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JESÚS HERIDO, MOLIDO Y CASTIGADO

(SERMÓN NÚMERO 6 DE ISAÍAS 53)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
El Sábado por la Tarde, 23 de Marzo, 2013

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5).


Dos palabras Griegas en el capítulo uno de Romanos pueden usarse para mostrar la diferencia de saber sobre algo y de tener un conocimiento completo de ello. En Romanos 1:21 se nos dice que los pueblos antiguos “conocían a Dios.” La palabra Griega para “conocer” es “gnosis.” Significa que conocían acerca de Dios. Pero Romanos 1:28 dice que no “reconocieron a Dios”. La palabra “reconocer” aquí es “epignosis.” Es una forma fuerte de gnosis [saber], expresando un conocimiento completo con una influencia más potente (vea W. E. Vine, An Expository Dictionary of New Testament Words, Revell, 1966, tomo II, p. 301). Aunque los pueblos antiguos sabían acerca de Dios [gnosis], no tenían conocimiento personal de Él [epignosis]. Ellos no conocían a Dios personalmente.

Cuando observamos la ordenanza de la Cena del Señor, creo que esas dos palabras Griegas del capítulo uno de Romanos describen a algunos de ustedes que nos ven tomar el pan y la copa, pero no pueden participar de ella porque no son salvos. Tú sabes mentalmente y exteriormente lo que significa la Cena del Señor, pero no conoces por experiencia al Cristo que presenta. Tú tienes “conocimiento” de ella (una “gnosis” sobre ella) pero no tienes el conocimiento completo (epignosis) de Cristo. Tú no conoces a Jesucristo Mismo.

Y así es con nuestro texto. Tú tal vez puedes saber la forma exterior de las palabras y su significado, pero no has captado el significado interior, el entendimiento completo de ello de un modo que tenga “influencia potente” en ti (ibíd.). Por eso mi propósito es llamar tu atención al significado más profundo del texto, con la esperanza de que tu conocimiento mental de estas palabras se profundice a una experiencia personal con Jesucristo.

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5).

Este es un verso que debe capturar tu corazón si esperas ser convertido. Yo oro que te mueva de tu conocimiento mental a confiar verdaderamente en Jesucristo – quien murió en la Cruz para pagar la pena por tu pecado. Hay tres puntos principales en el texto.

I. Primero, Cristo fue herido por nuestras rebeliones, molido
por nuestros pecados.

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados...” (Isaías 53:5).

La primera palabra, “mas,” muestra el contraste entre la idea falsa descrita al final del verso cuatro, que Cristo murió como resultado de Su propio pecado y necedad, y el hecho verdadero de que Él murió para pagar por nuestros pecados. El Dr. Edward J. Young era erudito del Antiguo Testamento. Él era amigo personal de mi pastor Chino, Dr. Timothy Lin, quién también era gran erudito del Antiguo Testamento. El Dr. Young dijo: “Se halla otro énfasis en que el pronombre él se pone primero, mostrando así que en contraste a aquellos que de veras se merecían el castigo, él llevó los pecados del culpable” (traducción literal de Edward J. Young, Ph.D., The Book of Isaiah, William B. Eerdmans Publishing Company, 1972, tomo 3, p. 347).

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados...” (Isaías 53:5).

La palabra “herido” es muy interesante e importante. El Dr. Young dijo que la palabra Hebrea significa “atravesar, y acompaña la idea de traspasar hasta la muerte” (ibíd.). La palabra Hebrea significa “traspasar,” “perforar” (ibíd.). Esa palabra también aparece en Zacarías 12:10,

"Y mirarán a mí, a quien traspasaron" (Zacarías 12:10).

Obviamente esta es una profecía de Cristo, cuyo cuero cabelludo fue traspasado por espinas, cuyas manos y pies fueron traspasados con clavos sobre la Cruz, cuyo costado fue traspasado con una lanza Romana. Como nos dice el Apóstol Juan,

“Uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua...para que se cumpliese la Escritura... [que] dice Mirarán al que traspasaron” (Juan 19:34, 36, 37).

Y luego el texto dice que él fue “molido por nuestros pecados” (Isaías 53:5). La palabra Hebrea para “molido” significa “triturado” (Young, ibíd.). El moler y triturar de Cristo comenzó en el Huerto de Getsemaní la noche antes de ser arrestado, cuando Jesús estaba

“en agonía... y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” (Lucas 22:44).

En el Huerto de Getsemaní, Cristo fue aplastado por el peso de nuestros pecados, los cuales fueron puestos sobre Él allí.

Pocas horas después, Cristo fue herido y molido por los azotes que recibió directamente antes de ser clavado a la Cruz, y de ser traspasado con una lanza. Pero el significado más profundo de ser molido es que habla de la carga de nuestros pecados puesta sobre Él, como dijo el Apóstol Pedro,

“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero...” (I Pedro 2:24).

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados...” (Isaías 53:5).

El Dr. Isaac Watts lo hizo muy claro en su himno famoso,

¿Por crímenes que hice yo,
   Sufrió Él en la Cruz?
¡Qué Gracia y sin fin amor!
   ¡Me muestra así Jesús!

El sol su luz debió ocultar,
   Al ver muriendo allá.
Al creador, por todo el mal
   de la humanidad.
(Traducción libre de “Alas! And Did My Saviour Bleed?”
     por Isaac Watts, D.D., 1674-1748).

II. Segundo, Cristo fue castigado en nuestro lugar.

Nota la tercera parte de nuestro texto,

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él…” (Isaías 53:5).

Yo leí ese verso por muchos años sin saber lo que significaba. El Dr. Delitzsch lo traduce: “el castigo que lleva a nuestra paz” (traducción literal de C. F. Keil and F. Delitzsch, Commentary on the Old Testament, Eerdmans Publishing Company, reimpreso en 1973, tomo VII, p. 319). “Fue nuestra paz…nuestro bienestar general, nuestra bendición que estos sufrimientos...aseguraron” (ibid.). La palabra “castigo” significa eso “castigo.” El Dr. Young dijo, “Uno no esta leyendo dentro del texto si declara que el castigo que cayó sobre [Cristo] fue con el propósito de la propiciación” (Young, ibid., p. 349). La justicia de Dios cayó sobre Cristo – propiciando y apaciguando la ira de Dios contra el pecado. El Dr. John Gill fue donde muchos comentaristas modernos temen ir, y estuvo bien al hacerlo, cuando dijo,

El castigo de nuestra paz fue sobre él; o sea que el castigo de nuestros pecados fue puesto en él, por lo cual nuestra paz y reconciliación con Dios fueron hechos por él... por ello la ira divina es apaciguada, la justicia es satisfecha y se hace la paz (traducción literal de John Gill, D.D., An Exposition of the Old Testament, The Baptist Standard Bearer, reimpreso de 1989, tomo I, p. 312).

El Apóstol Pablo hablaba de Cristo “propiciando” la ira de Dios cuando dijo,

“Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre” (Romanos 3:24-25).

Albert Midlane explicó lo que el Apóstol quiso decir cuando usó “propiciación” en el himno que el Sr. Griffith cantó antes de este sermón,

Nadie puede decir la ira que El cargó,
   La ira que yo merecía;
La paga del pecado, El la llevó toda,
   Para liberar al pecador.

Ahora ya no queda ni seña;
   “Consumado Es,” El clamó a gran voz,
Con un trago efectivo, El bebió
   La copa de ira muy seca.
(Traducción literal de “The Cup of Wrath”
     por Albert Midlane, 1825-1909).

Cristo fue castigado en tu lugar, apaciguando así la justa ira de Dios contra tu pecado.

“El castigo de nuestra paz fue sobre él” (Isaías 53:5).

III. Tercero, Cristo cura nuestro pecado por Su llaga.

Por favor lee de pie el texto en voz alta, poniéndole atención a la última parte, “por su llaga fuimos nosotros curados.”

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5).

Se pueden sentar.

“Y por su llaga fuimos nosotros curados”. La palabra “llagas” en Hebreo significa “heridas” (Strong). El Apóstol Pedro citó este verso en I Pedro 2:24. La palabra Griega que usa Pedro es traducida “llagas.” Significa “llagas de golpes” (Strong). Yo creo que las palabras: “por su llaga fuimos nosotros curados” en Isaías 53:5 y en I Pedro 2:24 se refieren primeramente a los azotes de Jesús. Estoy convencido de que esas palabras son referencia particular a la flagelación de Cristo, que los soldados llevaron a cabo por el mandato de Pilato, Gobernador Romano de Judea, poco antes de que Cristo fuera crucificado. La Biblia dice,

“Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó” (Juan 19:1).

“Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado” (Mateo 27:26).

Comentando sobre la palabra Griega traducida “azotado,” W. E. Vine dijo que habla “del azote que Cristo padeció por el mandato de Pilato. Según el método Romano de azotar, la persona era desvestida [desnudada] y amarrada, encorvada en un pilar...El azote [látigo] era de tiras de cuero que llevaban atados pedazos de hueso o plomo que arrancaban la carne de la espalda, y del pecho. Eusebio (las Crónicas) informa que él fue testigo del sufrimiento de mártires que murieron bajo dicho trato” (W. E. Vine, An Expository Dictionary of New Testament Words, Fleming H. Revell Company, reimpreso en 1966, tomo III, pp. 327, 328). La palabra “azote” también la usó Jesús en Su profecía tocante a Su sufrimiento por venir, cuando Él dijo,

“He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre [Cristo] será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte; y le entregarán a los gentiles para que le escarnezcan, le azoten, y le crucifiquen...” (Mateo 20:18-19).

Spurgeon comentó sobre el azote de Cristo:

Quédate quieto y ve a [Jesús] amarrado a una columna Romana, y azotado cruelmente. Oye los terribles azotes [del látigo], nota las heridas sangrientas, y velo salir hecho su cuerpo bendito una masa de dolor. Luego fíjate como también fue flagelada [azotada] su alma. He aquí los golpes caen sobre su espíritu, hasta lo más profundo de su ser es herido con torturas, todo insoportable, lo que sufre por nosotros...medita en este tema solemne sin pensar en otra cosa, y yo oro que tú y yo podamos pensar juntos en el sufrimiento incomparable de [Jesús] hasta que nuestros corazones se derritan dentro de nosotros con un amor agradecido a él (traducción literal de C. H. Spurgeon, “Christopathy,” The Metropolitan Tabernacle Pulpit, Pilgrim Publications, reimpreso en 1976, tomo XLIII, p. 13).

De nuevo, Spurgeon dijo que fue por nuestros pecados que Él sufrió el azote y la crucifixión. Fue por ti y por mí que Jesús experimentó dichas llagas cuando Él fue azotado, y clavado en la Cruz. Spurgeon dijo,

Seguramente tuvimos parte en sus dolores. Oh, que de igual modo estuviéramos seguros de que “por su llaga fuimos nosotros curados.” Tú le azotaste [le pegaste], querido amigo, le heriste, por lo tanto, no descanses hasta que puedas decir: “por su llaga yo soy curado.” Debemos tener un [conocimiento] personal del que sufrió [Jesús] si hemos de ser curados [del pecado] por su llaga. Debemos...echar mano de este gran sacrificio, y aceptarlo ya que fue [hecho por nosotros]; porque sería miserable [terrible] saber que Cristo fue [azotado], mas no saber que “por su llaga fuimos nosotros curados”... No habría razón de hablar de curar el pecado si Dios no lo hubiera considerado una enfermedad (ibíd., p. 14)... “por su llaga fuimos nosotros curados.” Este no es un remedio temporal, es medicina que [trae] en ella la salud que hará [tu] alma perfectamente [bien], para que al fin, entre los santos ante el trono de Dios [en el Cielo], aquel hombre cante [con muchos otros] “por su llaga fuimos nosotros curados.” ¡Gloria sea al Cristo que sangra! Todo honor y majestad y dominio y alabanza sean a él por los siglos de los siglos. Y que todos [aquellos que son curados del pecado] digan, “Amen y amen” (ibíd. p. 21).

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5).

¡Pero saber estos hechos no te salvará! ¡A menos que las verdades del sufrimiento de Cristo en este texto capturen tu corazón, no serás convertido! Deja que el texto agarre tu corazón. Deja que estas palabras conmuevan tu alma para anhelar a Cristo.

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5).

Ojalá que esas palabras te muevan a confiar en Cristo, y seas curado de todo pecado, para que puedas decir, “Por su llaga yo soy curado del tormento del pecado, ahora y para siempre.” Amen.

(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por el Pastor Antes del Sermón: Isaías 52:13-53:5.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“The Cup of Wrath” (por Albert Midlane, 1825-1909).


EL BOSQUEJO DE

JESÚS HERIDO, MOLIDO Y CASTIGADO

(SERMÓN NÚMERO 6 DE ISAÍAS 53)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5).

(Romanos 1:21, 28)

I.   Primero, Cristo fue herido por nuestras transgresiones, molido
por nuestros pecados, Isaías 53:5a; Zacarías 12:10;
Juan 19:34, 36, 37; Lucas 22:44; I Pedro 2:24.

II.  Segundo, Cristo fue castigado en nuestro lugar, Isaías 53:5b;
Romanos 3:24-25.

III. Tercero, Cristo cura nuestro pecado por Su llaga, Isaías 53:5c;
Juan 19:1; Mateo 27:26; 20:18-19.