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LA NAVIDAD EN EL INFIERNO

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Angeles
La Tarde del Día del Señor, 11 de Diciembre, 2011

“Hijo, acuérdate” (Lucas 16:25).


El rico murió y fue sepultado. Su alma fue de inmediato a las llamas del Infierno, “Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos” (Lucas 16:23). El rico vio a Abraham de lejos” en el Cielo. Él rogaba por un poco de agua para “refrescar [su] lengua, porque [estaba] atormentado en [la] llama” (Lucas 16:24). Abraham le dijo:

“Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá”
      (Lucas 16:25-26).

El Señor Jesucristo dio esta historia para advertir a los pecadores perdidos sobre los peligros del Infierno.

Ambos C. H. Spurgeon y William Booth, fundador del Ejército de Salvación según era antes, a fines del siglo diecinueve advirtió que la predicación del siglo veinte descuidaría la doctrina del Infierno. “Cuando un periódico Americano le preguntó Al General Booth qué consideraba el peor peligro en el siglo veinte, él dijo (en parte): “El cielo sin el infierno” (traducción de The War Cry, Enero 1901, p. 7). La predicción de Booth se hizo realidad. Hoy la predicación sobre el Infierno ya no se oye. Pero no debe ser así. El Dr. J. I. Packer, famoso teólogo evangélico, dijo:

Los evangelistas Cristianos deben [hablar] sobre el infierno: es parte de su trabajo…los evangelistas están en misión de rescate para con su prójimo incrédulo, y es recto y necesario que como hombres honestos, deban explicarle claramente a la gente el riesgo en que se encuentran sin Cristo...Conforme a Jesús y los apóstoles, la vida personal sigue después de la muerte física, y el prospecto para los que están sin Cristo en el mundo venidero es lo más malo y terrible que hay, y se les debe decir a todos (traducción de J. I. Packer, Ph.D., prefacio a Whatever Happened to Hell? por John Blanchard, D.D., Evangelical Press, edición de 2005, p. 9).

Lo único que critico de lo que el Dr. Packer dijo es que parece asignarles la predicación del Infierno solamente a los “Evangelistas Cristianos”. Pero el Apóstol Pablo dijo que los pastores deben también hacer “obra de evangelista” (II Timoteo 4:5). Los pastores también “deben [hablar] sobre el infierno, es parte de su trabajo”. (Packer, ibid.).

Jesús es nuestro modelo, “dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (I Pedro 2:21). Jesús a menudo predicaba sobre el Infierno, y Él es nuestro ejemplo. Para serle fiel a Cristo, todo pastor debe algunas veces predicar sobre el Infierno, claramente y agudamente, como lo hizo Cristo cuando predicó sobre “el hombre rico y Lázaro”. Cristo dijo que el hombre murió y fue directamente al Infierno donde estaba atormentado en las llamas. El hombre le pidió a Abraham unas gotas de agua. Abraham le dijo:

“Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado” (Lucas 16:25).

Solo saco dos palabras del texto:

“Hijo, acuérdate” (Lucas 16:25).

Es época de Navidad. Nuestra iglesia está decorada. Hemos cantado los cánticos de Navidad. Tendremos un gran banquete el próximo Domingo. También tendremos cena de Navidad aquí en la iglesia, el Sábado a las 7:30 p.m., la Víspera de Navidad. Pero en estas celebraciones del nacimiento de Cristo, no nos olvidemos del Infierno. El Infierno es el resultado del pecado. Jesús nació para morir en la Cruz para salvar a los perdidos del pecado, para que no sean echados a aquellas terribles llamas. El Apóstol Pablo dijo:

“Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores”
       (I Timoteo 1:15).

El ángel del Señor le dijo a José:

“Llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21).

Entonces, ¿no es ese exactamente el verdadero significado de la Navidad? ¿No es el verdadero mensaje de Navidad el hecho de que Jesús bajó del Cielo para morir en la Cruz, para pagar por el pecado del hombre, para detener a los pecadores de ir al Infierno?

Pero, ¿qué si mueres antes de la Navidad? Esta noche podría estar aquí alguien que morirá en unos cuantos días. Si eso te sucede a ti, el 25 de Diciembre pasarás tu primera Navidad en el Infierno. Y se dirá de tí, como del hombre rico:

“Hijo, acuérdate” (Lucas 16:25).

Si sigues como estás, tal vez no ésta Navidad, sino algun día, tal vez más pronto de lo que piensas, tú pasarás tu primera Navidad en aquel lugar de tormento ardiente. ¿Qué recordarás cuando pases tu primera Navidad en el Infierno?

I. Primero, recordarás los sermones que descuidaste.

Recordarás cómo aprendiste a apagar tu mente, y no oír los sermones. Recordarás que practicaste para lograrlo. Al principio te perturbaban y te hacían pensar en cosas eternas. Pero, al pasar el tiempo, se volvió más fácil que el Diablo “arrebatara” los sermones de tu corazón (mira Mateo 13:19). Jesús dijo:

“Luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven” (Lucas 8:12).

Al principio era difícil que Satanás hiciera eso. Pero al pasar los meses te acostumbraste tanto a este truco Satánico que ya nada te molestaba, y comenzaste a dormir el sueño de la muerte en todos los sermones. Al fin tu conciencia se quemó, y tu corazón se hizo calloso, como Cristo le dijo a Sus enemigos:

“Porque no podéis escuchar mi palabra” (Juan 8:43).

Creo que te has vuelto tan lerdo de oír que se puede decir acerca de ti: “Dios [lo] entregó a una mente reprobada” (Romanos 1:28).

“Hijo, acuérdate” (Lucas 16:25).

¡Hija, acuérdate! En el Infierno recordarás muchos sermones. Cuando pases tu primera Navidad en la cueva ardiente sin duda recordarás ¡este mismo sermón! En el Infierno recordarás los sermones que descuidaste.

II. Segundo, recordarás el Espíritu de Dios que rechazaste.

En tu primera Navidad en el Infierno, sin duda recordarás algunas de las veces que el Espíritu Santo te convenció de tu pecado. Jesús dijo:

“Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado”
      (Juan 16:8).

Algunos de ustedes, cuando pasen su primera Navidad en el Infierno, recordarán cuando el Espíritu de Dios hizo que tu corazón fuera tierno. Recordarás cuando Su Espíritu te hizo temer. Recordarás como se llenaron tus ojos de lágrimas. Pero también recordarás cómo resististe Su obra de convicción, cómo resististe hasta que el Espíritu Santo se alejó de ti, y parecía que Dios te decía:

“Efraín es dado a ídolos; déjalo” (Oseas 4:17).

Como lo puso el Dr. Rice:

Triste será ese juicio, sin Su misericordia,
   Que tú te demoraste y Jesús se marchó.
Oh, que remordimiento cuando llegue tu muerte,
   ¡Y tú te has demorado, en venir a Jesús!
(Traducción de “If You Linger Too Long”
     por Dr. John R. Rice, 1895-1980).

“Hijo, acuérdate” (Lucas 16:25).

Cuando tú pases tu primera Navidad en el Infierno recordarás como resististe la convicción del Espíritu de Dios, como tú “tardaste, demoraste hasta que el Espíritu se marchó” (Rice, Ibíd.).

“Hijo, acuérdate” (Lucas 16:25).

¡Hija, acuérdate! Cuando se cierre el telón, y las luces se apaguen, y tu alma caiga en las llamas – ¡Hijo, acuérdate! ¡Hija, acuérdate! Recordarás los sermones que menospreciaste. Recordarás al Espíritu de Dios que rechazaste.

III. Tercero, recordarás al Salvador que no respetaste.

¡No! ¡No me digas que respetas a Cristo! ¡No mientas! ¡No lo respetas! ¡Para nada! La Biblia dice que tú desprecias y rechazas a Cristo:

“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos” (Isaías 53:3).

Si respetaras a Cristo lo buscarías a Él. Si respetaras a Cristo tú “[te esforzarías con toda tus fuerzas] a entrar” a Él (Lucas 13:24). ¿Qué esfuerzo has hecho? ¿Has orado por horas como Lutero? ¿Has pasado por agonías de alma como John Bunyan? ¿Has ayunado por semanas como Whitefield? ¿Te has esforzado como Wesley? ¿Has caminado en una tormenta de nieve para hallar a Cristo como lo hizo Spurgeon? ¡Yo te digo que no te has esforzado para nada! ¡Y un día, cuando estés en el Infierno, recordarás que fuiste perezoso y holgazán y no te esforzaste para hallar a Cristo!

“Hijo, acuérdate” (Lucas 16:25).

¡Hija, acuérdate! ¡Hijo, acuérdate! ¡Recordarás eso en el Infierno! Recordarás que tuviste tan poco respeto por Jesucristo que no lo buscaste seriamente, quien dijo:

“Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jeremías 29:13).

¡Hijo, acuérdate! ¡Hija, acuérdate! Recordarás en las llamas eternas, cómo no respetaste a Jesús, cómo rechazaste Su oferta de salvación.

Sin respeto esperaste, y a Él rechazaste,
   Tu pecado peor es, tienes mal corazón;
Oh, si Dios se impacienta, el Espíritu ofendes;
   Si Él ya no te llama, tendrás condenación.
Triste será ese juicio, sin Su misericordia,
   Que tú te demoraste y Jesús se marchó
Oh, que remordimiento, cuando llegue tu muerte
   ¡Y tú te has demorado, en venir a Jesús!
(Traducción de “If You Linger Too Long”
     por Dr. John R. Rice, 1895-1980).

Si vas al cuarto de consejo, no quiero que le digas ni una palabra a cerca del Infierno al Dr. Cagan. Quiero que hables solo de tu pecado, y sobre Jesús. Solo Jesús os puede perdonar vuestro pecado. Solo Jesús os puede lavar vuestro pecado con Su Sangre preciosa. Venid a Jesús y sed salvo por Él de todo vuestro pecado.

Que terrible que no pienses en Jesús cuando vas al cuarto de consejo. Si yo menciono la providencia de Dios en mi sermón, tú hablas de la providencia en el cuarto de consejo. Si yo menciono la elección en mi sermón, hablas tú de la elección en el cuarto de consejo. Si menciono a Satanás en mi sermón, tú hablas de Satanás en el cuarto de consejo. Si menciono el pecado original o el llamado efectual, esas son las cosas de las que hablas tú en el cuarto de consejo. ¡Si predico del Infierno, de eso hablas!

Aunque mis sermones se centran en Jesús, hablando humanamente no te podemos hablas de Jesucristo Mismo. No podemos hacer que pienses en Jesús. Tu lo desprecias y rechazas (Isaías 53:3). Sin embargo ningún otro sujeto o persona te puede salvar del pecado. “Jesús solo, Jesús solo, puede al pecador salvar” (“Venid, Pecadores” [Come, Ye Sinners] por Joseph Hart, 1712-1768).

Tus pecados fueron puestos sobre Jesús en el Huerto de Getsemaní. Él fue triturado bajo el peso de tu pecado en el Huerto, hasta que cayó al peso y un sudor salió de los poros de Su cuerpo. Lo arrestaron y abofetearon, y arrancaron porciones de Su barba. Pilato ordenó que lo azotaran hasta que la piel colgaba en listones desde Sus costillas. Clavaron Sus manos y Sus pies a la cruz. Un soldado le abrió Su costado con una lanza, “y al instante salió sangre y agua” (Juan 19:34). ¡Jesús pasó por todo aquel horror, dolor y agonía para pagar la pena de tu pecado, para lavarte de pecado con Su Sangre Santa! La Biblia dice: “Cristo murió por nuestros pecados” (I Corintios 15:3).

Oh, ¡piensa en tus pecados! Oh, ¡piensa en Jesús, quien sufrió, sangró y murió para salvarte de tu pecado. Piensa en Jesús, quien Él solo puede perdonar y limpiarte de todo pecado! ¡Piensa en tu pecado! ¡Piensa en Jesús, quien Él solo puede salvarte! Ven a Jesús. Ven a Jesús ahora. “Jesús solo, Jesús solo, puede al pecador salvar; Jesús solo, Jesús solo, puede al pecador salvar!

¿Puede el celo sin parar
Y mi llanto sin cesar,
El pecado en mí lavar?
¡Solo Tú puedes salvar!
(traducción de “Rock of Ages, Cleft For Me”
   por Augustus Toplady, 1740-1778).

“Jesús solo, Jesús solo, puede al pecador salvar!” ¡Ven a Él esta noche en fe simple!

(FIN DEL SERMÓN)
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en www.realconversion.com. Oprime “Sermones en Español”.

You may email Dr. Hymers at rlhymersjr@sbcglobal.net, (Click Here) – or you may
write to him at P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Or phone him at (818)352-0452.

La Escritura Leída por Dr. Hymers Antes del Sermón: Lucas 16:19-25.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“If You Linger Too Long” (por Dr. John R. Rice, 1895-1980).


EL BOSQUEJO DE

LA NAVIDAD EN EL INFIERNO

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Hijo, acuérdate” (Lucas 16:25).

(Lucas 16:23, 24, 25-26; II Timoteo 4:5; I Pedro 1:21;
I Timoteo 1:15; Mateo 1:21)

I.   Primero, recordarás los sermones que descuidaste,
Mateo 13:19; Lucas 8:12; Juan 8:43; Romanos 1:28.

II.  Segundo, recordarás el Espíritu de Dios que rechazaste,
Juan 16:8; Oseas 4:17.

III. Tercero, recordarás al Salvador que no respetaste, Isaías 53:3;
Lucas 13:24; Jeremías 29:13, Juan 19:34; I Corintios 15:3.