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¡UN TIEMPO DETERMINADO!

Un sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr.
y predicado por el Sr. Noah Song
en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Noche del Día del Señor, 25 de Junio del 2017

“Otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones.” (Hebreos 4:7).


La palabra “determina” viene de la palabra griega que significa “nombrar,” “designar,” “Para marcar con una frontera - o límite.”

Hay un límite a la paciencia de Dios. Cuando se pasa ese límite tu nunca puedes ser salvo.

Rechazando a Jesús una línea cruzáis,
El Espíritu Santo se va,
Y alocado al placer de este mundo corréis,
¿Lo que cuesta, lo que cuesta sabéis?
¿Lo que cuesta sabéis, si tu alma perdéis?
¿Aunque el mundo entero ganéis?
Y podría ser que ya cruzaste el umbral
¿Lo que cuesta, lo que cuesta sabéis?
   (Traducción de “Have You Counted the Cost?”
   de A. J. Hodge, 1923).

“Determina otra vez un día, como se dijo… Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones.” (Hebreos 4:7).

Hay un límite a la paciencia de Dios. Hay un fin a su oferta de gracia. “Rechazando a Jesús una línea cruzáis, El Espíritu Santo se va,” “Él determina otra vez un cierto día.” Cuando ese día es pasado, es eternamente demasiado tarde para que seas salvo. ¿Es esta noche tu última oportunidad? ¿Es tu oportunidad de ser salvo “determinado” a esta noche? ¿Está marcado por un límite eterno - que si vas más allá de esa frontera esta noche - Dios te abandonará para siempre? No me sorprendería si esta fuera la última oportunidad para ti. Tu podrías vivir por otros setenta u ochenta años, pero Dios nunca habla o convence de nuevo - porque ha pasado el plazo de Dios. “Él determina otra vez un cierto día.”

George W. Truett solía decir: “Hay una línea, no vista por el hombre. Cuando pasas sobre ella, te habrás ido para siempre.” ¡El Dr. Truett tenía razón! ¿Lo que cuesta sabéis?

Rechazando a Jesús una línea cruzáis,
El Espíritu Santo se va,
Y alocado al placer de este mundo corréis,
¿Lo que cuesta, lo que cuesta sabéis?

¿Lo que cuesta sabéis, si tu alma perdéis?
¿Aunque el mundo entero ganéis?
Y podría ser que ya cruzaste el umbral
¿Lo que cuesta, lo que cuesta sabéis?

Hay un límite a la paciencia de Dios. Hay un límite a la gracia de Dios. Hay un límite de cuando tú puedes ser salvo.

“Determina otra vez un día, como se dijo… Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones.” (Hebreos 4:7).

I. Número uno - hay límite de cuántas veces el
Espíritu Santo va a convencerte.

Jesús dijo:

“Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.” (Juan 16:8).

“Cuando él venga” Él va hacer esas cosas. Pero ¿qué pasará cuando Él se vaya?

Cuando el Espíritu de Dios se vaya, tú no puedes ser convencido del pecado. Tú no puedes ser convencido de la justicia o del juicio. ¡Es demasiado tarde entonces! Dios nos advierte,

“No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre” (Génesis 6:3).

Y cuando el Espíritu Santo para de contender – ¡Estás condenado! Dr. John R. Rice dijo:

Has esperado y tardado rehusando al Salvador,
   Todas sus pacientes advertencias, Su amable imploro;
Comiste el fruto prohibido, creíste la promesa de Satanás;
   Tu corazón se ha endurecido, el pecado tu mente oscureció.
Que triste enfrentar el juicio, recordarás sin misericordia
   Duraste y tardaste hasta que el Espíritu se fue;
Que reproches y dolor, cuando la muerte te encuentre sin esperanza,
   Duraste y tardaste y esperaste demasiado.
(Traducción libre de “If You Linger Too Long” de Dr. John R. Rice, 1895-1980).

“Determina otra vez un día, como se dijo… Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones.” (Hebreos 4:7).

II. Número dos – hay límite de cuántas veces tu vas a oír el Evangelio.

Algún día tú oirás el Evangelio por última vez. ¿Cómo sabes que no es esta noche? ¿Cómo sabes que esto no es la última vez que oyes el Evangelio? ¿Cómo sabes eso?

Pablo predicó el Evangelio y Félix lo escuchó. Cuando Pablo estaba predicando “Félix se espantó” (Hechos 24:25). Pero después, Félix pospuso ser salvo. Él dijo a Pablo:

“Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré.” (Hechos 24:25).

“Ahora vete. Cuando tenga oportunidad, te llamare otra vez para que me digas cómo ser salvo.”

Pero Félix de alguna manera nunca lo hizo. Su corazón había temblado. Él estaba en el borde de la conversión. Pero él se retiró. Él dijo: “Lo haré más tarde.” Pero él había cruzado la línea. ¡Se fue! ¡Era demasiado tarde! Era un hombre muerto en vida. ¡Se fue! ¡Nunca oirá el Evangelio de nuevo! Ese fue su último sermón! Él dijo: “Cuando tenga otro tiempo, voy a escuchar otro sermón.” ¡No! ¡Ese es su último sermón, Félix! ¿Cómo sabes si este sermón esta noche es tu último sermón, pecador?

He oído acerca de una joven que dijo que iba a volver al servicio de la tarde y ser salva. Ellos le dijeron: “Tú tienes que ser salva ahora.” Ella dijo: “No, voy a volver esta noche y ser salva.” Ella fue atropellada por un automóvil esa tarde - y murió al instante. Sus amigos en la iglesia sollozaban incontrolablemente mientras estaban de pie al lado de su ataúd. ¡No tenían ninguna esperanza de volver a verla otra vez! Sabían que ella murió y se fue al infierno. ¡Ella esperó demasiado tiempo!

“Determina otra vez un día, como se dijo… Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones.” (Hebreos 4:7).

III. Número tres – hay límite de cuántas veces
tu puedes endurecer tu corazón.

En Números 21:23 leemos,

“Más Sehón no dejó pasar a Israel por su territorio” (Números 21:23).

Él era el rey de los amorreos. Se negó incluso a dejarlos pasar a través. Ellos podían haberle dicho acerca de Dios. Él podía haber sido salvo. Pero Sehón endureció su corazón y rechazó el pueblo de Dios. En vez de dejarlos pasar tranquilamente por su tierra, trajo un ejército y trató de matar a la gente de Dios. Endureció su corazón contra Dios.

Ahora voltee a Deuteronomio 2:30,

“Más Sehón rey de Hesbón no quiso que pasásemos por el territorio suyo; porque Jehová tu Dios había endurecido su espíritu, y obstinado su corazón…” (Deuteronomio 2:30).

Los predicadores de antaño llamaban eso “endurecimiento judicial”. Sehón dijo, “no”. Él dijo esto por lo menos varios días antes de que atacó a Israel. Entonces Dios había endurecido su corazón para siempre - y murió en pecado. Por tres mil cuatrocientos sesenta y tres años el rey Sehón ha estado ardiendo en la boca del infierno, gritando una y otra vez,

“estoy atormentado en esta llama” (Lucas 16:24).

“estoy atormentado en esta llama” (Lucas 16:24).

“estoy atormentado en esta llama” (Lucas 16:24).

“estoy atormentado en esta llama” (Lucas 16:24).

“estoy atormentado en esta llama” (Lucas 16:24).

Eso es el llanto sin fin de Sehón - haciéndose eco de los eructos intestinales del Hades, haciendo eco a través de los aposentos oscuros del Gehena, llorando frente a los aposentos llenos de demonios del infierno:

“estoy atormentado en esta llama” (Lucas 16:24).

Oh, te advierto esta noche, hay un límite a cuántas veces puedes endurecer tu corazón. Dios te cortará para siempre si endureces tu corazón contra Jesús esta noche. Hay un límite de cuántas veces puedes endurecer tu corazón.

“Determina otra vez un día, como se dijo… Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones.” (Hebreos 4:7).

Jesús ha resucitado de los muertos. Él está en el Cielo, a la diestra de Dios. Ven a Él. Sed limpios de tus pecados por Su Sangre. No esperes. Puede ser demasiado tarde mañana. Hazlo ahora. “Él determina otra vez un día.” Ven a Jesús esta noche. Dr. Hymers, por favor, venga y cierre este servicio.


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(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída Antes del Sermón por el Sr. Aaron Yancy: Hebreos 3:7-8, 15; 4:7.
El Solo Cantado Antes del Sermón por la Sra. Julie Sivilay:
(“Have You Counted the Cost?” de A. J. Hodge, 1923).


EL BOSQUEJO DE

¡UN TIEMPO DETERMINADO!

Un sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr.
y predicado por el Sr. Noah Song

“Otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones.” (Hebreos 4:7).

I.    Número uno – hay límite de cuántas veces
el Espíritu Santo va convencerte, Juan 16:8; Génesis 6:3.

II.  Número dos – hay límite de cuántas veces
tu vayas oír el Evangelio., Hechos 24:25.

III. Número tres – hay límite de cuántas veces
tu puedes endurecer tu corazón, Números 21:23;
Deuteronomio 2:30; Lucas 16:24.