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BENDICIONES TERRENALES PARA GANADORES DE ALMAS

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Tarde del Día del Señor, 21 de Agosto, 2011

““El fruto del justo es árbol de vida; Y el que gana almas es sabio” (Proverbios 11:30).



En este sermón yo edito y condenso un capítulo del libro El Camino Dorado al Exitoso Ganar de Almas Personal [en Inglés] de John R. Rice The Golden Path to Successful Personal Soul Winning (John R. Rice, D.D., Sword of the Lord Publishers, 1961, pp. 275-296).

El Cristiano verdadero que gana almas tiene bendiciones especiales que los Cristianos nominales, y miembros de iglesia que no ganan almas, no tienen. El miembro de iglesia que no gana almas no es un buen Cristiano, no tiene tantas promesas, no tiene tanto gozo, ni tantas oraciones contestadas, como aquellos cuyas vidas están centradas en ganar almas. Ser un erudito Bíblico no es tan bueno como ser ganador de almas. Ser defensor de la fe no es tan bueno como ser ganador de almas. Ser mártir, padecer persecución o la muerte por tus convicciones, no es tan bueno como ser ganador de almas.

“El fruto del justo es árbol de vida; Y el que gana almas es sabio” (Proverbios 11:30).

Aquellos que ganan almas son sabios. Ellos recibirán grandes recompensas en el reino venidero de Cristo. ¡Pero, espera! Hay más. El ganador de almas celoso tiene muchas bendiciones terrenales – ¡bendiciones ahora!

I. Primero, el ganador de almas es el mejor Cristiano.

Los ganadores de almas son imperfectos aun, mortales frágiles, como todos los Cristianos. Algunos ganadores de almas son mejores Cristianos que otros. Pero lo cierto es que un ganador de almas es casi siempre mejor Cristiano que un miembro de iglesia que no gana almas. Ya que Jesús vino a “buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10), y ya “que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores” (I Timoteo 1:15), entonces aquellos que hacen lo mismo que Jesús hacía lo complacen aun más que aquellos que no ganan almas.

¡Seguemos hoy, o perdemos la siega!
     Dios nos ha dado almas que ganar.
Salvemos pues amados de las llamas,
     Traigamos hoy un pecador aquí.
(Traducción de “So Little Time” por Dr. John R. Rice, 1895-1980).

El Dr. Rice predicaba un sermón famoso sobre “El Pecado de Siete Partes de No Ganar Almas” “The Seven-Fold Sin of Not Winning Souls.” Él enumeraba de nuevo aquellos pecados en este mensaje. He aquí siete pecados cometidos por aquellos que no ganan almas.

(1) El Pecado de la Desobediencia al Mandamiento Principal de Cristo.

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado...” (Mateo 28:19-20).

Así que a cada persona nueva se le debe enseñar a observar todas las cosas que Cristo le mandó a los Apóstoles a hacer. Luego a los nuevos convertidos se les da la gran comisión de ganar almas. Esta es el mandamiento principal para todo Cristiano verdadero. No obedecerlo es un pecado grave.

(2) El Pecado de Falta de Amor por Jesucristo. Jesús dijo:

“Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15).

“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” (Juan 14:21).

Claramente, a una persona que no obedece el mandamiento de Cristo de ganar almas y hacer nuevos discípulos, le falta amor por Cristo. Aquellos que no ganan almas, pueden decir que aman a Jesús, pero su falta de estar dispuestos a ganar almas muestra que solo dicen palabras, que en realidad no le aman para nada

.

(3) El Pecado de No Seguir a Jesús.

     En Mateo 4:19 Jesús dijo: “Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres”. En Marcos 1:17, Jesús dijo: “Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres”. Entonces está claro – aquellos que siguen a Jesús serán ganadores de almas. Aquellos que no ganan almas no están siguiendo a Jesús en el sentido de esas Escrituras.

(4) El Pecado de No Permanecer en Cristo.

     En Juan 15:5, Jesús dijo: “…el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. Aquí Jesús no hablaba del “fruto del Espíritu”. Él hablaba del fruto de un Cristiano, o sea, haciendo más Cristianos por medio de ganar almas. Duraznos, manzanas y naranjas son frutos de árboles. Y el fruto de un Cristiano es otro Cristiano. Los árboles de naranja dan naranjas. Los árboles de manzana dan manzanas. Los Cristianos verdaderos dan otros verdaderos Cristianos por ganarlos. En el libro de Génesis leemos: “Hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género” (Génesis 1:25). Así es con los que son verdaderamente convertidos. Ellos producen otros verdaderos convertidos, “según su género”. Cuando un falso o nominal asistente de iglesia trata de ganar almas no puede hacerlo. Solo los puede arruinar, y hacerlos carnales, “según su género”. Como los Fariseos, un miembro de iglesia religioso pero perdido puede recorrer “mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros” (Mateo 23:15). La ley de “según su género” se aplica aquí. La gente perdida puede producir otra gente perdida, como hemos visto en nuestra propia iglesia, y en otras. “El que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5).

(5) El Pecado de la Deshonestidad.

     Los que oyen el Evangelio, pero no hacen nada para ganar a otros son deshonestos y torcidos. No pagan la deuda honesta. Al siervo que escondió el dinero que se le dio para invertir, su señor le dijo: “Siervo malo y negligente” (Mateo 25:26). Tomar sin dar es deshonesto. Así, entonces, el miembro de iglesia que no gana almas es deshonesto y torcido.

(6) El Pecado del Necio Corto de Mira.

     “El que gana almas es sabio” (Proverbios 11:30). “Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Daniel 12:3). El ganador de almas es sabio – pone tesoro en el Cielo, y será bendecido con recompensas eternas. Pero el miembro de iglesia que no mira a la distancia y que no gana almas no es sabio, sino que necio, dice Dios.

(7) El Pecado de Matar Almas.

Escucha la advertencia dada por el profeta Ezequiel:

“Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano” (Ezequiel 3:17-18).

     Como Ezequiel debía dar cuenta, y ser culpable de sangre si su negligencia dejaba que la gente muriera en sus pecados, así todo Cristiano verdadero es responsable. El Cristiano que deja que los amados y conocidos mueran sin ser advertidos tiene sangre en sus manos y enfrentará al Señor para dar cuenta en el juicio de Cristo! ¡Seguemos hoy! ¡Cántala!

¡Seguemos hoy, o perdemos la siega!
     Dios nos ha dado almas que ganar.
Salvemos pues amados de las llamas,
     Traigamos hoy un pecador aquí.

“El fruto del justo es árbol de vida; Y el que gana almas es sabio” (Proverbios 11:30).

II. Segundo, el ganador de almas tiene cercanía y compañerismo especial con Cristo.

El ganador de almas, aquí en la tierra, tiene un grado de gozo, y paz, y consuelo, que los Cristianos nominales no pueden tener.

Al final de la Gran Comisión Jesús dio esta promesa a los ganadores de almas:

“Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20).

Solamente aquellos que ganan almas tienen esa promesa. El compañerismo íntimo, la cercanía que se siente, la protección, y el éxito le son prometidos solamente a los ganadores de almas. Así que el ganador de almas tiene compañerismo íntimo con Jesús, enviado por Él, especialmente amado por Él, paz especial dada por el Señor Jesús. “Seguemos Hoy”. ¡Cántala otra vez!

¡Seguemos hoy, o perdemos la siega!
     Dios nos ha dado almas que ganar.
Salvemos pues amados de las llamas,
     Traigamos hoy un pecador aquí.

III. Tercero, el ganador de almas tiene la bendición con más plenitud del Espíritu Santo, dada solo a los ganadores de almas.

Por supuesto que sabemos que todo Cristiano verdaderamente convertido ha participado de algunos de los ministerios del Espíritu Santo. Él fue convicto por el Espíritu Santo (Juan 16:7-11). Todo Cristiano verdadero es “nacido del Espíritu” (Juan 3:6). Todo Cristiano verdadero tiene al Espíritu Santo como consolador, maestro, y ayudante en la oración. El Espíritu Santo vive en todo Cristiano verdadero (I Corintios 6:19-20; Romanos 8:9).

Pero está claro que hay una investidura especial del Espíritu Santo para los ganadores de almas. Cuando vino el Día de Pentecostés, “fueron todos llenos del Espíritu Santo” (Hechos 2:4) para ganar almas y testificaron con gran poder, y vieron a tres mil personas salvas. Pero luego fueron llenos con el Espíritu otra vez: “y todos fueron llenos del Espíritu Santo” (Hechos 4:31) y ganaron muchas almas. Se nos dice de Bernabé, “Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor” (Hechos 11:24). De estas y muchas otras Escrituras queda claro que la llenura del Espíritu es solamente para ganar almas, y viene solamente a aquellos que están cometidos a ganar almas.

La llenura del Espíritu es dada para el poder de ganar almas, conforme a las declaraciones de las Escrituras. Esta es una bendición que los Cristianos nominales no tienen. “Seguemos Hoy”. ¡Cántala!

¡Seguemos hoy, o perdemos la siega!
     Dios nos ha dado almas que ganar.
Salvemos pues amados de las llamas,
     Traigamos hoy un pecador aquí.

IV. Cuarto, el ganador de almas tiene gozos mayores que otros gozos de la Tierra.

¿Parece que reclamo mucho para el ganador de almas? En verdad que sí. Salmo 126:5 y 6 dicen:

“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas” (Salmo 126:5-6).

¡Ganar un alma, guardar a esa persona fuera del Infierno, es mejor que recibir un cheque de cinco mil dólares! Un Cristiano que gana almas tiene gozos mayores que los gozos de otra gente.

El Dr. Rice dijo: “Soy pobre de bienes de este mundo. Predico tan claro contra el pecado, el modernismo [liberalismo] y la incredulidad, que alguna gente me odia y muchos creen que sería una bendición para este país que yo estuviera muerto. Soy calumniado y abusado, pero mi corazón se alza con el amor y confianza y gratitud de miles que han venido a Cristo bajo mi ministerio. Yo sé que el gozo del ganador de almas es mayor que los otros gozos que los hombres tienen. ¡Dios es mi testigo, preferiría saber que miles de personas han confiado en Cristo por medio de mi ministerio que tener un millón de dólares! ¡Oh, es maravilloso ser ganador de almas!”

¡Seguemos hoy, o perdemos la siega!
     Dios nos ha dado almas que ganar.
Salvemos pues amados de las llamas,
     Traigamos hoy un pecador aquí.

“El fruto del justo es árbol de vida; Y el que gana almas es sabio” (Proverbios 11:30).

Le he predicado a los Cristianos verdaderos en nuestra iglesia, animándolos a estar muy ocupados ayudando a las almas perdidas a hallar a Cristo. Pero tú no eres convertido todavía. Nunca te has arrepentido de tu pecado, ni has tenido un encuentro con Jesucristo. Oh, cómo oramos que entres a nuestra familia de la iglesia, y vengas a nuestro maravilloso Salvador, Jesús. Él murió en la Cruz para pagar por tus pecados. Él resucitó físicamente de los muertos. Él está ahora en el tercer Cielo, sentado a la diestra de Dios el Padre.

Hemos sido amables y amigables con ustedes, las personas nuevas. Hemos sido amistosos con ustedes y hemos orado por ustedes. Nuestra gran oración es que se vuelvan del pecado y a Jesús. Que lo hagan es nuestra oración y petición a Dios. Amen. De pie, por favor, y canta la ultima canción en la hoja de canciones.

¡Tan poco tiempo hay para la siega,
     Con la cosecha vamos al hogar,
Al Señor de la mies a reportarnos,
     Esperando que Él diga, “¡Has hecho bien!”
¡Seguemos hoy, o perdemos la siega!
     Dios nos ha dado almas que ganar.
Salvemos pues amados de las llamas,
     Traigamos hoy un pecador aquí.
(Traducción de “So Little Time” by Dr. John R. Rice, 1895-1980).

(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por el Dr. Kreighton L. Chan Antes del Sermón: Proverbios 11:28-31
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“The Price of Revival” (por John R. Rice, 1895-1980).


EL BOSQUEJO DE

BENDICIONES TERRENALES PARA GANADORES DE ALMAS

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“El fruto del justo es árbol de vida; Y el que gana almas es sabio” (Proverbios 11:30).

I.   Primero, el ganador de almas es el mejor Cristiano, Lucas 19:10;
I Timoteo 1:15; Mateo 28:19-20; Juan 14:15, 21; Mateo 4:19;
Marcos 1:17; Juan 15:5; Génesis 1:25; Mateo 23:15; 25:26;
Daniel 12:3; Ezequiel 3:17-18.

II.  Segundo, el ganador de almas tiene cercanía y compañerismo
especial con Cristo, Mateo 28:20.

III. Tercero, el ganador de almas tiene la bendición más llena del Espíritu
Santo, dada solamente a los ganadores de almas, Juan 16:7-11; 3:6;
I Corintios 6:19-20; Romanos 8:9; Hechos 2:4; 4:31; 11:24.

IV. Cuarto, el ganador de almas tiene gozos mayores que los gozos de la Tierra, Salmo 126:5-6.