Print Sermon

El propósito de este sitio de Internet es proporcionar manuscritos de sermones gratuitos y videos de sermones a pastores y misioneros en todo el mundo, especialmente en el Tercer Mundo, donde hay pocos, si es que hay, seminarios teológicos o escuelas Bíblicas.

Estos manuscritos de sermones y videos ahora van a casi 1,500,000 computadoras en más de 221 países todos los meses en www.sermonsfortheworld.com. Otros cientos miran los videos en YouTube, pero rápidamente dejan YouTube y vienen a nuestro sitio de Internet. Los manuscritos de sermones se dan en 46 idiomas a casi 120,000 computadoras cada mes. Los manuscritos de sermones no tienen derecho de autor, así que los predicadores pueden usarlos sin nuestro permiso. Por favor, oprime aquí para aprender cómo puedes hacer una donación mensual para ayudarnos en esta gran obra de predicar el Evangelio a todo el mundo.

Cuando le escribas a Dr. Hymers, siempre dile en qué país vives o él no te podrá contestar. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net.




¡CALCULANDO EL COSTO – Y ESFORZANDOSE A ENTRAR!

Un sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr.
y predicado por el Sr. John Samuel Cagan
en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 17 de Diciembre del 2017

“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán” (Lucas 13:24).


Jesús trataba con el tema de la salvación. Un hombre le dijo: “¿son pocos los que se salvan?” (Lucas 13:23). Jesús entonces se volvió hacia toda la multitud. Les dijo lo que tenían que hacer para ser salvos. Él dijo: “Esforzaos a entrar por la puerta angosta”. La “puerta angosta” es Jesús Mismo. La palabra “esforzaos” viene de la forma plural de la palabra Griega “agonizōmai.” Danker Bauer (Danker Bauer, A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature, University of Chicago Press, 2000, p. 17) indica que la palabra originalmente tenía qué ver con el esfuerzo en una competición atlética, mas después, en la época del Nuevo Testamento, llegó a usarse para describir pelear y batallar. Fue usada por el Apóstol Pablo en ese sentido cuando dijo: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (II Timoteo 4:7).

Así que la palabra “agonizōmai” habla de pelear y batallar. En nuestro texto se refiere a pelear y batallar para entrar a Jesús, que es “la puerta angosta”. El Dr. Lenski dijo: “Tenemos el verbo fuerte ‘esforzar’ [agonizesthe] del cual todavía tenemos ‘agonizar’... Tenemos que esforzarnos hasta la ultimo para entrar...Esto es lo opuesto de la indiferencia, de ser...descuidados, o de vivir en seguridad falsa” (R. C. H. Lenski, D.D., The Interpretation of St. Luke’s Gospel, Augsburg Publishing House, reimpreso en 1961, p. 747; nota sobre Lucas 13:23). El Dr. Lenski tradujo nuestro texto así: “Batalla para entrar por la puerta angosta” (ibid., p. 746). El Dr. Lenski prosiguió a decir:

Cuando es demasiado tarde, se despiertan y “procuran” entrar y no pueden “tener éxito”...porque la puerta está cerrada. Entonces aquí tenemos los tiempos futuros “procurarán”, “no [podrán] tener éxito”. Ambos señalan al tiempo cuando la puerta estará cerrada...El arrepentimiento...será imposible (R. C. H. Lenski, D.D., ibid., p. 748).

Hay un viejo himno que lo dice todo:

Lo que cuesta sabéis si tu alma perdéis,
   ¿Aunque el mundo entero ganéis?
Y podría ser que ya cruzaste el lumbral,
   ¿Lo que cuesta, lo que cuesta sabéis?
(Traducción libre de “Have You Counted the Cost?” de A. J. Hodge, 1923).

“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán” (Lucas 13:24).

Debes batallar a entrar en Jesús. Debes luchar para entrar en Jesús. Debes moverte con toda tu energía como si tu vida dependiera de ello. ¿Alguna vez has visto un video de un antílope huyendo de un león? Ese antílope corre con toda su energía y fuerza. Ese animal corre con cada gramo de fuerza dentro de sí mismo para escapar de las garras de la muerte. También hay un león persiguiéndote. Ese león es el diablo. Por lo tanto, tienes que batallar contra Satanás. Y no solo eso, tienes que batallar contra tu propia naturaleza depravada. Debes luchar contra tu orgullo y tu indisposición de someterte a Jesús. El Dr. Martín Lloyd-Jones dijo: “Ningún hombre jamás se hizo Cristiano sin parar a verse a si mismo” (Iain H. Murray, Lloyd-Jones: Messenger of Grace, The Banner of Truth Trust, 2008, p. 212).

¿Te has visto alguna vez como un pecador condenado? ¿Has encarado alguna vez el asunto de tu rebelión contra Jesús? ¿Te has admitido a ti mismo que piensas que sabes más de esto que Él? ¿Te has admitido a ti mismo que eres rebelde contra Él, que lo has desechado, y despreciado Su amor, y lo has empujado todos estos meses y años? ¿Le has admitido todo eso a Él – y a ti mismo? Si no, quizá nunca entrarás a El, quizá nunca serás convertido, quizá nunca pasarás más allá de solamente estar “aprendiendo, y nunca [poder] llegar al conocimiento de la verdad” (II Timoteo 3:7).

“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán” (Lucas 13:24).

Lo que cuesta sabéis si tu alma perdéis,
   ¿Aunque el mundo entero ganéis?
Y podría ser que ya cruzaste el lumbral,
   ¿Lo que cuesta, lo que cuesta sabéis?

“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán” (Lucas 13:24).

I. Primero, piensa lo que te sucederá si no te esfuerzas a entrar.

“El Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no...obedecen al evangelio” (II Tesalonicenses 1:7-8).

El Dr. W. G. T. Shedd señaló que:

El castigo sin fin es razonable...porque lo apoya la conciencia humana. La propia conciencia del pecador “testifica” y aprueba la sentencia que condena “en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio” (Romanos 2:16)… El Catecismo de Westminster Más Grande 89 [dice] que “a los impíos, se les pronunciará la justa sentencia de condenación con evidencia clara y con la plena convicción de sus conciencias” (traducción libre de W. G. T. Shedd, Ph.D., Dogmatic Theology, P and R Publishing, edición de 2003, p. 920).

Como lo puso Frederick W. Faber:

¡Oh, que terrible pensamiento!
Un acto de pecado contiene en sí
El poder del odio eterno de Dios,
Y eternos dolores.
   (Frederick W. Faber, 1814-1863).

Pueden sentarse. El Dr. Shedd nos dijo:

El pecado es la acción suicida de la voluntad humana. Al hombre no se le fuerza a matarse a sí mismo; pero lo hace, no puede traerse a vida de regreso. Al hombre no se le fuerza a pecar, pero lo hace, se puede regresarse a donde estaba antes de pecar. No puede volver a la inocencia. [El se vuelve como esclavo del pecado]. “todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado” dijo Jesús (Juan 8:34); (Shedd, ibid., pp. 923-924).

De nuevo, el Dr. Shedd nos dijo:

...que el pecado sin fin es razonable es probado por la preferencia de los mismos impíos. Los espíritus no sumisos, rebeldes, desafiantes e impenitentes prefieren el infierno que el cielo. Milton correctamente interpreta a Satanás al decir... “es mejor reinar en el infierno que servir en el cielo”...Los malvados no estarían más felices en el cielo que en el infierno... El impío prefiere la...libertad de pecar...que la pureza de la sociedad Cristiana (Shedd, ibid., p. 926).

“Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas” (Juan 3:19-20).

Lo que cuesta sabéis si tu alma perdéis,
   ¿Aunque el mundo entero ganéis?
Y podría ser que ya cruzaste el lumbral,
   ¿Lo que cuesta, lo que cuesta sabéis?

Jesús dijo:

“Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mateo 25:30).

“Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno” (Mateo 25:41).

La Biblia dice:

“Los cobardes e incrédulos... y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Apocalipsis 21:8).

¡Piensa, piensa! ¡Piensa en lo que te pasará si no obedeces el mandamiento de Jesús!

“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán” (Lucas 13:24).

Lo que cuesta sabéis si tu alma perdéis,
   ¿Aunque el mundo entero ganéis?
Y podría ser que ya cruzaste el lumbral,
   ¿Lo que cuesta, lo que cuesta sabéis?

Dr. Hymers conoció a un hombre que llevaba siete días de muerto antes de que hallaran su cuerpo. Él dijo: “Cierren el ataúd – ¡se está pudriendo!” Pero la familia no escuchó. Ellos tuvieron que pasar por el ataúd y mirar su cara pudriéndose. Sus dientes resaltaban de sus labios podridos. ¡Piénsalo! ¡Tu cara un día se podrirá así! ¡Pero tu alma se hundirá a las llamas eternas!

“¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?” (Isaías 33:14).

¡Oh Dios! “¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor?”

Lo que cuesta sabéis si tu alma perdéis,
   ¿Aunque el mundo entero ganéis?
Y podría ser que ya cruzaste el lumbral,
   ¿Lo que cuesta, lo que cuesta sabéis?

“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán” (Lucas 13:24).

Ah, alma, ¿no te escaparás de estos horrores? No sin batallar para entrar – ¡no sin esforzarte y batallar, no sin pelear, con todo tu vigor y toda la fuerza para entrar a Jesús!

“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán” (Lucas 13:24).

II. Segundo, cómo debes esforzarte a entrar.

¡Un hombre en su estado natural tiene que esforzarse para tener convicción de pecado, para sentir su naturaleza pecaminosa – para conocer su necesidad de la salvación! Pero, ¿cómo puede un hombre natural prepararse? Hay algunas cosas que debes llevar a cabo – con celo, con esfuerzo, con intensidad:

1.  Debes oír la Palabra de Dios. La Biblia dice: “La fe viene por el oír y el oír por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). Debes escuchar atentamente las palabras del sermón. No te sientes frente al orador con la mente cerrada y el corazón cerrado. No te sientes allí con una mente que está lejos de las verdades que te están siendo entregadas. Si haces esto, no te estás esforzando a entrar. Todavía estás jugando. Debes ponerte serio y escucharlo en serio. Debes luchar contra tu tendencia a sentirte somnoliento durante el servicio. Debes luchar contra tu naturaleza pecaminosa que se distrae cuando se da el sermón. Debes acumular cada onza de energía dentro de ti y empaparte de la Ley y el Evangelio como si tu vida dependiera de ello. Esfuérzate a entrar. Escucha la predicación de la Palabra de Dios.

2.  Debes leer los sermones con cuidado y en serio después de que sean predicados. Seria aplicación de la mente y el examen de la verdad con el fin de comprender y sentir su fuerza. “Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará” (Lucas 8:18). Algunas personas leen los sermones solo por decir que lo hicieron. En realidad no se están esforzando. Simplemente se están engañando a sí mismos para no sentirse culpables por no tratar de ser salvos. Están mintiendo a su propia alma diciéndose a sí mismos que solo están haciendo su mejor esfuerzo. No, no estás haciendo lo mejor que puedes. No puedes recordar lo que dicen los sermones aunque digas que los lees todos los días. O lees los sermones distraídamente o no lees nada. No te esfuerzas a entrar a menos que leas los sermones seria y cuidadosamente. Hay una joven en nuestra iglesia que comenzó a leer los sermones, y luego subrayó las partes que le parecían especialmente importantes. Ella agonizó sobre los sermones. Ella luchó a través de los puntos del sermón. Puso toda su energía y todas sus fuerzas en leer los sermones. Ella estaba seria. Ella fue cuidadosa. Ella se esforzó, así que no pasó mucho tiempo hasta que fue salva. Sin embargo, hay otros, que duran meses e incluso años, sin hacer ningún tipo de progreso espiritual. Y en tus momentos más honestos, culpas a los demás, culpas al pastor, culpas al consejero, e incluso culpas a Dios. Pero debes culparte a ti mismo, porque no estás esforzándote a entrar. Tal vez estás tratando de entrar, pero probablemente ni siquiera estás haciendo eso. Tratar de entrar hará que tu alma se pierda para siempre. Debes esforzarte a entrar. Debes leer los sermones en serio. Debes leerlos cuidadosamente. Debes leerlos incluso cuando no creas que te ayudarán. Debes leerlos incluso cuando estés cansado y prefieras olvidarte de tu alma. Debes esforzarte. Debes luchar por la salvación de tu alma. Debes leer los sermones. El uso de estos medios de convicción tiende a producir un sentido de los requisitos de la ley y la falta de obediencia, y trae al alma perdida bajo convicción de pecado.

3.  Debes orar por la obra del Espíritu Santo en la convicción de pecado. La Biblia dice: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11:13). ¿Alguna vez has orado por tu alma? ¿Estás tan seguro de tu propia fuerza que ni siquiera pedirás a Dios que te ayude? Eso no es esforzándote a entrar. La Biblia dice: “no tenéis lo que deseáis, porque no pedís” (Santiago 4:2). Debes orar por tu alma. Se honesto con Dios. Ora incluso si tu corazón está lleno de incredulidad. Ora con urgencia y lucha en tu corazón. Ora todas las noches por tu alma. Ora para que el Espíritu de Dios te convenza de pecado hasta que tu corazón se ablande y tu mente se llene de horror ante el pensamiento de tu pecado – y tu necesidad de Jesús para salvarte. (Abreviado de Shedd, ibid., página 774).

“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán” (Lucas 13:24).

Lo que cuesta sabéis si tu alma perdéis,
   ¿Aunque el mundo entero ganéis?
Y podría ser que ya cruzaste el lumbral,
   ¿Lo que cuesta, lo que cuesta sabéis?

Oro que seas convencido de pecado y que Dios te atraiga a Jesús, “El Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). Amén.


CUANDO LE ESCRIBAS A DR. HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr. Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr. Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes llamarle por teléfono al (818) 352-0452.

(FIN DEL SERMÓN)
tú puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet
en www.sermonsfortheworld.com.
Oprime en “Sermones en Español”.

Estos manuscritos de sermones no tienen derechos de autor. Pueden ser usados
sin la autorización de Dr. Hymers. Sin embargo, todos los mensajes de video de
Dr. Hymers, y todos los otros sermones en video de nuestra iglesia, sí tienen
derechos de autor y solo pueden ser usados con autorización.

El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Have You Counted the Cost?” (por A. J. Hodge, 1923).


EL BOSQUEJO DE

¡CALCULANDO EL COSTO – Y ESFORZANDOSE A ENTRAR!

Un sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr.
y predicado por el Sr. John Samuel Cagan

“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán” (Lucas 13:24).

(Lucas 13:23; II Timoteo 4:7; 3:7)

I.   Primero, piensa lo que te sucederá si no te esfuerzas a entrar,
II Tesalonicenses 1:7-8; Romanos 2:16; Juan 8:34; 3:19-20;
Mateo 25:30, 41; Apocalipsis 21:8; Isaías 33:14.

II.  Segundo, cómo debes esforzarte a entrar, Romanos 10:17;
Lucas 8:18; 11:13; Juan 1:29.