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MAL – INSENSATEZ – Y MUERTE

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
Sábado por la Noche, 21 de Junio de 2014

“El corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal y de insensatez en su corazón durante su vida; y después de esto se van a los muertos” (Eclesiastés 9:3).


Este pasaje en Eclesiastés nos dice que cosas buenas y malas le suceden ambas a personas justas y a impías. También nos dice que disfrutemos la vida, a pesar de la realidad de la muerte. Pero ahora vamos directamente al texto.

I. Primero, “el corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal”.

El comentador Charles Bridges (1794-1869) dio un retrato muy claro de lo que eso nos dice sobre el corazón de la raza humana:

El corazón se describe como malo – sí, lleno de mal – mal habitual – deliberado – sin mezcla – desde la cabeza. ¡Párate frente a un espejo! ¡Cuan difícil creer que uno mismo es tan vil como se pinta aquí! Sin embargo, cuando se está bajo la profunda enseñanza del Espíritu de Dios, cómo puede uno rechazar la declaración – ¡He aquí, yo soy vil! [Job 40:4]…no puede haber exageración ni error. Es Dios – el Gran Escudriñador del corazón – el que todo lo sabe – es Él quien escribe, y dibuja el retrato. – Él da una lista de lo enorme del mal – saliendo del corazón – corrompiendo cada miembro del cuerpo – cada facultad del alma. Tampoco el retrato está confinado a alguna era o nación en particular. Es el corazón de los hijos de los hombres – la historia de todo hijo del hombre en su estado natural no convertido. Todos los hombres están encerrados en la misma prisión – ¡los ciegos prisioneros del pecado! ¿Podría haber un retrato más humillante del hombre? (traducción de Charles Bridges, M.A., Ecclesiastes, The Banner of Truth Trust, edición de 1998, p. 214).

Verdaderamente, muchos otros versículos en la Biblia describen el hecho de que hombres y mujeres no convertidos están en esta condición, porque “el corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal”. Jeremías dijo: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso” (Jeremías 17:9). El Señor Jesucristo dijo: “Porque del corazón salen los malos pensamientos” (Mateo 15:19).

George Whitefield (1714-1770) fue el evangelista más grande de todos los tiempos en la lengua Inglesa. ¡Billy Graham no hizo bien a nuestras iglesias! Billy Graham solo envió a unos cuantos pobres perdidos a nuestras iglesias. ¡Pero la predicación de George Whirfield dio entrada al Primer Gran Despertamiento, y llenó las iglesias de gente verdaderamente convertida, por los miles! Yo parafraseo a Whitefield de su sermón [en Inglés] “El Espíritu Santo Convenciendo al Mundo”. Él dijo:

     Siempre es el Espíritu Santo quien trae tribulación interior del alma, un sentimiento de falta de esperanza y tribulación en tu corazón.
     Generalmente Él te convence de algún gran pecado que has cometido. Este es el método que usualmente el Espíritu Santo usa con los pecadores. Él primero los convence de algún pecado terrible, y luego trae todos sus demás pecados a la memoria. ¿Aparecieron alguna vez tus pecados delante de ti así? ¡Si no, nunca has sido convencido ni convertido! ¡Todavía estás perdido!
     Amigo mío, ¿alguna vez has experimentado convicción por un corazón pecaminoso? ¿Alguna vez se te ha hecho sentir que no hay cosa buena en ti? ¿Has sentido alguna vez que eres un pecador por naturaleza? ¿Alguna vez estos pecados se sintieron horribles para ti? Si no, todavía estás perdido. Nunca has sido convertido. Nunca has sido despertado o convencido. Todavía estás perdido.

Un joven Chino en nuestra iglesia tuvo esta experiencia. Él dijo:

     De repente vine bajo una pesada convicción de pecado. El versículo: “Mis pecados están siempre delante de mí”, fue una gran realidad para mí. Todo lo que estaba en mi mente era cómo yo había pecado contra un Dios santo. Todo lo que había hecho era como trapos de inmundicia ante Su vista. La cantidad de convicción que tenía por mis pecados casi era sobrecogedora. Era difícil pensar en alguna otra cosa excepto mis pecados. Mi convicción era tan grande que lo único que podía pensar era que yo tenía que ser salvo de mis pecados.

Otro joven Chino dijo:

Desde ese entonces yo sabía que había algo malo conmigo. Yo sabía que era un pecador corrupto. No importaba cuanto trataba aun no me podía cambiar a mí mismo. Después de oír muchos sermones, finalmente me di cuenta de que yo era un pecador caído. Mis pecados estaban tan claros para mí que sentí que yo era la persona que mató a Jesús. Arrodillado llorando frente a la cruz de Jesús, yo todavía no venía a Él. A menudo sentía no tener esperanzas, que quizás yo no era uno de los escogidos de Dios.

¿Has estado alguna vez bajo convicción del pecado como está? ¿Has sentido alguna vez que tu corazón era pecaminoso y muerto para Dios? ¿Has sentido alguna vez que no hay esperanza en ti? Como dijo Whitefield, “si no, todavía estás perdido”. Tú todavía no eres un Cristiano”.

“El corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal y de insensatez en su corazón durante su vida; y después de esto se van a los muertos” (Eclesiastés 9:3).

II. Segundo, “insensatez [está] en su corazón durante su vida”.

Escucha otra vez al comentador clásico Charles Bridges, mientras habla sobre esta sección del texto: “insensatez [está] en su corazón durante su vida”

[El hombre] se apresura hacia la insensatez [locura] – locura responsable – la voluntad consintiendo con el pecado – el corazón amándolo – Que el pecador piense un momento. ¿No es todo acto de rebelión un acto de insensatez? Porque, “¿Quién se endureció contra él, y le fue bien?” (Job 9:4). Su escoger las cosas mundanas en vez de las celestiales muestran su falta de entendimiento. Es un maniático el que desecha su oro, y prefiere la paja en vez de las perlas. Ves, un hombre en error miserable y falso pensar – truqueado por el engaño. – ¿Qué más sino la “insensatez en su corazón” lo podría llevar a la destrucción propia? ¿De qué peor maldad es capaz la naturaleza humana? Huyendo de Dios – de la misericordia – del Cielo – sirviendo al diablo – viviendo bajo la maldición de Dios, y a la orilla de la condenación eterna. [Hay] insensatez en su corazón durante su vida; . Continúan de esta manera hasta el final.

Escucha la insensatez, la locura espiritual, que algunas de nuestras personas tenían antes de ser salvas. Uno de nuestros jóvenes dijo:

Yo seguía peleando con Jesús, deseando seguir en mis ambiciones, codicia y pecados. [Yo sabía] que mis ambiciones eran erróneas [pero] me volteaba de Jesús vez tras vez. Yo seguía en un vacío, aferrándome a mi independencia y rebelión, sin Jesús, sin la salvación, sin ninguna esperanza verdadera en mi vida.

¡Insensatez! ¿Qué es eso sino locura en el corazón? Otra persona dijo:

En vez de creer en Jesús, yo seguía buscando sentimientos y seguridad. Yo continué haciéndo esto, vez tras vez.

¿No es eso locura? Otra persona dijo:

Al escuchar a Dr. Hymers predicar, mi mente se empañaba y yo siempre pensaba en otra cosa.

¡Insensatez! ¡Locura espiritual! Pero otra vez dijo:

Cuando iba al cuarto de consejo yo trataba de pensar en algo qué decir, por recordar el sermón, y decir algunas palabras…Yo no quería pensar en mis propios pecados, sino solo en los pecados de otra persona, o en la conversión de otros [para copiarle].

¡Más insensatez! ¡Más insensatez en el corazón! Luego uno dijo:

Yo trataba de arreglar mis propios problemas. Era mi excusa para no venir a Jesús.

¡“[Lleno de] insensatez en su corazón durante su vida”! Una joven dijo:

En lugar de vivir para Jesús, yo buscaba un sentimiento de salvación, o alguna “experiencia” que comprobara mi fe. Tienes este sentimiento, y aquella experiencia y luego eres “salvo”. Yo seguí haciendo esto vez tras vez, aunque los consejeros me dijeron que nunca iba a funcionar.

¡Más insensatez en el corazón!

¿Has tenido alguna vez tales pensamientos insensatos? Entonces, te pregunto, ¿te han ayudado? Y si no te han ayudado, ¿por qué sigues y sigues pensando los mismos pensamientos vez tras vez? ¿No es una locura hacerlo?

“El corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal y de insensatez en su corazón durante su vida; y después de esto se van a los muertos” (Eclesiastés 9:3).

III. Tercero, “y después de esto se van a los muertos”.

El comentador Bridges dijo:

Hay insensatez en sus corazones durante su vida. Y aún más terrible es la idea de que continúan así hasta el final. Después de esto se van a los muertos. - ¡Ay! No a los “bienaventurados...los muertos que mueren en el Señor” (Apocalipsis 14:13). Estos pobres pecadores son vertidos al Infierno, a las regiones de desesperación oscura – a el mundo de el “lloro y el crujir de dientes” (Mateo 22:13). Terrible, más allá de lo que se pueda pensar o concebir es la inmortalidad del infierno. Qué maravilloso poder de misericordia y gracia tiene que haber en el Evangelio – que puede esconder a un pecador de tal ruina sin esperanza, y traerlo a la salvación (ibid., p. 216).

La única manera de escapar es por la muerte de Jesús en la Cruz, para expiar por tus pecados, y limpiar tus pecados con la Sangre de Jesús. Un joven en nuestra iglesia dijo:

La predicación del evangelio se volvió clara para mi – que la salvación es del Señor Jesucristo. Yo creí que Jesús vino a morir en la Cruz para pagar la pena de todos mis pecados. Yo vine a Jesús como un pecador miserable sin esperanza en mí mismo, sino que mi esperanza ahora estaba en Jesús. La cosa más importante para mi era venir a Jesús y que mis pecados fueran lavados por Su Sangre. Yo confié en Su Sangre.

“Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre” (Romanos 3:24, 25).

Escucha al Dr. John Sung mientras cuenta sobre su conversion. Él llegó a ser el evangelista más importante en China. Aquí está cómo fue salvo él,

     “El mundo parecía completa vanidad y la vida sólo problemas y miseria ... mi corazón se llenó de la más profunda infelicidad.”
     Esa noche no pude dormir al pensar en el vacío de la sabiduría del mundo y la capacidad humana ... Pero el corazón del Dr. Sung aún no había encontrado la paz. El Dr. Sung dijo: “La pesada carga de mi alma era más pesada hasta que llegué al punto en el que no tenía ganas de vivir.”
     Luego, en la noche del 10 de Febrero la luz entró a su alma oscura. Él vio todos los pecados de su vida extendidos ante él. Al principio parecía que no había manera de librarse de ellos y que tenía que ir al infierno. Trató de olvidar sus pecados, pero no pudo. Le partieron el corazón. Encontró su Biblia y leyó la historia de la muerte de Jesús en la Cruz. En su mente se puso de pie delante de la cruz y le rogó a Jesús ser limpiado de todos sus pecados por la Sangre Preciosa. Siguió llorando y orando. Entonces, de repente toda su carga de pecado pareció caer de sus hombros. Él se puso en pie con un grito de “¡Aleluya!” ¡Olvidando que era medianoche y otros dormían, él salió corriendo en los pasillos del dormitorio estudiantil, gritando y alabando a Dios por la liberación del pecado!
     Su único deseo era ahora testificar de Jesús. Empezó a hablar con todos los que encontraba, instándolos con lágrimas venir a Jesús. Cantos de gozo llenaron su boca y alabanzas desbordaban de sus labios. Fue una personalidad transformada. (Adaptado de Leslie T. Lyall, John Sung, Overseas Missionary Fellowship, edición de 1965, pp. 31-35).

Terminaré este sermón con citas de varias frases de una joven en nuestra iglesia con respecto a la noche en que ella fue convertida. Ella dijo:

     Yo sentí que Jesús me hablaba a mi, llamándome a venir a Él. Esa noche Dr. Hymers reprendió fuertemente a los perdidos por jugar con Dios Todopoderoso. Al estar sentada yo temblaba de miedo. Yo sabía que se trataba de mí. Como una niña malcriada yo había despreciado y mofado el amor y la misericordia de Dios, y lo peor de todo, yo había rechazado a Su Hijo, Jesús. Luego Dr. Hymers habló del amor de Dios. Mientras él hablaba me di cuenta de la miseria, la falta de esperanza de la vida, el frío vacío del mundo, el aplastante peso del pecado – era todo porque Dios me amaba y estaba humillándome para que viera mi necesidad de Jesús. Yo fui al cuarto de consejo y una pared de pecado parecía levantarse delante de mi, los terribles pecados que había cometido, la maldad y negrura de mi corazón, los malos pensamientos de mi mente, y el rechazo sin fin de Jesús. Mi pecado era como un océano sin fondo. Yo ya no pude soportar más. ¡Yo tenía que tener a Jesús! ¡Yo tenía que tener Su Sangre! Yo me puse de rodillas y confié en Jesús, Él Mismo. Dios me liberó de mis ídolos de sentimientos, el psicoanálisis, y el deseo de seguridad. Por la gracia de Dios yo los dejé ir y caí al Salvador que esperaba. En vez de detenerme de Jesús en miedo cobarde, miedo de otra conversión falsa, o de cometer un error, o de examinar mis sentimientos, mirar dentro de mi misma, a tientas en la oscuridad como siempre lo hice antes, yo miré a Jesús por fe. ¡Allí estaba Él! ¡El Jesús vivo! Él me salvó. Él lavó mis pecados con Su Sangre preciosa. ¡Él quitó el gran peso de mi pecado! Jesús absorbió la ira de Dios que debía haber sido derramada sobre mí. Él perdonó todo mi pecado. Mi archivo fue estampado “NO CULPABLE” con Su propia Sangre…Ahora mi corazón se inflama de gozo y gratitud cuando oigo sermones sobre Jesús. Solo puedo decir con el Apóstol Pablo “¡Gracias a Dios por su don inefable!” (II Corintios 9:15).

Todos estos testimonios, excepto el del Dr. John Sung, eran de jóvenes en nuestra propia iglesia. Todos ellos, incluso el Dr. Sung, te dirían que sus corazones estaban llenos de mal, y había insensatez en sus corazones – hasta que Dios los convictó profundamente de pecado – hasta que ya no pudieron soportar su pecado – y solamente entonces fueron traídos a Jesús por el Espíritu Santo.

¿Has sentido algo de la convicción de pecado que ellos tuvieron? ¿Estás hastiado y cansado de vivir bajo una horrible nube de tu propio pecado? Entonces ve al cuarto de consejo ahora y confía en Jesús. ¿Qué puede limpiar tu pecado? ¡Solo la Sangre de Jesús! Amén.

(FIN DEL SERMÓN)
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Puedes enviar un correo electrónico a Dr. Hymers en Inglés a
rlhymersjr@sbcglobal.net – o puedes escribirle a P.O. Box 15308, Los Ángeles, CA
90015, Estados Unidos.
Llámale por teléfono a (818)352-0452.

La Escritura Leída por el Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón: Eclesiastés 9:1-6.


EL BOSQUEJO DE

MAL – INSENSATEZ – Y MUERTE

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“El corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal y de insensatez en su corazón durante su vida; y después de esto se van a los muertos” (Eclesiastés 9:3).

I. Primero, “el corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal”
Eclesiastés 9:3a; Job 40:4; Jeremiah 17:9; Matthew 15:19.

II. Segundo, “insensatez [está] en su corazón durante su vida”
Eclesiastés 9:3b; Job 9:4.

III. Tercero, “y después de esto se van a los muertos”, Eclesiastés 9:3c; Apocalipsis 14:13; Mateo 22:13; Romanos 3:24, 25; II Corintios 9:15.