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LA REGENERACION (ADAPTADO DE UN SERMON POR EL REV. GEORGE WHITEFIELD) por Dr. R. L. Hymers, Jr. Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Angeles “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es” |
La regeneración es el término teológico que Cristo llamaba al nuevo nacimiento (Juan 3:3, 7). El Dr. John L. Dagg (1794-1884), un teólogo Bautista del Sur, dijo que la regeneración (el nuevo nacimiento) produce un “cambio en el carácter” un “cambio de corazón”. El dijo “el cambio producido es tan grande que al sujeto se le llama una nueva criatura” (traducción literal de John L. Dagg, D.D., A Manual of Theology, Southern Baptist Publication Society, 1858, p. 277). Luego el Dr. Dagg citó nuestro texto:
“Si alguno está en Cristo, nueva criatura es”
(II Corintios 5:17).
El evangelista del Primer Gran Despertamiento, George Whitefield (1714-1770),, entrenado en la Universidad Oxford, predicaba constantemente sobre el nuevo nacimiento. El segundo sermón que predicó fue de este texto, y fue publicado en Agosto de 1737. Te doy una versión editada y corta del sermón de Whitefield, con algunos comentarios míos de su sermón titulado “La Regeneración” (George Whitefield, Sermons, Pietan Publications, edición de 1994, tomo III, pp. 107-118).
“Si alguno está en Cristo, nueva criatura es”
(II Corintios 5:17).
Whitefield dijo que la doctrina de la regeneración (el nuevo nacimiento) es una de las doctrinas fundamentales de la Cristiandad. Es el tema en que reposa nuestra salvación. Es un punto sobre el cual los Cristianos evangélicos de todas las denominaciones dicen estar de acuerdo. Pero el nuevo nacimiento casi no es predicado y pocos evangélicos hoy lo han experimentado. La mayoría de los que se llaman Cristianos ni han oído si existe tal cosa como la regeneración. Así, estamos en la misma triste condición en que se hallaban las iglesias a las que predicaba Whitefield.
Cierto es que la mayoría de gente en nuestras iglesias dice creer la Biblia. Pero si les dicen que deben ser regenerados, nacidos de nuevo, renovados en las facultades de sus mentes antes de poder llamar a Cristo “Señor”, o de que puedan tener esperanza de salvación por Su Sangre, estarán prestos a decir con Nicodemo: “Cómo puede ser esto?” o con los de Atenas, “Qué es esta palabrería?” Si decimos a los miembros de iglesias que están perdidos, y que tienen que ser regenerados, la mayoría de ellos pensará que predicamos doctrinas extrañas, porque les predicamos a Cristo y el nuevo nacimiento. Muchos predicadores mismos temen que la regeneración se predique en sus púlpitos – en parte porque temen perder a los miembros perdidos, y aún porque algunos de esos predicadores no han experimentado la regeneración. Para ellos, y para grandes números de gente no convertida en sus congregaciones, debemos decir, con el Apóstol Pablo:
“Si alguno está en Cristo, nueva criatura es”
(II Corintios 5:17).
¡Pero debemos decir también, si alguno no está en Cristo, no es nueva criatura, no es Cristianos verdadero, sino un pecador perdido yendo a las llamas eternas del Infierno!
“Si alguno está en Cristo, nueva criatura es”
(II Corintios 5:17).
Siguiendo el bosquejo de Whitefield:
I. Primero, explicaré lo que significa estar en Cristo.
El texto dice: “Si alguno está en Cristo”. ¿Qué quiere decir esto? ¡No quiere decir que hayas hecho una decisión por Cristo! No quiere decir que has “ido al frente” y has sido bautizado. ¡Millones han sido bautizados quienes solamente son Cristianos nominales – de nombre – pero no “en Cristo”! En el último día Cristo te enviará a las llamas del Infierno, diciendo:
“Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mateo 22:13).
Estar “en Cristo” significa más que una profesión externa de Él. Estar en El significa participar de los beneficios de Sus sufrimientos y muerte en la Cruz. Estar en Cristo es venir a Él y ser unido místicamente a El por medio de la fe. Estar en Cristo es tener: “vida juntamente con Cristo…resucitados, y hechos sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús…no por obras para que nadie se gloríe” (Efesios 2:5, 6, 9). Si has sido atraído a Cristo, y estas “en Cristo”, entonces eres una nueva criatura. Si no has sido atraído a Cristo todavía eres un pecador perdido. En ningún sentido eres una nueva criatura.
“Si alguno está en Cristo, nueva criatura es”
(II Corintios 5:17).
II. Segundo, explicaré lo que significa ser una nueva criatura.
El texto dice: “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es” (II Corintios 5:17). Esto no es un cambio físico. Nicodemo pensó ignorantemente así del nuevo nacimiento. Él le dijo a Cristo: “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?” (Juan 3:4). Aun si pudieras hacer eso, cómo te ayudaría a ser una nueva criatura? Ya que “lo que es nacido de la carne, carne es” (Juan 3:6) aun serias la misma persona caída, depravada que eres ahora.
No, “una nueva criatura” significa que tu corazón es completamente cambiado. La nota de Scofield “o” (en la columna en el centro de la página) da la palabra Griega como “creación”. “Si alguno está en Cristo, es nueva creación”. Todavía es el mismo en esencia, pero nuevo corazón (lo que ama y odia) y una mente nueva (lo que piensa) han sido creados en el. Como oró David:
“Crea en mi, oh Dios, un corazón limpio” (Salmo 51:10).
O como prometió Dios en Ezequiel:
“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne” (Ezequiel 36:26).
¡Eso es la regeneración! ¡Ese es el nuevo nacimiento! ¡Eso es lo que te vuelve “una nueva criatura”, una nueva creación! Es difícil explicarles el nuevo nacimiento a los pecadores. Suficiente decir que a menos que Dios te dé el nuevo nacimiento jamás escaparás del castigo por tu pecado, y jamás entrarás en el reino de Dios. Cristo dijo: “el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).
III. Tercero, te daré argumentos para comprobar la declaración del Apóstol.
“Si alguno está en Cristo, nueva criatura es”
(II Corintios 5:17).
Se podrían citar muchos textos del Antiguo Testamento para comprobar el nuevo nacimiento, como el salmista lo rogo a Dios que le diera un “corazón nuevo”, y que pusiera un “espíritu recto en él” (Salmo 51:10), cómo los profetas advertían a la gente de que necesitaban “corazones nuevos” para volverse al Señor su Dios.
En el Nuevo Testamento, Cristo hablaba sobre el nuevo nacimiento ampliamente en Juan 3:3-8. Cristo hizo la necesidad del nuevo nacimiento muy clara cuando El dijo: “Os es necesario nacer de nuevo” (Juan 3:7). El Apóstol Pablo también hablaba de la regeneración (el nuevo nacimiento) cuando dijo que se nos debe “dar vida” (Efesios 2:5), y cuando dijo: “renovaos en el espíritu” (Efesios 4:23), y cuando dijo que debemos ser salvos “por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:5). ¡Si no hubiera otros versos en la Biblia, creo que el texto solo debe ser suficiente para comprobarte que tienes que nacer de nuevo!
“Si alguno está en Cristo, nueva criatura es”
(II Corintios 5:17).
¡Todos esos versos muestran la necesidad de un completo cambio de corazón!
Pero las multitudes en nuestras iglesias no saben nada de este cambio de corazón. Y es resultado de oír tan pocos (si acaso) sermones de la conversión y del nuevo nacimiento. Cristo hablaba de aquellos que “con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane” (Mateo 13:15).
Otra prueba de la necesidad de la regeneración (el nuevo nacimiento) es la depravación total del hombre en su estado de pecado. La Biblia habla del hombre “concebido” y nacido en pecado (Salmo 51:5); sin que nada bueno more en el (Romanos 7:18), “carnal, bajo el pecado” (Romanos 7:14) – con la mente contra Dios (Romanos 8:7) – “Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón” (Efesios 4:18). ¿Ya que los hombres no regenerados están en una condición tan terrible, puede alguien pensar tal ser miserable sucio, corrupto puede vivir con un Dios puro y santo antes de ser cambiado? No, ¡es como pensar que la oscuridad tenga comunión con la luz, o que Cristo more con Satanás! Tu condición perdida y pecaminosa prueba sin duda que tienes que ser vuelto una nueva criatura en Cristo o jamás tendrás paz con Dios, ni puedes esperar ir a Dios y estar en el Cielo cuando mueras. Tienes que ser hecho una nueva creación, o morirás en tus pecados.
“Si alguno está en Cristo, nueva criatura es”
(II Corintios 5:17).
Muchos piensan que pueden ir al Cielo con mente y corazón pecaminoso, y de pronto gozar estar ahí al morir. Y si lo harían el Cielo verdadero fuera como el paraíso Musulmán donde, dicen ellos, uno puede gozar de muchos placeres pecaminosos. Pero ya que los gozos del Cielo verdadero son espirituales solamente, y cosa inmunda no entra, hay necesidad absoluta que tú seas cambiado. Tienes que experimentar la renovación total de tu naturaleza depravada antes de poder gozar los placeres Celestiales. Por eso Cristo no dijo: “[A menos que un hombre] naciere de nuevo no [entraría]” – sino, en vez, Él dijo: “[A menos que un hombre] naciere de nuevo, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:3, 5). A menos que se te cambie el corazón por el nuevo nacimiento, “no puedes entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5).
¿Qué gozo puede dar la música al sordo? ¿Puede alguien que no saborea disfrutar una comida? ¿Puede un cerdo sucio complacerse con jardín bueno o flores? ¡No! Cada uno de ellos tiene que ser cambiado en su naturaleza para gozar esas bendiciones. Es lo mismo con tu alma. Después de morir tu alma no cambia. Si tu alma se deleita en Dios aquí en la tierra, se deleitara en Dios en el Cielo. Pero si no te deleitas en Dios, y no amas estar en la iglesia ahora, nada cambiará cuando mueras. Si no eres cambiado a disfrutar de la iglesia ahora, no te gozará estar en el Cielo después de morir. Solo hay un lugar para ti, si no eres renacido – ¡y es el Infierno!
“Si alguno está en Cristo, nueva criatura es”
(II Corintios 5:17).
El Espíritu de Dios es el creador del nuevo nacimiento. Jesús dijo: “el que no naciere…del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5). El modo usual que el Espíritu de Dios atrae al pecador a la regeneración es hacerlo pensar de un gran pecado que ha cometido, un pecado que no querría que su mamá supiera, ¡mucho menos Dios! Pensando en este gran pecado, se le lleva a pensar sobre otros pecados en su vida. Luego piensa: “¿Como podría haber hecho estas cosas malas pecaminosas si no soy un pecador por naturaleza?” Entonces el Espíritu de Dios le muestra que sí es, de hecho, pecaminoso hasta los huesos, nacido pecador, y pecaminoso en su corazón. Entonces tratará de cambiar sus modos y ser mejor persona. Pero no importa cuánto trata, ve que no puede cambiar su propio corazón. Finalmente clama: “¡Miserable de mi! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7:24). Ahora, y solo ahora Dios lo ha preparado para nacer de nuevo. Por primera vez siente que sólo Cristo lo puede cambiar. Ahora se le ha hecho sentir su necesidad de Cristo. Ahora mira que solamente la Sangre de Cristo puede limpiar su pecado. Su corazón clama a Cristo: “Atráeme” (Cantares 1:4). El Espíritu de Dios lo atrae a Cristo, y es renacido. Su corazón es convertido. ¡Es una nueva creación en Cristo Jesús!
“Si alguno está en Cristo, nueva criatura es”
(II Corintios 5:17).
Oramos que pronto seas renacido por la gracia de Dios el Padre, por la muerte y la Sangre de Cristo el Hijo, y por la obra convencedora y el poder que atrae del Espíritu Santo. Amen.
(FIN DEL SERMON)
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La Escritura Leida por Dr. Kreighton L. Chan Antes del Sermón: Juan 3:1-7.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Ye Must Be Born Again” (por William T. Sleeper, 1819-1904).
EL BOSQUEJO DE LA REGENERACION (ADAPTADO DE UN SERMON POR EL REV. GEORGE WHITEFIELD) por Dr. R. L. Hymers, Jr. “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es” I. Primero, explicaré lo que significa estar en Cristo, Mateo 22:13; II. Segundo, explicaré lo que significa ser una nueva criatura, Juan 3:4, 6; III. Tercero, daré unos argumentos para comprobar la declaración del |