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EL DIOS DESCONOCIDO

(UN SERMÓN DADO EN EL FESTIVAL CHINO DEL MEDIO OTOÑO)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
Sábado por la Tarde, 29 de Septiembre, 2012


Pongámonos de pie. Esta noche quiero que volteen al capítulo 17 del Libro de Los Hechos, empezando con el verso veintidós. En la página 1130 de la Biblia de Estudio Scofield.

“Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. Y así Pablo salió de en medio de ellos. Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos” (Hechos 17:22-34).

Pueden sentarse.

El Apóstol Pablo fue a Atenas en Grecia. Atenas era el centro intelectual del mundo antiguo. Era la ciudad de Aristóteles, Plato y Sócrates. Pablo dio un paseo por Atenas. Llegó al Areópago. Mi esposa y nuestros hijos fueron allí hace dos años, durante un viaje a Israel. El Areópago estaba lleno de cientos de ídolos. Los filósofos de aquel tiempo se reunían allí. En medio de todos esos ídolos, Pablo encontró un altar con una inscripción en ella que decía: “AL DIOS NO CONOCIDO”. Ellos tenían muchos ídolos y muchos dioses, pero de alguna manera sabían en su corazón que había un Dios que ellos no conocían. Una multitud se había reunido y Pablo empezó a predicar. Él dijo: “hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO…es a quien yo os anuncio” (Hechos 17:23).

Estamos aquí esta noche para celebrar un banquete del Festival Chino de Mediados del Otoño. Algunos Americanos lo llaman el Festival del Pastel de la Luna. El Festival de Mediados del Otoño se convirtió en un día de fiesta importante en el calendario Chino. Es una fiesta que se ha practicado hasta cierto punto en todo el mundo Asiático – en Corea, en Japón (hasta que el calendario fue cambiado 1883), en Indonesia, Filipinas, Laos, Tailandia, Camboya, Vietnam, Myanmar, Taiwán, Singapur y muchas otras partes de Asia. Se lleva a cabo en el momento del equinoccio de otoño del calendario solar, cuando la luna está llena al máximo y más redonda.

El Dr. James Legge (1815-1897) fue profesor de lengua y literatura China en la Universidad de Oxford. Según el Dr. Legge, los antiguos Chinos no adoraban a la Luna. Dijo que en un principio los Chinos adoraban a un solo Dios, a quien llamaban Shang Ti (Rey del Cielo). El Dr. Legge cita del “Canon” del Emperador Shun, cuyo reinado terminó en 2207 antes de Cristo. El “Canon de Shun” dijo: “‘Él sacrificó especialmente, pero con las formas ordinarias, a Shang Ti’, es decir, como hemos visto, a Dios” (James Legge, Ph.D., The Religions of China, Hodder and Stoughton, 1880, pp. 24-25). En tiempos antiguos los Chinos y otros Asiáticos adoraban a un solo Dios, Shang Ti, el Rey del Cielo. Eso fue 1,500 años antes de Confucio (551-479 AC) y Buda (563-483 AC) nacieran. Siglos antes de que el Budismo llegara a China, las personas eran monoteístas. Ellos creían en un solo Dios. A través de los siglos se añadieron espíritus y fueron adorados. Pero aún entonces Shang Ti siguió siendo el Dios supremo de la antigua cultura China. Pero poco a poco los pueblos Asiáticos se olvidaron de Shang Ti, el Rey del Cielo. Empezaron a adorar a otros dioses, y aún a los espíritus de sus antepasados. Se volvieron hacia el Budismo y otras religiones.

Los Estados Unidos está pasando hoy por un alejamiento similar de Dios. En su discurso de toma de posesión, el presidente Obama dijo: “Estados Unidos no es una nación Cristiana”. Lo fue en un tiempo, pero el Sr. Obama dijo que ya no era así. Y Obama acabó con el Día Nacional de Oración, que Estados Unidos observó por décadas. Muchos Estadounidenses ya no creen en el Dios de nuestros antepasados. Los antiguos Chinos pasaron por un proceso similar. Al igual que los Estadounidenses modernos, poco a poco se alejaron de Shang Ti, el Rey del Cielo. Hoy en día muchos Estadounidenses, así como los Asiáticos, no conocen a Dios.

Esa es la forma en que era en Atenas también. Se habían alejado del Dios vivo. La Escritura dice:

“Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido” (Romanos 1:21).

Ya no conocían al Dios que originalmente adoraron. Y Pablo les dijo: “hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO…es a quien yo os anuncio” (Hechos 17:23). Tenían cientos de ídolos y dioses falsos. Pero ellos no conocían al Dios verdadero. Él se volvió “AL DIOS NO CONOCIDO” para ellos.

Entonces Pablo les dijo que el Dios desconocido hizo el mundo, y todo lo que en él hay. Dijo que el Dios que ellos no conocían era el “Señor del cielo y de la tierra” y no vive en templos hechos por manos humanas. Les dijo que el Dios desconocido era Shang Ti, el Rey del Cielo, “Señor del cielo y de la tierra” (Hechos 17:24).

Por lo tanto, no estamos diciendo que creemos una nueva religión. No hay nada nuevo en el Cristianismo. Es la religión más antigua del mundo. Se remonta al principio de los tiempos. Estuvo allí siglos antes de Budismo, el Taoísmo, el Hinduismo, Islam, o cualquier otra religión. Cristo vino para restaurarnos a Dios el Padre Celestial, Shang Ti, el Rey del Cielo. El Apóstol Pablo dijo:

“…estabais…ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo” (Efesios 2:12-13).

Cristo vino a restaurarnos a Dios de nuestros antepasados antiguos. Cristo vino a romper nuestras supersticiones, y acabar con nuestros ídolos. Cristo vino a darnos a conocer ¡“AL DIOS NO CONOCIDO”!

Y luego el Apóstol Pablo les dijo que Dios “de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra” (Hechos 17:26). Hay tensiones raciales y guerras raciales, que están sucediendo en todo el mundo esta noche. Hay tensiones entre China y Japón. Existen tensiones raciales entre los Iraníes y los Judíos en Israel. El problema no es racial, sin embargo. El problema es espiritual. El prejuicio racial es el resultado del pecado.

Pablo dijo que Dios hizo todas las naciones de “una sangre”. ¿Cómo sabía él eso? ¡Lo supo por revelación de Dios en la Biblia! ¡No fue sino hasta los tiempos modernos que los hombres supieron lo que Dios le reveló a Pablo hace dos mil años! Puedes tomar sangre de un Africano y dársela a un hombre blanco por transfusión. Puedes tomar la sangre de un Chino y dársela a un Aborigen Australiano. ¿Por qué es eso posible? Porque Dios “de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra” (Hechos 17:26). Eso debe haber asombrado a los hombres de Atenas, que oyeron a hablar a Pablo, ese día. A causa del pecado, eran racistas. Ellos pensaban que eran mejores que otros. Pero se equivocaron. El Dios desconocido había creado la raza humana en su totalidad de un hombre y una mujer. Reciente investigación de ADN indica que el género humano desciende de una mujer del Medio Oriente. La revista Time tuvo un artículo de portada sobre eso hace unos años. No importa de qué raza vienes, todos estamos relacionados. ¡Todos somos hermanos y hermanas de sangre! Y Cristo nos trae de regreso a todos en una sola familia, en la iglesia. Y quiero decirles a nuestros jóvenes esta noche – no dejes que los prejuicios raciales te eviten de tener comunión con alguien de otra cultura. ¡Lucha contra los prejuicios raciales en nuestra iglesia! ¡Es carnal y pecaminoso tener miedo de tener un amigo de otra raza! La otra noche mi hijo dijo que era “un milagro” que mi esposa y yo nos llevamos muy bien después de 30 años de matrimonio porque ella es de origen Hispano y yo soy blanco. Nosotros celebramos nuestro aniversario de bodas número treinta el pasado Jueves. Supongo que, en cierto sentido, mi hijo está correcto. Puede parecer un milagro, ¡pero a mi me parece la cosa más natural del mundo! ¡No puedo imaginar mi vida sin ella! ¡Ella es el gran regalo de Dios para mí, y le doy gracias por ella todos los días!

Y esa es la forma en que debe ser en nuestra iglesia, porque Dios “de una sangre a hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra” (Hechos 17:26). Me parece la cosa más natural del mundo haber sido bautizado en una iglesia China, que mi pastor, durante más de dos décadas, era un escolar Chino. Eso puede parecer extraño al mundo perdido. Ellos están constantemente peleando, una raza contra la otra. ¡Pero el Señor Jesucristo vino, no sólo para restaurarnos a Dios, sino también para juntarnos, todas las razas, en un solo cuerpo, en la iglesia! ¡Una iglesia como la nuestra, con muchos grupos étnicos diferentes, debe ser la cosa más natural del mundo, porque Dios nos reúne! El pecado nos separa. Pero Dios nos une. En cierto modo, toma un milagro para que eso ocurra – ¡el milagro del nuevo nacimiento! ¡Si somos verdaderamente nacidos de nuevo, puede suceder! Cuando la hija menor del Dr. John R. Rice estuvo aquí hace unas semanas, ella y mi esposa contaron 20 culturas y grupos étnicos de nuestra iglesia. Ella dijo que era maravilloso. ¡Trabaja para que siga siendo así! ¡Que el mundo vea que todos somos hermanos y hermanas en Cristo! ¡Que esta iglesia sea un testimonio de harmonía y amor en un mundo dividido!

Y el Apóstol Pablo dijo a los hombres de Atenas:

“…Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30).

Dios pasó por alto su ignorancia y superstición en el pasado. Pero ahora Él nos ha mandado a todos nosotros, independientemente de nuestra raza u origen, a arrepentirnos. Ahora Él “manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan”. Eso no es una sugerencia o un consejo. ¡Dios manda a todos a que se arrepientan! ¡Esa es la Palabra de Dios! Dios dice: “Yo mando que se arrepientan”. Significa cambiar de opinión acerca del pecado. Significa alejarse del pecado y volverse a Cristo. Significa dejar de confiar en ti mismo, y confiar en Cristo. Cuando verdaderamente te arrepientes, naces de nuevo por el poder de Dios.

Cristo vino a este mundo para salvarnos del pecado, la muerte y el Infierno. Llegó, a propósito, a morir en la Cruz, para pagar el castigo por nuestros pecados. Él vino a derramar Su preciosa Sangre en la Cruz para que nuestros pecados pudieran ser lavados a la vista de Dios. Y Cristo resucitó físicamente, de carne y hueso, de los muertos. Él está vivo ahora, en el Cielo, en otra dimensión, orando por nosotros. Cuando vienes a Cristo por fe naces de nuevo instantáneamente. Entras a una nueva vida con Cristo. La Biblia dice, “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (II Corintios 5:17).

Una de nuestras chicas, una chica blanca, ha estado ayudando a una muchacha China que es nueva en nuestra iglesia. Esta joven blanca me dio una tarjeta de petición de oración. Lo que dijo en esa tarjeta no era muy gramatical, pero fue una oración de petición muy hermosa. Ella me pidió que orara por la muchacha China, “Que ella sintiera el amor del Jesús vivo, no sólo ‘iglesia’”. ¡Sí! ¡Amén! Estamos orando para que veas más allá de las personas en nuestra iglesia. ¡Queremos que sientas y conozcas el amor del Cristo vivo! ¡Queremos que seas salvo, que nazcas de nuevo, que pases de la muerte a la vida eterna por la fe en el Cristo vivo!

Pablo les dijo a los hombres de Atenas que Dios había resucitado a Cristo de entre los muertos. Él les dijo que tenían que confiar en Cristo o Él los juzgará en el Juicio Final. Cristo está vivo. Él va a volver a juzgar al mundo. ¿Estás listo? ¿Tus pecados han sido lavados por la Sangre de Cristo?

¿Cuál fue el resultado del sermón de Pablo en el Areópago? Hubo tres reacciones a su sermón:

“Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. Y así Pablo salió de en medio de ellos. Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos” (Hechos 17:32-34).

Algunos de ellos se burlaban. Algunos de ellos dijeron: “Ya te oiremos acerca de esto otra vez”. Necesitamos saber más sobre eso, y pensar al respecto. Pero algunos de ellos creyeron en Cristo en ese momento, y fueron salvos. Oramos para que algunos de ustedes aquí esta noche se alejen del estilo de vida pecaminoso, y confíen en Jesucristo, y sean salvos por Él, sean lavados sus pecados por Su Sangre preciosa. Entonces, serás restaurado a Dios. ¡Entonces conocerás por ti mismo el verdadero Dios de la antigua China, Shang Ti – El Rey del Cielo!

Estoy disponible para hablar esta noche con los que quieran confiar en Jesús y ser salvos. ¡Que Dios te ayude a hacerlo! Amén.

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Y EL DIOS QUE HIZO LA LUNA!”

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PERO JUZGANDO A AMÉRICA!”

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(FIN DEL SERMÓN)
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Oración Antes del Sermón por el Dr. Kreighton L. Chan.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Praise, My Soul, the King of Heaven” (por Henry F. Lyte, 1793-1847).