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¿POR QUÉ TAN POCA PREDICACIÓN
DEL EVANGELIO HOY?

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 26 de Enero, 2014

“¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!” (I Corintios 9:16).


Esas son las palabras del Apóstol Pablo. Él se sintió obligado a predicar el Evangelio de Jesús. Y predicó el Evangelio constantemente a lo largo de su ministerio. Matthew Henry dijo: “Los que son apartados para la oficina del ministerio tienen a su cargo predicar el evangelio. Ay de ellos si no lo hacen”. Sin más explicaciones, voy a ir directo al sermón.

Varias personas se han quejado conmigo por la falta de predicación del Evangelio hoy en día. Me dicen que ellos nunca escuchan sermones enteros sobre el Evangelio de Jesús en sus iglesias. Me preguntan por qué los predicadores no dan sermones sobre la obra salvadora de Jesús en la Cruz. Y yo he estado pensando mucho en esa pregunta – ¿por qué hay tan pocos pastores predicando el Evangelio? ¡Yo mismo no he escuchado a ningún pastor de una iglesia local predicar el Evangelio en años! Creo que hay varias razones – y voy a dar dos de ellas en este sermón.

I. Primero, la Biblia predice que Jesús va a ser excluido de la mayoría de las iglesias en los últimos días.

Apocalipsis 3:14-22 describe la iglesia de Laodicea. Representa a la perfección las iglesias en el mundo Occidental en los últimos días. J. A. Seiss dijo: “¿Puede alguno examinar la iglesia profesa de nuestros días, y decir que no hemos llegado a la edad de Laodicea?” (Traducción de J. A. Seiss, The Apocalypse, Zondervan Publishing House, n.d., p. 85).

El Dr. John F. Walvoord dijo: “La iglesia de hoy...lamentablemente en muchos aspectos es paralela al estado espiritual de la iglesia de Laodicea” (traducción de John F. Walvoord, Th.D., The Revelation of Jesus Christ, Moody Press, 1966, p. 95).

El Dr. Lehman Strauss dijo: “En su mayor parte la iglesia de Laodicea de los últimos días no clama a Jesús...la ruina de la Cristiandad está sellada. La iglesia del hombre de los últimos días es una iglesia vomitada” (traducción de Lehman Strauss, D.D., The Book of Revelation, Loizeaux Brothers, 1982 edition, pp. 104, 105).

El Dr. J. Vernon McGee dijo: “Estamos viviendo en el tiempo de la iglesia de Laodicea...Esta es la condición de un gran número de iglesias llamadas conservadoras fundamentales...Yo soy de la opinión de que si [Jesús] le hablara a una gran cantidad de iglesias hoy en día, Él diría: ‘Me das asco...Dices que me amas. Lo dices, pero no eres sincero’...Mi amigo, estamos viviendo en el período de Laodicea hoy...Esta es la iglesia de la que Stanley High habló cuando dijo:

      La iglesia ha fracasado en decirme que soy un pecador. La iglesia ha fracasado en ofrecerme salvación en Jesucristo. La iglesia ha fracasado en decirme de las horribles consecuencias del pecado, la certeza del infierno, y el hecho de que sólo Jesucristo puede salvar” (traducción de J. Vernon McGee, Th.D., Thru the Bible, 1983, Thomas Nelson Publishers, tomo V, pp. 922, 923, 925, 924; notas sobre Apocalipsis 3:14-19; Stanley H. High fue editor de Selecciones y un autor cristiano. Esta declaración del Sr. High apareció en Agosto de 1947 en la Revista Time).

¿Dónde está Jesús en las iglesias de Laodicea de nuestro tiempo? Eso es descrito en Apocalipsis 3:20:

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).

Jesús es excluido de Sus iglesias en este tiempo de Laodicea. ¡Él está parado afuera, tocando la puerta de la iglesia, porque fue excluido! El Dr. Charles C. Ryrie dijo: “¡Qué increíble que Cristo debe mantenerse fuera de Su propia iglesia!” (traducción de Charles C. Ryrie, Th.D., Ph.D., The Ryrie Study Bible, Moody Press, 1978 edition, p. 1900; nota sobre Apocalipsis 3:20).

Nota que Apocalipsis 3:20 no habla de Jesús entrando en el corazón humano. Como observó el Dr. Ryrie, Él es excluido de Su iglesia, no del corazón humano. Eso es lo que Apocalipsis 3:20 está diciendo. Esto es claro en el contexto de esta sección, que termina con las palabras: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.

¡Por lo tanto no debemos sorprendernos de que haya tan poca predicación del Evangelio de Jesús en los últimos días, en esta era de Laodicea! El Dr. Michael Horton ha escrito un libro penetrante titulado, Cristianismo Sin Cristo [Christless Christianity]. Él dice que la mayoría de nuestras iglesias están predicando un mensaje de “auto-ayuda”, en vez del Evangelio de Jesús. Él citó los temas de los sermones de una iglesia Bautista para probar lo que dijo:

“Cómo Sentirse Bien Consigo Mismo”
“Cómo Superar La Depresión”
“Cómo Tener Una Vida Plena Y Exitosa”
“Aprendiendo A Manejar Dinero Sin Que Él Te Maneje A Ti”
“Los Secretos De Vivir Exitosamente En Familia”
“Cómo Superar El Estrés”, etc.
   (traducción de Michael Horton, Ph.D., Christless Christianity: The
     Alternative Gospel of the American Church, Baker Books, 2008, p. 49).

Yo concluyo que la primera razón por la que hay tan poca predicación sobre la obra de Jesús – Su muerte en la Cruz, Su expiación de Sangre, Su resurrección, Su Segunda Venida, etc. – es que estamos viviendo en la apostasía de Laodicea de los últimos días, de la que se habla en profecía Bíblica. El Dr. McGee dijo:

      A la iglesia de Laodicea el Señor Jesús le dijo: “Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” (v. 16). Esta es la iglesia apóstata que profesa ser Cristiana pero carece de realidad. (McGee, ibid., p. 926).

En su gran pasaje profético en el cuarto capítulo de II Timoteo el Apóstol Pablo dijo:

“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio” (II Timoteo 4:3-5).

Después de decir, “y apartarán de la verdad el oído”, él dijo “haz obra de evangelista”. ¡Nada es más necesario que una gran medida de fuertes sermones académicos evangelísticos, como los miles que Spurgeon predicó en el siglo 19! ¡Oh, cómo necesita esta generación ese tipo de predicación en esta hora terrible! ¡No me importa si todos los demás predicadores en América dan lecciones versículo a versículo a los Cristianos! ¡No importa lo que ellos hacen, yo voy a seguir predicando el Evangelio de mi Señor Jesucristo!

“¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!” (I Corintios 9:16).

De amor será mi historia diré del Salvador,
   De Él allá en Su gloria, de Él y Su amor.
De amor será mi historia pues sé que cierta es;
   Me suple todo anhelo me llena cada vez.
De amor será mi h historia, será mi tema en gloria,
   Diré la vieja historia del amor de Jesús.
(Traducción libre de “I Love to Tell the Story”
     por A. Catherine Hankey, 1834-1911).

“¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!” (I Corintios 9:16).

II. Segundo, la “oración del pecador” ha hecho la predicación del Evangelio de Jesús obsoleta, anticuada y no necesaria – ¡según los predicadores “modernos”!

Si todo lo que tienes que hacer es que la gente diga la “oración del pecador” entonces no hay necesidad de predicar el Evangelio. ¡Confiar en este método “moderno” de la “oración del pecador” ha sustituido la predicación del Evangelio de Jesús! Si piensas que es una exageración, escucha lo que Jack Hyles escribió en 1993:

      La iglesia del Nuevo Testamento en el Libro de Los Hechos era una iglesia que ganaba almas. A través de los años hemos transferido el ganar almas al evangelismo, y durante todos estos siglos, ha habido un énfasis en la iglesia evangelística.
      Ahora ¿cuál es la diferencia entre la iglesia que gana almas y la iglesia evangelística? En la iglesia evangelística el pastor se para detrás del púlpito y predica el Evangelio a los que no son salvos que la gente ha traído a la iglesia. En la iglesia que gana almas, la gente sale de la iglesia y se van por los caminos y por los vallados, los ganan para Jesús, los traen a la iglesia, caminan por el pasillo y hacen una profesión pública de salvación. En nuestra generación, hemos visto a las mejores iglesias convertirse de iglesias evangelísticas a iglesias que ganan almas...Eso permite que el hombre de Dios predique a los Cristianos en el día del Señor, conscientes de que ellos van a ir...a traer gente a Jesús (traducción de Jack Hyles, D.D. Enemies of Soul Winning, Hyles-Anderson Publishers, 1993, pp. 140, 141).

Lo que quiso decir es bastante claro, ¿no? Él dijo que las “mejores iglesias” ya no tienen sermones evangelísticos. La gente sale y consigue que los perdidos digan la “oración del pecador”, y luego los llevan a la iglesia a “caminar por el pasillo”. También dijo que las iglesias del Nuevo Testamento hicieron esto (ibid., p. 140). ¡Me gustaría ver que alguien probara eso del Libro de Los Hechos! ¡Cada sermón excepto uno en el Libro de Hechos fue un sermón evangelístico! ¡Así es, cada sermón excepto uno en el Libro de Los Hechos fue un sermón evangelístico! ¡Hechos 20:18-35 es la única excepción! Ese sermón fue dado por Pablo a los “ancianos” de la iglesia en Efeso. Y, aun en ese sermón, habló de los sermones evangelísticos que había estado dando a los perdidos, “testificando a judíos y a gentiles, acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo” (Hechos 20:21). Y todos los otros sermones en el Libro de Los Hechos fue un sermón evangelístico – incluyendo el sermón de Pedro en Pentecostés (Hechos 2:14-40); el sermón de Pedro ante el Sanedrín (Hechos 4:5-12); el sermón de Esteban (Hechos 7:1- 53); los sermones de Felipe en Samaria (Hechos 8:5); el sermón de Pablo después de su conversión (Hechos 9:20-22); el sermón de Pedro a los Gentiles (Hechos 10:34-43), el sermón de Pablo en Antioquía de Pisidia (13:14-41), el sermón de Pablo en Atenas (Hechos 17:22-31); etc., etc. También leemos que Pablo predicó públicamente y de casa en casa (Hechos 20:20-21). El libro de Los Hechos nos dice que los Apóstoles estaban en el templo y en varias casas predicando evangelísticamente. Se nos dice que ellos “no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo” (Hechos 5:42). Así que Jack Hyles estaba equivocado cuando escribió que “la Iglesia del Nuevo Testamento en el Libro de Los Hechos” no fue construida por la predicación evangélística (Hyles, ibid., P. 140). Y Jack Hyles estaba equivocado cuando dijo que los pastores en “las mejores iglesias” se apartaron de la predicación evangelística para hablar a “los Cristianos en el Día del Señor” (Hyles, ibid., p. 141).

¡Pero otra cosa que es muy interesante en la declaración de Jack Hyles es que muestra muy claramente que la “oración del pecador” ha reemplazado la predicación evangelística! La idea de ir y conseguir que la gente diga la “oración del pecador” ha hecho obsoleta la predicación del Evangelio, ya no es necesaria, es una cosa del pasado. Como dijo Jack Hyles: “A través de los años hemos transferido el ganar almas [hacer que la gente diga la ‘oración del pecador’] al evangelismo” (Hyles, ibid, p. 140.) – ¡y Hyles dijo que esto estaba equivocado!

Hyles no es el único que enseñó eso. ¡Es tan fácil hacer que la gente “levante la mano” – o diga la “oración del pecador”! ¿Por qué tomarse la molestia de predicar sermones enteros sobre Jesús? ¿Por qué no solo enseñarles a “los Cristianos en el Día del Señor” – como dijo Jack Hyles? Así que hoy todo el mundo desde John MacArthur a Joel Osteen enseñan a “los Cristianos en el Día del Señor”. Así, la llamada “oración del pecador” ha destruido la predicación del Evangelio en nuestras iglesias. Pero todavía tengo que decir con el Apóstol Pablo:

“¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!” (I Corintios 9:16).

Acabo de leer una declaración que hace pensar por un hombre llamado Thomas Williamson. Él dijo:

      Tal vez hay algo que no veo, pero no puedo pensar en ningún caso en el Nuevo Testamento donde un Cristiano le dijo a una persona no salva “sólo repite después de mí las palabras de esta oración, o si te da vergüenza hacerlo en voz alta, entonces sólo tienes que seguirme en silencio, con tu cabeza inclinada mientras oro, y serás salvo” (traducción de Thomas Williamson, “Northern Landmark Missionary Baptist,” Diciembre, 2013, pág. 2).

Yo no conozco al señor Williamson, ni sé qué otra cosa él cree. Pero vale la pena pensar en lo que dijo, largo y tendido. ¡En ninguna parte en el Nuevo Testamento alguien guió a una persona perdida a hacer una “oración del pecador”! Es un nuevo método – ¡que no se encuentra en la Biblia! Y es un método peligroso porque hace innecesaria la predicación del Evangelio – ¡como vemos en tantas iglesias hoy!

Mi socio, el Dr. Christopher Cagan, y yo vimos a Joel Osteen en la computadora la otra noche. Él dio una breve charla de autoayuda sobre cómo ser feliz. Citó uno o dos versos de la Biblia, pero nunca mencionó el Evangelio de Jesús – ni una sola palabra acerca de la muerte vicaria de Jesús en la Cruz – ni una sola palabra sobre la Sangre de Jesús que limpia el pecado – ni una sola palabra acerca de la resurrección de Jesús – no mencionó el Evangelio para nada. Después, al final de su charla – Anoté lo que dijo palabra por palabra – Joel Osteen dijo:

No nos gusta cerrar nuestra transmisión sin darte la oportunidad de hacer Jesús el Señor de tu vida. ¿Quieres orar conmigo? Sólo di, “Señor Jesús, me arrepiento de mis pecados. Entra en mi corazón. Te hago mi Señor y Salvador”. Amigos, si hicieron esta simple oración, creemos que fueron salvos.

Él puede creer que “fueron salvos”, ¡pero yo no! Nadie fue “salvo” por decir esa oración – ¡nadie! ¿Cómo podrían? No hubo Evangelio en esa oración – ¡nada! ¡Ya que no hubo nada del Evangelio en su sermón, el señor Osteen dio un sermón sin Jesús y una “oración del pecador”, sin ninguna mención del Evangelio en ella! No se hizo mención de la muerte de Jesús en la Cruz para pagar la pena por el pecado – que es el corazón del Evangelio. No hubo mención de la Sangre de Jesús que limpia el pecado. No se hizo mención de Su resurrección corporal de entre los muertos. En otras palabras, no hubo ninguna mención del Evangelio (I Corintios 15:1-4). Este es el evangelio falso de una breve oración – ¡no es el Evangelio de Jesús! Por lo tanto, Osteen predica lo que el Apóstol Pablo llamó “otro evangelio”, no el Evangelio de Jesús (Gálatas 1:6,7). Pero sigo diciendo:

“¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!” (I Corintios 9:16).

De amor será mi historia, me agrada repetir
   Más dulce cada día, que yo la pueda decir.
De amor será mi historia, para quien no pudo oír
   El mensaje que salva Él venga a recibir.
De amor será mi historia, será mi tema en gloria,
   Diré la vieja historia del amor de Jesús.

La raza humana está atada a las cadenas del pecado, bajo el control de Satanás, “el príncipe de la potestad del aire” (Efesios 2:2). Todo el mundo está bajo el poder del pecado, “sin esperanza y sin Dios en el mundo” (Efesios 2:12).

Pero “Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores” (I Timoteo 1:15). Jesús bajó del Cielo y vivió entre nosotros sin pecado, el perfecto santo Hijo de Dios – el unigénito Hijo de Dios. Pero en la terrible noche antes de ser crucificado, en la oscuridad del Huerto de Getsemaní, Dios puso el pecado de Su pueblo “en su propio cuerpo” (I Pedro 2:24). Jesús luchó bajo el peso de tu pecado hasta que “era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” (Lucas 22:44). Los magistrados del templo llegaron y lo arrestaron bajo cargos falsos. Lo arrastraron al sumo sacerdote. Le taparon los ojos y lo golpearon en la cara, mientras que otros le arrancaban la barba hasta las raíces. Lo llevaron al gobernador Romano, Poncio Pilato. Él hizo que sus soldados azotaran la espalda de Jesús, hasta dejarlo medio muerto, Su Sangre empapando el suelo. Le escupieron en el rostro y le golpearon en la cabeza con un palo. Le obligaron a llevar la Cruz por las calles, mientras la gente le gritaba. Cuando llegaron al lugar de la ejecución, clavaron Sus manos y pies a la Cruz. Colgó allí, desnudo en la Cruz, mientras la multitud se burlaban de Él. Después de sufrir en la Cruz por seis horas, clamó, “Consumado es” (Juan 19:30), inclinó la cabeza y entregó el espíritu – al morir. “Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua” (Juan 19:34). Un hombre llamado José de Arimatea tomó el cuerpo muerto de Jesús, lo envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro. Pusieron una gran piedra sobre entrada de la tumba y la sellaron, y pusieron guardias Romanos para vigilarla. ¡Pero temprano en la mañana el Domingo de Pascua, el Señor Jesucristo resucitó físicamente, carne y hueso, de entre los muertos!

Amigo, Jesús hizo todo eso por ti. Él murió en la Cruz para pagar el castigo por tu pecado. Tú deberías haber sido castigado por tu pecado – pero Jesús sufrió y murió como tu sustituto. La Biblia enseña que sólo puedes ser salvo del pecado por la muerte vicaria de Jesús en tu lugar. Y Él derramó Su Sangre para limpiarte de todo pecado. ¡Y Él resucitó físicamente de entre los muertos para darte vida eterna! ¡Jesús pasó por todo ese dolor y sufrimiento porque Él te ama! Ven a Jesús.  ¡Él te ama tanto que Él te salvará - ahora mismo! 

¿Qué te queda hacer? Todo lo que Dios pide es que te arrepientas y confíes en Su Hijo Jesús. ¡Cuando te arrepientes y confías en Jesús eres salvo del pecado, de la tumba, y del mismo Infierno! ¡Confía en Jesús ahora y él te limpiará de todo pecado con Su Sangre preciosa!

De amor será mi historia, a quien ya la escuchó
   Pues está tan atento como el que no la oyó.
Y al estar en gloria, mi nuevo canto será,
   La vieja, vieja historia que siempre sonará.
De amor será mi historia, será mi tema en gloria,
   Diré la vieja historia del amor de Jesús.

“¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!” (I Corintios 9:16).

Si deseas hablar con nosotros acerca de ser salvo de tus pecados por Jesús, por favor deja tu silla y ve hacia la parte de atrás del auditorio. John Samuel Cagan te llevará a otro cuarto donde podamos orar y hablar. Si estás interesado en convertirte en un Cristiano, ve a la parte posterior de este auditorio. Dr. Chan, por favor ore para que alguien confíe en Jesús. Amén.

(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída Antes del Sermón por el Sr. Abel Prudhomme: Apocalipsis 3:14-22.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“I Love to Tell the Story” (por A. Catherine Hankey, 1834-1911).


EL BOSQUEJO DE

¿POR QUÉ TAN POCA PREDICACIÓN
DEL EVANGELIO HOY?

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!” (I Corintios 9:16).

I.   Primero, la Biblia predice que Jesús va a ser excluido de la mayoría de
las iglesias en los últimos días, Apocalipsis 3:20; II Timoteo 4:3-5;

II.  Segundo, la “oración del pecador” ha hecho la predicación del
Evangelio de Jesús obsoleta, anticuada y no necesaria – ¡según
los predicadores “modernos”! Hechos 20:21; 2:14-40; 4:5-12;
Hechos 7:1-53; 8:5; 9:20-22; 10:34-43; 13:14-41; 17:22-31;
Hechos 20:20-21; 5:42; I Corintios 15:1-4; Gálatas 1:6, 7;
Efesios 2:2, 12; I Timoteo 1:15; I Pedro 2:24; Lucas 22:44;
Juan 19:30, 34.