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UNA VIDA DE CONFLICTO

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Noche del Día del Señor, 3 de Abril, 2016

“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).


Esta mañana la pasamos muy bien. Nuestra iglesia está entrando en vida otra vez. Pero hay un lado serio en esto. No veremos victoria si no vemos lo que es serio, así como lo que es alegre.

El Dr. Henry M. Morris dijo: “La cortina de lo invisible se abre un poco aquí para darnos un vistazo de las tremendas fuerzas espirituales dispuestos en contra del pueblo de Dios. Dios creó una “compañía de muchos millares de ángeles” (Hebreos 12:22), y aparentemente al menos un tercio de este ejercito de espíritus creados siguieron a Satanás en su larga guerra contra Dios y Su pueblo (Apocalipsis 12: 4, 7). Estas [fuerzas demoníacas] están organizadas en una jerarquía de principados y potestades, los gobernadores de las tinieblas de este mundo” (traducción literal de Henry M. Morris, Ph.D., The New Defender’s Study Bible, Word Publishers, 2006; nota sobre Efesios 6:12).

“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).

Ese versículo nos muestra que la vida Cristiana es una vida de conflicto. Pero muchos Cristianos han olvidado eso, algunos hasta en nuestra propia iglesia. El Dr. Martyn Lloyd-Jones dijo: “¿Cuán a menudo concebimos la vida Cristiana como una batalla, una guerra? Yo digo que la Iglesia Cristiana ha perdido de vista esta verdad vital del Nuevo Testamento…me temo [que muchos de nosotros] hemos perdido el sentido de conflicto de la vida Cristiana…si no peleamos, seremos derrotados; seremos victimas del enemigo” (traducción de Martyn Lloyd-Jones, The Miracle of Grace and Other Messages, Baker Book House, 1986, pp. 105, 106).

Tendemos a pensar que la conversión es todo lo que necesitamos. Pensamos en la vida Cristiana después de la conversión como “un estado pasivo de relajamiento” – como lo pone el Dr. Lloyd-Jones (ibid., p. 105). ¡Nada podría estar más lejos de lo cierto! ¡Nuestro texto nos dice que debemos estar en una pelea continua con Satanás y sus demonios!

A veces me alegra que fui convertido del mundo. Los niños criados en la iglesia la tienen tan fácil. Todo se les da en bandeja de plata. No tienen que pelear y batallar para estar en la iglesia. Si yo hubiese sido criado en la iglesia, no me hubiera dado cuenta desde el principio que no podía bajar la guardia, que estaba en una terrible batalla – ¡y que era demasiado débil para enfrentar el conflicto yo solo! Es por eso que el versículo de mi vida rápidamente se volvió “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). Para mí, ese versículo significaba que yo era demasiado débil para atravesar todo este conflicto, esta guerra, esta batalla con Satanás. Solo Jesús podría darme la fuerza para atravesar una pelea tras la otra. Alguien me dijo que busco peleas. Eso no es del todo cierto. El hecho es que yo no huyo como la mayoría de los predicadores hacen. Si no huyes pasarás a través de conflictos. ¿Por qué? ¡Debido a que el diablo es real! Muchas veces he estado tan débil e incapaz que llegué a la orilla del fracaso. En esas ocasiones solo pude susurrar el texto y aferrarme a su significado con una fe débil, “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. ¡Solamente un hombre débil como yo puede ver el valor de esa promesa!

Leslie me pidió que escribiera la historia de mi vida. Escribí como 150 páginas – pero paré y lo dejé. Pensé que nadie iba a interesarse en leer un libro deprimente – porque sería una historia de conflicto, guerra y casi derrota – ¡una larga vida de conflicto, con unas cuantas partes alegres! Al fin le dije a Dios que no podía terminarla a menos que nuestra iglesia experimentara una avivamiento – para que tuviera un buen final. Dios pareció decirme: “Está bien, Robert, guárdala y espera por avivamiento – y, si no envío uno no la tienes que terminar”.

Pero a veces me alegra que no fui criado en el consuelo de una iglesia que predicaba el evangelio. Venir de un mundo solitario y perdido me preparó para una guerra larga, porque desde el principio supe que sería muy difícil vivir mi vida como Cristiana, que cada paso que tomara sería por la fuerza de Jesús, ¡o yo estaría perdido perdido para siempre! Realmente por eso fue que me hice pastor. Después de ser convertido supe que tenía que estar en el centro de la pelea. Si no estaba continuamente en guerra yo me apartaría de Dios. He sabido eso desde que fui salvo a los veinte años de edad. ¡Otros podían vivir una vida cómoda, pero yo tenía que vivir continuamente en guerra – como Jesús, como Pablo, como los héroes de la fe en el capitulo once de Hebreos! Yo sabía lo que Pablo quería decir cuando le dijo al joven Timoteo:

“Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado” (I Timoteo 6:12).

Y otra vez, como el Apóstol le dijo a aquel joven:

“Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo”
(II Timoteo 2:3).

Tuve que sufrir penalidades. ¡Yo tuve que pelear la buena batalla de la fe – como soldado de Jesucristo! No había otra manera para que yo tuviera éxito como Cristiano. Por cierto, muchas veces pensamos en términos de psicología en lugar de la Biblia. Si fuéramos por la Biblia sabríamos por qué el Cristiano tiene que luchar.

La otra noche uno de nuestros jóvenes me dijo que yo hablo bastante de mí mismo. Luego dijo: “Creo que lo haces porque esta es una iglesia de gente joven”. Era buena visión. A menudo repaso mi vida temprana para hallar puntos que ayuden a los jóvenes en nuestra iglesia. No debo pararme en este pulpito y darte una lección de teología – o una mera exposición de algunos versos de la Biblia. Tengo que mostrarte cómo las Escrituras son vitales en mi propia vida – y en tu propia vida. Leí el texto:

“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).

Luego te digo lo que significa. Y luego te digo cómo se ha vuelto una realidad en mi propia vida. Te digo: “La vida Cristiana, de principio a fin, es una vida de conflicto – una vida de guerra espiritual con Satanás y sus demonios”. ¡Espero que no hayas pensado que tus problemas se acabarían después de tu conversión! ¡Es solamente el principio de tu batalla y guerra!

El Dr. H. L. Willmington de la universidad Liberty University dijo:

Durante el ministerio terrenal de Jesús hubo una gran explosión de actividad demoníaca ... y de acuerdo con Pablo [I Timoteo 4: 1-3], podemos esperar la misma actividad infernal justo [antes] de la segunda venida de nuestro Señor. la influencia demoníaca está detrás de muchos movimientos populares (H. L. Willmington, D. D., Signs of the Times, Tyndale House Publishers, 1983, p. 45).

Me parece que la actividad Satánica está aumentando más rápidamente cada año. Ya estaba bastante mal cuando yo iba a la universidad, pero ahora no veo cómo una persona joven puede asistir a un colegio o universidad secular sin ser tentado, de un modo u otro, por lo que el Dr. Willmington llama la “influencia demoníaca”. El propósito de Satanás es sumergirte en el mundo y el pecado. “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (I Corintios 10:12). Si no luchamos contra el Diablo, pronto comenzaremos a perder contacto con Dios. El primer lugar donde queda claro es en tu vida de oración. Si no puedes orar igual como lo hacías antes, es una señal segura de que estás resistiendo a Dios, o cediendo a alguna tentación. Escucha al Dr. A. W. Tozer. Él dijo,

Los días tempranos…nuestros padres creían en el pecado y el diablo como una sola fuerza, y creían en Dios y la justicia y el cielo como la otra…estas fuerzas estaban opuestas una a la otra para siempre en una hostilidad profunda, grave e irreconciliable. El hombre tenía que escoger lados – no podía ser neutral. Tenía que ser la vida o la muerte, el cielo o el infierno, y si escogía estar del lado de Dios, esperaba guerra contra los enemigos de Dios. La pelea sería real y mortífera y duraría todo lo que la vida continuara aquí [en la tierra]…nunca olvidaba en qué mundo vivía – era un campo de batalla, y muchos era heridos y matados…Los poderes malignos se concentran en destruirlo, mientras que Jesús está presente para salvarlo por el poder del evangelio. Para ser librado debe salir al lado de Dios en fe y obediencia. Eso era lo que pensaban nuestros padres, y eso, creemos nosotros, es lo que enseña la Biblia.

Que diferente hoy…el hombre piensa que el mundo no es un campo de batalla, sino un campo de juegos. No estamos aquí para pelear; estamos aquí para jugar [para divertirnos y vivir una vida fácil]…Esto, creemos nosotros, es lo que [piensa] el hombre moderno…esta idea de que el mundo es un campo de juegos en vez de un campo de batalla ahora ha sido aceptado… por la gran mayoría de Cristianos fundamentales (traducción libre de A. W. Tozer, D.D., “This World: Playground or Battleground?”).

¡Ahora, por favor no pienses que esto significa que no podemos divertirnos de ningún modo! ¡Claro que sí! ¡Claro que tenemos compañerismo! ¡Claro que comemos juntos y tenemos fiestas! Por supuesto jugamos juntos en el parque. Pero no son el objetivo principal en sí mismos. ¡Tras cada ocasión de diversión y compañerismo debemos recordar siempre que hay una guerra activa – y la vida Cristiana es una vida de conflicto y de guerra! Podemos parar un poco para divertirnos, pero luego volvemos a entrar en la batalla.

Es por eso que los jóvenes en nuestra iglesia pasan una hora entera juntos en oración cada semana. ¡La oración es absolutamente necesaria, si no Satanás nos vencerá!

Es por eso que salimos a traer jóvenes perdidos a nuestra iglesia a oír el Evangelio. ¡El evangelismo es absolutamente necesario, si no Satanás nos vencerá!

Es por eso que tengo que predicar sermones fuertes desde este púlpito. ¡Los sermones fuertes son absolutamente necesarios, si no Satanás nos vencerá!

Y una cosa más. ¡Hace poco me di cuenta de una debilidad en mi propia predicación, y tengo que disculparme contigo por no verla antes! ¡Como lo he dicho, la vida Cristiana de guerra no acaba cuando eres convertido! ¡Oh, no! ¡La conversión solo es el principio de la guerra! Jesús dijo: “Velad y orad, para que no entréis en tentación” (Marcos 14:38). Puedes entrar en la iglesia, e incluso parecer convertido, pero sin velar y orar caerás en tentación y lazo. Te volverás mundano y perderás el gozo de la salvación.

Algunos de ustedes ya no vienen a la reunión de oración en la noche del Jueves por la noche. ¡Cuidado! ¡Ya diste un paso hacia lo mundano! La vida Cristiana es una vida de conflicto con el mundo, con la carne y con el Diablo. Si olvidas no tardarás en caer en la trampa de Satanás, y ser barrido – a la oscuridad del presente siglo maligno. Alguien dice: “¡No lo digas! ¡No lo digas! ¡Vas asustar a alguien y se irá!” ¡Bueno, entonces, supongo que se asustarán e irán! “Muchos son llamados, pero pocos escogidos” (Mateo 22:14). ¡Si yo no los asusto, algo más lo hará! ¡Sólo los elegidos serán salvos sin importar lo que diga o no diga en un sermón como este!

Muchos fueron barridos afuera en la gran división que casi le costó la vida a nuestra iglesia. No te engañes, como ellos fueron engañados. ¡Nada ha cambiado! “El diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo” (Apocalipsis 12:12). Cuando te des al mundo, el Diablo cauterizará tu conciencia. ¡Entonces nada que digamos te convencerá de volver a nosotros! ¡Nunca hemos visto tan una sola persona regresar! ¡Ni una! “Velad y orad, para que no entréis en tentación” (Marcos 14:38).

¡Además, o estás creciendo en gracia o te estás deslizando! ¡No hay punto neutral! Como dijo el Dr. Tozer, el mundo es “un campo de batalla, y muchos son heridos y matados” (ibid.).

“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).

Sí, hay un Diablo verdadero. Si no eres salvo, él pone pensamientos extraños en tu mente. Te dice “esto” o “aquello” para detenerte de confiar en Jesús. A veces hasta hace que la gente tenga miedo confiar en Jesús. No hace sentido, pero le creen – y rechazan a Jesús. Ojalá que resistas las tentaciones de Satanás y vengas a Jesús ahora. Solo Jesús te puede limpiar de todo pecado por Su Sangre preciosa. Solo Jesús te puede salvar y guardarte a salvo del mal en nuestra nación y en nuestro mundo. Por favor de pie, voltea al himno número siete.

Cristiano, ¿los miras en santo lugar,
   Como las tinieblas te rodean ya?
Cristiano golpéalos, ganancia es perder;
   Vestido en la fuerza de la santa Cruz.
Soldados Cristianos, a pelear marchar,
   Yendo por delante la Cruz del Señor.

Cristiano, ¿los sientes, obrando en tí,
   Con empeño tentándote a pecar?
Cristiano, no tiembles; nunca desmayes;
   A pelear vestido, vela, ora, ayunad.
Soldados Cristianos, a pelear marchar,
   Yendo por delante la Cruz del Señor.

Cristiano, los oyes; dulce es su hablar,
    “Siempre vela, ayuna. Siempre vela, orad.”
Cristiano, contesta; “Oro al respirar.”
   La guerra traerá paz, y amanecerá.
Soldados Cristianos, a pelear marchar,
   Yendo por delante la Cruz del Señor.

“Bien sé tu conflicto, oh mi siervo fiel.
   Estás muy cansado; me sentí igual.
Pero esa batalla un día mío te hará,
   Y el fin de la angustia cerca a mí será.”
Soldados Cristianos, a pelear marchar,
   Yendo por delante la Cruz del Señor.
(Traducción libre de “Christian, Dost Thou See Them?”
       Traducido por John M. Neale, 1818-1866; a la melodía
       y con el coro de “Onward, Christian Soldiers.”)


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(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por el Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón: Efesios 6:10-18.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith, Antes del Sermón:
“Soldiers of Christ, Arise” (por Charles Wesley, 1707-1788;
al son de “Crown Him With Many Crowns”).