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¡EL MUNDO EN LLAMAS!

(SERMÓN #8 SOBRE II PEDRO)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Noche del Día del Señor, 21 de Junio, 2015


Recuerdo una conversación que tuve con mi primo. Era una persona bastante agradable. Pero él no era Cristiano. Una noche estábamos hablando y me dijo algo que nunca olvidaré. Él dijo: “Robert, no hay nada”. Le dije: “¿Qué quieres decir?” Él dijo: “No hay nada”. Quiso decir que la vida no tiene sentido – no hay ningún propósito – no hay futuro – no hay esperanza verdadera – ninguna en absoluto. “Robert, no hay nada”. Él no había ido a la universidad. Él no había estudiado filosofía. Pero en su manera sencilla estaba expresando la desesperanza del hombre moderno. Este punto de vista se llama nihilismo ateo existencial. Fue expresado por Eugene O'Neill en su obra “Viaje de un Largo Día Hacia Noche”. En su libro sobre las corridas de toros, Muerte en la Tarde, Hemingway dijo: “No hay remedio para nada en la vida, [solo] la muerte”. En su manera simple, mi primo estaba diciendo eso. “Robert, no hay nada”.

Esa noche le hablé de Dios. Pero él dijo: “A cada uno lo suyo, Robert. A cada uno lo suyo”. Yo no creo que él se dio cuenta de lo profundo que era eso. Él estaba diciendo: “Tú tienes a Dios, y yo tengo mis propias creencias” – a cada uno lo suyo. Pero “lo suyo” lo dejó sin esperanza. Por eso dijo: “Robert, no hay nada”. Aquí estaba un hombre que conducía un camión de cerveza, hablándome de lo profundo de la filosofía existencial. Él sabía que no había nada frente a él solo la muerte, pero se negó a oír nada más acerca de Dios. Él sabía que era Dios o nada. Eligió nada. Yo elegí a Dios. ¡Es tan simple como eso!

La Biblia enseña que habrá más y más gente como mi primo en los últimos días. Por favor, pónganse de pie y volteen a II Pedro 3:3-6. Es en la página 1275, en la Biblia anotada de Scofield.

“Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. Éstos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua” (II Pedro 3:3-6).

Pueden sentarse.

El Apóstol Pedro quiere que sepamos que burladores se incrementarán en los últimos días. Son como mi primo. Andan en “sus propias concupiscencias” – sus propios deseos y sentimientos. Ellos dicen: “Ustedes Cristianos piensan que Jesús viene a juzgar al mundo. Pero, ¿dónde está? ¿Dónde está Su próxima venida que Él prometió?” Ellos dicen: “Desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así”.

Pero son ignorantes voluntariamente – deliberadamente ignorantes – de la Creación y el Diluvio. “Por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua” (II Pedro 3:6). Los burladores de hoy niegan deliberadamente los relatos Bíblicos de la Creación y el Diluvio del tiempo de Noé. Los burladores dicen: “Mira cuánto tiempo la tierra ha estado. Si el juicio viene, ¿por qué se tarda tanto tiempo? ¡No creemos para nada que viene!”

Dicen eso porque son “ignorantes voluntariamente”. Pero Pedro nos dice “no ignoréis” en los versículos 8 y 9. Pónganse de pie y léanlo.

“Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (II Pedro 3:8, 9).

Pueden sentarse.

¿Por qué Dios espera? ¿Por qué no juzga al mundo pecador ahora? El versículo 8 nos dice que mil años o un día son iguales a los ojos de Dios. El Dr. A. T. Robertson dijo, “El reloj de Dios no camina al paso de nuestros relojes” (Word Pictures; nota sobre II Pedro 3:8). Dios vive por toda la eternidad. Mil años es una enorme cantidad de tiempo para nosotros los seres humanos. Pero para Dios mil años son como un día. Como el Dr. Watts lo puso en su gran himno,

Mil siglos, a Tus ojos, son,
   La noche que se fue;
Cual la vigilia breves son,
   Ante el amanecer.
(Traducción libre de “O God, Our Help in Ages Past”
      por Isaac Watts, D.D., 1674-1748).

Pero, ¿por qué Dios esperó tanto tiempo para juzgar al mundo? El versículo 9 da la razón. Dios “es paciente para con nosotros”. Una traducción moderna dice: “Él tiene paciencia con ustedes” (NVI). Dios está esperando “hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles” (Romanos 11:25) – como una traducción moderna lo puso, “hasta que haya entrado la totalidad de los gentiles” (NVI). Dios esperó 120 años mientras Noé construyó el arca. Entonces Él esperó hasta que todas las aves y animales que Él eligió entraron en el Arca. Entonces esperó a que los hijos de Noé y sus esposas entraran. Entonces Noé y su esposa entraron. Sólo entonces “Jehová cerró la puerta” (Génesis 7:16).

Un día vendrá cuando la última persona es salva – el último. Entonces, “el número total” estará adentro. Ninguno más entrará. Entonces el juicio de Dios caerá sobre este mundo impío. Te rogamos cada Domingo, “¡Entra! ¡Entra! ¡Ven a Jesús ahora, antes de que sea demasiado tarde!” Un día será demasiado tarde. No juegues con tu alma. ¡Ven a Jesús ahora!

¿Qué será de este mundo en el futuro? Mira II Pedro 3:10-12. Por favor pónganse de pie y léanlo.

“Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!” (II Pedro 3:10-12).

Pueden sentarse. “Los elementos, siendo quemados se fundirán”. La palabra “elementos” es de la palabra Griega “stoicheion”. Es la palabra Griega para lo que llamamos “átomos”. El Dr. J. Vernon McGee dijo: “Termina con esta gran explosión enviada por Dios, este gran juicio de la tierra…siendo disuelta por fuego” (A través de la Biblia, nota sobre II Pedro 3:10).

“El día del Señor” habla del día en que Dios juzga a los burladores del mundo – el día en que Dios destruye el universo actual por fuego. “El día del Señor” es una frase que se usa 19 veces en la profecía del Antiguo Testamento – y cuatro veces en el Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento se le llama un día de “ira” y “aquel gran día del Dios Todopoderoso”. El Apóstol Pablo dijo que Jesús vendrá “En llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo” (II Tesalonicenses 1:8).

“Los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán” (II Pedro 3:12).

Jesús Mismo predijo este evento cuando dijo: “El cielo y la tierra pasarán” (Mateo 24:35). Los “cielos” se refieren al universo físico y el mundo presente.

Jesús habló del fin del mundo. Él dijo:

“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).

Él no dijo que todo el mundo se volvería Cristiano. Él nunca dijo eso. Los liberales dijeron eso a finales del siglo diecinueve, pero Jesús nunca dijo eso. Los liberales abandonaron esa idea cuando la Primera Guerra Mundial vino, seguida poco después por la Segunda Guerra Mundial. Aquellas grandes guerras quebrantaron el sueño liberal de de crear un mundo Cristiano. Jesús nunca dijo que todo el mundo se volvería Cristiano. Él Dijo que el Evangelio sería “predicado en todo el mundo, para testimonio” – “y entonces vendrá el fin”. El Dr. Martyn Lloyd-Jones dijo: “¿Cuándo será el fin del mundo? No será hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles, hasta que Dios haya reunido a Su pueblo de entre las naciones gentiles – no sucederá hasta entonces” (traducción de Martyn Lloyd-Jones, M.D., Sermones Expositivos sobre II Pedro, The Banner of Truth Trust, 1999 edition, p. 180).

Después de las dos Guerras Mundiales, la idea liberal de que todo el mundo se convertiría cambió. Los “grandes pensadores” (tales llamados) se hicieron más pesimistas. El Dr. Lloyd-Jones dijo: “El punto de vista científico moderno...nos dice que definitivamente habrá un fin de la historia. Hablan de la segunda ley de la termodinámica. Ahora lo que la segunda ley de la termodinámica dice realmente es esto – que el mundo es como un reloj al que se le ha dado cuerda, pero que se le baja la cuerda poco a poco y va hacia abajo, y que habrá un momento en que se habrá agotado por completo y la vida en este planeta cesará. Hay un gran número de científicos hoy que creen esto basados puramente en lo científico. Habrá un final del tiempo, y un punto se alcanzará cuando la vida ya no será soportable. Y ese será el fin de la historia” (ibid., P 189). Esto es algo así como lo que leemos en nuestro texto, que el mundo – y todo el universo – terminarán. La diferencia es esto – dicen que el universo se enfriará y terminará de esa manera. La Biblia dice: “Los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (II Pedro 3:10).

Los científicos modernos dicen que el mundo terminará en un universo sin calor – pero ahora todos dicen que va a terminar. Esto los deja sin esperanza. El filósofo ateo y matemático Bertrand Russell (1872-1970) lo puso de esta manera:

No fuego, no heroísmo, ni intensidad de pensamiento y sentimiento, pueden preservar una vida individual más allá de la tumba...[todos] están destinados a la extinción en la vasta muerte del sistema solar, y todo el templo de los logros del hombre debe ser inevitablemente enterrado bajo los escombros de un universo en ruinas (traducción de Lord Bertrand Russell, A Free Man’s Worship).

Bertrand Russell fue considerado uno de los hombres más brillantes del siglo veinte. Pero todo lo que esperaba era “un universo en ruinas”. Él creía en el fin del mundo, pero él era un ateo – ¡así que no tenía esperanza! ¡Ninguna en absoluto!

La Biblia no nos da una lección de Escuela Dominical para los niños pequeños. Nos da la verdad dura. Es un mensaje para adultos – un mensaje aterrador – ¡un mensaje verdadero! Esto es exactamente lo que va a suceder.

“Los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (II Pedro 3:10).

El universo se desintegrará con un estruendo. El ruido de los átomos del universo que se desintegran será ensordecedor. Los átomos serán destruidos con fuego intenso – ¡como un millón de bombas de hidrógeno explotando a la vez! El poder de Dios consumirá todo el mundo físico y todo el universo celestial va a explotar. Todo se acabará. Cada casa, cada árbol, cada hospital, cada montaña, cada océano – todo se acabará en ese día. Incluso las estrellas, el sol y la luna – todos se acabarán – y serán disueltos en llamas.

Me senté en el salón de actos de la Universidad de Biola un día de Septiembre en 1961. El Dr. Charles Woodbridge hablaba sobre estos versículos. Yo nunca había oído un sermón como este. De repente yo sabía en mi interior que todo era cierto. Esto era exactamente lo que iba a suceder. Luego el Dr. Woodbridge leyó el versículo siguiente,

“Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (II Pedro 3:13).

Luego el Dr. Woodbridge dijo: “Ellos no tienen ninguna esperanza. Pero nosotros esperamos cielos nuevos y tierra nueva”. Él dijo: “Ellos no tienen futuro. Pero nosotros esperamos cielos nuevos y tierra nueva”. Ellos no tienen nada que esperar. Pero nosotros esperamos cielos nuevos y tierra nueva”. Yo desesperadamente quería una esperanza. Yo desesperadamente quería un futuro. Yo desesperadamente quería esperar en algo cuando el universo estuviera en llamas. En ese momento – fue sólo un breve momento – en ese momento supe que sólo Jesucristo me podía dar esa esperanza. Y en ese momento yo confié en Él. Salí de ese auditorio como Cristiano. Fue muy simple. Confié en Jesús – y Él me salvó. Fui lavado de todo pecado por la Sangre que Él derramó en la Cruz.

Oh hermano mío, cuando el mundo esté en llamas,
   ¿No quisieras que el seno de Dios sea fuera tu apoyo?
Escondeme en la Roca de la eternidad,
   Roca de la eternidad,
Roca de la eternidad,
   Dejame esconderme en Ti.
Dejame esconderme en Ti.
   (Traduccion libre de “When the World’s On Fire” por la Familia Carter,1930).

Si no eres salvo por Jesús, todo lo que puedes esperar es un mundo y universo en llamas. Como el famoso ateo Bertrand Russell dijo: “un universo en ruinas”. ¡Voltéate a Jesús! Cambia de opinión acerca de la vida. Ven a Jesús. Él dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6). Jesús dijo: “Yo les doy vida eterna” (Juan 10:28). Ven a Él. Confía en Él. Él te salvará del pecado, la muerte y el juicio eterno.

Padre, oro que atraiga a alguien a Jesús a través de este sermón. En Su nombre, Amén.

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(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída Antes del Sermón por Dr. Kreighton L. Chan: II Pedro 3:8-13.
El Solo Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“If I Gained the World” (por Anna Olander, 1861-1939).