Print Sermon

El propósito de este sitio de Internet es proporcionar manuscritos de sermones gratuitos y videos de sermones a pastores y misioneros en todo el mundo, especialmente en el Tercer Mundo, donde hay pocos, si es que hay, seminarios teológicos o escuelas Bíblicas.

Estos manuscritos de sermones y videos ahora van a casi 1,500,000 computadoras en más de 221 países todos los meses en www.sermonsfortheworld.com. Otros cientos miran los videos en YouTube, pero rápidamente dejan YouTube y vienen a nuestro sitio de Internet. Los manuscritos de sermones se dan en 46 idiomas a casi 120,000 computadoras cada mes. Los manuscritos de sermones no tienen derecho de autor, así que los predicadores pueden usarlos sin nuestro permiso. Por favor, oprime aquí para aprender cómo puedes hacer una donación mensual para ayudarnos en esta gran obra de predicar el Evangelio a todo el mundo.

Cuando le escribas a Dr. Hymers, siempre dile en qué país vives o él no te podrá contestar. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net.




LA CONVERSIÓN DE AGAR

(SERMÓN #63 SOBRE EL LIBRO DE GÉNESIS)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 23 de Octubre, 2011

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2:8).


La historia de Agar en el Libro de Génesis da un ejemplo gráfico de la gracia de Dios en la conversión de un pecador. Es una historia sórdida y malvada. Demuestra que todos los seres humanos en su estado natural son pecadores. Cuando Adán pecó al principio de la raza humana, todos sus descendientes se convirtieron en pecadores por naturaleza, porque “el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres” (Romanos 5:12). Desde la Caída todos nosotros hemos nacido “muertos en pecados” (Efesios 2:5).

No voy a tratar de todos los pecados terribles en la historia de Agar. Ella era Egipcia. Ella se convirtió en concubina de Abram. Abram pecó por su relación con ella. Sarai, la esposa de Abram pecó al no creer que Dios le daría un hijo. Sarai pecó al decirle a Abram que tuviera un hijo con Agar. Pero Agar misma era una pecadora perdida, así, una Egipcia que no conocía al Señor.

Voy a centrarme en la conversión de Agar, sin embargo, no en el lado vergonzoso de estos eventos. Y yo creo que la historia de la conversión de Agar tiene varios puntos que pueden ayudar a algunos de ustedes que todavía no son salvos esta mañana.

I. Primero, Agar fue salva a pesar del mal testimonio de Abram y de Sarai.

Algunos de ustedes que son inconversos son jóvenes criados en la iglesia. Ustedes han visto muchos malos ejemplos de los que decían ser Cristianos. A menudo esto hace que “los niños de la iglesia” piensen, “No puede ser verdad. Mira la manera en que esas personas actuaron”. Así que los pecados de los que se fueron de la iglesia en malas circunstancias te lleva a pensar que el Evangelio no puede ser cierto. El Diablo usa los malos ejemplos de ellos para tentarte a dudar la realidad de la conversión.

Por otro lado, algunos de ustedes jóvenes recientemente han venido a la iglesia. Al igual que Agar, la joven Egipcia que se convirtió en sierva de Sarai, verás las inconsistencias y las cosas malas de algunos que dicen ser Cristianos. Agar vio el pecado de Abram y Sarai. Eso debe haberla confundido terriblemente.

Cuando me llevaron a una iglesia Bautista yo era adolescente, yo vi a los llamados “Cristianos” hacerse cosas muy feas unos a otros. Fui empujado en medio de una horrible división de iglesia. Vi a miembros de la iglesia maldecirse entre sí, y lanzarse himnarios unos a otros, durante un servicio de Domingo por la mañana. Casi todos los jóvenes de mi edad se alejaron de esa iglesia, y dejaron de ir a la iglesia por completo después de un tiempo. ¿Por qué me quedé? ¡Sólo puedo decir que me quedé por la gracia irresistible de Dios!

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2:8).

Viendo hacia atrás, ¡parece que la mayoría de los Bautistas que conocí hicieron casi todo lo que pudieron para confundirme y detenerme de hacerme Cristiano! Viendo hacia atrás, ¡estoy asombrado que fui salvo! “¡Sublime Gracia!” ¡Cántala!

Sublime gracia que salvó,
   Tan vil ser como yo;
Fui ciego más hoy miro yo,
   Perdido y Él me halló.
(Traducción libre de “Amazing Grace” por John Newton, 1725-1807).

Al igual que yo, Agar fue salva por la pura gracia de Dios, a pesar del mal testimonio de Abram y Sarai.

¿Puedo decir una cosa más? El caso de Agar no fue inusual. Tampoco lo fue el mío. Cada verdadero Cristiano esta mañana ha pasado por circunstancias similares. Cada verdadero Cristiano aquí esta mañana fue salvo por gracia irresistible, a pesar del mal testimonio y pecado de algunos miembros de la iglesia. ¡Ninguno de ellos se ha librado de la prueba de fuego de ver la maldad de los falsos Cristianos! ¡Pero si pasas a través de ese fuego, serás refinado como el oro! “Sublime Gracia”. ¡Cántala otra vez!

Sublime gracia que salvó,
   Tan vil ser como yo;
Fui ciego más hoy miro yo,
   Perdido y Él me halló.

II. Segundo, Agar experimentó a Dios por primera vez.

Sarai ahora hizo algo terriblemente malo. Sarai despidió a Agar y “ella huyó de su presencia” (Génesis 16:6). Ahora Agar estaba sola en el desierto, donde pronto moriría de hambre. Pero el ángel del Señor vino a ella, allí en el desierto. Estoy de acuerdo con el Dr. McGee “que el ángel del Señor [fue] no otro que Cristo pre-encarnado. Esto es característico de Él: siempre está en busca de los perdidos” (traducción de J. Vernon McGee, Th. D., Thru the Bible, Thomas Nelson Publishers, 1981, tomo I, pág. 71).

Entonces Cristo le dijo a Agar que volviera a Sarai “y ponte sumisa bajo su mano” (Génesis 16:9). Por favor volteen a Génesis 16:13-14. Pónganse de pie y lean esos dos versículos en voz alta.

“Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve? Por lo cual llamó al pozo: Pozo del Viviente-que-me-ve. He aquí está entre Cades y Bered” (Génesis 16:13-14).

Se pueden sentar. Agar nombró ese pozo donde estaba “Viviente-que-me-ve”. Que es lo que significa el Hebreo. Y Agar dijo: “Tú eres Dios que me ve”. Ella dijo, ¿no he visto también aquí al que me ve?

Agar había visto a Abram hacer oraciones rituales y sacrificios a Dios. Había oído a Abram y Sarai orar a Dios. Pero nunca había encontrado a Dios. Ahora por primera vez Dios era una verdadera persona para ella. Él era “Él que me ve”.

El Dr. Cagan, nuestro diácono, había sido ateo toda su vida. Él dijo: “Yo no creía en la existencia de Dios. A pesar de que nunca había leído la Biblia estaba firmemente convencido de que estaba llena de errores. Pensé que el Cristianismo era para gente ignorante que necesitaba algo en qué creer. Cuando yo tenía veintiún años de edad conocí a unos evangélicos. Ellos fueron amables conmigo, pero yo me negué a creer en Jesús. Yo tenía mis propios planes. Yo no quería que Él interfiriera con mi futuro. Pero yo estaba pensando en cosas espirituales. Durante este tiempo le dije a un amigo: ‘Si hay un Dios, Él tiene que ser la cosa más importante en el mundo’...Luego, en el otoño de 1974 tuve una experiencia muy directa y repentina con Dios...El mero momento llegó a las 4:00 de la mañana un día cuando grité: ‘Dios, perdóname’. Esa fue la primera vez que oré en mi vida...de repente supe, en el fondo, que Dios era real...Pero no era [todavía] un Cristiano. La experiencia que tuve con Dios fue muy real para mí, pero yo no estaba listo para creer en Jesucristo. Yo no estaba dispuesto a someterse a Él. Luché por dentro con los pensamientos de Cristo por dos años más” (traducción de C. L. Cagan, Ph.D., From Darwin to Design, Whitaker House, 2006, pág. 17).

Yo recuerdo el momento en que Dios se hizo terriblemente real para mí por primera vez. Yo creía en Él antes, pero recuerdo la hora cuando tuve terror de un Dios santo. Yo tenía quince años. Caí al suelo en lágrimas y Dios bajó como un peso sobre mí. Yo estaba allí, debajo de unos árboles, durante horas. Pero, como el Dr. Cagan, no me hice Cristiano hasta varios años después. Durante esos años tuve mucha convicción de pecado, pero no era salvo.

Este fue también el caso de Agar. Ahora podría decir de corazón, “Tú eres Dios que ve”. Dios era ahora real para ella, por primera vez en su vida, pero todavía no era salva. “Sublime Gracia”. ¡Cántala!

Sublime gracia que salvó,
   Tan vil ser como yo;
Fui ciego más hoy miro yo,
   Perdido y Él me halló.

¿Alguna vez has sentido la terrible presencia de Dios? ¿Sabes que Él te ve? No sé de muchas personas que saltan de la incredulidad al Cristianismo hasta que primero saben de corazón que hay un Dios que los ve, y juzga sus pecados, que Él los conoce – en detalle – archivados en Su Libro del Juicio.

En este momento, una persona siente interiormente que Dios está ahí. Y saben que Dios los ve – los ve cuando pecan, ve el pecado en sus corazones, ve sus pensamientos pecaminosos y corazones malvados, ve su falsedad y engaño, y su rebelión, y su corrupción, y lujuria. Una joven dijo, “Me hastié de mi misma”. Sentirás algo de eso cuando te das cuenta: “Tú, eres Dios que ve”. Hasta que no sientas el peso de tu pecado ante los ojos de un Dios santo, nunca sentirás tu necesidad por Jesús. Nunca sentirás la necesidad de la Sangre de Jesús que limpia hasta que sientas: “Tú, eres Dios que ve”. “Su gracia me enseñó a temer”. ¡Cántala!

Su gracia me enseñó a temer,
   Mis dudas ahuyentó;
Oh cuan preciosa gracia hallé
   ¡Cuando mi alma creyó!

III. Tercero, los ojos de Agar fueron abiertos y ella bebió de la fuente de agua.

Por favor volteen al Génesis 21. Miren hacia acá. Por segunda vez Sara echó a Agar en el desierto. Ahora ya no tenía comida ni agua. Agar le pidió a Dios por el muchacho. Ella estaba desesperada. Pero Cristo vino a ella de nuevo. Lean los versículos del 15-19 en voz alta.

“Y le faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un arbusto, y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró. Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho” (Génesis 21:15-19).

Oh, era la gracia de Dios que la llevó adelante, a pesar del horrible testimonio de Abram y Sarai. Oh, era la gracia de Dios que le hizo sentir a “Dios que ve”. Y ahora era la gracia de Dios que la sacó al desierto, sola, “Y le faltó el agua del odre... Y ella se sentó... y alzó su voz y lloró” (Génesis 21:15-16). ¿Hay alguno de ustedes en ese estado esta mañana? ¿Le falta agua al odre? ¿Tus esperanzas de salvación se secaron? ¿Te sientes solo en el desierto de este mundo? ¿Has alzado tu voz y llorado por tus pecados, y tu situación sin esperanza? ¿Hay lágrimas en tu corazón esta mañana por tu condición perdida? ¿Has experimentado algo de eso? Si eso es cierto, ¡entonces tal vez hay esperanza para ti!

Cristo vino a Agar en su miseria, mientras lloraba. “Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua...” (Génesis 21:19). ¡El muchacho bebió y Agar bebió – y ellos vivieron! Cristo es el agua de la vida. Cristo dijo: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Juan 7:37). Oh, ven a Jesús y “toma del agua de la vida gratuitamente" (Apocalipsis 22:17). Predicando sobre la sed de Agar, Spurgeon dijo:

      Tú sabes que el agua de la vida es deseable; tú sabes más que eso, tú tienes [sed] con un deseo interior de beber de ella. Tu alma está en tal estado que si no encuentras a Jesús, nunca serás felíz sin él...tu constante clamor es: “¡Dame a Cristo! ¡Dame a Cristo, sino, me muero!”…
      Espero que muchos de ustedes estén al borde de la salvación, sin saberlo. Ha habido mucho trabajo de preparación en ti, porque tú eres traído para anhelar [al] Salvador, tú [deseas] ser salvo por él. ¡Ahí está, tómalo! ¡Tómalo! ¡El vaso de agua es puesto delante de ti! ¡Bébelo! ...Bébelo de una vez. Ven a Jesús como eres (traducción de C. H. Spurgeon, “Hagar: Eyes Opened,” The Metropolitan Tabernacle Pulpit, Marzo 18, 1866, de Sermons on Women of the Bible, Hendrickson Publishers, n.d., pp. 32, 37).

¿Por qué no vio Agar la fuente de agua antes? El Dr. John Gill (1697-1771) dijo que podría haber sido que sus ojos se hincharon de tanto llorar. ¿Podría ser el caso contigo? ¿Podría ser que has llorado tanto tiempo que los ojos de tu corazón están hinchados? Cualquiera que haya sido el caso, el pasaje nos dice: “Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua” (Génesis 21:19). Oh, que el precioso Espíritu Santo abra tus ojos para ver a Jesús por fe esta mañana. Jesús dijo: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Juan 7:37).

El joven George Whitefield (1714-1770) había intentado todo para ser salvo. Por fin el pobre Whitefield se arrojó sobre su cama y gritó: “¡Tengo sed! ¡Tengo sed!” Casi de inmediato Jesús vino a él y sació su alma sedienta, ¡y él fue salvó! Por favor volteen al himno número siete en su cancionero. ¡Cántala!

A todos los sedientos del alma,
   A todos los que cansados están,
Ven a la fuente, abundante es Jesús,
   Lo que anhelas, ven, te alegrarás.
Vertiré agua al alma sedienta,
   Y al desierto lo inundaré;
Tu corazón abre al don que te traigo,
   Mientras me buscas hallado seré.

Hijo del mundo, ¿te cansas del yugo?
vDel mundo falso agobiado estás;
¿Tienes ya sed de bendición de Cristo?
   Oye promesa – enviada a ti.
Vertiré agua al alma sedienta,
   Y al desierto lo inundaré;
Tu corazón abre al don que te traigo,
   Mientras me buscas hallado seré.
(Traducción libre de “Ho! Every One That is Thirsty”
     por Lucy J. Rider, 1849-1922; alterada por el Pastor).

Jesús dijo: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Juan 7:37). Oh, ven con simple fe a Jesús y “tome del agua de vida gratuitamente” (Apocalipsis 22:17). Jesús murió en la Cruz para pagar por tus pecados. Él se levantó de entre los muertos y ascendió de nuevo al cielo. Él está ahí para salvarte. Él dijo: “Si alguno tiene sed, venga a mí”. ¿Vendrás a Él? Oro para que Dios te de la gracia para hacerlo esta mañana. “Hijo del Mundo”. ¡Cántala otra vez!

Hijo del mundo, ¿te cansas del yugo?
   Del mundo falso agobiado estás;
¿Tienes ya sed de bendición de Cristo?
   Oye promesa – enviada a ti.
Vertiré agua al alma sedienta,
   Y al desierto lo inundaré;
Tu corazón abre al don que te traigo,
vMientras me buscas hallado seré.

(FIN DEL SERMÓN)
Puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet
en www.realconversion.com. Oprime “Sermones en Español”.

You may email Dr. Hymers at rlhymersjr@sbcglobal.net, (Click Here) – or you may
write to him at P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Or phone him at (818)352-0452.

La Escritura Leída Antes del Sermón por el Dr. Kreighton L. Chan: Génesis 21:15-19.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Ho! Every One that is Thirsty” (por Lucy J. Rider, 1849-1922).


EL BOSQUEJO DE

LA CONVERSIÓN DE AGAR

(SERMÓN #63 SOBRE EL LIBRO DE GÉNESIS)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2:8).

(Romanos 5:12; Efesios 2:5)

I.   Primero, Agar fue salva a pesar del mal testimonio de Abram y Sarai,
Efesios 2:8.

II.  Segundo, Agar experimentó a Dios por primera vez,
Génesis 16:6, 9, 13-14.

III. Tercero, los ojos de Agar fueron abiertos y ella bebió de la fuente
de agua, Génesis 21:15-19; Juan 7:37; Apocalipsis 22:17.