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TEMOR – EL ELEMENTO QUE FALTA #1

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Angeles
la Tarde del Sábado, 5 de Julio de 2008

“Y sobrevino temor a toda persona” (Hechos 2:43).


Ese es uno de los versos claves en la historia del avivamiento en Pentecostés. Fue el primer avivamiento en la historia Cristiana. Se volvió un prototipo de todos los avivamientos que vendrían en la larga historia de la Cristiandad.

El sermón de Pedro en Pentecostés, y la respuesta de aquellos que lo oyeron, por años han sido “cortados,” escarbados, analizados y escudriñados de casi cada posible ángulo. Sin embargo hay un elemento de Pentecostés que nos elude, que no podemos entender completamente, y a menudo no le entendemos. Y es este elemento eludido el que hace a la historia de Pentecostés uno de los eventos más importantes de la historia de la Cristiandad.

El elemento eludido de Pentecostés en realidad no está escondido – sino que es ignorado, y al ignorarlo nos hemos perdido el verdadero significado de avivamiento. De hecho, al no darle importancia a este “elemento eludido” perdemos un entendimiento básico de la conversión en sí. Perdemos un sentido de lo que nos sucedió que nos hizo Cristianos para empezar. Bueno, quieres que te diga lo que es el elemento que falta, y (pese a que ya he dado una pista) lo diré en una sola palabra, clara y llana. La palabra que describe el elemento necesario central en el verdadero avivamiento, el constante, sin el cual no puede haber verdadero avivamiento clásico es, como nos lo dice nuestro texto: el “TEMOR.”

“Y sobrevino temor a toda persona” (Hechos 2:43).

Hay muchas otras cosas que han sucedido en los avivamientos de la historia. En Pentecostés hubo otros idiomas dados para hablarle la verdad del Evangelio a aquellos que atendían a las reunions. Hubo “del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba” (Hechos 2:2). Hubo “lenguas repartidas como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos” (Hechos 2:3). Hubo “maravillas y señales...hechas por los apóstoles” (Hechos 2:43), y varios otros fenómenos que tomaron lugar en Pentecostés. Pero hubo un constante y solo uno que verifica que Pentecostés era un verdadero avivamiento, y ha sido cierto constantemente de cada avivamiento a través de la historia. Los otros fenómenos no eran centricos, pero esto lo era y lo es.

“Y sobrevino temor a toda persona” (Hechos 2:43).

Ha habido muchos avivamientos, algunos grandes, otros más pequeños, en la larga historia de las iglesias. Pero una cosa era central en todos los verdaderos,

“Y sobrevino temor a toda persona” (Hechos 2:43).

El elemento de “temor” ha sido cierto de todo avivamiento verdadero desde Pentecostés, hasta el día en que estamos viviendo. Esta es “la prueba ácida” – ¡si no hay temor en ello no es un verdadero avivamiento!

Y sin embargo esta clave al avivamiento, el “temor,” ha sido quitado de las traducciones modernas de este verso y ha sido reemplazado con “asombro.” “Asombro” es una palabra buena, pero explica adecuadamente lo que le sucedió a esta gente cuando oyeron predicar a Pedro, y creo que este es un grave error que hicieron los traductores de New International Version y la New American Standard [versiones de la Biblia en Inglés] al traducir la palabra Griega “phobos” como “asombro.” Cierto, “asombro” solía significar “temor y miedo,” pero el diccionario New Webster’s Twentieth Century Dictionary, Collins/World, 1975, dice que el uso de la palabra “asombro” queda absuelto, ¡o sea que la gente ya no considera el “asombro” como “temor”! Ahora lo consideran “reverencia y respeto.” Y puedo decirte que “temor” es la palabra correcta, porque esencialmente significa lo mismo que significaba en 1611 cuando la Biblia King James Bible [en Inglés] fue producida. “Phobos” significaba “temor” entonces ¡y aun significa “temor” hoy! Los traductores de las versiones New International Version y la New American Standard [en Inglés] lo sabían bien. Es por eso que traducieron “phobos” como “temor” en tantos otros lugares en el Nuevo Testamento. Por ejemplo, en Hechos 5:5, esas versiones traducieron “phobos” como “temor.” En Hechos 5:11 traducieron “phobos” como “temor.” En Hechos 19:17 “phobos” fue traducida como “temor.” En Romanos 3:18 traducieron “phobos” como “temor.” Y en II Corintios 7:15 de nuevo “phobos” fue traducida como “temor.” Fue solamente cuando llegaron a nuestro texto que debilitaron la palabra “phobos” traduciéndola con la palabra absuelta “asombro.”

No sé la razón por qué en nuestro texto debilitaron la traducción de “phobos” usando el significado antiguo de “asombro.” No sé por qué fue traducida incorrectamente en Hechos 2:43 solamente. Pero sospecho que es un error que surgió de su mal entendimiento teológico de avivamiento, pensando que la gente está en “asombro” cuando viene el avivamiento, en vez de estar “atemorizados.” La palabra “asombrante” es muy popular (y demasiado usada) hoy día. Pero el uso moderno significa “grandioso” o “maravilloso.” No lleva consigo la idea de temor en lo más mínimo. Ese significado hoy ya está absuelto, como dice el diccionario. La concordancia Strong’s Exhaustive Concordance da el significado correcto de “phobos.” Dice que “phobos” significa “alarma o temor – estar temeroso, grandemente temor, [hasta] terror” (Strong #5401).

No necesitamos saber mucho del idioma Griego para entender esto. El Diccionario Webster’s New Twentieth Century Dictionary [en Inglés] dice que “phobos” entra en el Inglés como “phobia” del Griego phobos, temor... “temor excesivo de alguna cosa o situación en particular.” En este caso, en nuestro texto, significa “un excesivo temor de Dios.” El ahora absuelto significado de la palabra “asombro” ya casi no le da la idea de “un excesivo temor de Dios” a la mente moderna. Así, es mejor desechar la traducción de “phobos” como “asombro” en la NIV y la NASV, y quedarnos con la traducción literal de “phobos” en nuestro texto, dada en la Biblia King James Bible [en Inglés] y todavía antes que ella en la Biblia 1599 Geneva Bible (Tolle Lege Press, edición de 2006).

De verdad no quisiera tener que pasar por toda esta explicación y exegesis de la palabra Griega “phobos” pero, siento que es necesario si esperamos captar el significado de nuestro texto, ya que describe la turbulencia emocional y espiritual que ocurría en el corazón de las personas en el Día de Pentecostés.

“Y sobrevino temor a toda persona” (Hechos 2:43).

Es importante que el “temor” en este verso, realmente significa temor, no solamente “asombro” en su significado moderno, no como la gente entiende “asombro” hoy día. Todos saben que lo que significa “temor,” y de hecho fue temor lo que la gente experimentó en el primer gran despertamiento en la historia, en el Día de Pentecostés.

“Y sobrevino temor a toda persona” (Hechos 2:43).

Sacaré varias lecciones de este texto.

I. Primero, no puedes tener avivamiento verdadero sin que la gente
experimente el temor.

Yo he tenido el raro privilegio de asistir y predicar en dos avivamientos Bíblicos clásicos. No muchos predicadores pueden decir eso hoy día. Pero por la gracia de Dios yo estuve presente y hasta prediqué algunos de los sermones durante esos dos avivamientos notables. Uno fue en una iglesia China grande, el otro en una congregación de gente blanca en el Sur. Ninguno de esos eventos fueron lo que llamaríamos “reuniones evangelisticas.” Eran mucho más que eso en ambos casos. El Espíritu Santo de Dios literalmente trató con cientos de personas, llevándolos bajo profunda convicción de pecado, y produciendo temor en el corazón de muchos. En ambas reuniones prolongadas cientos fueron convertidos y añadidos a la iglesia local.

Como testigo ocular yo puedo decir que el temor y la convicción del pecado fueron las emociones dominantes en ambos avivamientos, tal como lo fueron en el día de Pentecostés.

“Y sobrevino temor a toda persona” (Hechos 2:43).

Iain H. Murray dijo,

Ha habido un elemento presente cuando el evangelio ha avanzado rápidamente en el mundo que es notablemente raro hoy, o sea el temor de Dios. No solamente la experiencia sino que las palabras mismas han desaparecido. Pero su lugar en la Escritura es inconfundible. Cristo dirigió a sus discípulos a “temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mateo 10:28), y este temor era claramente parte de la salud de las iglesias apostólicas. Fue visto en los discípulos mismos y después en aquellos que oyeron el mensaje de ellos, “andando en el temor del Señor” (Hechos 9:31). “Conociendo, [pues, el temor] del Señor” (II Corintios 5:11). Cuando Pedro predicó en Pentecostés “sobrevino temor a toda persona.” En Efeso, leemos, “Tuvieron temor todos ellos” (Hechos 19:17) (traducción de Iain H. Murray, The Old Evangelicalism: Old Truths for a New Awakening, The Banner of Truth Trust, 2005, p. 3).

El temor también era el elemento común, y el elemento más impresionante, en el Primer Gran Despertamiento, el Segundo Gran Despertamiento, en el avivamiento de 1859 en Escocia y en todas partes, en el gran avivamiento de Pyongyang en Coréa, y en muchos de los avivamientos que barren en China ahora mismo. Es muy común ver gente llorando, y aun gimiendo, bajo la convicción de pecado, hoy en China. Llorar por el pecado y gemir por el temor de Dios no son elementos que vemos aquí en el Occidente. Están ausentes aun en el movimiento Carismático. Ellos tienen muchas otras experiencias, pero no vemos el “temor” que cayó sobre todos en Pentecostés.

“Y sobrevino temor a toda persona” (Hechos 2:43).

¡Si captaran eso, bien podrían tener avivamiento verdadero! ¡Cómo quisiera que los Bautistas también experimentaran lo que se experimentaron en Hechos 2:43!

Hay muy poco en el Occidente que comparar con el temor de Dios que se experimenta en el avivamiento Chino hoy. Un testigo de esos avivamientos dijo, “La nota profunda dominante era el sobrecogedor sentido de pecado. [La gente estaba] llorando y sollozando como si se les rompiera el corazón con dolor” (Murray, ibid., p. 4).

Yo creo que no puedes tener avivamiento verdadero a menos que haya temor, a menos que la gente tema a Dios y esté bajo un sentido profundo de pecado – que a menudo rompe y se expresa en llanto, y aun gemidos, por el pecado y el temor de la ira de Dios. En el mundo Occidental hoy no tenemos reuniones donde la gente experimente tal temor y convicción de pecado – o sea que simplemente, no tenemos avivamiento verdadero como el que se experimentó en Pentecostés.

“Y sobrevino temor a toda persona” (Hechos 2:43).

II. Segundo, sin el temor ni siquiera puedes tener conversiones individuales.

El Apóstol Pablo estaba “temblando” temeroso antes de su conversión (Hechos 9:6). El carcelero Filipense tuvo tanto temor que estaba listo para suicidarse, “se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas” (Hechos 16:29) cuando fue convertido. Podríamos seguir más y más porque hay muchos ejemplos en la Biblia de temor saltando en los corazones de pecadores despertados cuando fueron convictos por el Espíritu Santo.

He aquí algunas porciones de testimonios que dieron jovenes en nuestra propia iglesia cuando fueron convertidos. Uno dijo,

Aquel día antes del final de la reunión estuve convicto y horrorizado de mis pecados...me senté en el cuarto de consejo temblando, temiendo mis pecados horribles...Jeremías 8:20 me pasaba de continuo por la cabeza, “Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos.” Estaba asqueado de mí mismo.

Otro dijo,

Me consideraba un hombre muerto, o un zombi, porque estaba muerto en delitos y pecados. Sentía que había cruzado la linea a estar reprobado para siempre en condenación eternal. Estaba seguro de que iría al Infierno sin esperanza alguna.

Otro dijo,

Los sermones...comenzaron a hacerme temblar. Empecé a temer...Tuve miedo del mismo Dios que podía enviar mi alma a la más honda profundidad del Infierno...me senté a solas llorando otra vez. “¿Por qué estoy aquí todavía?” me pregunté. Yo [sabía] que merecía ser enviado al Infierno...Estaba tan sin esperanza hasta donde se puede llegar.

Estos son solamente unos cuantos testimonios de antes de la conversión de jovenes en nuestra iglesia. ¡Ves cómo el temor de Dios cayó sobre ellos!

“Y sobrevino temor a toda persona” (Hechos 2:43).

III. Tercero, te quedas en tu estado impío hasta que experimentas tal temor.

El hombre está bajo pecado, esclavizado por él. El Apóstol Pablo describe al hombre es este estado,

“No hay temor de Dios delante de sus ojos” (Romanos 3:18).

Eso es cierto de todos hasta que es convicto por el Espíritu Santo. Cuando es convencido, pese a que previamente no hubo “temor de Dios delante de sus ojos,” ahora de repente ve que es un pecador terrible con un corazón totalmente y asquerosamente depravado. Cuando es convicto de pecado así, su orgullo y su incredulidad son quebrantados, y ve que es un pecador miserable, que ha sido enemigo de Dios, que merece la ira de Dios y las llamas del Infierno. Entonces, y solamente entonces, el temor de Dios caerá sobre él, y si hay más de uno en este estado de convicción, podemos decir,

“Y sobrevino temor a toda persona” (Hechos 2:43).

Tomo la gracia de Dios para que un pecador tema. John Newton bien dijo, “La gracia me enseñó a temer” (Traducción de “Amazing Grace” por John Newton, 1725-1807).

¿Tienes temor de Dios? ¿Tienes temor del Infierno? ¿Tienes temor de ser castigado por tus pecados por la eternidad? ¿O todavía “no hay temor de Dios delante de [tus] ojos?” (Romanos 3:18). Solamente aquellos que siente que son pecadores condenados huirán a Cristo. Pero El les imputará Su justicia a todos los que vienen a El, aunque estén temerosos y asustados. Ojalá este sea tu caso y tu condición esta noche. Amen.

(FIN DEL SERMÓN)
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EL BOSQUEJO DE

TEMOR – EL ELEMENTO QUE FALTA #1

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Y sobrevino temor a toda persona” (Hechos 2:43).

(Hechos 2:2, 3)

I.   Primero, no puedes tener avivamiento verdadero sin que la gente
experimente el temor, Mateo 10:28; Hechos 9:31; II Corintios 5:11;
Hechos 19:17.

II.  Segundo, sin el temor ni siquiera puedes tener conversiones individuales,
Hechos 9:6; 16:29; Jeremías 8:20.

III. Tercero, te quedas en tu estado impío hasta que experimentas tal temor,
Romanos 3:18; Hechos 2:43.