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¡QUÉDATE EN TU IGLESIA!

por Dr. C. L. Cagan

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Noche del Sábado, 12 de Diciembre, 2015

“Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos” (Rut 1:16-17).


Estas palabras fueron pronunciadas por una mujer llamada Ruth. Muchos padres judíos nombran a sus hijas Ruth en su honor. Pero la Rut original no era judía. Ella vivió en la tierra de Moab, donde la gente adoraba a ídolos y a falsos dioses. Lo que sucedió con Ruth tiene un significado espiritual para nosotros hoy.

Más de mil años antes de Cristo hubo hambre en Israel. Así que un hombre Judío de Belén llevó a su esposa Noemí y a sus dos hijos a la tierra de Moab. Allí, el hombre murió. Noemí se quedó con sus dos hijos. Se casaron con dos mujeres de Moab. Una de las mujeres se llamaba Orfa y la otra Rut. Entonces los dos hombres murieron. Noemí se quedó sola con sus nueras.

El hambre terminó en Israel. Noemí se dispuso a volver a su país. Pero ¿qué harían Orfa y Rut? ¿Irían con ella, o se quedarían en casa en Moab? Una de las mujeres se quedó, y la otra se fue con Noemí a Israel. “Orfa besó a su suegra” (Rut 1:14). Ella mostró afecto, pero ella se quedó atrás en Moab. Orfa nunca fue salva. Pero “Rut se quedó con ella [Noemí]”. Ella se quedó con Noemí como si estuviera clavada a ella.

Noemí le dijo a Rut, “He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella” (Rut 1:15). Es como si le dijo: “Es mejo que te vayas con ella”. Pero Rut repondió con las palabras de nuestro texto:

“Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos” (Rut 1:16-17).

Rut estaba “fijamente resuelta a ir con” Noemí de regreso a Israel (Rut 1:18). Ella había resuelto en su mente volverse una persona del pueblo Judío. Ella estaba “fijamente resuelta” a confiar en Dios. Rut fue a Israel y se casó con un hombre Judío – y ella se volvió ancestro de Jesucristo (Mateo 1:5). ¡Rut era una mujer perdida de un pueblo inmundo – pero ella vino a Israel y al Dios de Israel!

Rut hizo dos cosas. Ella confió en el Dios de Israel. Pero la mayoría de nuestro texto es sobre la otra cosa que Rut hizo – y es de eso que quiero hablar esta noche. Rut decidió estar con el pueblo de Dios para el resto de su vida. Ella dijo:

“Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada.”

Las palabras de Ruth a veces se citan en las bodas. Cuando dos personas se casan, prometen a vivir juntos y pertenecer el uno al otro por el resto de sus vidas. Eso es lo que hizo Ruth. Dejó su país atrás, y se comprometió con el pueblo de Israel – para el resto de su vida. Ella cruzó al otro lado, el lado de Israel.

Tengo una pregunta para ti. ¿Has hecho eso ? ¿Vas a estar con el pueblo de Dios? ¿Has entrado a la iglesia? Sé que vienes a nuestra iglesia. Te gusta aquí. La gente te agrada. Disfrutas las fiestas. Pero te has alejado del mundo y entrado a la iglesia – de verdad y para siempre? ¿Eres como Ruth o como Orfa?

Rut hizo dos cosas. Ella confió en Dios, y decidió estar con el pueblo de Dios. Algunos hacen las dos cosas al mismo tiempo. Dr. Chan fue convertido la primera vez que oyó el Evangelio. Él ha estado en nuestra iglesia desde entonces. La Sra. Hymers confió en Jesús la primera vez que oyó el Evangelio. Ella ha estado aquí desde entonces.

Pero eso no es lo que le sucede a la mayoría de la gente en Los Ángeles hoy. La mayoría de personas pasan semanas o meses solo yendo a la iglesia. Algunos “se alejan” y dejan de venir. Pero otros deciden estar con el pueblo de Dios. Luego, después, piensan seriamente sobre su pecado y su necesidad del perdón por la Sangre de Jesús, y experimentan la conversión verdadera.

¿Por qué es importante a donde tú quieres estar? ¿Por qué no puedes solamente aprender unas cuantas cosas de la religión y marcharte? Porque no puedes separar a quien confías en el Cielo de quién confías en la tierra. Si confías en Jesús, estarás con Su pueblo tal como estarás con Él. Los dos van juntos.

¿Es eso Bíblico? ¡Por supuesto! Jesús habló de ello en la Parábola del Sembrador. Él dijo que cierta gente es como semilla que fue sembrada en pedregales. Jesús dijo:

“Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene [problemas NVI] o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan [se apartan, NVI]” (Marcos 4:16-17).

Algunos de ustedes son de pedregales. Te gusta oír el Evangelio. Lo “recibes con gozo”. Te alegra oír que Dios te ama. Te gusta estar en la iglesia. Te gusta estar aquí con tus amigos. Te gusta venir a nuestras fiestas de cumpleaños. Pero luego “los problemas o la persecución” vienen, y te apartas.

Jesús dijo las personas que hacen eso “no tienen raíz en sí”. Pueden decir cosas buenas de la iglesia, o de Jesús. Pero nunca han confiado en Él. Nunca fueron convertidos. Por eso no se quedan. Pedro fue así un tiempo. Él dijo: “Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte” (Lucas 22:33). Pero él “dejándole, [huyó]” aquella noche (Marcos 14:50). Además, Pedro negó a Jesús tres veces. Él no era salvo todavía (mira a J. Vernon McGee sobre Juan 20:22).

¿Qué harás tú? Te gusta estar con tus amistades en la iglesia. Te gustan las fiestas acá. Pero, ¿qué harás cuando algo pase? ¿Faltarás al banquete de Navidad el domingo 20 de diciembre? ¿Irás a una fiesta salvaje, borrachera la Nochebuena? ¿Irás a Las Vegas a apostar en la Víspera del Año Nuevo? ¿Serás una persona de pedregales? O ¿estarás con el pueblo de Dios?

¿Qué si te pasan “los problemas o la persecución”? ¿Qué si la gente mundana habla mal de ti? Tal vez digan: “No seas fanático”. “No hagas demasiado”. ¿Qué harás? ¿Te alejarás? O ¿te quedarás con el pueblo de Dios?

Hubo otro Discípulo que pensaba acerca de donde quería estar. Vio que Jesús no gobernaría el mundo de inmediato. Ese hombre vio que no iba a hacerse rico. Estar con Jesús fue un “error” de su opinión. Pensó que había perdido años de su vida. Así que hizo un plan para salir y volver a empezar. Tomó treinta monedas de plata para traicionar al Salvador. Judas “salió... y era ya de noche” (Juan 13:30). Dos mil años después Judas es recordado como un traidor. ¿Eres así tú? ¿Vas a pensar de nuevo sobre el tiempo que pasarás con el pueblo de Dios? ¿Fue un desperdicio? ¿Vas decidir “bajarte del barco” y seguir otro camino? ¿Irás al infierno con Judas?

Alguien pregunta, “¿Por qué conectas mi relación con la iglesia y me relación con Jesús?” ¡Porque la Biblia las conecta! El Apóstol Pablo escribió:

“Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros” (I Juan 2:19).

Algunos “salieron de nosotros” la iglesia. No eran “de” la iglesia. ¡No eran Cristianos verdaderos! Si hubiesen sido “de” la iglesia – Cristianos verdaderos – habrían permanecido con” ellos. Pero salieron, lo cual mostró que no eran “de” ellos – no eran Cristianos para nada!

El Dr. John MacArthur, pese a estar mal con respecto a la Sangre de Jesús, estaba correcto cuando dijo:

Surgen desde dentro de la iglesia y salen ... La última prueba del verdadero Cristianismo es la resistencia. La salida de personas de la iglesia ... es su desenmascaramiento (John MacArthur, DD, La Biblia de estudio MacArthur, Word Publishing, 1997, p 1967;. Nota en I Juan 2:19).

El Dr. J. Vernon McGee, gran maestro Bíblico de la radio, escribió:

[El Apóstol] Juan dice que el modo que puedes saber si alguien es verdaderamente hijo de Dios es que eventualmente el hombre mostrará su color y dejará la [iglesia] si no es hijo de Dios. Se apartará de los Cristianos, el cuerpo de creyentes (traducción de Thru the Bible, vol. 5, Thomas Nelson Publishers, 1983, p. 777; nota sobre I Juan 2:19).

La Biblia hace una conexión cercana entre “con” y “de”. Con quien estás muestra de quien eres. El teólogo mártir Cipriano (200-258) dijo: “El que no tiene a la iglesia por su madre no puede tener a Dios por su Padre”. El gran Reformador John Calvin (1509-1564) también dijo: “la iglesia es llamada la madre de los creyentes. Y sin duda, el que se niega a ser un hijo de la iglesia desea en vano tener a Dios como su Padre” (traducción de “Calvin on the Church as the ‘Mother’ of Believers,” ETS artículo, 11/22/10). ¡Y yo estoy de acuerdo con él! Si te alejas de tu “madre” muestra que Dios no era tu Padre. Si te vas de la iglesia eso muestra que nunca fuiste convertido.

No dije que ir a la iglesia te salva. Puedes ir a las reuniones de la iglesia sin confiar en Jesús. Ir a la iglesia nunca puede salvar a nadie. Solamente la Sangre de Jesús “nos limpia de todo pecado” (I Juan 1:7).

Pero sí dije que confiar en Jesús no se puede divorciar de confiar en la iglesia y su gente. Ese es el error de los nuevos evangélicos del Sur de California. Dicen: “no tienes que ir a la iglesia para ser Cristiano. Quédate en casa el Domingo. Ve a las montañas. Ve a la playa. Has lo que quieras.” ¡Mentira! ¡El que no tiene a la iglesia por su madre no puede tener a Dios por su Padre! ¡No son Cristianos!

No puedes romper tu relación de confianza con la iglesia y esperar a tener confianza en Jesús. Aquí yace una advertencia para algunos de ustedes. Puedes estar sentado aquí, pero realmente no confías en la iglesia y su gente. Tampoco tienes una verdadera confianza en Jesús. Puede estar pensando en no estar aquí algún día. ¡Oh, te ruego que despiertes antes de que sea demasiado tarde! ¡No salgas de nosotros porque no eras uno de nosotros! Yo oro que tú confíes en Jesús pronto.

Pero ahora quiero hablarle a los que han venido por semanas o meses, pero no han decidido a donde van a estar. Vienes a los servicios. Vienes a las fiestas. Te gusta aquí. Te gusta la gente. Aprendes unas cuantas cosas. Pero en tu corazón, no eres como Rut. No te has cometido a quedarte con el pueblo de Dios. No te has “unido a ellos” por decirlo así.

Por eso no has decidido “esforzarte a entrar” por la puerta estrecha de la conversión en Jesús (Lucas 13:24). No te has estado esforzando para entrar en Jesús hasta hallarlo. Te sientas allí, pero en tu corazón realmente estás afuera de la sala viendo y oyendo, hasta que te decidas. Dios te conoce mejor que yo. ¡Dios te conoce mejor de lo que te conoces a tí mismo! No esperes ser convertido si no has decidido donde vas a estar. No esperes que Dios te atraiga a Jesús si no has decidido confiar en Su pueblo y estar con ellos. Eso es lo que te pido que hagas. Decide donde vas a estar. Un viejo himno lo dice bien:

Al mundo dejamos, con sus falsedades,
A poner mi todo con el pueblo de Dios.
   (traducción de “The Master Hath Come” por Sarah Doudney, 1841-1926).

¿Qué significa “poner mi todo”? Significa optar, dar tu voto, dar tu lealtad. Significa echar tu tiempo, tu confianza, y decidir pertenecer. ¡Vuélvete del mundo y ven con el pueblo de Dios!

¡Oh, sé como Rut! ¡Decide a dónde vas a estar! ¡Decide estar con la gente de Dios! Entra en la iglesia. ¡Nunca te arrepentirás! Si no lo haces, no esperes encontrar a Jesús, porque Dios conoce tu corazón. ¡Pero si lo haces, no será mucho tiempo antes de que vengas a Jesús también! Amén.


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(FIN DEL SERMÓN)
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