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¡NI HAY QUIEN CUIDE DE MI VIDA!

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, Octubre 10 del 2010


Quiero que voltees en tu Biblia al Salmo 142:4, a ese pasaje de la Escritura que el Dr. Chan leyó antes en este servicio. Y pongámonos todos de pie para la lectura de la Palabra de Dios. Voy a predicar esta mañana sobre “¡Ni Hay Quien Cuide De Mi Vida!” Nuestro texto es el Salmo 142:4.

David escribió estas palabras para describir un evento que le sucedió a él años antes, cuando él era joven. David dijo:

“Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer; No tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida”
       (Salmo 142:4).

Las últimas siete palabras de ese verso serán mi texto esta mañana.

“Ni hay quien [literalmente, nadie] cuide de mi vida”
      (Salmo 142:4).

Se pueden sentar.

El Rey Saúl se había convertido en un hombre poseído por un demonio. Cuando el mal espíritu lo tomaba a él, se convertía en un asesino (ver I Samuel 18:10-11). Él se llenó de tanta envidia que trató de matar a David – y David huyó escapando de ser asesinado.

“Y levantándose David aquel día, huyó de la presencia de Saúl, y se fue a Aquis rey de Gat” (I Samuel 21:10).

Pero el Rey Aquis descubrió quien era David. Él sabía que Saúl lo perseguía. Por eso David tuvo que dejar ese lugar también. David se fue muy lejos

“…huyó a la cueva de Adulam” (I Samuel 22:1).

Aquí, en el Salmo 142, David nos dice sobre sus días y noches en soledad, escondiéndose del asesino Rey Saúl, en la oscuridad de esa cueva. El Dr. John Gill dice:

El Salmo representa los problemas de David, y del Mesías [Jesús] su antitipo, y se aplica a cualquier alma angustiada (traducción de John Gill, D.D., Exposition of the Old Testament, The Baptist Standard Bearer, reimpreso en 1989, volumen IV, p. 297).

Tomaremos las divisiones del Dr. Gill y veremos estas palabras de esos diferentes ángulos esta mañana.

“Ni hay quien cuide de mi vida” (Salmo 142:4).

I. Primero, el texto representa los problemas de David.

Este joven estaba solo. Sus amigos se habían ido. El Rey Saúl estaba en contra de él. David tenía problemas. Parecía que no tenía salida. Él sintió el peso aplastante de la soledad. Él dijo:

“Ni hay quien [nadie] cuide de mi vida” (Salmo 142:4).

¿Te has sentido así alguna vez?

Una estudiante de la universidad me dijo: “He estado terriblemente solitaria”. Ella sintió el dolor que muchos jóvenes sienten hoy en día. Un joven me dijo: “Nunca he podido tener amigos. Algo siempre pasa que nos separa”. Un adolescente me dijo: “Me siento solo y no sé qué hacer”. Poco tiempo después se suicidó”. ¡Qué terrible y trágico final!

De acuerdo a varias encuestas, los jóvenes universitarios están atormentados y solitarios. Estas encuestas indican que las universidades no atraen a las personas a hacer amistades permanentes. De acuerdo al Dr. Leonard Zunin, un prominente psiquiatra, la soledad puede ser el peor problema confrontando a los jóvenes en nuestra cultura. Una reciente encuesta de Gallup indica que casi el cincuenta por ciento ha experimentado “intensa soledad”. Y el otro cincuenta por ciento también ha experimentado varios grados de soledad. ¡Piensa en eso! ¡Casi el cien por ciento de jóvenes universitarios y de la escuela secundaria tiene sentimientos de depresión y ansiedad relacionada a la soledad!

¿Has alguna vez sentido el dolor de la soledad? Este joven, David, expresó esos sentimientos cuando dijo:

“Ni hay quien [nadie] cuide de mi vida” (Salmo 142:4).

¡Y el Internet no es la respuesta! ¡La tecnología no puede tomar el lugar de verdaderos seres humanos vivos! Josh McDowell dijo:

La juventud de hoy va al Internet para más que información y entretenimiento. Un número creciente de jóvenes están usando correo electrónico y cuartos de conversación electrónica con la intención de conectarse socialmente con otros. Aún así personas que están buscando conexiones emocionales en el Internet se están dando cuenta que las relaciones electrónicas no satisfacen, es un sustituto barato de amistades e interacción en persona. Un estudio de la Universidad Carnegie Mellon en Pensilvania revela que mientras más horas una persona pasa en el Internet, lo más depresivo, estresado, solitario él o ella se sienten (traducción de Josh McDowell, The Disconnected Generation: Saving Our Youth From Self-Destruction, Word Publishing, 2000, p. 9).

¡El Internet es en realidad un “sustituto barato” de verdaderos amigos! ¿Dónde están cuando los necesitas? ¡Una máquina no puede reemplazar verdaderos amigos! Con qué razón muchos jóvenes se sienten como David, cuando dijo:

“Ni hay quien [nadie] cuide de mi vida” (Salmo 142:4).

Si tú te has sentido así, tengo noticias para ti – ¡sí hay respuesta! ¡Jesucristo es la respuesta a tu soledad, y temor, y pecado! ¡Ven a Cristo y se salvo! Esa es la razón por la que decimos: “¿Por qué estar solo? ¡Ven al hogar – a la iglesia! ¿Por qué estar solo? ¡Ven al hogar – a Jesucristo y Él te salvará” – del pecado, de la soledad, del temor, del Infierno, y de la tumba!

¡El Dr. Rice esta correcto!

Oh, que fuente de misericordia,
Viene del Salvador crucificado.
Sangre preciosa que nos redime,
Gracia y perdón por todo nuestro pecado.
   (Traducción libre de “Oh, What a Fountain”
      por el Dr. John R. Rice, 1895-1980).

II. Segundo, el texto representa los problemas de Jesús, el Mesías.

“Ni hay quien [nadie] cuide de mi vida” (Salmo 142:4).

Esas palabras perfectamente describen el sufrimiento que Jesús pasó para salvarte del pecado y sus consecuencias. El profeta Isaías dijo:

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores” (Isaías 53:4).

La soledad que tu sientes fue transmitida a Cristo – en el Huerto de Getsemaní, y después en la Cruz.

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores” (Isaías 53:4).

La noche antes que fuera crucificado, Jesús fue al Huerto de Getsemaní a orar.

“Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad” (Marcos 14:32-34).

Pero ellos no hicieron lo que Él les pidió. En vez, se durmieron – y Jesús estuvo solo, en la oscuridad en un receso profundo en el Huerto.

Solo el Salvador oró
   En el oscuro Getsemaní.
Solo tomó la amarga copa,
   Y allí sufrió por mí.
Solo, solo, Él sufrió solo;
   Él se entregó por salvar a los Suyos,
Sufrió, sangró, murió solo, solo.
   (Traducción libre de “Alone” por Ben H. Price, 1914).

Mientras Jesús oraba allí en el Huerto, los soldados Romanos llegaron y lo arrestaron por predicar el Evangelio.

“Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron”
      (Mateo 26:56).

Ahora Jesús estaba completamente solo, enfrentando cargos criminales. Todos Sus amigos y todos Sus Discípulos se fueron. Lo arrastraron a la corte. Lo azotaron con un látigo, y después lo clavaron a una Cruz.

Mientras Él estaba colgado allí, muriendo en la Cruz, aún Dios lo abandonó. Mientas moría en la Cruz, Jesús clamó:

“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
       (Mateo 27:46).

La palabra traducida “desamparado” es de la palabra Griega “enkataleipō,” que significa “dejar atrás, abandonar” (traducción de W. E. Vine, An Expository Dictionary of New Testament Words, Fleming H. Revell, 1966, p. 126). J. C. Ryle dijo:

Hay un profundo misterio en estas palabras, que ningún hombre mortal pueden entender…En ese terrible momento la iniquidad de todos nosotros fue puesta en Él hasta lo ultimo…Él llevó nuestros pecados. Él llevó nuestras transgresiones… Cuando dijo: “¿Por qué me has desamparado?” Él dio a entender que por un momento Dios había alejado de Él el sentido y visión de Su cómoda presencia (traducción de J. C. Ryle, D.D., Expository Thoughts on the Gospel of Matthew, Banner of Truth, 1995 reimpreso, pp. 394-395).

La Biblia dice:

“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”
       (II Corintios 5:21).

Jesús murió solo, alejado de Sus amigos, alejado de Dios. Jesús realmente podría decir:

“Ni hay quien cuide de mi vida” (Salmo 142:4).

Y Jesús murió solo para pagar la penalidad por tus pecados. El profeta Isaías dijo:

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados” (Isaías 53:5).

Y también se nos dice por medio del profeta:

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores” (Isaías 53:4).

Yo creo que es por esto que Jesús murió completamente solo. Yo creo que Él llevó el dolor y la tristeza de tu soledad. La soledad es una consecuencia del pecado, y Jesús llevó el peso del pecado y todas sus consecuencias a la Cruz.

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores” (Isaías 53:4).

El Dr. Gill dijo:

Cristo no solo asumió una verdadera naturaleza humana, capaz de dolor y tristeza, pero él tomó todas las enfermedades naturales sin pecado de ella…y a toda la tristeza y dolor que salía de ellas; a las mismas penas y tristezas él era tan vulnerable como nosotros…y entonces…él curó las enfermedades del alma, al llevar los pecados de su gente… (traducción de Gill, op. cit., volumen V, p. 312).

¡Yo creo que la soledad que tú sientes fue transmitida a Jesús en la Cruz! Y Cristo puede sanar “La enfermedad del alma”. ¡Cristo puede curar tu soledad – porque Él llevó el dolor de ella a la Cruz! ¡Él llevó el dolor de la soledad en esa Cruz – para curarte del pecado y la soledad!

¡Cuando tú vienes a Cristo, tus pecados son perdonados, y tu soledad empieza a sanar! ¿Por qué estar solo? ¡Ven al hogar – a la iglesia! ¿Por qué estar perdido? ¡Ven al hogar – a Cristo, el Hijo de Dios!

III. Tercero, el texto es aplicable a cualquier alma angustiada.

“Ni hay quien [nadie] cuide de mi vida” (Salmo 142:4).

Los dos lugares más solitarios en el universo son la tumba y la oscuridad del Infierno. Y cada muerte humana es tragedia. No importa si eres viejo, o si eres un niño, o si eres adolescente. Cuando mueres, estás solo. Nadie puede ir contigo en ese ataúd. Nadie puede ir contigo cuando queman tu cuerpo en la cremación pagana. Estás solo cuando mueres. Y después estarás solo en el Infierno. En Lucas capítulo dieciséis, Jesús habló de un hombre rico que fue al Infierno. Él estaba solo, alejado de todos en ese lugar de tormento.

La soledad del Infierno y la soledad de la muerte son indescriptiblemente horribles. Los muertos pueden realmente decir:

“Ni hay quien [nadie] cuide de mi vida” (Salmo 142:4).

Frecuentemente pensar en la muerte, y en lo corto que es la vida, hace que los jóvenes se depriman y los llena de ansiedad.

Cuando mi abuela fue enterrada, me quedé allí después que todos se fueron. Vi cuando echaban la tierra en la tumba de mi abuela. Su cuerpo fue dejado allí solo, bajo la tierra. Esa fue una experiencia inolvidable que yo tuve de adolescente – ver eso. La tumba es un lugar solitario. ¡Y es allí a donde vas!

Pero hay un lado positivo al mensaje. David estaba solo en la cueva, escondiéndose en la oscuridad. ¡Pero él no se quedó allí! ¡Dios sacó a David afuera de la cueva y lo llevó a un lugar seguro! ¡Y esa es una ilustración de la resurrección de Jesucristo! ¡David escapó de la cueva de Adulam! ¡Y Jesucristo escapó de la tumba donde Él fue sepultado! ¡Dios sacó a David de la cueva, y Dios sacó a Jesús de la tumba! La cueva de Adulam estaba vacía. David se fue. La tumba de Jesus esta vacia. ¡Jesús se fue! Los ángeles dijeron:

“No está aquí, pues ha resucitado, como dijo” (Mateo 28:6).

¡Cristo está vivo! ¡Cristo ha resucitado de los muertos! ¡Tú puedes conocer a Cristo personalmente! ¡Tú puedes nacer de nuevo! El Cristo vivo puede salvar tu alma del pecado, del Infierno, y la tumba.

“No está aquí, pues ha resucitado, como dijo” (Mateo 28:6).

¡Y cuando vienes a Cristo, Su Sangre te limpia de todo pecado! ¡Y tú comienzas una nueva vida en Cristo! ¡Y tú te haces miembro de la iglesia! ¡Y tu soledad se empieza a curar! ¿Por qué estar solo? ¡Ven al hogar – a la iglesia! ¿Por qué estar perdido? Ven al hogar – a Jesús, el Hijo de Dios. ¡Él limpiará tu pecado y salvará tu alma por toda la eternidad! Y asegúrate de venir el próximo Domingo. No dejes que los exámenes de medio año te detengan de venir a la iglesia. Estudia por unas horas todos los días. Estudia todo el día el Sábado. Entonces no tendrás que faltar a la iglesia el Domingo cuando los exámenes de medio año o de fin de año lleguen. El Dr. Henry H. Halley dijo: “Todas las personas Cristianas deben ir a la iglesia el Domingo” (traducción de Halley’s Bible Handbook, Regency, 1965 edición, p. 819). Como mi pastor Chino, el Dr. Timothy Lin frecuentemente decía: “¡Haz de la iglesia tu segundo hogar!”

Por favor pónganse de pie y canten esa pequeña canción que escribí. Se llama “Ven a la Cena” [“Come Home to Dinner”]. La cantamos con la música de esa canción en Inglés, “On the Wings of a Dove.” ¡Canta la tercera estrofa!

No cuidan de ti los de la gran ciudad;
Y nada te ofrecen, carecen de amor.
Más tú a Jesús ven y encontrarás,
¡Comida en la mesa y mucha amistad!
A la iglesia ven, en amistad comed;
¡Deleite será, en la mesa al comer!
   (Traducción libre de “Come Home to Dinner” por Dr. R. L. Hymers, Jr.)

(FIN DEL SERMÓN)
Puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet
en www.realconversion.com. Oprime “Sermones en Español”.

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Or phone him at (818)352-0452.

La Escritura Leída Antes del Sermón por el Dr. Kreighton L. Chan: Salmo 142:1-7.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Oh, What a Fountain!” (por Dr. John R. Rice, 1895-1980).
 

EL BOSQUEJO DE

¡NI HAY QUIEN CUIDE DE MI VIDA!

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Ni hay quien cuide de mi vida” (Salmo 142:4).

(I Samuel 18:10-11; 21:10; 22:1)

I.   Primero, el texto representa los problemas de David, Salmo 142:4.

II.  Segundo, el texto representa los problemas de Jesús, el Mesías,
Isaías 53:4; Marcos 14:32-34; Mateo 26:56; 27:46;
II Corintios 5:21; Isaías 53:5, 4.

III. Tercero, el texto es aplicable a cualquier alma angustiada,
Mateo 28:6.