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SUFRIENDO Y REINANDO

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 29 de Septiembre de 2013

“Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará” (II Timoteo 2:12).


¡Aquí vamos otra vez! Me senté a escribir este sermón, y descubrí que la palabra “sufrir” aquí se traduce como “soportar” en todas las traducciones modernas. Sin embargo, la Biblia de Ginebra de 1599 y la 1611 RV la traducen “sufrir”. Mientras lo estudiaba encontré que la palabra Griega se puede traducir “sufrir” o “soportar”. Así que podría ir en cualquier dirección.

El contexto entonces debe ser considerado. En los versículos 11 y 12, el Apóstol habla de la unión del Cristiano con Jesús. En el versículo 11, dice: “Si somos muertos con él, también viviremos con él”. Esto se refiere a un Cristiano renunciando al mundo y muriendo al pecado y al yo. Por lo tanto, el versículo 11 habla de una verdadera unión del Cristiano con Jesús en su muerte (vea Romanos 6:1-3). Luego el versículo 12 habla de la unión del Cristiano con Jesús en Su “sufrimiento”. Por lo tanto “sufrir” es la palabra preferida de los grandes traductores de la Biblia de Ginebra y de la Biblia King James [en Inglés]. Esos traductores no eran tontos. Eran los más grandes eruditos del Griego en Inglaterra. Ellos sabían que todo el contexto del capítulo dos conducía a “sufrir”, no simplemente “soportar”. El capítulo pinta al verdadero Cristiano como un soldado, culminando con esas palabras desafiantes:

“Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; Si sufrimos, también reinaremos con él…”

Si seguimos a Jesús en Su muerte, viviremos con Él. ¡Si seguimos a Jesús en Su sufrimiento, reinaremos con Él! ¡Simple! ¿Para qué complicar las cosas cambiando “sufrir” a “soportar”, como todas las traducciones modernas lo hacen? ¡No tienes que ser un erudito del Griego para entenderlo! ¡Pero los miembros modernos de iglesias no quieren sufrir! Así que, los traductores modernos debilitaron el versículo lo más posible para complacer a sus lectores evangélicos suaves. ¡Es así de simple!

Además, los traductores antiguos tenían una visión superior de la Escritura que incluso los eruditos más conservadores de hoy. Así, tradujeron nuestro texto a la luz de Romanos 8:17, que dice:

“…si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados” (KJV).

Y doy la NIV aquí:

“…pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria” (NIV).

La palabra traducida “sufrir” en Romanos 8:17 claramente significa “experimentar dolor”, “sufrir con ello”. Ya que la palabra en nuestro texto tiene la idea de sufrir y padecer, los antiguos la tradujeron a la luz de Romanos 8:17. Esto es lo que Lutero llamaba “la analogía de la Escritura”.

La razón verdadera por el cambio de los traductores modernos realmente yace en otra parte. ¡Ellos saben que los lectores modernos no quieren sufrir! ¡Así que usan una palabra más suave para acomodar a los evangélicos débiles de hoy! Yo a menudo digo: “¡La Biblia King James derrama mucha luz sobre las traducciones modernas!”

“Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará” (II Timoteo 2:12).

El versículo corolario en Romanos 8:17 deja muy claro que los verdaderos Cristianos son “coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados” (Romanos 8:17).

I.

I. Primero, “si sufrimos, también reinaremos con él”.

El Dr. J. Vernon McGee dio un comentario excelente sobre eso. Él dijo:

“Si sufrimos, también reinaremos con él”... Creo que este versículo lo reduce a aquellos que han sufrido por Él ... En el mundo Romano de la época de Pablo había muchos Cristianos que fueron mártires – cinco millones de ellos, de acuerdo con Foxe – porque rehusaron negar a Cristo.
      “Si le negamos, él también nos negará”. Este es un lenguaje muy fuerte. Revela, sin embargo, que Pablo cree que la fe sin obras está muerta (Santiago 2:17). Ves, Pablo y Santiago no se contradicen entre sí. Santiago está hablando de las obras de la fe, y Pablo está diciendo que la verdadera fe producirá obras (traducción de J. Vernon McGee, Th. D., Thru the Bible, Thomas Nelson Publishers, 1983, tomo V, pág 466; nota sobre II Timoteo 2:12).

“Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará” (II Timoteo 2:12).

En la primera iglesia a todos los Cristianos se les enseñaba que tenían que atravesar tribulaciones y sufrimiento. Podemos ver esto muy claramente en Hechos 14:22, donde Pablo y Bernabé en Listra, Iconio y Antioquía,

“Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22).

“Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”. La palabra Griega que se traduce “tribulación” es “thlipsis”. Significa “presiones, aflicciones, problemas, sufrimientos” (Strong).

Los primeros Cristianos eran fuertes lo suficiente para “trastornar el mundo entero” (Hechos 17:6) porque se les había enseñado que era normal negarse a sí mismos y tomar su cruz cada día, como Jesús “decía a todos”.

“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” (Lucas 9:23).

“Es necesario que a través de muchas tribulaciones [presiones, aflicciones, problemas, sufrimientos] entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22).

“Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará” (II Timoteo 2:12).

En su sermón acerca de “Sufriendo y Reinando con Jesús”, el gran Spurgeon, “el príncipe de los predicadores” dijo:

      Cuando Marcus Arethusus (362 D.C.) fue ordenado por Juliano el Apóstata, a [dar dinero para] la reconstrucción de un templo pagano que su pueblo había derribado en su conversión al Cristianismo, se negó a obedecer, y aunque era un hombre de edad, lo desnudaron, y luego le atravesaron todo el cuerpo con [lanzas] y cuchillos. El anciano seguía firme. Si daba [unos centavos] hacia la reconstrucción del templo [pagano], sería libre ... [Pero] no lo haría. Fue cubierto con miel, y aunque sus heridas [todavía] sangraban, las abejas y las avispas lo picaron hasta causarle la muerte. Él podía morir, pero no podía negar a su Señor. Arethusus entró en el gozo de su Señor, porque sufrió noblemente con él (traducción de C. H. Spurgeon, “Sufriendo y Reinando con Jesús”, The Metropolitan Tabernacle Pulpit, reimpresión de 1991, tomo X, pág. 11).

Honramos los nombres de hombres como Richard Wurmbrand (1909-2001), quien pasó 14 años de tortura en una prisión Comunista en Romania. Honramos a Samuel Lamb (1924-2013), que pasó más de 20 años de trabajos forzados en un campo de concentración Comunista Chino. Honramos a Dietrich Bonhoeffer (1906-1945), que fue colgado del cuello con una cuerda de piano por los nazis en la Segunda Guerra Mundial por predicar contra Hitler. Honramos a los muchos cientos de personas que están sufriendo por su fe en Jesús en tierras Musulmanas esta mañana. Pero, ¿qué de ti? ¿Vas a renunciar a unas pocas horas para estar en la iglesia todos los Domingos? ¿Harás el pequeño sacrificio de estar en la reunión de oración, e ir a evangelizar todas las semanas?

En mi estudio tengo una copia del himnario The Baptist Hymnal [en Inglés], publicado por la Convención Bautista del Sur en 1956. Aun entonces había una debilitación de la necesidad de que los Cristianos sufrieran. Yo vi el gran himno de Reginald Heber (1783-1826), “The Son of God Goes Forth to War” [Pelea el Hijo de Dios]. Se me hundió el corazón al ver que quitaron la estrofa más fuerte de ese himno inspirador. He aquí la estrofa que quitaron:

Gloriosa banda, a los pocos vino el Espíritu,
   Su esperanza sabían sin temer fuego o cruz;
La vil espada encontraron, al sangriento león;
   Sus cuellos dieron a morir; ¿quien sigue en pos de ellos?
(Traducción libre de “The Son of God Goes Forth to War”
   por Reginald Heber, 1783-1826).

¡Esa es la estrofa que te agarra! ¡Esa es la estrofa que solía inspirar a jóvenes a dejarlo todo e ir al campo de misiones, o a volverse Cristianos que se sacrifican a sí mismos aquí en casa! ¿Por qué quitaron esa estrofa en 1956? ¡Te digo por qué! ¡Algunas ancianas se ofendieron por eso! No querían pensar sobre “fuego o cruz”. No querían ser enfrentadas con imágenes de “la vil espada”. Las molestaría recordar del “sangriento león”, o el hecho de que los mártires dieron “el cuello a morir”. Era demasiado para ellas, así que la quitaron. ¡Debe darles vergüenza su cobardía! ¡Sea vergüenza sobre el Departamento de Música de Iglesia de los Bautistas del Sur por profanar el poderoso testimonio de la fe de los mártires! Nunca nos avergoncemos de cantarla. ¡Nunca nos avergoncemos de vivirla, de cualquier modo que podamos! Es la última canción en su hoja de canciones. ¡Cántala!

Gloriosa banda, a los pocos vino el Espíritu,
   Su esperanza sabían sin temer fuego o cruz;
La vil espada encontraron, al sangriento león;
   Sus cuellos dieron a morir; ¿quien sigue en pos de ellos?

Armada noble, muchachos, hombres y mujeres,
   Se gozan ante el Salvador, en vestidos de luz;
La cuesta al Cielo subieron por peligros, dolor;
   Oh, Dios la gracia dadnos a seguir en pos de ellos.
(Traducción libre de “The Son of God Goes Forth to War”
     por Reginald Heber, 1783-1826).

Se pueden sentar. “La cuesta al Cielo subieron por peligros, dolor”. ¡Sí! Eso es lo que el Apóstol quiso decir cuando dijo:

“Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará” (II Timoteo 2:12).

II. Segundo, “Si le negáremos, él también nos negará.”

“Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará” (II Timoteo 2:12).

Jesús dio una advertencia solemne cuando dijo:

“Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 10:33).

El Apóstol Pablo dijo en nuestro texto: “si le negáremos, él también nos negará”. Este es el negar de Jesús que sucede cuando un falso Cristiano es confrontado con el sufrimiento que requerido en el verdadero discipulado. Eso es lo que sucede a la gente de “pedregales” descrita en la parábola del sembrador.

“Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan” (Lucas 8:13).

Dr. Rienecker dice que “apartarse” significa “irse”, “alejarse” (traducción de Fritz Rienecker, Ph.D., A Linguistic Key to the Greek New Testament, Zondervan, 1980, p. 161; nota sobre Lucas 8:13).

Cuando viene la “prueba” a menudo se apartan de su iglesia local. “éstos no tienen raíces” significa que nunca fueron “arraigados” en Jesús. Revela que nunca fueron verdaderamente convertidos. Marcos 4:17 amplifica lo que significa “el tiempo de la prueba” en la parábola:

“Porque cuando viene la tribulación o la persecución…luego tropiezan” [literalmente, “caen”, NASV].

Jesús negará a tales personas en el juicio. Él les dirá: “Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:23).

Otros que niegan a Jesús siguen asistiendo a alguna iglesia. Esta gente es antinomia. Yo hablé de esa gente en mi sermón “Antinomianismo en Italia” (oprima aquí para leerlo). Ellos están descritos por el Apóstol Pablo en Tito 1:16,

“Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra” (Tito 1:16).

Estos antinomios pueden haber aprendido algunas doctrinas correctas, pero niegan a Dios por la forma en que viven. La Biblia The Reformation Study Bible [en Inglés] dice: “El Nuevo Testamento enseña que la falta de acciones consistentes con una vida cambiada hace sospechosa la fe de uno en Jesús... Tanto la sana doctrina y acciones en acuerdo con una vida cambiada son necesarias para Cristianos” (traducción de la nota sobre Tito 1:16). “Con los hechos lo niegan”.

Cuando nuestro traductor a Laos leyó mi sermón sobre “antinomianismo en Italia”, me escribió y me dijo:

Es verdad que muchas personas dicen ser salvas, pero nada ha cambiado en su vida. En nuestro país de Laos e incluso en Tailandia son las personas que dicen que son cristianos están destruyendo el nombre de Jesús. Les encanta beber, bailar, robar, y dar un mal testimonio de su prójimo.

Dijo que esto causa que personas que no son salvas en Laos no quieran ser Cristianos ellos mismos. “Pero lo peor es que dicen que incluso no quieren ser amigos de [estos] Cristianos”.

Así vemos los horribles frutos del antinomianismo en Italia, Laos, y “hasta en Tailandia”. Inclinamos el rostro de vergüenza, porque sabemos que esta falsa visión del Cristianismo en gran parte viene de los Estados Unidos, y envenena el testimonio de Jesús en todo el mundo en estos últimos días. Jesús dio esta profecía,

“Por haberse multiplicado la maldad [Griego: anomia – falta de ley; la raíz de “antinomianismo”], el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12).

Aun los verdaderos Cristianos estarán desanimados, y perderán su amor Cristiano, ¡porque hay tantos antinomios en los últimos días! Pero no te equivoques aquí – estos antinomios en realidad son gente perdida que lo “niegan a Él” por sus vidas pecaminosas (Tito 1:16).

Un Cristiano verdadero no puede negar a Jesús. Eso es lo que Jesús quiso decir cuando Él dijo en el siguiente versículo en Mateo 24:

“Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mateo 24:13).

Pese a ser aborrecido, pese a los falsos profetas; pese a la “iniquidad” de los antinomios que profesan ser Cristianos pero no lo son, la persona verdaderamente convertida “perseverara hasta el fin” (Mateo 24:9-13). Como lo pone un himno antiguo:

La oscuridad y el pecado,
   Fueron afrenta y gran dolor;
Mas señales de Su venida;
   ¡Nos traen gran gozo, luz al corazón!
Él viene otra vez, Él viene otra vez,
   El mismo Jesús que, rechazado fue;
Él viene otra vez, Él viene otra vez,
   ¡Con poder y gloria, Él viene otra vez!
(Traducción libre de “He is Coming Again”
   por Mabel Johnston Camp, 1871-1937).

“Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará” (II Timoteo 2:12).

Jesús está listo para salvarte de tus pecados. Él murió en la Cruz para pagar la pena por sus pecados. Él derramó Su Sangre para limpiarte de todo pecado. Él resucitó físicamente de entre los muertos para darte vida. ¡Te desafío a que te voltees de tus pecados! Arrepiéntete, y pon tu confianza en Jesús. ¡Él te salvará! Él te salvará. ¡Él te salvará ahora!

Si deseas hablar con nosotros acerca de ser salvo por Jesús, por favor deja tu asiento ahora, y camina hasta la parte de atrás de este auditorio. Dr. Cagan te llevará a un lugar tranquilo para la oración y consejo. Ve a la parte de atrás del cuarto ahora. Dr. Chan, por favor, ore para que alguien confié en Jesús esta mañana. ¡Amén!

(FIN DEL SERMÓN)
Puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet
en www.realconversion.com. Oprime “Sermones en Español”.

Puedes enviar en correo electronico al Dr. Hymers en Ingles a rlhymersjr@sbcglobal.net – o
puedes escribirle a P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015, Estados Unidos.
Llamale por telefono a (818)352-0452.

La Escritura Leída Antes del Sermón por el Sr. Abel Prudhomme: II Timoteo 2:3-12.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“The Son of God Goes Forth to War” (por Reginald Heber, 1783-1826).


EL BOSQUEJO DE

SUFRIENDO Y REINANDO

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará” (II Timoteo 2:12).

(II Timoteo 2:11; Romanos 8:17)

I  Primero, “Si sufrimos, también reinaremos con él”,
Santiago 2:17; Hechos 14:22; 17:6; Lucas 9:23.

II.  Segundo, “Si le negáremos, él también nos negará”,
Mateo 10:33; Lucas 8:13; Marcos 4:17; Mateo 7:23;
Tito 1:16; Mateo 24:12, 13.