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¡EL TRIUNFO DE EL SALVADOR!

(SERMÓN NÚMERO 12 DE ISAÍAS 53)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 14 de Abril, 2013

“Verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada” (Isaías 53:10).


La primera parte de Isaías 53:10 habla de la muerte propiciatoria de Cristo. Prediqué sobre ello anoche. La primera mitad de este verso muestra que Dios el Padre es el agente tras el sufrimiento de Su Hijo, quien en verdad lo causó. El Dr. Merrill F. Unger dijo: “El Señor lo quebrantó al sujetarlo a padecimiento” (traducción literal de Merrill F. Unger, Ph.D., Unger’s Commentary on the Old Testament, Moody Press, 1981, tomo II, p. 1299). La primera mitad de Isaías 53:10 dice:

“Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado…” (Isaías 53:10a).

El libro de comentario del Antiguo Testamento, por Keil y Delitzsch, el Commentary on the Old Testament, dice,

Fueron los hombres que le causaron [a Cristo] tal sufrimiento triturador, tal dolor profundo, pero la [causa] suprema fue Dios, quien hizo que el pecado del hombre [cumpliera] Su placer, Su voluntad, y predeterminado consejo (Eerdmans, 1973, tomo VII, parte II, p. 330).

Pero ahora vemos en la segunda mitad del texto, lo que salió del sufrimiento de Cristo, lo que Su sufrimiento produjo. Su pasión y muerte pavimentaron el triunfo de Su resurrección, ¡y la victoria de Su pueblo en la tierra! Por favor de pie otra vez y lea la segunda parte del verso, comenzando con la palabra “verá”.

“…Verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada” (Isaías 53:10b).

Se pueden sentar. ¡En el verso nota tres resultados maravillosos que salieron del sufrimiento de Cristo!

I. Primero, ¡Verá linaje!

“Verá linaje” (Isaías 53:10).

Ese es el primer resultado de la muerte de Jesús. “Verá [Su] linaje”. Esto se refiere a la simiente y linaje espiritual de Cristo. Millones han venido a Cristo y se han hecho Su “linaje (simiente)”. Jesús predijo eso cuando dijo,

“Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios” (Lucas 13:29).

Del Día de Pentecostés en adelante, un incontable número ha venido a Cristo alrededor de todo el mundo. Y al final, cuando Cristo vuelva del Cielo a este mundo,

“Su descendencia heredará la tierra” (Salmo 25:13).

Pero Cristo no tuvo que esperar hasta regresar la segunda vez para ver Su descendencia. Inmediatamente después de Su resurrección de los muertos, Él los vio, ¡y ellos lo vieron a Él! El Apóstol Pablo dijo,

“Y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí” (I Corintios 15:5-8).

Su linaje lo vio. Como lo puso el Apóstol Juan:

“Lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida” (I Juan 1:1).

Él vio a Su linaje cuando Él había resucitado de los muertos,

“Cuando...vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor” (Juan 20:19-20).

“Verá linaje”.

Ellos lo vieron a Él y Él los vio a ellos – y ellos eran su linaje, ¡Su descendencia espiritual!

Después de que Él ascendió de nuevo al Cielo, el poder del Espíritu Santo se movió y tres mil fueron convertidos. De nuevo esta promesa en Isaías fue cumplida. Viendo desde el Cielo, Jesús vio Su linaje. Y fue así por todo el libro de los Hechos. El Cristo resucitado miraba hacia abajo desde Su trono en la gloria y veía las multitudes que confiaban en Él y se hacían Su linaje.

Y ha sido así por todas las edades. Jesús ha visto desde el Cielo y ha visto Su linaje multiplicarse a través de la faz de toda la tierra; cumpliendo así la profecía de Isaías, que vendrían “del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán...en el reino de Dios” (Lucas 13:29).

Sí, esa promesa se ha cumplido en Cristo millones de veces a través de la historia, y en cada esquina del mundo.

“Verá linaje”.

Y cuando vengas a Jesús por fe, ¡Él también te verá a ti! Al momento de la conversión tú entrarás al vasto número de aquellos que son Su linaje – en la tierra y en el Cielo.

“Verá linaje”.

¡Cómo nos regocijamos de que el Señor resucitado ha visto tal bendito y glorioso panorama – hombres y mujeres de todas las razas y naciones uniéndose a Él para siempre! Sí,

“Verá linaje”.

Mi esposa y yo vimos un DVD asombroso la otra noche. Mostraba a un Musulmán tras otro, en Irán, volverse a Cristo, volviéndose Cristianos. Una mujer Musulmana en Irán dijo: “He perdido toda esperanza”. Luego ella confió en Jesús. Un joven dijo: “Yo no quiero ser Musulmán”. – Él también, confió en Jesús y se hizo Cristiano. ¡Más gente esta confiando en Jesús en los países Musulmanes [ahora] que en cualquier otro tiempo en los pasados 1,500 años! ¡Miles de jóvenes en países Musulmanes están arriesgando sus vidas para volverse Cristianos! ¡Jesús está viendo Su “Simiente” multiplicarse en el mundo Musulmán hoy! ¡Y nuestros sermones van allí en Árabe por nuestro sitio de la red!

Y en aquel triunfo final, cuando Cristo venga en Su gloria a establecer Su Reino en esta tierra, cuando Él vuelva a reinar como Rey de Reyes y Señor de Señores,

“Su descendencia heredará la tierra” (Salmo 25:13).

Y “Verá linaje”, ¡porque la boca del Señor lo ha dicho!

Reinará Él por donde el sol
   En su jornada diaria va;
De costa a costa es el reino de Jesús,
   La luna no será ya más.
(Traducción de “Jesus Shall Reign” por Isaac Watts, D.D., 1674-1748).

II. Segundo, ¡Él vivirá por largos días!

Mira de nuevo nuestro texto en Isaías 53:10, porque hay otro grande resultado del sufrimiento y la muerte de Jesús.

“Verá linaje, vivirá por largos días...” (Isaías 53:10).

El Segundo efecto de la muerte de Cristo es, “[Él] vivirá por largos días,” porque cuando Él murió en la Cruz Su vida no terminó. Él no fue detenido mucho tiempo por la muerte en la tumba. El tercer día llegó, y el Cristo triunfante regresó a la vida. Él rompió las cadenas de acero de la muerte, y salió de la sepultura, ¡para no volver a morir! “Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive” ¡para nunca jamás volver a morir! (Romanos 6:10).

“Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él” (Romanos 6:9).

Los días pronto pasaron,
¡Se alza en la resurrección!
¡A la cabeza gloria dad! ¡Aleluya!
¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
   (Traducción de “The Strife is O’er,”
       traducido por Francis Pott, 1832-1909).

“Vivirá por largos días,”

“Por cuanto permanece para siempre...viviendo siempre para interceder por [nosotros]” (Hebreos 7:24, 25).

Spurgeon dijo, “Desde las alturas del cielo él mira [hacia abajo] sobre las multitudes de su linaje sobre la tierra… Tanto como las estrellas del cielo, tan incontable como el polvo del verano, es el linaje de nuestro Señor Jesucristo” (traducción literal de C. H. Spurgeon, The Metropolitan Tabernacle Pulpit, Pilgrim Publications, reimpreso en 1978, tomo 51, p. 565).

“Verá linaje, vivirá por largos días...” (Isaías 53:10).

III. Tercero, ¡Su obra prosperará!

De pie leamos el texto entero en voz alta, poniéndole mucha atención a la última cláusula que comienza con las palabras “y la voluntad”.

“Verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada” (Isaías 53:10).

Ese es el tercer resultado de la muerte de Jesús, “Y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada”. Spurgeon dijo,

Han pasado más de [mil novecientos] años desde que él resucitó de los muertos a su nueva vida, y aun vive, y sabemos que sus días continuarán mientras siga esta tierra, sí, y hasta el final, cuando le entregue el reino a Dios, al Padre, aun prolongará sus días. “Tu reino, Oh Dios, es por los siglos de los siglos,” permanecerás, aunque perezcan los montes, y aunque los cielos sean enrollados como un vestido usado (Spurgeon, ibid.).

“Y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada
       (Isaías 53:10).

La buena voluntad, el propósito del Señor, “en su mano será prosperada”. Dios el Padre dijo a Jesús,

“También te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra” (Isaías 49:6).

“Y andarán las naciones a tu luz...y las riquezas de las naciones [Gentiles] hayan venido a ti” (Isaías 60:3, 5).

“He aquí éstos vendrán de lejos; y he aquí éstos del norte y del occidente, y éstos de la tierra de Sinim [China]” (Isaías 49:12).

“Y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada”
       (Isaías 53:10).

Hace unos meses vimos un video sobre China, distribuido por [La Voz de los Martires] The Voice of the Martyrs. Mostraba es testimonio de un anciano Chino llamado Moses Xie [Shay]. Él fue encarcelado y esposado de las manos por los Comunistas por más de veinte años porque predicaba el Evangelio de Cristo. En la profundidad de su desesperación, estaba profundamente deprimido. Luego dijo que oyó la voz de Jesús decirle a su corazón: “Hijo mío, mi gracia es suficiente para ti.” El hermano Xie dijo que oyó eso en su corazón tres veces. La tercera vez que lo contó, él rompió en llanto. “Hijo mío, mi gracia es suficiente para ti.” Lágrimas de agradecimiento llenaron sus ojos cuando hablaba del poder de Cristo para salvarlo en aquella prisión Comunista.

Luego el video mostró un corto de miles de Comunistas Chinos que literalmente adoraban a Mao Tse Tung, el cruel dictador Comunista. Cantando en adoración a Mao Tse Tung, yo pensé, “Nosotros los Cristianos estaremos allí cuando ustedes los Comunistas se hayan ido.” Cuando el Partido Comunista de China se encuentre en el basurero de la historia, el Cristianismo todavía estará allí, más fuerte que nunca, porque está creciendo a una velocidad fantástica en la actualidad. “Nosotros estaremos allí cuando ustedes de hayan ido”. Y así es en toda la tierra. A los enemigos de Cristo, donde sea que estén, podemos decirles con confianza, “Nosotros estaremos allí cuando te hayas ido.” Porque ¡“La voluntad de Jehová será en su mano prosperada”!

Los Cristianos pueden ser humildes y despreciados a los ojos de los hombres. Pueden ser mofados y despreciados ahora, como lo fue su Salvador cuando estuvo en la tierra. Pero Cristo ha resucitado de los muertos, y “la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.” Por eso, no importa cuanto sea despreciada y rechazada la Cristiandad verdadera, “será en su mano prosperada.” Y al final,

“Los reinos del mundo han venido a ser [serán] de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”
       (Apocalipsis 11:15).

Entonces, hermanos míos, veremos lo que la muerte de Jesús ha logrado, porque “la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.” ¡Jesús viene otra vez para reinar por toda la tierra!

Reinará Él por donde el sol
   En su jornada diaria va;
De costa a costa es el reino de Jesús,
   La luna no será ya más.
(Traducción de “Jesus Shall Reign” por Isaac Watts, D.D., 1674-1748).

Él viene otra vez, Él viene otra vez,
   El mismo Jesús que, rechazado fue;
Él viene otra vez, Él viene otra vez,
   Con poder y gloria, ¡Él viene otra vez!
(Traducción de “He Is Coming Again” por Mabel Johnston Camp, 1871-1937).

Ahora, yo sé que hay algunos de ustedes aquí presentes esta mañana que se preguntan por qué estamos tan emocionados. Estás pensando, “¿Porqué son estas personas tan apasionadas? ¿Por qué están aplaudiendo estas cosas?” Estoy seguro de que hay algunos de ustedes que han estado en esta iglesia desde hace mucho tiempo que se sienten de la misma manera. Tú piensas, “¿Tenemos que pasar por todo esto otra vez? Ya lo hemos escuchado antes. ¿Por qué estar tan emocionados? ¿Por qué estar tan extático? ¿No puedes dar la invitación y acabar de una vez? Sé que algunos de ustedes se sienten de esa manera. “¿Por qué ser tan emocionado?” Es un misterio para ti. ¡No puede entrar en la emoción!

Sé muy bien cómo te sientes. Ves, yo no soy un fanático del baloncesto. ¡Para mí no hay nada emocionante de un partido de baloncesto! Para mí es la cosa más aburrida del mundo. Pero para algunos de ustedes es muy emocionante. ¿Por qué la diferencia? La diferencia es muy simple. ¡Tú eres un aficionado al baloncesto, y yo no lo soy! Es tan simple como eso. Puedes sentir la emoción y no puedo sentirla. Yo no voy a entrar en las razones por las que se sienten de manera diferente. Algo en el fondo te hace sentir emocionado al ver a los Lakers jugar. No puedo entrar en eso contigo. Tendría que haber un cambio en mi naturaleza o no podía sentir lo que sientes.

Esa es la manera que es con el triunfo de Cristo. Podemos sentirnos emocionados con la resurrección de Cristo y la Segunda Venida. Tú no puedes sentirte emocionado al respecto. ¡Somos fanáticos de Cristo, y tú no lo eres! Tu propia naturaleza tendría que ser cambiada para que puedas sentir lo que sentimos cuando pensamos en el triunfo de Cristo. La Biblia habla de eso cuando se dice: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura” (I Corintios 2:14). Dado que eres un “hombre natural” el triunfo de Cristo es poco importante para ti. No puedes estar emocionado al respecto. ¡Tu propia naturaleza tendría que ser cambiada para que te emociones acerca del triunfo de Cristo! ¡Tendrías que ser convertido para sentir lo que sentimos!

Sabes que deberías sentirte como nosotros, ¡pero no puedes hacerte sentir como deberías sentir! No importa lo mucho que lo intentes, ¡no puedes hacerte sentir lo que nosotros sentimos acerca del triunfo de Cristo! Debes sentirte de esa manera, pero no puedes hacerlo no importa lo mucho que lo intentes. No puedes ser el tipo de persona que deberías ser. ¡Eso es lo que significa tener convicción de pecado!

Debes venir a Jesús y decir: “¡Señor, yo no puedo ser lo que quieres que sea! ¡Estoy perdido! Estoy arruinado. ¡No puedo cambiarme a mí mismo! ¡Jesús, sálvame!” Y cuando te sientes así, estás a punto de ser salvo. ¡La convicción de pecado viene antes de la conversión a Cristo!

Y a aquello de ustedes que aun no son convertidos, te urgimos que confíes en el Cristo resucitado. Te animamos a que seas lavado, limpiado de tus pecados por Su Sangre preciosa. Te urgimos a que vengas con nosotros y sigas al Salvador, ¡no importa cuál sea el costo! Estamos en el lado ganador, porque “la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.” ¡Por lo tanto te animo a que confíes en Jesús, a que seas convertido, a que estés en el lado ganador!

Ven, júntate al pueblo fiel,
   A gloria inmortal,
Adonde gozo al fin tendrás,
   En tierra celestial.
A Jesús ven, a Jesús ven,
   Y confía en Él,
Él te salvará, Él te salvará,
   Él [Cristo] te salvará.
(Traducción de “Only Trust Him” por John H. Stockton, 1813-1877).

Canta ese coro otra vez. Mientras cantamos “A Jesús ven”, si aun no eres salvo, quiero que salgas de tu asiento y vayas a la parte de atrás del auditorio. Dr. Cagan te llevará a otro cuarto, donde podremos hablar y orar. Ve mientras nosotros cantamos.

A Jesús ven, a Jesús ven,
   Y confía en Él,
Él te salvará, Él te salvará,
   Él te salvará.

Sr. Lee, por favor guíenos en oración por los que han respondido.

(FIN DEL SERMÓN)
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Puedes enviar en correo electronico al Dr. Hymers en Ingles a rlhymersjr@sbcglobal.net – o
puedes escribirle a P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015, Estados Unidos.
Llamale por telefono a (818)352-0452.

La Escritura Leída por Dr. Kreighton L. Chan Antes del Sermón: Isaías 53:1-10.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“The Strife is O’er” (traducido por Francis Pott, 1832-1909).


EL BOSQUEJO DE

¡EL TRIUNFO DE EL SALVADOR!

(SERMÓN NÚMERO 12 DE ISAÍAS 53)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada” (Isaías 53:10).

I.   Primero, ¡Verá linaje! Isaías 53:10a; Lucas 13:29;
Salmo 25:13; I Corintios 15:5-8; I Juan 1:1; Juan 20:19-20.

II.  Segundo, ¡Vivirá por largos días! Isaías 53:10b; Romanos 6:10, 9;
Hebreos 7:24, 25.

III. Tercero, ¡Su obra prosperará! Isaías 53:10c; 49:6; 60:3, 5; 49:12;
Apocalipsis 11:15; I Corintios 2:14.