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¡SUBID ACÁ!

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 23 de Febrero, 2014

“Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá”
     (Apocalipsis 11:12).


La Biblia enseña que un tiempo de tribulación terrible vendrá antes de la segunda venida de Jesús. El Salvador Mismo dijo:

“Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (Mateo 24:21).

La Biblia enseña que el dictador mundial final, el Anticristo hará un pacto con Israel. Esto ocurrirá en el comienzo de la Tribulación (ver Daniel 9:27). Entonces empezará el período de siete años de tribulación de la cual Jesús habló en Mateo 24:21. Al principio de este tiempo horrible Dios enviará dos testigos. ¡No sé quiénes son – y tampoco nadie más! Pero la mayoría de los escolares dispensacionalistas dicen que vienen con el poder de Moisés y Elías. Sean quienes sean, sin duda hacen cosas que Moisés y Elías hicieron. Ellos predicarán contra los pecados de este mundo que niega a Jesús. Cuando terminen su predicación serán asesinados por el Anticristo. Sus cadáveres estarán en una calle en Jerusalén. Se nos dice que todo el mundo “verán sus cadáveres” (Apocalipsis 11:9). El Dr. J. Vernon McGee dijo: “Creo que todas las cadenas de televisión tendrán sus cámaras enfocadas en estos hombres muertos. Estarán tirados allí por tres días y medio” (traducción de J. Vernon McGee, Th.D., Thru the Bible, Thomas Nelson Publishers, 1983, volumen V, p. 983; nota sobre Apocalipsis 11:9).

Yo creo que la televisión y el Internet estarán involucrados aquí. Y creo que sus sermones contra la maldad de este mundo serán viral, y serán vistos una y otra vez por millones de pecadores que rechazan a Jesús antes que estos dos hombres sean asesinados. Cuando sean asesinados por el Anticristo, todo el mundo pecador “se regocijarán sobre ellos y se alegrarán” (Apocalipsis 11:10). Ellos se regocijarán de que estos grandes predicadores estén muertos. El Dr. William Newell dijo: “¡Ahora viene la verdadera revelación del corazón del hombre: júbilo, horror, enloquecimiento, inhumano, infernal, regocijo macabro!” (citado en McGee, ibid., p. 983). Pero lo inesperado sucede:

“Después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron” (Apocalipsis 11:11).

El mundo perdido estará celebrando la muerte de estos grandes predicadores. Pero la televisión y el Internet de repente los mostrarán levantándose de entre los muertos. Un gran temor caerá en el mundo cuando miren a los dos testigos subir al Cielo,

“Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron” (Apocalipsis 11:12).

Tenemos la resurrección de los dos testigos, en el versículo 11, y su ascensión en el versículo 12. Eso te da el esquema básico de lo que ocurrirá, como fue profetizado en el capítulo once de Apocalipsis.

Ahora sólo voy a levantar parte del versículo 12 como nuestro texto esta mañana. El Apóstol Juan dijo:

“Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá”
       (Apocalipsis 11:12).

Esto es lo que todo verdadero Cristiano experimentará algún día, y voy a utilizar este texto parar animarte – así como para animar a aquellos que aún no son salvos.

I. Primero, podemos aplicar esas palabras “Subid acá” al “arrebatamiento” que todo verdadero Cristiano experimentará.

Hay un día que viene, una hora que viene, cuando en esencia Dios dirá a los verdaderos Cristianos:

“Subid acá”.

Esto puede suceder antes de que mueras, o puede ocurrir después – pero no te engañes – va a suceder. Y cada señal en el mundo parece indicar que va a suceder pronto. ¡Los días de Noé sin duda están aquí! El pueblo Judío está regresando a su tierra dada por Dios a Israel. El tal llamado “cambio climático” ha creado una zona árida, reseca, zona polvorienta en la Costa Oeste, y una aterradora “edad de hielo” en la Costa Este. La mayoría de la gente, en sus mentes impías materialistas, no ven la mano de Dios en nada de esto. Ellos se hunden más y más en la sensualidad, las drogas, la glotonería y la codicia. Vivimos en un país dirigido por hombres viles, ateos, en los más altos cargos, que odian la Biblia y desprecian al Hijo de Dios – hombres que se niegan incluso a mencionar el nombre de Jesús, pero que se inclinan y se arrastran ante Alá, ¡que es realmente Satanás, el dios de este mundo y de esta edad! Jesús dijo,

“Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:37-39).

De Su venida señales hay;
   La aurora pronto ha de llegar.
Vela que el tiempo cerca está;
   ¿Oh, que si fuera hoy?
(Traduccion libre de “What If It Were Today?”
     por Lelia N. Morris, 1862-1929).

“Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá”
       (Apocalipsis 11:12).

¡Los verdaderos Cristianos se gozarán en ese día cuando Jesús viene a sacarnos de este mundo vil! ¡Cuando Jesús diga: “Subid acá” vamos a dejar este mundo agonizante atrás! ¡Vamos a dejar a nuestros enemigos atrás! ¡Vamos a dejar a Satanás y sus demonios atrás! ¡Dejaremos toda angustia atrás!

“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (I Tesalonicenses 4:16-18).

¡Dejaremos este viejo cuerpo atrás! ¡Dejaremos todas nuestras angustias atrás! ¡Dejaremos todos nuestros miedos atrás! ¡Dejaremos todas nuestras enfermedades atrás! ¡Dejaremos todo lo que es triste, todo lo que es imposible, todo lo que es desagradable y ruin, y todo lo que nos hace llorar! Vamos a dejarlo todo atrás, cuando Jesús diga:

“Subid acá” (Apocalipsis 11:12).

Dejaré mi ropa mortal
   Para alcanzar premio eternal;
Y en el aire gritaré,
   ¡Adiós, dulce hora de oración!
(Traducción libre de “Sweet Hour of Prayer”
      por William W. Walford, 1772-1850).

¡La Sra. Quinn se pondrá de pie recta!
¡El Sr. Salazar tirará su silla de ruedas!
¡Juana Arteaga brincará fuera su tumba!
¡La Sra. Lyon saldrá de su ataúd!
¡Mi madre dejará la tumba y dejará Forest Lawn atrás para siempre!
¡Mi tío Porter Elliott bailará y cantará volando por el aire yendo a
                                                 encontrarse con Jesús en el cielo!

¡Francisco Coreas levantará su mano hacia el Cielo volando sobre
                                                  el Estadio Dodger para encontrarse con el Señor en el aire!

¡Annette Naylor gritará, “Dejo este viejo cuerpo quebrantado!
                                                   ¡Voy a mi hogar con Jesús en mi cuerpo nuevo, resucitado!
                                                   ¡Aleluya!”

El Dr. Lin tomará a su esposa de la mano y brincarán fuera
                                                   de sus tumbas para encontrar a Jesús en el aire!

Dejaré mi ropa mortal
   Para alcanzar premio eternal;
Y en el aire gritaré,
   ¡Adiós, dulce hora de oración!

Cuando Jesús clame: “¡Subid acá!” Voy a subir como el viejo Enoc, quien “desapareció, porque le llevó Dios” (Génesis 5:24).

Cuando Jesús clame: “¡Subid acá!” Voy a subir como el viejo Elías, quien Dios subió al cielo, “y Elías subió al cielo en un torbellino” (II Reyes 2:11).

Dejaré mi ropa mortal
   Para alcanzar premio eternal;
Y en el aire gritaré,
   ¡Adiós, dulce hora de oración!

“Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá”
      (Apocalipsis 11:12).

Esto es lo que va a pasar con cada verdadero Cristiano cuando Jesús venga y nos saque de este viejo mundo, a reunirnos con Él en las nubes – cuando Jesús nos llame, “Subid acá”.

Mientras Hosanna cantan las huestes, desciende,
   Con los santos y ángeles atendiendo,
Con gracia en su faz, como un halo de gloria,
   Tomará a “los Suyos” Jesús.
Cuanto tiempo será, Jesús hasta que cantemos,

¡Jesús vuelve! ¡Aleluya! ¡Aleluya! Amén,
   ¡Aleluya! Amén.

¡Oh, gozo! ¡Feliz! Que sin morir vayamos,
   Sin enfermedad, ni temor y sin llanto,
Arrebatados con Jesús en la nubes,
Cuando toma a “los Suyos” Jesús.
Cuanto tiempo será, Jesús hasta que cantemos,

¡Jesús vuelve! ¡Aleluya! ¡Aleluya! Amén,
   ¡Aleluya! Amén.
(Traducción libre de “Christ Returneth”
     por H. L. Turner, 1878).

II. Segundo, podemos aplicar estas palabras “Subid acá” como una invitación a aquellos que todavía no son convertidos.

Dios te llama a través de la Biblia. Cuando la lees, aprendes de un maravilloso lugar llamado Cielo. Voy a predicar un sermón completo sobre el Cielo esta noche. Tú lees sobre ese hermoso, maravilloso lugar. Y puedes pensar, “¡Ojalá fuera verdad! ¡Ojalá fuera verdad!” Dios te está llamando “Subid acá”, cuando lees la Biblia.

Entonces, también, Dios te llama a través de los sermones que escuchas. Él dice: “Subid acá”. Voy a dar un sermón completo sobre el Cielo esta noche a las 6:00 PM. Te diré lo que Dios dice al respecto. ¡Espero que regreses a las 6:00 para escuchar ese sermón! Sí, Dios te llama “Subid acá” a través de los sermones que escuchas.

También, Jesús te llama a través del sufrimiento que Él padeció por tu salvación. Su sangre “habla mejor que la de Abel” (Hebreos 12:24). Su Sangre te habla a ti desde el propiciatorio, en el santo de los santos, en el Cielo. Su Sangre te habla y te dice: “Subid acá”. Su Sangre que brotó a través de los poros de Su piel en el Huerto de Getsemaní, Su Sangre que se derramó a través de los agujeros de los clavos en sus manos y pies, Su Sangre que brotó cuando el soldado le penetró el costado, Su Sangre que fue derramada en agonía y en dolor indecible, Su Sangre que puede limpiar tu alma del pecado, te habla, incorruptible, desde el propiciatorio Celestial, y dice: “Subid acá”.

Recuerdo muy bien una estatua de Jesús en una iglesia Católica, que visité cuando era un niño pequeño. Recuerdo muy bien la Sangre que llegaba hasta Sus ojos de la corona de espinas en Su frente. Recuerdo muy bien Su espalda desgarrada y ensangrentada – por los azotes que soportó. Y recuerdo muy bien la canción que escuché en una iglesia bautista, cuando era un niño pequeño – ¡una canción que me electrizó y puso mis pelos de punta!

¿Qué me puede dar perdón?
   Sólo de Jesús la Sangre.
¿Y un nuevo corazón?
   Sólo de Jesús la Sangre.
Precioso es el raudal,
   ¡Que limpia todo mal!
No hay otro manantial,
   Sólo de Jesús la Sangre.
(Traducción libre de “Nothing But the Blood”
     por Robert Lowry, 1826-1899).

¡Sí, una vez más, el Espíritu de Dios te llama, “Subid acá!” y sé limpiado de todo pecado en la Sangre de Jesús! Muchas veces he orado para que Dios me dé las lágrimas de Richard Baxter para llorar por pecadores como tú. Muchas veces he orado para que Dios me de la lengua de George Whitefield para rogarte que confíes en el Salvador. Pero Dios no me ha dado ninguna de ellas. Así que oro para que el Espíritu Santo tome mis palabras débiles y miserables y las utilice para enardecer tu corazón con un fuerte deseo de Jesús. ¡Sólo Jesús puede limpiar tu pecado con Su Sangre preciosa! ¡Sólo Jesús puede vestirte en Su justicia! ¡Sólo Jesús puede darte por siempre, vida eterna! Sólo Jesús puede llamarte al Cielo y decir: “Subid acá”. ¡Ven a Jesús! ¡Confía en Él! Él te salvará por siempre y para siempre.

La Biblia enseña que Jesús está vivo en Su cuerpo resucitado. La Biblia enseña que El esta sentado a la derecha de Dios el Padre, arriba en el Cielo. Tienes que venir a Jesús arriba allí. Cuando tu voltees de tu pecado y confíes en Jesús, el Espíritu Santo te levantará y te hará sentar en lugares celestiales en Cristo Jesús” (vea Efesios 2:6).

Si deseas hablar con nosotros acerca de convertirte en un Cristiano, acerca de ser salvo, por favor deja tu asiento ahora y camina hasta el fondo del auditorio. John Samuel Cagan te llevará a otro cuarto en donde podamos orar y hablar acerca de cómo Jesús te salva. Ve ahora a la parte de atrás. Dr. Chan, por favor ore para que alguien sea salvo esta mañana. Amén.

(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída Antes del Sermón por el Sr. Abel Prudhomme: I Tesalonicenses 4:13-18.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Christ Returneth” (por H. L. Turner, 1878).


EL BOSQUEJO DE

¡SUBID ACÁ!

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá”
(Apocalipsis 11:12).

(Mateo 24:21; Apocalipsis 11:9, 10, 11)

I.   Primero, podemos aplicar esas palabras “Subid aca” al
“arrebatamiento” que todo verdadero Cristiano experimentará,
Mateo 24:37-39; I Tesalonicenses 4:16-18;

II.  Segundo, podemos aplicar estas palabras “Subid acá” como una
invitación a aquellos que todavía no son convertidos,
Hebreos 12:24; Efesios 2:6.