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LA FUENTE DE LA GLORIA DE CRISTO

(SERMÓN NÚMERO 14 DE ISAÍAS 53)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 21 de Abril, 2013

“Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores” (Isaías 53:12).


John Trapp fue un predicador Puritano que vivió en el siglo 17 (1601-1669). Se ha dicho que él era un “predicador muy industrioso y excelente. [Su] fama se basa en su Comentario de la Biblia entera, que [nos da un ejemplo] de lo mejor del estudio Bíblico Puritano, se caracteriza por humor pintoresco y profundo estudio” (traducción literal de Elgin S. Moyer, Ph.D., Who Was Who in Church History, Keats Publishing, 1974, p. 410). El comentario de Trapp fue muy recomendado por Spurgeon. Tocante al capítulo cincuenta y tres de Isaías, John Trapp dijo,

Aquí cada palabra tiene peso, y es muy claro que los apóstoles y evangelistas al describir los misterios de nuestra salvación, tienen gran respeto por este capítulo entero de Isaías...Y de seguro el profeta, al escribir estas cosas, estuvo lleno de un Espíritu muy grande, porque aquí él declara al Señor Jesucristo claramente en su estado doble de humillación y de exaltación, por lo que los otros [escritores] del Antiguo Testamento prestan luz del Nuevo [Testamento], este capítulo le presta luz al Nuevo en varios lugares (John Trapp, A Commentary on the Old and New Testaments, Transki Publications, 1997, tomo III, p. 410).

Ciertamente nuestro texto esta mañana “le presta luz” y le da profundidad a nuestro entendimiento de lo que leemos en el Nuevo Testamento. En lugar de que el Nuevo Testamento explique Isaías 53, es al revés. ¡Isaías 53 ayuda a explicar el Nuevo Testamento! Lo cual es muy inusual.

El Dr. Jack Warren dijo de nuestro texto, “Este último verso [de Isaías 53] cierra el capítulo con una nota interesante: honra a el Salvador por derramar su alma y por ser contado con los transgresores” (traducción de Jack Warren, D.D., Redemption in Isaiah 53, Baptist Evangel Publications, 2004, p. 31).

“Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores” (Isaías 53:12).

Ahora, esta mañana, Cristo está gozando la recompensa que Su Padre le concedió a Él – “Por tanto, yo le daré parte con los grandes.” En el Cielo nadie desprecia ni rechaza a Cristo. ¡El ejército entero del Cielo lo adora! Toda la gloria es demostrada a Su alrededor en Su trono, a la diestra del Padre. ¿Qué ha hecho Cristo para merecer este honor y gloria? ¿Por qué tiene derecho a recibir “parte con los grandes, y a...repartir despojos con los fuertes?” La respuesta es que Él ha hecho cuatro cosas.

I. Primero, Él derramó Su vida hasta la muerte.

“Derramó su vida hasta la muerte…” (Isaías 53:12).

Cristo hizo eso deliberadamente. Él lo hizo con cuidado, no por un impulso emocional. Deliberadamente Él derramó Su alma, poco a poco, hasta que Él la vació toda, y clamó,

“Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu” (Juan 19:30).

Recuerda que Cristo hizo eso voluntariamente. Él dijo,

“Yo pongo mi vida...Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo” (Juan 10:17).

Ese es un punto importante. Debemos entender que Jesús no murió por accidente. Él fue a su muerte deliberadamente; Él deliberadamente entregó Su vida para pagar la pena de tus pecados. “Él derramó su vida hasta la muerte” en la Cruz, no porque Él necesitaba hacerlo, sino por tu causa, y por la mía – para la salvación de todos aquellos que ponen su confianza en Él.

Confía en Él entonces, y no te detengas. Derrama tu alma, confiando completamente en Él, tal como Él derramó Su vida hasta la muerte por ti. Ven y descansa en Cristo, y luego verás por qué Él es coronado de honra y gloria. Él tiene una posición de honor porque Él

“padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios” (I Pedro 3:18).

Su muerte en la Cruz, que le trajo tanta vergüenza, ahora le ha dado tanto honor y gloria que Él recibe “parte con los grandes,” y reparte “despojos con los fuertes.” Así, Dios le da “por herencia las naciones” (Salmo 2:8). Así Dios dice: “Le haré conquistar, y despojar espíritus malignos...y tendrá esto como recompensa de su ignominiosa [vergonzosa] muerte” (traducción literal de Trapp, ibid.).

“Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Colosenses 2:15).

“La Muerte Hizo Ya lo Peor”. ¡Cántala!

La muerte hizo ya lo peor;
   A las tinieblas Cristo esparció:
Con santo gozo grítenlo, ¡Aleluya!
   ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
(Traducción de “The Strife is O’er,”
   traducido al Inglés por Frances Pott, 1832-1909).

Se le ha dado honor y gloria porque Él derramó su vida hasta la muerte para salvar a los pecadores. ¡Ven y confía en Él! ¡Ven y confía en Él completamente! ¡Ven, y confía en Él ahora!

II. Segundo, Él fue contado con los pecadores.

“Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores...” (Isaías 53:12).

Cristo tomó Su lugar entre los pecadores. En todo su ministerio terrenal Él estuvo asociado con gente pecaminosa. Ese era uno de los principales reproches de los Fariseos. En burla Lo llamaron,

“amigo de publicanos y de pecadores” (Lucas 7:34).

Y, en Su muerte en la Cruz, Él fue crucificado entre dos criminales.

“Fue contado con los pecadores” (Isaías 53:12).

O sea que Él fue “contado” (Strong) con ellos. “No que Él era pecador, sino que fue tratado como tal cuando fue crucificado con ladrones” (Jamieson, Fausset and Brown, tomo 2, p. 733). El Evangelio de Marcos dice,

“Crucificaron también con él a dos ladrones, uno a su derecha, y el otro a su izquierda. Y se cumplió la Escritura que dice: Y fue contado con los inicuos” (Marcos 15:27-28).

El Dr. Young dijo: “Estos no son meramente pecadores, sino que criminales” (Edward J. Young, Ph.D., The Book of Isaiah, 1972, tomo 3, p. 359). Eran “transgresores”. La palabra Griega es “anomos”, lo que significa una persona que desafía deliberadamente la ley (Vine). Por lo tanto, ¡Cristo fue contado con lo peor de los pecadores! La hermosa canción de Anna Waterman dice:

Porque al peor salvó, Él cuando me rescató.
   Y yo sé, sí lo sé, que Su Sangre puede al pecador limpiar,
Y yo sé, sí lo sé, que Su Sangre puede al pecador limpiar.
   (“Yes, I Know!” por Anna W. Waterman, 1920).

El Evangelio de Lucas nos dice que uno de los dos ladrones creyó en Jesús y fue salvo (Lucas 23:39-43). El Dr. John R. Rice dijo: “Uno de los ladrones fue salvo para que el más vil pecador no se desespere...” (John R. Rice., D.D., The King of the Jews, Sword of the Lord, reimpreso 1980, p. 475). El Dr. McGee dijo,

¿Cual era la diferencia entre [los dos ladrones]? No hubo ninguna – ambos eran ladrones. La diferencia está en el hecho de que uno creyó en Jesús y el otro no (J. Vernon McGee, Th.D., Thru the Bible, Thomas Nelson, 1983, tomo IV, pagina 354).

Él “fue contado con los pecadores.” Esto muestra que Jesús voluntariamente se puso a Sí mismo en el lugar de aun el peor de los pecadores. Los pecadores pueden ser salvos porque Él fue contado con ellos. Pero debes de confiar en Él para ser salvo.

Cristo es honrado ahora porque Él condescendió a tomar el lugar de los pecadores, y tomar el pecado de ellos sobre Sí mismo, haciendo posible que ellos sean salvos. Así, Él es honrado porque Él “fue contado con los pecadores.” “Sí, yo sé!” ¡Canta el coro!

Y yo sé, sí lo sé, que Su Sangre puede al pecador limpiar,
Y yo sé, sí lo sé, que Su Sangre puede al pecador limpiar.
   (“Yes, I Know!” por Anna W. Waterman, 1920).

III. Tercero, Él llevó el pecado de muchos.

Leamos el texto de pie y en voz alta, terminando con las palabras “pecado de muchos.”

“Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos...” (Isaías 53:12).

Se pueden sentar.

“Habiendo él llevado el pecado de muchos.” Como lo puso el Apóstol Pedro,

“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero” (I Pedro 2:24).

Esta es la salvación por sustitución. Cristo lleva tu pecado “en su cuerpo” al madero. Él paga la pena por tu pecado al tomarlo sobre Sí mismo y morir en tu lugar. Sin la expiación por medio de la muerte sustitutoria de Jesús no hay Evangelio. Su muerte vicaria por los pecadores es el mero corazón y esencia del Evangelio. Spurgeon dijo,

Ahora, estas tres cosas – que él derramó su vida hasta la muerte, y llevó la pena del pecador, que él fue contado con los pecadores, y estuvo a lado de los pecadores; y luego, que él realmente llevó el pecado de ellos...que no lo contaminó a él, sino que le permitió quitar el pecado que contaminaba al hombre – estas tres cosas son las razones [por] la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Dios, por estas tres cosas, y una más, lo hace repartir el despojo con los fuertes, y le da parte con los grandes (C. H. Spurgeon, The Metropolitan Tabernacle Pulpit, Pilgrim Publications, reimpresión de 1975, tomo XXXV, p. 93).

“¡Sí, yo sé!” ¡Canta el coro!

Y yo sé, sí lo sé, que Su Sangre puede al pecador limpiar,
Y yo sé, sí lo sé, que Su Sangre puede al pecador limpiar.

IV. Cuarto, Él hizo intercesión por los transgresores.

El texto termina con las palabras,

“Y orado por los transgresores” (Isaías 53:12).

En la Cruz, Cristo oró por los pecadores, habiendo “orado por los transgresores,” cuando clamó,

“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).

Así Él oró por los pecadores al colgar en la Cruz.

Sin embargo, aun ahora en el Cielo, Jesús ora por los pecadores,

“Viviendo siempre para interceder por [nosotros]” (Hebreos 7:25).

Él intercedió por los pecadores al morir en la Cruz. Él continúa orando por los pecadores hoy, sentado a la diestra de Dios el Padre en el Cielo.

Nota que esas cuatro cosas que Jesús hizo son la razón por la que Él es exaltado ahora en la gloria, a la diestra del Padre. ¡Y todas las cuatro razones por la gloria presente de Cristo están conectadas con lo que Él hizo para salvar a los pecadores!

“Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla... y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2: 8-11).

Pero también nota que con todo el poder Salvador de Jesús, Él no salvará a aquellos que piensan que no necesitan ser salvos. Como lo puso Spurgeon,

Si [tú] no tienes pecado, él no puede limpiar[te] de él. ¿Puede hacerlo?...ustedes son gente muy buena, respetable, que jamás han hecho nada malo en sus vidas, ¿de qué les sirve Jesús? Por supuesto que sigues tu propio camino, y cuidas de ti mismo... ¡Ay! Esto es locura...si miras dentro, tu corazón está tan sucio como una chimenea que jamás ha sido sacudida. [Tu] cabeza es pozo de contaminación. ¡Oh, que pudieras verlo, y dejar tu justicia falsa! [Pero] si no lo haces, no hay nada que Jesús pueda hacer por ti. Él tiene su gloria de los pecadores, no de gente engreida como tú. Pero ustedes los culpables, que...confiesan su culpa, pueden recordar alegres que las cuatro cosas que Jesús hizo, las hizo en conexión con los pecadores, que hoy día es coronado con gloria y honor y majestad... [por lo tanto] de todo corazón yo [apelo a ti] a confiar en el Hijo de Dios, hecho carne, ¡sangrando y muriendo por el hombre culpable! Si confiarás en él, él no te engañará, sino que serás salvo, y salvo de una vez y para siempre (Spurgeon, ibid., página 95).

¡Amen! “¡Sí, yo sé!” ¡Canta el coro!

Y yo sé, sí lo sé, que Su Sangre puede al pecador limpiar,
Y yo sé, sí lo sé, que Su Sangre puede al pecador limpiar.
   (“Yes, I Know!” por Anna W. Waterman, 1920).

Si deseas hablar con nosotros acerca de ser limpiado de tus pecados por Jesús, por favor, pasa a la parte de atrás del auditorio ahora. El Dr. Cagan te llevará a un lugar tranquilo donde podamos hablar. Ve pronto mientras el Sr. Griffith canta el coro de nuevo.

Y yo sé, sí lo sé, que Su Sangre puede al pecador limpiar,
Y yo sé, sí lo sé, que Su Sangre puede al pecador limpiar.

Sr. Lee, por favor venga y ore por los que respondieron.

(FIN DEL SERMÓN)
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Puedes enviar en correo electronico al Dr. Hymers en Ingles a rlhymersjr@sbcglobal.net – o
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Llamale por telefono a (818)352-0452.

La Escritura Leída por Dr. Kreighton L. Chan Antes del Sermón: Isaías 53:6-12.
El Solo Cantado por Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Yes, I Know!” (por Anna W. Waterman, 1920).


EL BOSQUEJO DE

LA FUENTE DE LA GLORIA DE CRISTO

(SERMÓN NÚMERO 14 DE ISAÍAS 53)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores” (Isaías 53:12).

I.   Primero, Él derramó Su vida hasta la muerte, Isaías 53:12a;
Juan 19:30, 10:17-18; I Pedro 3:18; Salmo 2:8; Colosenses 2:15.

II.  Segundo, Él fue contado con los pecadores, Isaías 53:12b;
Lucas 7:34; Marcos 15:27-28; Lucas 23:39-43.

III. Tercero, Él llevó el pecado de muchos, Isaías 53:12c;
I Pedro 2:24.

IV. Cuarto, Él hizo intercesión por los transgresores, Isaías 53:12d;
Lucas 23:34; Hebreos 7:25; Filipenses 2:8-11.