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UN NIÑO ES NACIDO – UN HIJO ES DADO

Un sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr.
y predicado por el Sr. John Samuel Cagan
en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 24 de Diciembre del 2017

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro…” (Isaías 9:6).


Cuando Isaías escribió esta profecía su pueblo estaba en guerra. El malvado Rey Acaz de Judá estaba en el trono. Samaria y Siria se unieron para invadir a Judá. El rey y su pueblo tenían miedo. Pero Dios le dijo a Isaías que ellos no vendrían.

Entonces Isaías habló de la venida del Mesías. Él dijo que el Mesías iba a llevar a la nación a la alegría y la prosperidad. Dijo que el Mesías vendría como un niño. En el capítulo siete el profeta dijo:

“El Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel” (Isaías 7:14).

Ahora Dios le dio a Isaías una revelación más. El niño nacido de una virgen crecería para ser un libertador de Su pueblo. El título Scofield antes del versículo uno lo dice todo. “El Divino infante: la única esperanza para Israel”. Nuestro texto lo expresa de esta manera,

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto” (Isaías 9:6-7).

Hoy en día el mensaje de Isaías viene a un mundo todavía asolado por la guerra. Incluso en la época de Navidad algunos países se están armando para un conflicto violento. En todo el mundo hay dolor y angustia – el resultado del pecado del hombre. Sin embargo a través de los siglos viene la voz del profeta Isaías. Señala la humanidad caída a “la única esperanza para Israel”. Y esa esperanza, esa única esperanza es el Señor Jesucristo.

Los Musulmanes pueden pensar que pueden derrocar a Israel y las naciones del mundo libre. Ellos pueden pensar que pueden acabar con el Cristianismo. Pero tienen una falsa esperanza que no va a suceder. Jesús vendrá otra vez y se sentará en “el trono de David”. “Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite”. Como el Dr. Watts lo puso tan elocuentemente,

Reinará Él por donde el sol
   En su jornada diaria va;
De costa a costa es el reino de Jesús,
   La luna no será ya más.
(Traducción libre de “Jesus Shall Reign” por Isaac Watts, D.D., 1674-1748).

Es todo el verso que tengo tiempo para hablar en esta mañana. Regresa esta tarde a las 5:30. ¡Tendremos nuestro banquete de Navidad! ¡Amén! El texto naturalmente se divide en dos partes.

I. Primero, “Un niño nos es nacido, hijo nos es dado”.

¿Por qué dice el profeta: “Un niño nos es nacido”, “hijo nos es dado”? He aquí por qué. Jesús nació en Belén como un bebé. Tuvo un nacimiento humano real. Era un bebé de carne y hueso. El profeta Miqueas predijo su nacimiento más de 700 años antes de que sucediera.

“Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad” (Miqueas 5:2).

Miqueas nos dice que Jesús el Mesías nacería en Belén. Y eso es exactamente lo que pasó.

Cuando nació Jesús, los reyes magos vinieron del Oriente buscándole. Fueron al Rey Herodes y le preguntaron dónde estaba. Pero Herodes no sabía dónde el Mesías iba a nacer. Llamó a sus escribas. Ellos estudiaban las Escrituras del Antiguo Testamento de día y de noche. Los escribas inmediatamente le dijeron al Rey Herodes la profecía de Miqueas. El niño Jesús nacería en Belén. Sí, Jesús tuvo un nacimiento humano. Él nació en un establo, y Su madre envolvió al bebé y lo metieron en un abrevadero para el ganado. Fue un nacimiento humilde, un lugar muy pobre para que naciera un bebé. ¿Pero quién era este bebé?

El profeta Isaías dijo: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado”. Él no era sólo un niño. ¡Él era también un hijo – el Hijo de Dios! No tenía padre humano. Dios era Su Padre. Antes de que Él naciera le habló el ángel Gabriel a María y le dijo:

“El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios” (Lucas 1:35).

“El santo ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios”. ¡Amén! ¡El Hijo de Dios nacido de una virgen era la segunda persona de la Santísima Trinidad! Él fue “dado. “Hijo nos

es dado”. Juan 3:16 dice:

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito…” (Juan 3:16).

Dios envió a su Hijo unigénito del Cielo. Él “dio” Su Hijo a la humanidad. Él “fue hecho carne, y habitó entre nosotros” (Juan 1:14). Eso es lo que Charles Wesley dijo:

A su tiempo es Su venir,
   De la virginal matriz:
En la carne a Dios mirad;
   Es velada deidad,
Con nosotros mora Él,
   Que es Jesús Emanuel.
Angeles, anunciadle,
   “Gloria al nacido Rey”.
(Traducción libre de “Hark, The Herald Angels Sing”
     por Charles Wesley, 1707-1788).

Jesús vino como ambos – un niño y un hijo. “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado” (Isaías 9:6). Él bajó del Cielo. Estaba vestido de carne humana. Él era un hombre perfecto, sin pecado. Pero era más que eso. “Dios fue manifestado en carne” (I Timoteo 3:16). ¡Jesús era Dios en la carne! Como el Dios-hombre perfecto, Él tomó el pecado del hombre sobre sí Mismo. Él permitió ser clavado en una cruz para pagar el castigo por el pecado del hombre. Pero espera, hay algo más que quiero decir.

El texto dice: “hijo nos es dado”. Jesús fue “dado” al mundo. Él bajo del Cielo, afuera del mundo. Después se levantó de entre los muertos, subió de nuevo al Cielo. “Viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos” (Hechos 1:9). Jesús vino del Cielo. Él fue “dado” a nosotros por un tiempo. Luego volvió al Cielo. El ángel dijo: “No está aquí, pues ha resucitado, como dijo” (Mateo 28:6). ¡Y esto es aún más cierto hoy que en la primera Pascua! “No está aquí, pues ha resucitado, como dijo”.

Ese es un pensamiento profundo para nuestra generación. Nuestra generación se llama “posmoderna”. Antes había una generación que era “moderna”. Pensaban que tenían que entender algo con sus mentes para creerlo. Esa era la forma “moderna” de saber algo. Pero nuestra generación es “posmoderna”. Tienes que “sentir” algo para saber que es real. Debían entenderlo, pero tú debes sentirlo. ¡Mi abuelo nunca hubiera pensado que tenía que sentir a Jesús! ¡Pero tu generación piensa que tiene que sentirlo a Él o Él no es real! ¿Entiendes?

Estoy pensando en un libro del Dr. David F. Wells, Por Encima De Todos Los Poderes Terrenales: Jesús En Un Mundo Posmoderno [Above All Earthly Powers: Christ in a Postmodern World] (Eerdmans, 2005). El Dr. Wells citó a Edna Hong, quien describió tu generación. Ella dijo: “Ellos desean y quieren, anhelan – estos jóvenes. Por experiencia. Por la experiencia religiosa. Por la Experiencia Religiosa Extraordinaria que pondrá todas sus piezas juntas en una que es hermosa, santa, completa...libre de todo el alboroto y dichos de las religiones institucionales” (p. 114).

Eso describe bastante bien a algunos jóvenes que aconsejo. “Ellos anhelan una experiencia – por una experiencia religiosa que pondrá todas sus piezas juntas en una que es santa, completa”. Y si ellos no sienten eso, ellos dicen que no son salvos. Supongo que piensan que eso es lo que las personas en los tiempos antiguos obtuvieron en los avivamientos. Ellos gritaron: “¡Aleluya! ¡Soy salvo!” Pero no es correcto. Gritaban porque sus pecados fueron perdonados, no porque tenían una “experiencia religiosa que puso todas sus piezas juntas”. Si debes tener ese tipo de sentimiento, tendrás que ir a una iglesia “emergente”. Van a apagar las luces. Encender candelas. Tocarán música de rock, y estarán a tu alrededor hablando en “lenguas”. Probablemente vas a “sentir” algo, ¡pero no va a ser Jesús! Van a ser tus propios nervios alterados. O tal vez un demonio. ¡Pero no va a ser Jesús! Mira Isaías 8:19-20. Escucha mientras lo leo.

“Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos? ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.” (Isaías 8:19-20).

Estaban buscando a demonios “encantadores”. Buscaban “adivinos que susurran hablando”. Ellos anhelaban una “experiencia religiosa” ¡para demostrar su religión a través de sus sentimientos! Pero el profeta les dijo:

“¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Isaías 8:20).

Isaías dijo: “¡Mira la Biblia, no a las emociones extrañas y sentimientos internos!” La Biblia ha sobrevivido al escrutinio durante miles de años. La Biblia ha sobrevivido al ascenso y la caída de las civilizaciones. La Biblia ha perseverado en toda destrucción, persecución y calamidad porque es la Palabra de Dios. La Biblia tiene una fuerza de autoridad que tus sentimientos no tienen. Por lo tanto, no puedes confiar en tus sentimientos. Pero puedes confiar en la Biblia. ¿Y qué dice la Biblia acerca de Jesús? Dice, “hijo nos es dado”. Sí, se nos dio para morir en la Cruz para pagar por nuestros pecados. Y ahora se ha ido, de vuelta al Cielo. ¡Él no está aquí para hacerte cosquillas en tu espalda o hacerte temblar en tu corazón! ¡Eso es cosa de emociones y demonios – no Jesús! Confía en Jesús solo por fe, sin sentimientos, ¡y acaba con eso! ¡Amén! “Sólo confía en Él. Sólo confía en Él. Sólo confía en Él ahora. Él te salva. Él te salva. Él te salvará”. Amén. Pero hay un punto más.

II. Segundo, “Y el principado sobre su hombro”.

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro…” (Isaías 9:6).

Tan hermosa como la historia de la Navidad es, no habría esperanza si Jesús hubiera quedado muerto en la Cruz. Sí, Él fue “dado” a nosotros para morir por nuestros pecados. Pero hay más. Él se levantó de entre los muertos y ascendió al Cielo. Y él va a volver de nuevo. Él dijo:

“Verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria” (Mateo 24:30).

Él viene otra vez, Él viene otra vez.
   Con poder y gloria,
¡Él viene otra vez!
   (Traducción libre de “He is Coming Again”
      por Mabel Johnston Camp, 1871-1937).

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto” (Isaías 9:6-7).

Los antiguos rabinos están correctos sobre la segunda parte del texto. Ellos sabían que el Mesías reinaría como un rey. Ellos sabían que “el principado sobre su hombro”. Pero de alguna manera no entendieron la primer parte del texto: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado.”

Hoy es al revés. La gente sabe que Jesús nació como un bebé en Belén. Ellos entienden vagamente que “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado”. Pero ellos no saben que Jesús es el Señor. Dicen en sus corazones: “No queremos que éste reine sobre nosotros” (Lucas 19:14). Es por eso que van a ir a una fiesta de borrachos, o un baile, o alguna otra cosa, en lugar de estar en la iglesia la Víspera de la Navidad y Año Nuevo. Ellos no quieren a Jesús como su Señor y Rey. Ellos son “amadores de los deleites más que de Dios” (II Timoteo 3:4). Pero, no importa lo que ellos hagan, yo te estoy pidiendo a ti que confíes en Jesús y le des tu vida. Los que tienen a Jesús como su Salvador y Señor ahora estarán listos cuando Él venga otra vez.

¡Sí, Jesús viene para establecer Su Reino en esta tierra por mil años! Entonces la oración de los siglos será respondida: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo...Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre. Amén”. Pero si tus pecados no han sido perdonados, no estás listo para el reino de Jesús. En cambio, serás juzgado cuando Jesús regrese. Jesús ahora está listo para perdonarte, pero si lo descuidas, algún día Él te juzgará. No descuides ninguna oferta de gracia que se te dé. No rechaces al Hijo que fue dado por ti. Porque el Hijo de Dios fue dado por ti. Jesús murió en la cruz en agonía para pagar la pena por tu pecado. Eres un pecador que necesita el perdón. No puedes estar listo para el regreso del Hijo de Dios sin haber lavado tus pecados con la Sangre que derramó por ti en la Cruz. Puedes tener a Jesús y el perdón de los pecados a través de Su Sangre si confías en Él por fe. Confía en Él y Él te salvará.

Si deseas hablar con nosotros acerca de convertirte en un verdadero Cristiano y ser salvo por Jesús, ven y siéntate en las primeras dos filas. Amén.


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(FIN DEL SERMÓN)
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El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Once in Royal David’s City” (por Cecil F. Alexander, 1818-1895).


EL BOSQUEJO DE

UN NIÑO ES NACIDO – UN HIJO ES DADO

Un sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr.
y predicado por el Sr. John Samuel Cagan

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro…” (Isaías 9:6).

(Isaías 7:14; 9:6-7)

I.   Primero, “Un niño nos es nacido, hijo nos es dado”, Isaías 9:6a;
Miqueas 5:2; Lucas 1:35; Juan 3:16; 1:14; I Timoteo 3:16;
Hechos 1:9; Mateo 28:6; Isaías 8:19-20.

II.  Segundo, “Y el principado sobre su hombro”, Isaías 9:6b; Mateo 24:30;
Lucas 19:14; II Timoteo 3:4.