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EL HORROR DE GETSEMANĺ

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Angeles
La Mañana del Día del Señor, Marzo 30, 2014

“En los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente” (Hebreos 5:7).


La noche antes de que Jesús muriera en la Cruz llevó a Sus Discípulos a la oscuridad del Huerto de Getsemaní. Era muy noche, quizá medianoche. Jesús dejó a ocho de Sus Discípulos al borde del Huerto. Él tomó a Pedro, Jacobo y Juan más adentro de Getsemaní. Él “comenzó a entristecerse y a angustiarse” (Marcos 14:33). Él dijo a aquellos tres Discípulos: “Mi alma está muy triste, hasta la muerte” (Marcos 14:34). Yéndose un poco adelante, se postró en tierra. Él oró en agonía que si fuese posible “aparta de mí esta copa” (Marcos 14:35). Yo creo que el tiempo entero de oración en el Huerto de Getsemaní fue como de una hora – ya que Jesús les dijo, al hallarlos durmiéndo: “¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?” (Mateo 26:40).

Algo horrible le sucedió a Jesús – a la medianoche en aquel Huerto de Getsemaní. Jesús dijo: “Mi alma está muy triste, hasta la muerte” (Mateo 26:38). La palabra Griega “perilupos” significa “rodeado de dolores”. Él podía decir junto con el Salmista: “Me encontraron las angustias del Seol” (Salmo 116:3). Las olas y mareas de dolor pasaron sobre Él. ¡Por encima de Él, debajo de Él, alrededor de Él, afuera de Él, y dentro de Él – todo era dolor – hasta la muerte – tal dolor que Él casi fue matado! ¡No había escape del dolor! ¡Ningún dolor podría haber sido peor que este! Él estaba tan apretado por el horror de ello que fue Su “sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” (Lucas 22:44).

Sí, la Biblia nos dice que Jesús fue “varón de dolores, experimentado en quebranto” (Isaías 53:3). Pero no andaba todo el tiempo con una cara large, triste. Él conocía la tristeza. Él conocía el dolor. Pero la mayoría del tiempo Jesús era un hombre tranquilo, feliz. Él fue a tantas fiestas que los Fariseos se quejaban y decían: “come y bebe con los publicanos y…pecadores” (Mateo 11:19, etc., etc.).

Pero todo cambia en Getsemaní. Su paz se ha ido. Su gozo se ha vuelto una tristeza agitante. “Perilupos” – rodeado de dolor, ¡apretado por eso casi hasta la muerte!

Jesús casi no había dicho nada de su dolor o depresión en toda Su vida. Pero ahora, en el Huerto, todo cambia. Él clama a Dios: “si es posible, pase de mí esta copa” (Mateo 26:39). Él nunca antes se había quejado. Pero ahora “oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” (Lucas 22:44). ¿Por qué? ¿Por qué? Jesús, ¿qué causa tu sufrimiento?

El Dr. John Gill dijo que era porque Satanás vino al Huerto. En nuestro día Mel Gibson, en su película “La Pasión de Cristo” mostró a Satanás entrando al Getsemaní como una serpiente, para atormentar a Jesús en la oscuridad. Pero nada de eso está en la Biblia. Algunos citan Lucas 22:53, cuando Jesús le dijo a los soldados que llegaron al Huerto a arrestarlo, “mas esta es vuestra hora, y la potestad de la tinieblas” (Lucas 22:53). Están correctos al decir que eso se refiere a Satanás. Pero fíjate que Jesús le dijo eso a los soldados que vinieron a arrestarlo después de Su conflicto y sudor sangriento en Getsemaní. Al final de Su agonía en el Huerto, Él dijo a los soldados: “esta es vuestra hora, y la potestad de la tinieblas”. Así que Satanás llegó después de la agonía de Jesús en el Huerto. Judas fue poseído de demonios (en realidad, Satanás lo poseyó) unos cuantos días antes. Se nos dice en Lucas 22:3: “entró Satanás en Judas”. Satanás vino al Huerto después de la horrible batalla, en posesión de Judas y llevando a los soldados a arrestar a Jesús y a tratarlo vergonzosamente.

Así que todavía nos deja preguntándolos por qué Jesús estuvo tan atormentado hasta sudar un sudor sangriento al orar para ser librado. Estoy convencido de que la respuesta se da en nuestro texto. En el Huerto, Jesús oraba “diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa” (Mateo 26:39). ¿Qué era la “copa”? Si era su sufrimiento en la Cruz al día siguiente, Su oración no fue contestada. Si la “copa” era ser librado de Satanás aquella noche, Su oración no fue contestada, ya que hombres endemoniados lo arrastraron a ser crucificado. Nuestro texto en Hebreos 5:7 da parte de la respuesta. Por favor de pie y léelo en voz alta:

“En los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente” (Hebreos 5:7).

Se pueden sentar. Ahora, el verso nos dice que Jesús oró esa oración “en los días de su carne” – o sea, mientras Él vivía en esta tierra. También aprendemos que Él oraba “con gran clamor y lágrimas” para ser salvado de la muerte – así esta oración se oró antes de que Él fuera crucificado. El versículo también nos dice que Su oración fue oída, y Dios lo salvo de la muerte. El Dr. J. Oliver Buswell, un teólogo reconocido dijo:

Sudor profuso extremo como Lucas describe [en el Huerto de Getsemaní] es característico de un estado de shock en el que la víctima está en peligro inminente de colapso e incluso la muerte ... Nuestro Señor Jesucristo, hallándose en este estado físico de extremo shock, oró por liberación de la muerte en el Huerto, para que Él pudiera cumplir su propósito en la cruz (traducción de J. Oliver Buswell, Ph.D., Systematic Theology of the Christian Religion, Teología Sistemática de la Religión Cristiana, Zondervan Publishing House, 1971, parte III, p . 62).

El Dr. John R. Rice dijo virtualmente lo mismo:

Jesús estuvo entristecido y angustiado y Su alma “angustiada hasta la muerte”, o sea, literalmente estaba muriendo de pesar…Jesús oró que la copa de la muerte pasara de Él aquella noche para poder vivir hasta [llegar] a morir a la cruz el día siguiente (traducción de John R. Rice, D.D., The Gospel According to Matthew, Sword of the Lord, 1980, p. 441).

El Dr. Buswell dijo:

Esta interpretación armonizaría con Hebreos 5:7, y me parece que es la única interpretación que armoniza así (ibid.).

El Dr. Rice dijo:

Esto queda claro en Hebreos 5:7, donde se nos dice que Jesús “ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente”. A punto de morir en el Huerto de Getsemaní, Jesús oró para que la copa de la muerte pasara de él aquella noche para que pudiera vivir para morir en la cruz el día siguiente. ¡La Escritura dice que “fue oído”! Dios respondió a su oración (ibid.).

A Jesús, mirad, sufrir,
   ¡Sudando sangre en dolor!
¡Tan profundo ese amor!
   ¡Oh, qué amor el del Señor!
(traducción de “Thine Unknown Sufferings”
      por Joseph Hart, 1712-1768).

Pero todavía tenemos que explicar por qué Jesús sufrió tanto esa noche. He aquí, lo que creo que le sucedió a Jesús en aquel Huerto. Yo creo que fue allí que

“Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6).

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores” (Isaías 53:4).

¿Pero cuando los cargó? Los cargó en Getsemaní, y los llevó a la Cruz la siguiente mañana.

“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero” (I Pedro 2:24).

Pero nuestros pecados fueron puestos “en su cuerpo” la noche anterior, en el Huerto de Getsemaní. ¡Él llevó nuestros pecados desde Getsemaní a la Cruz!

El Salvador oró a solas en Getsemaní;
   La amarga copa Él bebió, sufrió allí por mí;
A solas Él, cargó solo todo;
   Él por los suyos se entregó;
Sufrió, sangró y murió, A solas Él.
      (traducción de “Alone” por Ben H. Price, 1914).

El gran Dr. John Gill (1697-1771) dijo:

Ahora él es herido, y es puesto en aflicción por su padre: sus penas comienzan ahora, mas no terminan aquí, sino en la cruz, ... y a estar muy afligido, con el peso de los pecados de su pueblo, y el sentido de la ira divina, con la que él estaba tan presionado y agobiado, que sus espíritus estaban casi completamente desaparecidos, que estaba listo para desmayarse, hundirse y morir, su corazón le fallaba ... su alma estaba acosada por todas partes con los pecados de su pueblo, los cuales se apoderaban de él, y le abarcaban ... los dolores de la muerte y el infierno lo rodearon por todos lados, de tal manera que no tuvo ni el menor grado de consuelo... de manera que su alma estaba abrumada de tristeza, su gran corazón estaba listo para romperse; fue llevado incluso, por así decirlo, al polvo de la muerte, tampoco lo dejaron sus penas, fue conmovido, hasta que su alma y su cuerpo se separaron el uno del otro (traducción de John Gill , DD, An Exposition of the New Testament, Una Exposición del Nuevo Testamento, el Bautista Portaestandarte, tomo I, p. 334).

Así vemos lo que Jesús hizo para salvarnos de la ira de Dios, del juicio por nuestros pecados, y del castigo eterno en el Infierno. Él sufrió en tu lugar, como sustituto tuyo. Su sufrimiento vicario, en tu lugar, comenzó en el Huerto de Getsemaní, donde recibió nuestros pecados y los llevó a la Cruz la mañana siguiente.

Mis amigos, se acerca el Domingo de Resurrección, el día en que Jesús resucitó de la tumba. Pero Su resurrección de entre los muertos no significará nada para ti a menos que te des cuenta de que Él sufrió terriblemente en Getsemaní y en la Cruz para salvarte a ti de ser castigado por tus pecados. ¿Qué debes hacer para que Jesús sea tu sustituto? ¡Debes caer a Sus pies y confiar en Él con tu vida!

De Su cabeza, manos, pies,
   Preciosa Sangre corrió allí;
Corona de espinas fue la que
   Jesús llevó por mí.
(traducción de “When I Survey the Wondrous Cross”
      por Isaac Watts, D.D., 1674-1748).

Si te gustaría hablar con nosotros sobre confiar en Jesús, por favor deja tu asiento y camina a la parte de atrás del auditorio. Dr. Cagan te llevará a otro salón donde podremos orar y hablar. Por favor ve ahora. Dr. Chan, por favor ore que alguien confíe en Jesús esta mañana y sea salvo. Amen.

(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por el Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón: Marcos 14:32-38.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“‘Tis Midnight, and on Olive’s Brow”
(por William B. Tappan, 1794-1849).