Print Sermon

El propósito de este sitio de Internet es proporcionar manuscritos de sermones gratuitos y videos de sermones a pastores y misioneros en todo el mundo, especialmente en el Tercer Mundo, donde hay pocos, si es que hay, seminarios teológicos o escuelas Bíblicas.

Estos manuscritos de sermones y videos ahora van a casi 1,500,000 computadoras en más de 221 países todos los meses en www.sermonsfortheworld.com. Otros cientos miran los videos en YouTube, pero rápidamente dejan YouTube y vienen a nuestro sitio de Internet. Los manuscritos de sermones se dan en 46 idiomas a casi 120,000 computadoras cada mes. Los manuscritos de sermones no tienen derecho de autor, así que los predicadores pueden usarlos sin nuestro permiso. Por favor, oprime aquí para aprender cómo puedes hacer una donación mensual para ayudarnos en esta gran obra de predicar el Evangelio a todo el mundo.

Cuando le escribas a Dr. Hymers, siempre dile en qué país vives o él no te podrá contestar. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net.




EL PECADO ORIGINAL - PARTE I

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Tarde del Día del Señor, 20 de Mayo, 2012

“Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos” (Romanos 5:19).


La palabra Griega “tŏ” se dejó sin traducir en la KJV [en Inglés]. Quiere decir “los”. Poniendo esa palabra en la traducción en Inglés da más claridad. Se leería como se lee en Español.

“Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos”
       (Romanos 5:19).

La Biblia de Ginebra de 1599 da este comentario:

La base de toda esta comparación es esta, que estos dos hombres se establecen como dos estirpes o raíces, por lo que de uno viene, el pecado por naturaleza, y del otro viene la justicia por gracia…Así pues, el pecado no entró en nosotros siguiendo los pasos de nuestro padre, pero tomamos la corrupción de él por herencia.

Una de las razones que frecuentemente se pasa por alto este pasaje de Romanos hoy en día es porque los predicadores son a menudo inconscientemente influenciados por el Darwinismo. Por “inconscientemente” me refiero a que están influenciados por los pensamientos de sus congregaciones. Ellos no quieren introducir la idea de la creación en sus conversaciones sobre la salvación. Pero no deben ser influenciados por lo que sus congregaciones piensan. Deben darse cuenta que vivimos en un tiempo en el que el Darwinismo está siendo seriamente cuestionado por la ciencia. ¡Tan grande es este desafío que los Darwinistas como Richard Dawkins se ven obligados a atribuir el origen de la vida a pequeños hombres verdes que la traen a la tierra de otro planeta! ¡Cómo se originó la vida en ese “otro planeta” él es, sin embargo, incapaz de explicarlo como tampoco puede explicar el origen de la vida en la tierra! Contra la confusión del evolucionismo, la Biblia da una respuesta simple y directa – Dios creó al hombre. Él creó a ese hombre como una criatura perfecta. Pero Adán se rebeló contra Dios y se convirtió en un pecador por naturaleza. Su naturaleza pecaminosa pasó a cada uno de sus descendientes – es decir, a toda la raza humana; como lo puso la Biblia de Ginebra, “tomamos la corrupción de él por herencia”.

“Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos”
       (Romanos 5:19).

Este texto muestra lo paralelo entre Adán y Cristo. Nos dice que ambos la condena y la justificación son los resultados directos de las acciones de estos dos hombres. Toda la humanidad fue “hecha”, “constituida” o “formada” como pecadores. El Dr. Lloyd-Jones señaló: “Pablo no dijo que en Adán todos fueron constituidos pecaminosos, sino que somos constituidos pecadores” (traducción de Romans: An Exposition of Chapter 5, Banner of Truth, edición del 2003, pág. 276).

Estaba en lo cierto al decir que no solo somos pecaminosos, que sí somos. Pero que somos pecadores. Por nuestra naturaleza, heredada de Adán, somos pecadores – pecadores en nuestra propia naturaleza, en nuestros propios tendones y huesos, en nuestra vida mental y espiritual – en todo lo que está dentro de nosotros – somos pecadores. Adán pecó, y por su acción él constituyó, o hizo, a todo ser humano después de él un pecador por naturaleza.

El famoso filósofo Darwinista Señor Bertrand Russell se opuso a eso basándose en que era injusto que Dios imputara el pecado de Adán en nosotros porque nunca lo conocimos, y mucha gente en la tierra ni siquiera ha oído hablar de él. Sin embargo, el argumento de Bertrand Russell no es lógico. No hay “injusticia” en el hecho de que se habla Inglés en Estados Unidos, ¿verdad? Sin embargo hablamos Inglés porque el Rey Jacobo I (1603-1625) permitió a varios Ingleses establecerse en Jamestown, Virginia en 1607. Ahora, puede que nunca hayas oído hablar del Rey Jacobo. Estoy seguro de que mucha gente en Estados Unidos saben muy poco o nada acerca de él. Sin embargo debido a su decisión la mayoría de ustedes hablan Inglés hoy en día. Hablas Inglés debido a algo que un hombre hizo hace más de 400 años – un hombre del que ni siquiera has oído hablar. Me doy cuenta que es un ejemplo imperfecto, pero es lo suficiente claro para mostrarte que no hay nada injusto en que hablemos Inglés ¡simplemente porque Jacobo lo habló! Tampoco no hay nada injusto en el que seamos “constituidos pecadores” porque Adán pecó.

Déjenme darles un ejemplo más. Mi abuelo William Hymers dejó Canadá y llegó a California en la década de 1920. No lo conocí. Él murió antes de que yo naciera. Nunca lo conocí. Sin embargo, debido a lo que hizo mi abuelo, yo soy Americano en lugar de Canadiense. Fui “hecho” Americano por el acto de un hombre que vivió antes de que yo naciera. No hay nada injusto al respecto. Se trata de un simple hecho de la vida. Fui hecho Americano a causa de una acción de un hombre que vivió antes de que yo naciera. Y yo soy un pecador por naturaleza a causa de una acción de un hombre que vivió antes de que yo naciera. No hay injusticia, sólo un hecho. Y debido a la acción de un hombre que vivió antes que naciéramos todos hablamos Inglés. Así que, por la acción de un hombre hace mucho tiempo, fuimos constituidos pecadores. Como el Apóstol dijo: “Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores...” (Romanos 5:19). Como lo puso el Dr. Isaac Watts:

Señor, soy sucio, en el pecar
   Fui concebido, Inmundo soy;
Desde Adán cual al caer
   Culpable, a todos corrompió.
(Traducción libre de “Lord, I Am Vile” – Salmo 51 –
   por Dr. Isaac Watts, 1674-1748).

No hay nada “injusto” al respecto como Bertrand Russell pensaba. Es solo un hecho de la vida. “Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores”. Mira a tu alrededor. ¿Conoces a alguien que no es un pecador? Por supuesto que no. Entonces ¿cómo se convirtieron en pecadores? “Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores”.

Algunas personas piensan que el pecado de Adán fue una cosa “pequeña”, muy pequeña como para haber hecho a toda la humanidad pecaminosa. Pero también parece que la decisión de un viejo agricultor Canadiense de venir a Estados Unidos era una cosa pequeña. Sin embargo, su “pequeña” acción dio lugar a que toda su descendencia fuera “hecha” Americana. Y tú estás escuchando este sermón porque él hizo eso hace mucho tiempo. Creo que ves el punto. “Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores”.

Ahora, ¿cómo es que el pecado original de Adán nos afecta? El pecado original de Adán trajo a todos sus descendientes una naturaleza corrupta. El término “el pecado original” se describe en la Biblia por medio de frases como “y el hombre malo, del mal tesoro” (Mateo 12:35), “el árbol malo” (Mateo 12:33), “del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos” (Marcos 7:21), “corazón de piedra” (Ezequiel 11:19), “designios de la carne” (Romanos 8:7), “carne” (Romanos 8:4), entre otros. Según el Dr. Shedd el pecado original es “también equivalente a las frases teológicas naturaleza corrupta, inclinación pecaminosa, mala disposición, y voluntad apóstata” (traducción de W. G. T. Shedd, Ph.D., Dogmatic Theology, P and R Publishing, edición del 2003, pág. 566). ¿Qué nos hace el pecado original? ¿Cómo nos afecta?

I. Primero, el pecado original te ha cegado a la realidad de las cosas espirituales.

El pecado original ciega y oscurece el entendimiento destruyendo el conocimiento de las cosas espirituales. El Apóstol habló de esto cuando dijo que los hombres no convertidos tienen “el entendimiento entenebrecido...por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón” (Efesios 4:18). De nuevo dijo:

“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.”
       (I Corintios 2:14).

Cuando hablamos de “conocer” a Jesús, la mente no convertida, cegada por el pecado original, cree que somos tontos. Él sólo sabe de Jesús al escuchar lo que decimos acerca de Él. Lo que sabe acerca de Jesús es sólo de oído, por rumores, por lo que escuchó a un Cristiano decir acerca de Él. Él tiene tanto conocimiento personal de Jesús como un hombre que nació ciego tiene de colores. Le puedes explicar a un ciego qué son los colores, pero no puede saber lo que esos colores son en realidad por su propia experiencia. Él sólo puede oírnos hablar de los colores. Él no tiene la experiencia personal de ellos.

Puedes oírnos cantar sobre el amor de Jesús, pero te parece una tontería porque el pecado original te ciega el entendimiento para que no conozcas el amor de Jesús por ti mismo. Puedes oír las verdades de la Biblia, e incluso memorizar versículos de la Biblia, pero te parecen irreales porque el pecado original ciega tu mente. Se te describe como “Siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad” (II Timoteo 3:7). Nunca puedes tener un “conocimiento perfecto” (Jamieson, Fausset y Brown) de la verdad, porque el pecado original ciega tu mente. Sólo la operación del Espíritu Santo en la regeneración puede hacer que las cosas espirituales sean reales para ti. Puedes oír las verdades del Evangelio durante años sin conocer a Jesús personalmente. Sólo Dios puede abrir los ojos espirituales de alguien, porque todos están cegados por el pecado original. Tu primer nacimiento te deja ciego por el pecado original. Debes nacer de nuevo para tener a la vista. “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).

II. Segundo, el pecado original ha cauterizado tu conciencia.

El Apóstol dijo: “Pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas” (Tito 1:15). Los pecados que cometen no parece importante para ellos porque sus conciencias están corrompidas por el pecado original.

Podemos hablar contigo acerca de Jesús limpiando tus pecados, pero esto parece como una cosa muy pequeña y poco importante para ti. ¿Por qué? Porque tu conciencia está “cauterizada con un hierro caliente” (I Timoteo 4:2). Sólo cuando el Espíritu de Dios te convence de pecado (Juan 16:8) hasta el punto de que el pecado se convierte insoportable para ti – buscarás a Jesús quien “limpiará vuestras conciencias” con Su propia Sangre (Hebreos 9:14). A menos que el Espíritu de Dios haga el pecado intolerable para ti, permanecerás dormido en un estado de muerte a causa del pecado original. No sentirás la verdadera necesidad de Jesús a menos que el Espíritu de Dios convenza a tu conciencia contaminada. Sólo el Espíritu de Dios puede aplicar la Sangre de Cristo para limpiar tu conciencia.

III. Tercero, el pecado original ha corrompido tu voluntad.

Al decir la “voluntad” nos referimos a la facultad que decide, que toma las decisiones, tales como la decisión de confiar en Cristo. La Iglesia Católica enseñó que la voluntad estaba dañada, pero no muerta. En su libro, La Esclavitud de la Voluntad, [The Bondage of the Will] Lutero (1483-1546) sostuvo basado en las Escrituras que la voluntad del hombre no sólo estaba dañada, pero está muerta. Todo el fundamento de la Reforma se basaba en la doctrina de la voluntad muerta del ser humano. Sólo Dios podría traer la voluntad del hombre a la vida. Y eso fue lo que todos los Protestantes y Bautistas creyeron durante siglos, hasta que Finney llegó en 1821.

Tan poderoso es el pecado original que la voluntad del hombre hacia Dios está muerta. La Biblia dice que ustedes que no están regenerados ni convertidos están “muertos en pecados” (Colosenses 2:13), “muertos en vuestros delitos y pecados” (Efesios 2:1). El Dr. John L. Dagg fue el primer teólogo Sureño Bautista. Hablando sobre el efecto del pecado original en la voluntad del hombre, él dijo:

Las representaciones Bíblicas de la incapacidad del hombre son muy fuertes. Se dice que son débiles [Romanos 5:6], cautivos [II Timoteo 2:26], esclavos [II Pedro 2:19, Romanos 6:16, 17]...muertos [Efesios 5:14, Colosenses 2:13], etc. La acción por la cual son liberados de su estado natural, se llama regeneración, levantar o dar la vida...y está directamente atribuido al poder de Dios...Nuestros puntos de vista con respecto a nuestra…condición por naturaleza son totalmente incorrectos, si nos imaginamos que un poco de trabajo [una pequeña decisión], que podemos efectuar al gusto, establecerá todo bien...Un verdadero sentido de nuestra incapacidad nos llevaría a él quien puede salvar (traducción de John L. Dagg, D.D., A Manual of Theology, Southern Baptist Publication Society, 1858, pág. 171).

En otras palabras, ¿cómo una persona cuya voluntad está “muerta en pecados” (Efesios 2:5) puede hacer una “decisión” de confiar en Cristo? El Dr. Dagg dijo que no es posible. También lo hicieron todos los Bautistas y los Protestantes antes de que Finney envenenara el evangelismo al atacar el pecado original.

Mírate a ti mismo. ¡Mira que desamparado y sin esperanza estás! Di con Joseph Hart: “Jesús solo, Jesús solo, puede al pecador salvar” Por favor pónganse de pie y canten ese himno. Es el número 8 en su cancionero.

Ven cansado y cargado, Un caído infidel;
   No esperes mejorarte, O jamás vendrás a Él;
¡No al justo, no al justo, Al impío llama Él!
   ¡No al justo, no al justo, Al impío llama Él!

Dios en carne ascendido, Con Su sangre ruega allá;
   En Jesús solo aventura, Solo en Él debes confiar;
Jesús solo, Jesús solo, puede al pecador salvar.
   Jesús solo, Jesús solo, puede al pecador salvar.
(Traducción libre de “Come, Ye Sinners” por Joseph Hart, 1712-1768).

(FIN DEL SERMÓN)
Puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet
en www.realconversion.com. Oprime “Sermones en Español”.

You may email Dr. Hymers at rlhymersjr@sbcglobal.net, (Click Here) – or you may
write to him at P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Or phone him at (818)352-0452.

La Escritura Leída Antes del Sermón por el Dr. Kreighton L. Chan: Romanos 5:15-19.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Lord, I Am Vile, Conceived in Sin” (por Dr. Isaac Watts, 1674-1748).


EL BOSQUEJO DE

EL PECADO ORIGINAL - PARTE I

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos” (Romanos 5:19).

(Mateo 12:35, 33; Marcos 7:21; Ezequiel 11:19; Romanos 8:7, 4)

I.   Primero, el pecado original te ha cegado a la realidad de las cosas
espirituales, Efesios 4:18; I Corintios 2:14; II Timoteo 3:7;
Juan 3:3.

II.  Segundo, el pecado original ha cauterizado tu conciencia, Tito 1:15;
I Timoteo 4:2; Juan 16:8; Hebreos 9:14.

III. Tercero, el pecado original ha corrompido tu voluntad,
Colosenses 2:13; Efesios 2:1; Romanos 5:6; II Timoteo 2:26;
II Pedro 2:19; Romanos 6:16, 17; Efesios 5:14; 2:5.