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JACOBO – EL HERMANO DEL SEÑOR

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 5 de Abril, 2015

“Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles”
 (I Corintios 15:7).


Cinco hombres en el Nuevo Testamento se llamaban Jacobo:


1.  Jacobo, hijo de Zebedeo.

2.  Jacobo, hijo de Alfeo.

3.  Jacobo el Menor.

4.  Jacobo, hermano de Judas.

5.  Jacobo, hermano de Jesús.


El Jacobo en nuestro texto era el medio hermano de Jesús. Él es mencionado por primera vez en Mateo 13:55 y el pasaje paralelo, Marcos 6:3, que nos dicen que la gente del pueblo de Jesús, Nazaret, lo rechazaron a Él. Escucha a Marcos 6:3-5.

“¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él. Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa. Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos” (Marcos 6:3-5).

Jesús había sido concebido por el Espíritu Santo, así que José era su padrastro. José, el padrastro de Jesús, no se menciona. Tal vez ya había fallecido. Se inscribe a Jacobo primero, en el verso tres, indicando que era el mayor de los medios hermanos de Jesús. Jacobo y los demás mencionados en el verso tres, eran medio hermanos de Jesús. Sus padres eran María y José. Jacobo se menciona primero por ser el mayor, nacido después de Jesús. Jacobo, era el segundo hijo de María.

Al pasar por el Nuevo Testamento, aprendemos tres cosas importantes sobre éste Jacobo, el hermano de Jesús.

I. Primero, Jacobo era un incrédulo.

Puedes ver, en el capítulo seis de Marcos, que Jacobo era incrédulo. Mira el fin del verso 3, “se escandalizaban de él”. Eso incluye la gente en Nazaret, donde creció Jesús – y creo que incluye a Jacobo, y a los demás hermanos y hermanas de Jesús. Se ofendieron porque El se presentaba como un maestro, habiendo salido de un fondo humilde. “¿No es éste el carpintero?” (Marcos 6:3). Las palabras de Jesús en el verso cuatro muestran que Jacobo y Sus otros hermanos y hermanas se ofendían por Su predicación:

“No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa [familia]” (Marcos 6:4).

Sus propios parientes, inclusive su hermano Jacobo, no lo honraban a Él. Entonces el verso seis dice:

“Y [Jesús] estaba asombrado de la incredulidad de ellos...”
       (Marcos 6:6).

Eso aclara perfectamente que Jacobo, el medio hermano de Jesús, no creía en Él.

Escucha a Mateo 12:46-50.

“Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre” (Mateo 12:46-50).

Matthew Henry hizo estos comentarios:

Su madre y hermanos estaban afuera, querían hablar con él, cuando en vez debían haber estado adentro, deseando oírlo...Sus discípulos que habían dejado todo para seguirle... Él los prefirió antes que a Sus parientes (Matthew Henry’s Commentary on the Whole Bible, Hendrickson, reimpresión de 1996, volumen 5, pp. 144-145).

Tocante a Mateo 12:46-50, el Dr. John R. Rice dijo:

Los “hermanos” de Jesús son Sus medios hermanos cuyos nombres eran: Jacobo, José, Simón y Judas...Ellos eran hijos de Maria y José, mientras que Jesús era Hijo de Maria y de Dios. Dichos hermanos obviamente no eran convertidos en ese tiempo y no creían en Jesús (traducción de Dr. John R. Rice, The King of the Jews, Sword of the Lord, 1980, p. 189).

El hermano mayor, Jacobo, estaba entre ellos. El aun no creía en Jesús. Juan 7:5 dice:

“Porque ni aun sus hermanos creían en él” (Juan 7:5).

El Dr. Rice dijo de ese verso:

Los hermanos de Jesús – Jacobo, José, Simón y Judas (Mateo 13:55) – nacidos de Maria y José después del nacimiento de Jesús de la virgen Maria, no eran salvos antes de la crucifixión (v. 5). Así que tal vez en su rechazo de que El clamaba ser el Mesías, insisten que El suba a Jerusalén a hacer más milagros para complacer a Sus discípulos (traducción de Dr. John R. Rice, The Son of God, Sword of the Lord, 1976, p. 158).

Así, dejamos a Jacobo y los demás hermanos de Jesús aquí, “en su rechazo” de Él como el Salvador.

II. Segundo, Jacobo fue convertido.

En Mateo 12:46 se nos dice que Jacobo “estaba afuera,” mientras Jesús predicaba a la gente adentro. Pero después que Jesús resucitara de los muertos, Jacobo estaba adentro, con los Cristianos en el día de Pentecostés. En Hechos 1:14 leemos:

“Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos” (Hechos 1:14).

Jacobo estaba allí, uno de “sus hermanos”. ¡Finalmente fue convertido! El Diccionario Ilustrado de la Biblia dice:

Después de la crucifixión, Jacobo se hizo creyente. Pablo indica que Jacobo fue testigo de la resurrección de Jesús (traducción de Illustrated Dictionary of the Bible, Herbert Lockyer, Sr., editor, Thomas Nelson, 1986, p. 533).

La Enciclopedia Bíblica Estándar Internacional dice:

…las semillas de la conversión fueron sembradas en él, porque después de la crucifixión, permaneció en Jerusalén con su madre y hermanos, y formó una de las primeras bandas de creyentes que “perseveraban unánimes en oración y ruego” (Hechos 1:14) “Jacobo era uno de los primeros testigos de la resurrección, porque después de manifestarse Su Señor resucitado a quinientos, “apareció a Jacobo” (I Corintios 15:7 Versión King James). Por esto se confirmó su creencia y oración expectativa (traducción de The International Standard Bible Encyclopedia, Eerdmans, 1976, tomo III, p. 1561).

“Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles”
       (I Corintios 15:7).

III. Tercero, Jacobo se hizo pastor de la iglesia en Jerusalén.

Tan grande fue el impacto de ver a su hermano resucitar de entre los muertos, que Jacobo se hizo Apóstol, un gran predicador, y el autor de uno de los libros del Nuevo Testamento. En Gálatas 2:9 el Apóstol Pablo nos dice que él fue a Jerusalén y se encontró con Jacobo, Pedro y Juan.

No voy a entrar en una descripción del consejo que se celebró en Jerusalén, pero solo voy a leer dos versículos en Hechos 21:18-19.

“Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos; a los cuales, después de haberles saludado, les contó una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio” (Hechos 21:18-19).

Estos versículos muestran que Jacobo se había convertido en el pastor de la iglesia en Jerusalén. El Dr. A. T. Robertson dijo: “Claramente Jacobo es el anciano que estaba a cargo” (Word Pictures, tomo III, p. 367; nota sobre Hechos 21:18). Jacobo quien había sido incrédulo, se encontró con el Jesús vivo, y ahora era el pastor de la primera iglesia Cristiana en el mundo.

Pero Jacobo era un hombre muy humilde. En la epístola que escribió en el Nuevo Testamento, no se llamó a sí mismo un Apóstol, a pesar de que lo era. Ni siquiera se llamó a sí mismo un obispo, pastor o anciano. Volteen al libro de Santiago [Jacobo], capítulo uno, versículo uno. Esto es lo que Santiago escribió. Pongámonos de pie y leamos el primer verso.

“Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud” (Santiago 1:1).

Se pueden sentar.

Hay una gran descripción Cristiana de él mismo: “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo”. Observa que él llamó a su hermano “el Señor Jesucristo”. Nadie lo sabría mejor que Santiago. Después de todo, ¡Jesús era su propio hermano! Y Santiago simplemente se llamó a sí mismo “siervo” de Cristo. ¿Cómo ocurrió esta gran transformación en su vida?

“Después apareció a Jacobo…” (I Corintios 15:7).

Santiago vio a su hermano después de que Él resucitó físicamente de entre los muertos. Al final de su vida, Santiago proclamó que él había visto al Cristo resucitado, a quien llamó “El Señor Jesucristo” (Santiago 1:1).

¿Podemos creerle a Santiago? ¿Es él un testigo de confianza de la resurrección de Cristo? Sí, es – porque Santiago renunció a su propia vida proclamando que Jesús había resucitado de entre los muertos. ¡Él fue testigo de la resurrección de su hermano!

Eusebio era un historiador que vivió en el cuarto siglo. Eusebio llamó a Santiago, “Santiago el Justo”. En su historia del principio de la iglesia, Eusebio nos dice cómo Santiago murió. Eusebio está citando de Clemente, que vivió incluso antes, en el primer siglo. Eusebio cita a Clemente sobre Santiago:

Porque dicen que Pedro, Santiago y Juan después de la ascensión de nuestro Salvador, como si también preferidos por nuestro Señor, no buscaron honor, pero escogieron a Santiago, el obispo Justo de Jerusalén...El Señor después de su resurrección impartió conocimiento a Santiago el Justo y a Juan y Pedro, y ellos lo impartieron al resto de los apóstoles, y el resto de los apóstoles a los setenta, de los cuales Bernabé era uno... [Santiago] fue arrojado desde el pináculo del templo y fue asesinado a golpes con un palo (traducción de Eusebius, c. 260-340 D.C., “The Church History of Eusebius” en The Nicene and Post-Nicene Fathers, Eerdmans, 1982 reimpresión, volumen I, p. 104).

Aquí hay una descripción de la muerte de Santiago de la Nueva Enciclopedia de los Mártires Cristianos:

      Sacaron a Santiago al frente de una gran multitud y le exigieron que negara a Cristo. Para su sorpresa, Santiago se mantuvo en calma y mostró tranquilidad ante esta inesperada multitud hostil. Santiago declaró abiertamente que nuestro Salvador y Señor, Jesús, era realmente el Hijo de Dios...
      Clemente nos dice que tomaron a Santiago, lo arrojaron fuera de un parapeto [del templo] y luego lo golpearon hasta que murió...
      Los Escribas y los Fariseos obligaron a Santiago a pararse sobre el parapeto y le gritaron a él, “Justo, cuyo testimonio tenemos que aceptar, estás llevando a la gente por mal camino y alentándolos a seguir a Jesús, el crucificado...” Santiago clamó, “¿Por qué me preguntas acerca del Hijo del Hombre? Se sienta en el cielo a la diestra del Gran Poder, y volverá en las nubes celestiales”.
      Muchos en la multitud [abajo] fueron persuadidos por las palabras de Santiago, y gritaron: “¡Hosanna al Hijo de David”.
      Los Escribas y los Fariseos se dieron cuenta que habían cometido un…error al permitir que Santiago testificara acerca de Jesús...Y lo tiraron a [él] por encima del parapeto, y luego lo apedrearon, porque la caída no lo mató. Santiago...oró: “Señor Dios y Padre, te ruego, perdónalos, no saben lo que hacen”. Así el Justo fue martirizado. Fue enterrado donde cayó y su lápida permanece allí (traducción de The New Encyclopedia of Christian Martyrs, Baker, 2001, p. 23).

Él dio su vida porque:

“Después apareció a Jacobo…” (I Corintios 15:7).

Él era

“Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo…” (Santiago 1:1).

¿Crees que Santiago realmente vio a Jesús después que resucitó de los muertos? ¿Puedes confiar en el testimonio de este hombre? ¿Puedes creer que vio a su hermano, Jesús, después que resucitó de los muertos? ¡Yo digo que puedes confiar en Santiago porque estaba dispuesto a morir antes que negar que su hermano, Jesús, se había levantado de entre los muertos! ¿Y si puedes confiar en el testimonio de Santiago, confiarás en su hermano? ¿Confiarás en Jesús y serás salvo? “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:31). Dr. Chan, por favor guíenos en oración. Amén.

(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída Antes del Sermón por el Sr. Abel Prudhomme: I Corintios 15:1-7.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“The Strife Is O’er” (traducido por Francis Pott, 1832-1909).


EL BOSQUEJO DE

JACOBO – EL HERMANO DEL SEÑOR

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles”
 (I Corintios 15:7).

(Marcos 6:3-5)

I.   Primero, Jacobo era un incrédulo, Marcos 6:3, 4, 6;
Mateo 12:46-50; Juan 7:5.

II.  Segundo, Jacobo fue convertido, Hechos 1:14.

III. Tercero, Jacobo se hizo pastor de la iglesia en Jerusalén,
Gálatas 2:9; Hechos 21:18-19; Santiago 1:1; Hechos 16:31.