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SEIS ERRORES MODERNOS ACERCA DEL AVIVAMIENTO

(SERMÓN NÚMERO 15 SOBRE AVIVAMIENTO)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Tarde del Día del Señor, 16 de Noviembre, 2014


Mi tema esta noche es “Seis Errores Modernos Acerca del Avivamiento”. Yo empecé a interesarme en avivamiento en 1961. Compré un pequeño libro en la librería de Biola acerca del Primer Gran Despertamiento. Contenía selecciones del Diario de John Wesley, y había sido publicado por Moody Press. He estado pensando en avivamiento y orando por él por más de cincuenta y tres años. Ha sido mi privilegio experimentar dos avivamientos extraordinarios en iglesias Bautistas. Estas no fueron reuniones evangelísticas, ni “carismáticas”. Eran el tipo de avivamiento del que leemos en libros de la historia Cristiana. También vi un avivamiento enviado por Dios durante el “Movimiento de Jesús” a finales de 1960 y a principios de 1970.

Después de cincuenta y tres años de leer y pensar sobre este tema, no me considero una autoridad en el tema de avivamiento. Apenas estoy comenzando a entender un poco de las verdades importantes tocante al avivamiento.

He cometido errores respecto al avivamiento en el pasado. Por varios años fui mal guiado por los escritos de Charles G. Finney. Aun ahora no estoy seguro de entender el tema completamente.

“Ahora vemos por espejo, oscuramente” (I Corintios 13:12).

Pero esta noche te daré seis errores acerca del avivamiento, cosas que he llegado a rechazar. Espero que estos puntos te ayuden mientras oras para que Dios envíe avivamiento a nuestra iglesia.

I. Primero, el error de que no puede haber avivamiento hoy en día.

No pasaré mucho tiempo es esto, pero debo mencionarlo porque muchos lo creen. Ellos dicen cosas así: “Los grandes días de avivamiento ya se acabaron. Estamos en los últimos días. Ya no puede haber avivamiento”. Esos son pensamientos comunes entre los Cristianos creyentes Bíblicos hoy.

Pero yo creo que esto es un error por tres razones:

(1) La Biblia dice: “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (Hechos 2:39). ¡El Apóstol Pedro dijo esto sobre el gran avivamiento en Pentecostés, que habría derramamientos del Espíritu de Dios hasta el final de esta edad!

(2) El más grande avivamiento de todos vendrá en medio de la Gran Tribulación, bajo el Anticristo, al mero fin de esta edad (ver Apocalipsis 7:1-14).

(3) El avivamiento más grande de la historia del lejano Oriente está aconteciendo ahora mismo, esta noche, en la Republica Popular de la China, y en otros países en el Tercer Mundo. ¡Los avivamientos más grandes del tiempo moderno están sucediendo ahora mismo!


¡Es un error terrible pensar que no puede haber avivamiento hoy!

II. Segundo, el error de que el avivamiento depende de nuestros esfuerzos evangelísticos.

Es un error común entre los Bautistas del Sur y otros. Esta idea se ha filtrado a ellos de Charles G. Finney, quien dijo: “Un avivamiento es el resultado natural del uso apropiado de los medios, asi como la cosecha lo es del uso apropiado de los medios” (traducción de C. G. Finney, Lectures on Revival, Revell, n.d., p. 5). ¡Muchas iglesias todavía anuncian que comenzarán “un avivamiento” en cierto día – y que terminará en cierto día! ¡Esto es puro Finneyismo! ¡El avivamiento no depende de nuestros esfuerzos evangelísticos y de ganar almas!

Escucha a Hechos 13:48-49,

“Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. Y la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia”.

Yo creo que esos dos versículos aclaran la idea de que el avivamiento depende de nuestros esfuerzos evangelisticos. Aunque el Evangelio “se difundía por toda aquella provincia” solo aquellos que “creyeron…estaban ordenados para vida eterna”.

Sí, se nos dice “predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15) – ¡pero no toda criatura creerá! En tiempos de avivamiento más gente creerá que en otros tiempos – pero es muy claro que el avivamiento no depende de nuestros esfuerzos evangelisticos solamente.

III. Tercero, el error de que el avivamiento depende de la dedicación de los Cristianos.

Yo sé que muchas personas citan II Crónicas 7:14. Pero parece extraño que no citen un verso del Nuevo Testamento para apoyar su teoría de que el avivamiento depende de que los Cristianos “se pongan bien con Dios”. ¿Por qué este verso dado al Rey Salomón es usado como una formula para avivamiento en una iglesia del Nuevo Testamento? No veo mas razón para hacer eso que para que un predicador envíe barcos de su iglesia, llevando “oro, plata, marfil, monos, y pavos reales” como Salomón lo hizo en II Crónicas 9:21, ¡solamente dos capítulos después!

Iain H. Murray dijo, en referencia a II Crónicas 7:14: “La primera cosa que se tiene que decir es que lo que se promete no es avivamiento [del Nuevo Testamento], porque la promesa se debe entender, para empezar, en relación al tiempo en que fue dada. Se esta hablando de sanar a Israel del Antiguo Testamento y su tierra” (Murray, ibid., p. 13). La idea que el avivamiento depende de la dedicación de los Cristianos viene de Finney.

Winston Churchill una vez le escribió a su pequeño nieto, diciéndole que estudiara historia, porque la historia provee el mejor medio de hacer predicciones inteligentes sobre el futuro. Al seguir el consejo de Churchill de “estudiar historia” vemos que la idea de que el avivamiento depende de la “dedicación total” de los Cristianos no es cierta. El profeta Jonás no estaba totalmente dedicado a Dios. Lee el ultimo capitulo de Jonás, y verás sus defectos y falta de fe. No, el avivamiento más grande entre los Gentiles en el Antiguo Testamento no dependió del “rendimiento total” o de la “perfección” del profeta. John Calvino era menos que un hombre perfecto. El hizo que se quemara a un hombre a causa de herejía – ¡no demostrando una actitud del Nuevo Testamento! Pero Dios envió gran avivamiento bajo su ministerio, y por sus escritos. Lutero a veces tenía un temperamento vil, y una vez dijo que las sinagogas de los Judíos debían ser quemadas. Sin embargo a pesar del duro anti-Semitismo de Lutero, Dios envió avivamiento bajo su ministerio. Nosotros perdonamos a Calvino y a Lutero porque nos damos cuenta de que eran hombres medievales, todavía bajo la influencia Católica sobre estos asuntos. Sin embargo, a pesar de las fallas de ellos, Dios envió el poderoso avivamiento de la Reformación bajo los ministerios de ellos. Whitefield a veces cometía errores por “impresiones interiores”, que erróneamente pensaba que eran de Dios. Wesley recurría a echar suertes (tirar los dados) para determinar la voluntad de Dios. Pero Whitefield, Wesley, Lutero y Calvino vieron grandes avivamientos en sus ministerios.

Nosotros vemos, por estos ejemplos de la historia, que hombres imperfectos, hombres a veces no tan santos o dedicados como debían serlo, fueron grandemente usados por Dios en tiempos de avivamiento. Debemos concluir que Finney y sus seguidores estuvieron errados cuando dijeron que el avivamiento depende de la dedicación completa de los Cristianos. El Apóstol Pablo nos dice:

“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros” (II Corintios 4:7).

Cerraré este punto haciendo referencia al sermón que Esteban le dió al Sanedrín. Se nos dice especialmente que Esteban era “lleno de gracia y de poder, [y] hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo” (Hechos 6:8). Sin embargo Esteban no vio venir avivamiento de su predicación. En vez, lo apedrearon hasta matarlo. El era un hombre santo y justo, pero esto no produjo avivamiento automáticamente en su ministerio. Nosotros podemos ayunar y orar, y volvernos Cristianos maravillosos, pero esto no forzará a Dios a enviar avivamiento. ¿Por que? El Apóstol Pablo nos da la respuesta.

“Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento” (I Corintios 3:7).

Sí, debemos orar constantemente, y algunas veces ayunar, por avivamiento, y a la vez, recordar siempre que, “Dios…da el crecimiento” (I Corintios 3:7). ¡Es el poder soberano de Dios solo que produce el avivamiento verdadero!

IV. Cuarto, el error de que el avivamiento es el estado usual que debemos esperar en la iglesia.

El Espíritu Santo fue derramado sobre los Apóstoles en Pentecostés. Ellos predicaron a la gente en sus propios idiomas, y tres mil fueron convertidos en este avivamiento poderoso que se registra en Los Hechos, capitulo dos. Pero vemos que ellos necesitaron ser llenos del Espíritu Santo otra vez, como se registra en Los Hechos 4:31:

“Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios” (Hechos 4:31).

Esto nos muestra que había épocas de avivamiento en la iglesia temprana, tiempos inusuales de avivamiento. Pero había otros tiempos cuando la obra de las iglesias andaba en un modo usual, de día a día. Yo creo que esto es lo que el Apóstol Pablo quería decir cuando dijo: “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo” (II Timoteo 4:2). Esto significa que debemos continuar predicando, orando y testificando, haya avivamiento o no. Cristo nos llama a obedecer la Gran Comisión (Mateo 28:19-20), y a “predicar el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15) ¡haya avivamiento o no! Algunos serán convertidos aun cuando no haya un movimiento inusual de Dios.

Si pensamos que el avivamiento es la manera usual en que Dios opera, nos desanimaremos. Iain Murray dijo:

Fue sobre este punto que George Whitefield tuvo que advertir a su amigo William McCulloch, un ministro de Cambuslang [Escocia]. En 1749 McCulloch estaba desanimado porque ya no veía lo que habían presenciado en el despertamiento de 1742. La respuesta de Whitefield fue recordarle que 1742 no era la norma para la iglesia. “Me encantaría oír de [otro] avivamiento en Cambuslang; pero, estimado caballero, ya has visto cosas que raramente se ven más de una vez en un siglo”. Martyn Lloyd-Jones hace referencia a una circunstancia parecida en el caso de un ministro Galés cuyo “ministerio entero fue arruinado” porque él miraba constantemente hacia lo que había visto y experimentado en el avivamiento de 1904. “Cuando el avivamiento terminó…él todavía esperaba lo inusual; y no sucedió. Así que él se deprimió y pasó alrededor de cuarenta y cinco años de su vida en un estado estéril, de infelicidad e inútil” (traducción de Iain H. Murray, ibid., pagina 29).

Si Dios no envía avivamiento, no debemos desanimarnos. Debemos seguir adelante, que “instes a tiempo y fuera de tiempo”, proclamando el Evangelio, y guiando a los pecadores a Jesús, uno por uno. Pero, a la vez, debemos continuar orando para que Dios envíe un tiempo especial de despertamiento y de avivamiento. Si Dios envía un avivamiento, nos regocijaremos. ¡Pero si Él no envía un avivamiento, continuaremos guiando almas a Jesús, una a la vez! ¡No nos desanimaremos! ¡No nos rendiremos! ¡Instaremos a tiempo y fuera de tiempo!

V. Quinto, el error de que no hay condiciones conectadas para nada con el avivamiento.

Ambas, las Escrituras y la historia nos muestran que el avivamiento no depende de los esfuerzos evangelisticos humanos o de la dedicación total de los Cristianos. Pero sí hay ciertas condiciones que se deben cumplir. Estás son, principalmente la doctrina correcta, y la oración. Debemos orar por avivamiento, y debemos tener la doctrina correcta respecto al pecado y la salvación.

En su libro, [Avivamiento] Revival (Crossway Books, 1992), el Dr. Martyn Lloyd-Jones tiene dos capítulos, titulados “Impureza Doctrinal” y “La Ortodoxia Muerta”. En estos dos capítulos, este hombre que vio un avivamiento cuando empezó a predicar, nos dice que hay ciertas doctrinas que deben predicarse y creerse si esperamos que Dios envíe avivamiento. Mencionaré cuatro de las doctrinas que él dió.


1. La Caída y la ruina de la humanidad – la depravación total.

2. La regeneración – o el nuevo nacimiento – como una obra de Dios, no del hombre.

3. La justificación por fe en Jesús solo – no fe en “decisiones” de cualquier clase.

4. La eficacia de la Sangre de Jesús para limpiar el pecado – ambos, el pecado personal y el original.


Estas cuatro doctrinas fueron atacadas por Charles G. Finney, y han sido degradadas o descuidadas desde entonces. ¡Con razón hemos visto tan poco avivamiento desde 1859! No puedo entrar en más detalle, pero estas son las doctrinas vitales, que deben ser predicadas otra vez si esperamos ver el avivamiento venir a nuestras iglesias. Nuestras iglesias tienen mucha gente perdida, que jamás será verdaderamente convertida a menos que prediquemos sobre estos temas vigorosa y fuertemente – ¡y repetidamente!

El Dr. Lloyd-Jones dice:

Mira las historias de los avivamientos y verás a hombres y mujeres sintiéndose desesperados. Ellos saben que toda su bondad es trapos de inmundicia, y que toda su justicia no tiene ningún valor. Y están allí, sintiendo que no pueden hacer nada, y clamando a Dios por misericordia y compasión. La justificación por fe. El hecho de Dios. “Si Dios no lo hace a nosotros” dicen ellos: “entonces estamos perdidos”. Y así ellos [sienten su] incapacidad total ante Él. Ellos no le ponen atención, y no le dan significado a toda su religiosidad pasada, ni a toda su fidelidad a ir a la iglesia, y muchas, muchas otras cosas. Ven que todo no es bueno, hasta su religión no tiene valor, no hay nada de valor. Dios tiene que justificar al impío. Y ese es el gran mensaje que sale a luz, entonces, en todo período de avivamiento (traducción de Martyn Lloyd-Jones, ibid., pp. 55-56).

“Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia” (Romanos 4:5).

“Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre” (Romanos 3:24-25).

VI. Sexto, el error de que el avivamiento empieza con alegría y risa.

El tal llamado “avivamiento de risa” no es un verdadero avivamiento en ningún sentido. Vi una de sus reuniones en persona con mi amigo el Dr. Arthur B. Houk. Fue una triste parodia del verdadero avivamiento. Se encaja perfectamente con lo que la gente hoy en día cree sobre la salvación. El Dr. John Armstrong dijo: “Lo que [ellos] quieren es felicidad, plenitud y satisfacción” (traducción de True Revival, Harvest House, 2001, p. 231). ¡Ellos no están pensando en su necesidad de ser salvos de su pecado!

Pero eso cambia en una conversión verdadera, y en un verdadero avivamiento. En avivamiento, y en conversiones individuales “Quebrantamiento de corazón, confesión centrada en Jesús y arrepentimiento caracterizarán un verdadero movimiento del Espíritu. La gente va a…llorar bajo las más profundas impresiones del pecado” (Armstrong, ibid., P. 63).

Ha sido mi experiencia que casi todo el que experimenta una conversión verdadera llora con lágrimas de pesar y dolor por sus pecados. Y eso siempre ha sido cierto en los avivamientos que he visto con mis propios ojos. Y eso siempre ha sido cierto en los avivamientos clásicos del pasado.

¡Cómo oramos para que el Espíritu Santo venga sobre ti! ¡Cómo oramos para que Él te haga llorar y lamentarte por tus pecados contra Dios! ¡Cómo oramos para que seas limpiado de tu pecado por la Sangre preciosa de Jesús! “La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (I Juan 1:7). Amén. Dr. Chan, por favor venga y ore para que Dios envíe tal avivamiento a nuestra iglesia.

(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón: Zacarías 12:10; 13:1.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Revive Thy Work, O Lord” (por Albert Midlane, 1825-1909).


EL BOSQUEJO DE

SEIS ERRORES MODERNOS ACERCA DEL AVIVAMIENTO

(SERMÓN NÚMERO 15 SOBRE AVIVAMIENTO)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

(I Corintios 13:12)

I.   Primero, el error de que no puede haber avivamiento hoy en día,
Hechos 2:39; Apocalipsis 7:1-14.

II.  Segundo, el error de que el avivamiento depende de nuestros
esfuerzos evangelísticos, Hechos 13:48-49; Marcos 16:15.

III. Tercero, el error de que el avivamiento depende de la dedicación
de los Cristianos, II Crónicas 9:21; II Corintios 4:7; Hechos 6:8;
I Corintios 3:7.

IV. Cuarto, el error de que el avivamiento es el estado usual que
debemos esperar en la iglesia, Hechos 4:31; II Timoteo 4:2; Marcos 16:15.

V.  Quinto, el error de que no hay condiciones conectadas para nada con
el avivamiento, Romanos 4:5; 3:24-25.

VI. Sexto, el error de que el avivamiento empieza con alegría y risa,
Nehemías 1:5; Zacarías 12:10; 13:1.