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EL ARQUETIPO DE LA CONVERSIÓN

(SERMÓN NÚMERO 1 SOBRE EL HIJO PRÓDIGO)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 25 de Agosto de 2013

“Y volviendo en sí” (Lucas 15:17).


La parábola del Hijo Pródigo es uno de los pasajes favoritos en la Biblia. Pero hoy día es a menudo malinterpretado. Voy a tratar de corregir ese error esta noche en mi sermón: “Malinterpretando el Hijo Pródigo”. Espero que vuelvas para oírlo a las 6:30. ¡Tendremos cena para ti después, así que regresa esta noche!

Todos los comentarios antiguos dicen que el Hijo Pródigo estaba perdido. Ellos dijeron que esta parábola describe la conversión. Pero Billy Graham y otros dijeron que no era un retrato de la conversión. Los decisionistas dijeron que en realidad era un retrato de la rededicación de un Cristiano reincidido. ¿Cómo podrían estar equivocados todos los comentarios antiguos? Bueno, no estaban equivocados. Es la interpretación moderna la que está equivocada. Ves, estos predicadores modernos tuvieron que volver esto una rededicación porque ellos jamás vieron una conversión como esta. Es por eso que hasta un gran maestro Bíblico como Dr. McGee se equivocó – como demostraré en detalle en el sermón de esta noche.

En el siglo veinte, el “decisionismo” volvió la conversión en una cosa barata – solo levanta tu mano y eres salvo. Solo recita una oración rápida como un perico y eres salvo. Así, en el siglo veinte, los predicadores ya no vieron conversiones como la del Pródigo. Como resultado directo del “decisionismo” Billy Graham y otros tuvieron que reinterpretar la parábola como una rededicación en vez de una conversión. En vez de dejar que la parábola hable por sí sola, ellos ahora la leen a través de los “lentes” del “decisionismo”. Hasta un gran maestro Bíblico como Dr. McGee fue confundido por el decisionismo. Entonces él dijo: “Este no es un retrato de un pecador que se salva…entendamos de qué se trata primeramente la parábola. La parábola no es cómo un pecador se salva; ella revela el corazón del Padre que no solo salva a un pecador sino que recibirá de regreso a un hijo que peca” (traducción de J. Vernon McGee, Th.D., Thru the Bible, Thomas Nelson Publishers, 1983, tomo IV, p. 314; notas sobre Lucas 15:14).

Yo creo que Dr. McGee probablemente fue confundido en esto por Lewis Sperry Chafer, el fundador del seminario Dallas Theological Seminary. El Dr. Chafer era un fuerte oponente del evangelismo anticuado, y él ensenaba una forma de “Sandemanianismo” – la idea de que somos salvos por meramente creer lo que la Biblia dice sobre Jesús. Parece probable que el Dr. McGee obtuvo su idea del Hijo Prógido como rededicación de Lewis Sperry Chafer. Si alguien que lee este sermón investiga lo que el Dr. Chafer dijo sobre el Hijo Pródigo, y me envía la fuente, lo apreciaré mucho. Esta falsa idea se esparció mucho en el siglo veinte. Billy Graham habló del Pródigo como un reincidido que regresó a Dios. Él dijo: “Te estoy pidiendo que reconfirmes tu confirmación. Te estoy pidiendo que vuelvas a Dios esta noche”. Él dijo ese tipo de cosas todas la veces que predicó sobre el Hijo Pródigo en sus grandes campañas, que eran televisadas a primera hora por todos los Estados Unidos por cincuenta años. Así que hoy eso es lo que el evangélico regular en Estados Unidos piensa sobre el Hijo Pródigo. ¡Pero es extremadamente confuso! ¿Por qué? ¡Porque la Parábola del Hijo Pródigo no está hablando sobre la rededicación! ¡Está hablando de la conversión verdaderay las dos no son la misma cosa! La conversión es algo que Dios te hace a ti. La rededicación es algo que haces. En la conversión, el Espíritu de Dios despierta al pecador y lo mueve a dejar el cuchitril del pecado, trayendo a Jesús. Si una persona solo rededica su vida irá al Infierno. ¿Por qué? Porque la salvación es por gracia, y la rededicación es por obras. ¡Y las obras nunca salvaron a nadie!

Todos los comentarios antiguos, escritos antes del decisionismo, decían que el Hijo Pródigo era un hombre perdido. Por ejemplo, el comentario Matthew Henry’s Commentary dice que la palabra “hijo” no significa que era salvo, sino que “representa a Dios como el Padre común de toda la humanidad”. Henry también dijo que la parábola fue dada “para mostrar cuan grata es para Dios la conversión de un pecador” (traducción de Hendrickson Publishers, edición de 1996, tomo 5, p. 598; notas sobre Lucas 15:11-32). Esa es la manera en que todos los comentarios clásicos, antes del decisionismo del siglo veinte, explicaban la parábola.

Pasando de largo el decisionismo vacío del siglo veinte, pensemos sobre el verdadero significado de la Parábola. Es la tercera en una lista de tres parábolas que Jesús dio a los Fariseos. Ellos se burlaban de Jesús porque Él “a los pecadores recibe, y con ellos come” (Lucas 15:2). Para explicar porque Él recibía a los pecadores y comía con ellos, Jesús dio tres parábolas – tres historias cortas con una lección en ellas. Primero, Él les dio la Parábola de la Oveja perdida (Lucas 15:3-7). Segundo, Él les dio la Parábola de la Moneda Perdida (Lucas 15:8-10). Tercero, él les dio la Parábola del Hijo Perdido – la cual a menudo llamamos “el Pródigo” (Lucas 15:11-32). Todas esas tres parábolas son sobre la salvación de una persona perdida. Todos están de acuerdo en que las primeras dos parábolas se tratan de una persona perdida siendo salva. ¡Y todo comentador antes del siglo veinte dijo que la tercera parábola también se trataba de un hombre perdido siendo salvo! La nota de la Biblia Anotada de Scofield la llama “La Parábola del Hijo Perdido” (La Biblia Anotada de Scofield, traducción de la edición de 1917). Y eso es exactamente lo que es. ¡En Lucas 15:24 el propio padre del hijo dijo que él estaba espiritualmente muerto, y que estaba perdido!

“Porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado…” (Lucas 15:24).

La Parábola del Hijo Pródigo fue dada por Jesús como un arquetipoun modelo, un ejemplo de la conversión verdadera. La conversión de Pablo siguió este modelo. Y el ejemplo de la conversión del Pródigo fue experimentado por todos los grandes predicadores hasta el siglo veinte – con la excepción del hereje Pelagiano, Finney. Lee un poco de historia Cristiana y verás como todos estos grandes líderes Cristianos tuvieron una conversión basada en el modelo de la conversión del Pródigo. La conversión de Agustín siguió este modelo. También la conversión de Lutero, Bunyan, Whitefield, ambos hermanos Wesley, todos aquellos que fueron convertidos en el Primer y Segundo Gran Despertamiento (1730-1840), así también como las conversiones de C. H. Spurgeon, R. A. Torrey, y uno de los grandes predicadores de todos los tiempos, el evangelista Dr. John Sung de China. Todos estos hombres fueron convertidos cuando experimentaron el modelo de la conversión del Pródigo.

A propósito, yo creo que esa es una de las razones que Jesús dio la Parábola del Pródigo – para darnos un retrato de la conversión. En ninguna otra parte de los cuatro Evangelios Jesús da una descripción detallada de cómo sucede una conversión. Si, el testimonio de Pablo está registrado tres veces en el Libro de Los Hechos – pero yo digo que la conversión de Pablo siguió el patrón, establecido por Jesús, años antes de que Pablo fuera convertido, cuando el Señor nos dio la Parábola del Pródigo.

(Oprime aquí para leer mi sermón titulado: “Malinterpretando el Hijo Pródigo”. Lo debes leer junto con este sermón).

Como dije al principio, la Parábola del Pródigo por mucho tiempo ha sido uno de los pasajes favoritos en la Biblia. La razón es porque le muestra a un pecador perdido el patrón que tiene que experimentar para ser salvo. Y con esa larga introducción, llegamos al cuerpo del sermón mismo. El texto simplemente es:

“Y volviendo en sí” (Lucas 15:17).

Ahora yo digo que la conversión del Pródigo es un arquetipo porque muestra todos los elementos que ocurren cuando una persona es verdaderamente convertida. El texto es simple:

“Y volviendo en sí” (Lucas 15:17).

Hay diferentes etapas en la conversión, y las vemos en la experiencia del Pródigo. Primero, esta la etapa cuando el joven quería ser independiente de su padre. Él ya no quería que su padre lo controlara. Él quería ser “libre”. El Pródigo no negaba la existencia de Dios. Él asistía a servicios religiosos con sus padres. Pero en lo profundo de su corazón estaba escondido el deseo de la supuesta “libertad”. Él quería botar todas las normas y reglamentos de su padre. Él pensaba que podía haber experiencias deleitosas que nunca había disfrutado antes. Él quería probar los frutos del mundo prohibido los cuales nunca había disfrutado antes. Ahora él ya era un hombre, y quería estar encargado de sí mismo, y hacer sus propias reglas, en vez de estar bajo el control de su padre. Si tienes pensamientos asa, ojalá que “vuelvas a ti mismo” ahora, antes de que te metas en la ruina y la vergüenza que te vendrán si sigues con dichos pensamientos rebeldes.

Pero pronto el Pródigo en la parábola llegó a otra etapa. Él había recibido su herencia temprano, antes de la muerte de su padre. Él agarró el dinero y corrió a un país lejano. Ahora él haría todas las cosas que antes solo había soñado. Él pasó sus días y noches disfrutando “los deleites temporales del pecado” (Hebreos 11:25).

Antes de mucho tiempo él llegó a la tercera etapa, cuando “todo lo hubo malgastado”. Ahora no había nada que satisficiera su hambre. Todos sus pecados no le daban satisfacción ahora. Y fue en esta condición terrible que él llegó a la cuarta etapa – “volviendo en si” (Lucas 15:17) – o como una traducción moderna lo pone: “Él volvió a sus sentidos cabales”.

¡Qué necio había sido! Él era como una persona loca, yendo de un pecado a otro. Nosotros hemos visto jóvenes hacer cosas salvajes, extrañas. Hemos visto jóvenes irse tan lejos en el pecado que finalmente dejan nuestra iglesia. Los hemos visto sumergirse en pecado todavía más profundos. Ahora ya nadie los podía detener. Ellos nunca pensaron que estarían tan profundamente en el pecado. Ellos pueden tener éxito en los negocios y por fuera parecer que les va bien, pero con respecto a las cosas de Dios se vuelven como animales, sin paz en su corazón, y sin esperanza en el mundo.

“Y volviendo en sí” (Lucas 15:17).

Esa es la primera obra de gracia en el corazón de un pecador perdido. Solamente el Espíritu Santo puede hacer que un pecador vuelva a sus sentidos y comience a pensar sabiamente sobre su vida, y sobre su destino eterno. Y no le oigas al Diablo si te dice que siempre podrás regresar, como el Pródigo. ¡No cuentes con ello! Solamente puedes venir si Dios te trae, y no hay garantía de que Él te traerá de regreso si te metes voluntariamente en el pecado. Él podría decir: “Efraín es dado a ídolos; déjalo” (Oseas 4:17). Tomemos unos minutos para ver como la Parábola del Pródigo revela la conversión de un pecador perdido.

I. Primero, el pecador perdido vuelve en sí.

“Volviendo en sí” – cuando volvió a sus sentidos cabales. Esta es la primera señal de que la gracia de Dios está operando en tu vida.

A veces este cambio de mente sucede de repente. De esa manera le sucedió al Sr. Griffith, quien hace un momento cantó, “Lord, I’m Coming Home”. Él experimentó una conversión repentina, de estilo antiguo. Él vino a la iglesia con un amigo. Yo estaba predicando fuertemente sobre el pecado y el juicio. El amigo le dijo: “Vámonos de aquí”. Algo así. Griffith dijo: “Espera, quiero oír esto”. El otro muchacho se fue, literalmente huyendo del sonido de mi voz. Griffith se quedó. Él vino bajo convicción de pecado. “Volviendo en sí”. Él pensó: “El predicador tiene razón. Yo soy un pecador”. Allí mismo, él confió en Jesús y fue salvo. ¡Me regocijé en gran manera cuando oí de ello! Él fue lleno del deseo de las cosas de Dios como antes había deseado las cosas del pecado. Todos los que lo conocen saben que su cambio de corazón fue verdadero, aunque llegó de repente la primera vez que él oyó el Evangelio. Así fue la manera que Dr. Chan fue convertido. Esa es la manera en que mi esposa fue convertida. Esa es la manera en que Melissa Sanders fue convertida. Esa es la manera en que la Sra. Cagan, y varios otros en nuestra iglesia fueron convertidos. Ellos volvieron a sus sentidos de repente – y ellos confiaron en Jesús de repente. ¡Y ellos fueron salvos la primera vez que me oyeron predicar el Evangelio!

“Y volviendo en sí” (Lucas 15:17).

Por otra parte, a veces este cambio viene muy gradualmente, muy despacio. Es así como el Sr. Song fue convertido. Él vino a la iglesia y fue al cuarto de consejo después del sermón. Él vino vez tras vez. Él tenía su propia manera de pensar. Él comenzó a discutir con nosotros mientras nosotros tratábamos de apuntarlo a Jesús. Un día él discutió conmigo muy fuertemente y lo reprendí. Él se fue de nuestra iglesia y trató de hallar a otro clero que pudiera hacer la conversión más fácil para él. Según yo recuerdo, él fue a un sacerdote Católico. Pero el hombre no le ayudó. Él fue a un ministro Protestante liberal, pero tampoco allí tuvo ayuda. Finalmente él encendió la televisión y vio parte de una película sobre Jesús. De algún modo Dios le habló a él, y rompió en llanto. ¡El próximo Domingo lo vi viniendo al servicio, y me regocijé! Cuando él vino al cuarto de consejo después de ese servicio, su orgullo estaba quebrantado. Él confió en Jesús. Él fue convertido:

“Y volviendo en sí” (Lucas 15:17).

Uno de nuestros muchachos fue criado en nuestra iglesia. Él es Chino. Él batalló y batalló. Él estaba resistiendo a Jesús – buscando un sentimiento, en vez del perdón de pecado. Entonces una mañana vi lágrimas en sus ojos. Él estaba cansado de batallar. Lo puse de rodillas al lado de su madre, y él confió en Jesús. Él fue convertido.

“Y volviendo en sí” (Lucas 15:17).

Otro joven venía al cuarto de consejo vez tras vez. Él estaba bajo convicción profunda, pero rehusaba venir a Jesús en fe simple. Él lloraba cada vez que venía al cuarto de consejo, pero no era salvo. Finalmente estaba llorando y gimiendo tan fuerte que yo pensé que tendría una convulsión. Le dije que fuera al baño y se lavara la cara. Cuando él volvió, le cité el himno antiguo:

¿Puede el celo sin parar,
   Y mi llanto sin cesar,
El pecado en mi lavar?
   Solo Tú puedes salvar.
Roca de la eternidad
   Deja que me esconda en ti.
(“Rock of Ages, Cleft For Me” por Augustus M. Toplady, 1740-1778).

Él confió en Jesús y fue salvo:

“Y volviendo en sí” (Lucas 15:17).

El Sr. Lee vino a la iglesia y pareció confiar en Jesús. Pero solo fue una decisión superficial. Después de un tiempo se puso en claro que él no tenía vida de Jesús. A él “se le acabó la gasolina” por así decirlo. Él volvió al cuarto de consejo. Él vino al Salvador con lágrimas de pesar y arrepentimiento. Él pronto fue convertido.

“Y volviendo en sí” (Lucas 15:17).

¡Ahora, por muchos años él ha podido orar en público con celo y amor que los hombres una vez tuvieron en los Grandes Despertamientos del siglo 18 y 19 y en el avivamiento en Corea de 1907! ¡Gloria a Dios! Él fue realmente convertido:

“Y volviendo en sí” (Lucas 15:17).

John Cagan odiaba la iglesia, y odiaba a su padre por hacerlo venir todos los Domingos. Una mañana el Espíritu Santo rompió su corazón. Él vino llorando, gateando en sus rodillas y las palmas de sus manos al altar. ¡Él fue salvo como un Metodista de los viejos tiempos! ¡Oh, gloria a Dios! Él fue convertido:

“Y volviendo en sí” (Lucas 15:17).

Estoy pensando en una chica en este momento. ¡Ella era muy religiosa! Pero estaba toda ligada en sí misma. No podía entender cómo venir a Jesús. Parecía no hacer esperanza para ella. Ella no tenía ninguna esperanza. Ella no tenía ninguna esperanza en absoluto. Cuando toda otra esperanza se cayó al piso, rota como cristal roto, ella se vino a Jesús suavemente, y ella fue salva:

“Y [ella] volviendo en sí” (Lucas 15:17).

II. Segundo, ¿no puedo yo solamente dejar que vengas y hagas una decisión rápida?

¡Claro que podría! Yo si podría dejarte venir, y que repitieras las palabras de una tal llamada “oración del pecador”. Tú estarías feliz – por un tiempo. Pero entonces comenzarías a pensar: “¿eso es todo? Ahora ya no me parece real”. Y comenzarías a tener pensamientos pródigos una vez más. Otra vez volverías a pensar: “Tal vez hay algo allá afuera en el mundo que me perdí”, “¡Quizá esto no es real después de todo!” “Tal vez me estoy perdiendo algún gozo verdadero de afuera! ¡Lo he visto! La Biblia dice: “su postrer estado viene a ser peor que el primero” (II Pedro 2:20). ¡Mejor obtenerlo bien ahora! ¡Mejor obtenerlo bien ahora! Si tú no lo obtienes bien “el postrer estado” será pero para ti “que el primero”. ¡Porque entonces tu corazón estará tan calloso y tan cerrado que nada que oigas de la Palabra de Dios te moverá! Mejor batallar y llorar, y clamar a voz ahora, que ser “[entregado] a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen” (Romanos 1:28). Mejor batallar y esforzarte para hallar a Jesús ahora que oírlo decirte un día: “Te perdiste” (Oseas 13:9). Mejor tener lágrimas amargas, y un corazón que llora ahora, que algún día oír a Jesús decir:

“Nunca os conocí; apartaos de mí” (Mateo 7:23).

“Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis [aquellos quienes te conté esta mañana] en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos” (Lucas 13:28).

Y oigas a Jesús decir:

“Al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mateo 25:30).

¡Oh! ¡Oh! ¡Te ruego, piensa ahora! ¡Piensa ahora! ¡Piensa ahora! “Y volviendo a sus sentidos”. ¡Oh, que vuelvas a tus sentidos hoy! Y que se diga de ti:

“Y volviendo en sí” (Lucas 15:17).

Él dijo en su corazón: “Me levantaré e iré a Jesús ahora” –

Para que limpio pueda ser
   Hoy en Tu sangre así.
¡Vengo ya, Jesús! ¡Vengo hacia Ti!
   Lávame en tu sangre que
Fluyo, Jesús, por mi.
   (“I Am Coming, Lord” por Lewis Hartsough, 1828-1919).

Si te gustaría volverte un Cristiano, por favor deja tu asiento ahora, y camina a la parte de atrás del auditorio. Dr. Cagan te llevará a un lugar tranquilo para oración. Ve a la parte de atrás del auditorio ahora. Dr. Chan, por favor ore para que alguien vuelva en sí y confié en Jesús ahora. Amén.

(FIN DEL SERMÓN)
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Puedes enviar en correo electronico al Dr. Hymers en Ingles a rlhymersjr@sbcglobal.net – o
puedes escribirle a P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015, Estados Unidos.
Llamale por telefono a (818)352-0452.

La Escritura Leída por el Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón: Lucas 15:11-19.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Lord, I’m Coming Home” (por William J. Kirkpatrick, 1838-1921).


EL BOSQUEJO DE

EL ARQUETIPO DE LA CONVERSIÓN

(SERMÓN NÚMERO 1 SOBRE EL HIJO PRÓDIGO)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Y volviendo en sí” (Lucas 15:17).

(Lucas 15:2, 24; Hebreos 11:25; Oseas 4:17)

I.   Primero, el pecador perdido vuelve en sí, Lucas 15:17.

II.  Segundo, ¿no puedo yo solamente dejar que vengas y hagas una decisión rápida? II Pedro 2:20; Romanos 1:28;
Oseas 13:9; Mateo 7:23; Lucas 13:28; Mateo 25:30.