangre – ¡liberado, dejarlo ir, para siempre! La Sangre de Jesús resuelve esta situación, y finaliza la pregunta – y debería poner fin a la pregunta para ti también. ¡La culpa y el castigo son liquidados, liberados, idos, limpiados, purgados por la Sangre de Jesús!

Es así de simple. Jesús murió en la Cruz para pagar por tu pecado. Él derramó Su Sangre para lavar tu pecado, y limpiarlo para siempre. Él se levantó de entre los muertos para darte vida. Confía en Jesús, no en ti mismo. Confía en Él y serás salvo. Dr. Chan, por favor venga y guíenos en oración.

(FIN DEL SERMÓN)
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Puedes enviar un correo electrónico a Dr. Hymers a rlhymersjr@sbcglobal.net
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Estos manuscritos de sermones no tienen derechos de autor. Los puedes usar sin la
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La Escritura Leída por el Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón: Hebreos 9:11-14.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“There Is a Fountain” (por William Cowper, 1731-1800).


EL BOSQUEJO DE

TU CONCIENCIA LIMPIADA

por Dr. C. L. Cagan

“¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?” (Hebreos 9:14).

(Isaías 57:20-21; Romanos 3:10)

I.   Primero, por qué tu conciencia necesita ser limpiada, Romanos
2:15; I Juan 3:4; Éxodo 20:16, 15; Mateo 11:28; Isaías 64:6;
Romanos 3:20; I Juan 1:7; Eclesiastés 12:14; Lucas 12:2;
Apocalipsis 20:12, 15; Tito 1:15; I Timoteo 4:2; Romanos 1:28.

II.  Segundo, como puede ser tu conciencia limpiada, Colosenses 1:20;
Hebreos 9:12; Romanos 3:24-25; I Juan 1:7; Salmo 103:12;
Isaías 43:25; Hebreos 1:3; Romanos 13:14.