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RECOMPENSAS CELESTIALES PARA
LOS GANADORES DE ALMAS

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Tarde del Día del Señor, 28 de Agosto de 2011

“Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Daniel 12:2-3).


El Dr. Edward J. Young era amigo de mi antiguo pastor Chino de largo tiempo, y maestro, Dr. Timothy Lin. Igual que el Dr. Lin, el Dr. Young era un erudito del Antiguo Testamento. Fue Maestro del Antiguo Testamento en el seminario Westminster Theological Seminary en Philadelphia desde 1936 hasta que murió en 1968. Comentando sobre Daniel 12:3,

“Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Daniel 12:3),

el Dr. Young dijo: “Aquellos que…han sido prudentes y sabios en…apuntar a muchos al camino de justicia recibirán recompensas de sus labores en que brillarán eternamente como el resplandor del firmamento y como las estrellas…la recompensa celestial y eterna” (Edward J. Young, Ph.D., A Commentary on Daniel, The Banner of Truth Trust, reimpreso en 1977, pp. 256-257).

Esté sermón es condensado y editado de un capítulo en el libro del Dr. John R. Rice [en Inglés] “El Camino Dorado para el Exitoso Ganar de Almas Personal” The Golden Path to Successful Personal Soul Winning (John R. Rice, D.D., Sword of the Lord Publishers, 1961, pp. 297-307).

Es gran cosa ser ganador de almas en esta vida. ¡Pero hay más! El ganador de almas tiene bendiciones después de la muerte, que otros no pueden tener.

“Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Daniel 12:3),

I. Primero, el ganador de almas tendrá feliz aceptación y honra de Cristo.

El Apóstol Pablo tenía una meta y ambición que controlaban su vida entera. Por eso trabajaba noche y día, “en trabajos más abundante” que cualquier otro Apóstol. Pablo anticipaba la hora cuando estaría cara a cara con Jesucristo. Él dijo: “Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo…” (II Corintios 5:9-10)... ¡Oh, serle agradable a Jesús! ¡Que el Señor Jesús sonriera y estuviera complacido y saludara a Pablo con alegría!

Era la anticipación de esa aprobación futura de Cristo que hacía a Pablo trabajar día y noche ganando almas. Ganar almas fue la cosa principal por la que trabajó Pablo en todo su ministerio. ¡Él trabajaba continuamente para ganar almas! Él le enseñaba a otros a ganar almas. Él decía: “A todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos” (I Corintios 9:22).

¡Qué triunfante la entrada de Pablo cuando llegó al Cielo y oyó a Jesús decir: “Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel…entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:21)! Ese será el gozo de todo fiel ganador de almas al entrar al Cielo. Pablo le dijo a los que había ganado en Tesalónica: “Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida? Vosotros sois nuestra gloria y gozo” (I Tesalonicenses 2:19-20).

En la Parábola de la Gran Cena, en Lucas 14:16-24, es significante que el único siervo que Cristo retrató fue el ganador de almas – el que forzaba a los pecadores perdidos a venir a la gran cena en el Cielo. ¡Qué gozo tendrán Cristo y Sus ganadores de almas al ver a aquellos que ganaron en la tierra en las bodas celestiales! “Seguemos hoy”. ¡Canta el coro!

¡Seguemos hoy, o perdemos la siega!
   Dios nos ha dado almas que ganar.
Salvemos, pues, amados de las llamas,
   Traigamos hoy un pecador aquí.
(Traducción de “So Little Time” por Dr. John R. Rice, 1895-1980).

“Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Daniel 12:3).

II. Segundo, el ganador de almas recibirá la recompensa más grande en el Juicio Bema.

I Corintios 3:10-15 habla del juicio de los Cristianos en el Cielo, después del rapto, en el Juicio Bema, en el juicio del tribunal de Cristo. Este no es el Último Juicio de los Muertos no Salvos. No, este es el juicio de los verdaderos Cristianos.

“Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego” (I Corintios 3:12-15).

La obra de cada Cristiano será probada. Lo que es permanente – oro, plata, y piedras preciosas – recibirán recompensa. Lo que es temporal – madera, heno, hojarasca – será quemada y destruida. Esto no se refiere a la salvación. Se refiere a las recompensas que alguna gente salva recibirá, y que otra no recibirá.

Algunos edificaron un edificio de iglesia bello y caro. Pero no tendrá valor eterno ni no es usado para ganar más almas. A menos que aumente el numero de almas ganadas, el dinero, el tiempo, y la energía invertida en él no tendrán valor en el juicio de Cristo. ¡Quémala! ¡Quémala!

Otros edificaron una escuela. Ellos apoyaban la educación, la cultura, las artes, y las ciencias. Pero a menos que haya entrenado a la gente a ganar almas, no tendrá valor en el juicio de Cristo. ¡Quémala! ¡Quémala!

Todas las organizaciones, toda la obra administrativa del pastor, y los obreros de la Escuela Dominical y las secretarias, no tienen valor a menos que gane almas perdidas. De otro modo es madera, heno, y hojarasca.  ¡Quémala! ¡Quémala!

Una Escuela Dominical, una iglesia, cantar canciones, la obra de una denominación, aun enseñar la Biblia a los Cristianos – todo es temporal, sin fruto y sin recompensa en el juicio de Cristo a menos que resulte en ganar almas perdidas. ¡Quémala! ¡Quémala!  ¡Quémala!

I Corintios 3:15 dice: “Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego”: Si dejas a amados ir al Infierno sin urgirlos a venir al Salvador, estarán todavía en el Infierno. Todo tu llanto no cambiará eso. Cristo quizá le hubiera perdonado, pero eso no cambia el hecho de que los amados están en el Infierno y no en el Cielo. Así que la felicidad de la recompensa del Cristiano durante el tribunal de Cristo dependerá principalmente del ganar almas. La única y sola razón porque Cristo murió en la Cruz fue para salvar almas. Aquellos Cristianos que ayudan a Jesús a hacer esa cosa principal serán recompensados más que aquellos que no ganaron almas.  Escucha “El Precio del Avivamiento” del Dr. Rice:

Tesoros mundanos, son vanos, se pierden,
   Se van como niebla y marchitanse;
Más almas ganadas con ruego y llanto
   Quedarán en la siega eternal.
¡Cosecha, celestial cosecha!
   Por almas ganadas aquí.

Llegando a la siega con heno, hojarasca,
   Cuan triste será en el juicio allá,
Sin nadie ganado al Señor Jesucristo
   Que mostrar en la siega eternal.
¡Cosecha, celestial cosecha!
   Por almas ganadas aquí.
(Traducción de “The Price of Revival” por Dr. John R. Rice, 1895-1980).

III. Tercero, el ganador de almas resplandecerá como las estrellas a perpetua eternidad.

“Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Daniel 12:2-3).

En el Cielo habrá un gran cambio de los valores humanos. Muchos de los primeros serán los últimos, y los postreros serán primeros en ese día. La persona que está dispuesta a hacer lo más importante, ganar almas, ahora para Jesús se dará cuenta que es famoso en el Cielo. Muchos desconocidos hombres o mujeres en ese día “resplandecerán como el resplandor del firmamento”. Los ganadores de almas que enseñan la justicia a la multitud resplandecerán “como las estrellas a perpetua eternidad”, ¡según la Santa Palabra de Dios!

Es mejor que cambiemos nuestra manera de pensar acerca de lo que realmente importa en la eternidad. Es mejor que pongamos nuestro corazón en cosas que no pasarán, y son de vital importancia en la eternidad.

¡Prefiero ser un simple ganador de almas y brillar como las estrellas a perpetua eternidad, que ser el hombre más rico o el más honrado en este mundo de hoy! Los grandes hombres en la eternidad no serán los Kennedy, los Bush, los Clinton o los Obama. ¡Los grandes hombres en la eternidad serán Whitefield, los Wesley, Spurgeon, Lloyd-Jones, John R. Rice, y los ganadores de almas completamente entregados!

Qué poco sentido tiene perder el tiempo y energía en cosas que muy pronto se irán, sin recompensa permanente. ¡La persona que busca vaciar el Infierno de sus posibles habitantes, es el que va a ser grande en el mundo venidero!

¡El ganador de almas, que da su tiempo, energía, dinero y oraciones para mantener personas fuera del Infierno, es sabio! ¡Y qué bendita será su recompensa! Él resplandecerá como el resplandor del firmamento. “Los que enseñan la justicia a la multitud [resplandecerán] como las estrellas a perpetua eternidad” (Daniel 12:3). No puede haber ninguna duda de que en este versículo Dios hace una promesa a los ganadores de almas que no le hace a los demás Cristianos que no ganan las almas. “Los que enseñan la justicia a la multitud [resplandecerán] como las estrellas a perpetua eternidad”.

¡Oh, cuán benditos son los ganadores de almas, y cuán eternas son sus recompensas! ¡Qué tonto que cualquiera de nosotros pierda esas bendiciones que Dios da especialmente a Sus ganadores de almas. “Seguemos hoy”. ¡Cántala!

¡Seguemos hoy o perdemos la siega!
   Dios nos ha dado almas que ganar.
Salvemos pues amados de las llamas.
   Traigamos hoy un pecador aquí.

Si todavía no eres convertido, viniste aquí esta noche porque un ganador de almas te trajo a oír el Evangelio. Ellos trabajaron, oraron, y te hicieron venir. Así que no voy a cerrar este sermón sin decirte que Jesús fue clavado en la Cruz para pagar la pena completa por tu pecado. Y debo decirte que Jesús resucitó de entre los muertos y subió de nuevo al Cielo, donde ahora está sentado a la diestra de Dios Padre. Y tengo que decirte que te alejes de tus pecados y vengas directamente a Jesús. Cuando vienes a Él, y te sometes a Él, en ese segundo, serás salvo por Él, para siempre, y por toda la eternidad. Amén. Por favor pónganse de pie y canten la última canción en el cancionero, por el Dr. John R. Rice.

Del avivamiento, el precio por almas,
   Las largas vigilias, el llanto, el dolor;
Rogando al impío a quien no conoces,
   El pago es la siega eternal.
¡Cosecha, celestial cosecha!
   Por almas ganadas aquí.

Tesoros mundanos, son vanos, se pierden,
   Se van como niebla y marchitanse;
Más almas ganadas con ruego y llanto
   Quedarán en la siega eternal.
¡Cosecha, celestial cosecha!
   Por almas ganadas aquí.

Llegando a la siega con heno, hojarasca,
   Cuan triste será en el juicio allá,
Sin nadie ganado al Señor Jesucristo
   Que mostrar en la siega eternal.
¡Cosecha, celestial cosecha!
   Por almas ganadas aquí.

Los sabios resplandecerán como en el cielo
   ¡El día del pago, al que almas ganó!
Los que la multitud a Jesús llevaron
   Como estrellas siempre brillarán.
¡Cosecha, celestial cosecha!
   Por almas ganadas aquí.
(Traducción de “The Price of Revival” por Dr. John R. Rice, 1895-1980).

(FIN DEL SERMÓN)
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en www.realconversion.com. Oprime “Sermones en Español”.

You may email Dr. Hymers at rlhymersjr@sbcglobal.net, (Click Here)
or you may write to him at P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015.
Or phone him at (818)352-0452.

La Escritura Leída Antes del Sermón por el Dr. Kreighton L. Chan: Daniel 12:1-3.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Remembering in Heaven” (por Dr. John R. Rice, 1895-1980).


EL BOSQUEJO DE

RECOMPENSAS CELESTIALES PARA
LOS GANADORES DE ALMAS

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Daniel 12:2-3).

I.   Primero, el ganador de almas tendrá feliz aceptación y honra de Cristo,
II Corintios 5:9-10; I Corintios 9:22; Mateo 25:21;
I Tesalonicenses 2:19-20.

II.  Segundo, el ganador de almas recibirá la recompensa más grande
en el Juicio Bema, I Corintios 3:12-15.

III. Tercero, el ganador de almas resplandecerá como las estrellas a perpetua
eternidad, Daniel 12:2-3.