Print Sermon

El propósito de este sitio de Internet es proporcionar manuscritos de sermones gratuitos y videos de sermones a pastores y misioneros en todo el mundo, especialmente en el Tercer Mundo, donde hay pocos, si es que hay, seminarios teológicos o escuelas Bíblicas.

Estos manuscritos de sermones y videos ahora van a casi 1,500,000 computadoras en más de 221 países todos los meses en www.sermonsfortheworld.com. Otros cientos miran los videos en YouTube, pero rápidamente dejan YouTube y vienen a nuestro sitio de Internet. Los manuscritos de sermones se dan en 46 idiomas a casi 120,000 computadoras cada mes. Los manuscritos de sermones no tienen derecho de autor, así que los predicadores pueden usarlos sin nuestro permiso. Por favor, oprime aquí para aprender cómo puedes hacer una donación mensual para ayudarnos en esta gran obra de predicar el Evangelio a todo el mundo.

Cuando le escribas a Dr. Hymers, siempre dile en qué país vives o él no te podrá contestar. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net.




HUYE DE LA IRA VENIDERA – ADAPTADO DE UN SERMÓN
DEL REVERENDO GEORGE WHITEFIELD, M.A

.

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Tarde del Día del Señor, 25 de Julio de 2010

“¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?” (Mateo 3:7).


Este es un sermón adaptado y editado de uno predicado por el gran evangelista George Whitefield (1714-1770) en Glasgow, Escocia, en 1753.

“¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?” (Mateo 3:7).

Estas palabras forman parte de un corto sermón predicado por Juan el Bautista, el precursor del Hijo de Dios. Algunos de los que le oyeron predicar fueron punzados en sus conciencias, porque se nos dijo que ellos “eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados” (Mateo 3:6). Pero cuando miró hacia la multitud de personas que habían venido para oírle predicar vio algunos que no esperaba ver ahí, porque se nos dice:

“Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?” (Mateo 3:7).

Los Fariseos y los Saduceos eran los formalistas de aquella época. Tenían una gran cantidad de religión en sus cabezas, pero nada en sus corazones. Ellos creían saber todo sobre ella, porque eran sabios en sus propios ojos. Ellos se sentían justos, pensando que ya eran lo suficientemente buenos. Parece que vinieron a escuchar a Juan el Bautista por curiosidad. Juan vio sus corazones podridos. Por eso les llamó “generación de víboras”. Entonces él los miró y dijo: “¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?” En el nombre de Dios, ¿qué les trajo aquí? ¿Por qué han venido a escuchar a un pobre predicador Bautista? De todas las personas en el mundo, ¿cómo llegaron a ser alarmados por mi predicación?

Estas fueron las palabras que fueron predicadas primero por Juan. Pero ellas se aplican igualmente a algunos de ustedes aquí esta noche. “¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?”

I. Primero, mostraré que sí hay una ira venidera, y cómo será.

Voy a abrir el Infierno para ti, y te mostraré cómo es. Sé que hay algunos que dicen que no hay Infierno. Sin embargo la Biblia claramente nos habla de la ira venidera. ¿Qué es esta ira? Yo respondo, con los antiguos escolares Protestantes, que es el castigo de pérdida, y el castigo de sentido, de sentimiento. El castigo de pérdida consiste en las punzadas de una conciencia de auto-condena. Incluso los antiguos paganos, antes de la venida de Cristo, tenían un entendimiento de esto. Recuerdo el castigo de Prometeo, uno de sus grandes pecadores, que tendido al lado de un río, un buitre estaba continuamente picándole el hígado. Y tan rápido como el buitre se comió parte de su hígado, volvió a crecer. Estaba allí, con ese pájaro horrible royendo sin parar en su hígado. Esto fue sólo un poco de lo que Dios les mostró, por lo que sabían algo acerca del gusano que nunca muere, “¿Dónde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga” (Marcos 9:44).

“Huir de la ira venidera” (Mateo 3:7).

Sé que algunas personas dicen que no hay tal lugar como el Infierno. Dicen que es sólo una mala conciencia después de la muerte. Pero ¿sabes lo que es una mala conciencia? Un hombre más sabio que tú dijo: “¿quién soportará al ánimo angustiado?” (Proverbios 18:14). Supongamos que no hubiera otro Infierno sino solo una conciencia de auto-condena. ¿No sería suficiente para aterrorizarte? ¡Una persona, pasando por toda la eternidad, acusándose y condenándose a sí mismo por ser el autor de su propia miseria tendría una experiencia infernal!

No hace mucho tiempo un hombre muy famoso fue condenado a morir. Vi cuando lo conducían a su ejecución. Cuando dijo: “adiós” a su esposa, su anciana madre y sus amigos, gritó que era su propia insensatez lo que lo llevó a un final tan terrible. Y si tales son los sentimientos de un hombre que sólo va a ser ahorcado, ¿cómo será para aquellos que van al Infierno?

Cristo nos dijo del hombre rico y Lázaro. Cuando el rico vio a Lázaro en el Cielo, dando voces dijo: “estoy atormentado en esta llama” (Lucas 16:24). He pensado que esta será una parte de la miseria de los condenados. Ellos verán a Cristo, a quien han rechazado, y el Cielo, que han perdido. Esto es lo que los antiguos escolares llamaban el castigo de pérdida.

“Huir de la ira venidera” (Mateo 3:7).

Pero hay también un castigo de sentido, que se sentirá en el cuerpo. Es evidente en las Escrituras que habrá un verdadero fuego que atormenta el cuerpo, así como el dolor de la conciencia. De lo que dijo el Salvador, creo que es mejor ir al cielo con una sola mano o un ojo, que ir al Infierno, donde el gusano no muere y el fuego nunca se apaga.

Los Testigos de Jehová niegan que el Infierno es un lugar de tormento eterno. Sin embargo Cristo dijo: “Apartaos...al fuego eterno” (Mateo 25:41). Por lo tanto es “ira venidera”, que no sólo viene después de la muerte, sino que sigue viniendo; de modo que después de millones de años, los condenados seguirán gritando: “Más ira sigue viniendo”.

Esta ira siempre seguirá viniendo. Eso hizo que el hombre rico dijera que estaba atormentado por las llamas, esas llamas negras atormentadoras, que nunca mueren, llamas que nunca se apagarán. Él no quería que sus hermanos fueran allí. Pensó: “Yo era su hermano mayor. Fui un mal ejemplo para ellos. Si mis hermanos vienen aquí, entonces mi propio sufrimiento de conciencia será cinco veces más ardiente, y creo que ya está lo suficientemente ardiente”. Este tema es demasiado horrible para que un ministro medite en el. Cuando pienso en eso mi sangre corre fría dentro de mí. Pero los pecadores deben ser informados al respecto. Juan el Bautista habló de ello. Cristo habló de ello. Y así tengo yo que hablar de ello.

“Huir de la ira venidera” (Mateo 3:7).

II. Segundo, mostraré cómo Dios te advierte que huyas de la ira venidera.

Primero, Dios te advierte por los aguijones de la conciencia natural. Hay algunos que tratan de suprimir los sentimientos de sus conciencias. Cuando Dios comenzó a trabajar en mi corazón, me esforcé por evitar escuchar a mi conciencia. Sin embargo me molestaba incluso en mi cama, y me molestaba me gustara o no. Así pues, Dios a menudo nos advierte por nuestras propias conciencias. Me pregunto si hay alguien aquí que haya cometido actos de pecado en secreto – y aunque tuviste cuidado de ocultar tus pecados, ¿no te dijo tu conciencia: “Si sigues así, irás al Infierno”? Por lo tanto Dios nos advierte por la luz de nuestras conciencias naturales. Tú que eres joven debes escuchar especialmente la voz de tu conciencia, pues Dios la usa para advertirte de huir de la ira venidera.

Y como Dios nos advierte por medio de nuestras conciencias, así Dios nos advierte por Su Palabra, sobre todo por la predicación de Su Palabra. A algunas personas no les importa si se acuerdan el sermón o no. Pero yo te digo que Dios escribe en Sus libros cada sermón que tú escuchas con tanto descuido. Juan el Bautista fue enviado a advertirle a la gente de “la ira venidera”. Todo predicador verdadero es llamado a seguir su ejemplo. Es nuestro deber advertirte. Si hubiera un incendio cerca de tu casa, no te enojarías si yo hablara más recio, y te dijera que huyas de las llamas. Y los predicadores fieles deben hacer lo mismo, porque el fuego del Infierno viene, y tú ciertamente serás atormentado en sus llamas a menos que huyas a Cristo.

Y como Dios te advierte por medio de Su Palabra, así también te advierte por medio de Su Espíritu. ¡Oh, que el Espíritu de Dios obre dentro de ti y te advierta esta noche! Sería lo mismo hablar a cuerpos muertos y advertirle a esqueletos, al hablar contigo, a menos que Dios envíe Su Espíritu para que agite tu corazón. Sin el Espíritu de Dios convenciéndote de tu pecado, nada de lo que yo diga o haga puede ayudarte. Yo oro para que no apagues el Espíritu de Dios cuando Él le hable a tu alma esta noche.

¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?” (Mateo 3:7).

¿Quién os enseñó? Bueno, ¡tu conciencia te ha advertido! Bueno, ¡la Palabra de Dios te ha advertido! Bueno, ¡el Espíritu de Dios te ha advertido!

III. Tercero, mostraré a quien debes huir para evitar la ira venidera.

Ahora voy a predicar el Evangelio. Todo lo que he dicho era para prepararte para escuchar la predicación del Evangelio de Jesucristo. Huyendo de la ira venidera implica que creas que Cristo puede salvarte de la pena del pecado. Y estoy advirtiéndote que huyas a Cristo; y es de la ira venidera que te estoy advirtiendo que huyas.

Una vez prediqué a mil quinientos jóvenes a la vez. Mientras yo les predicaba a ellos sus padres oraban por ellos, retorciendo sus manos. Algunos de ellos fueron despertados. Les ruego padres que les lean la Biblia a ellos, y oren por ellos. Vigílenlos durante las reuniones evangelísticas que estamos teniendo. Durante estos servicios asegúrense de que no están viendo la televisión, o usando el Internet. Asegúrese de que están leyendo literatura Cristiana y orando mucho por sus propias conversiones.

Ustedes que son hombres jóvenes, les pido que huyan de la ira venidera. Cuando yo tenía tu edad le puse poca atención a mi alma. Pero Dios me detuvo de ir por ese camino. Que el Señor te detenga a ti también. Jóvenes, no se enojen conmigo. Estoy seguro de que no estarán enojados conmigo en la eternidad. Estarán enojados con ustedes mismos por no haber escuchado a mi advertencia, pero no estarán enojados conmigo por advertirles de la ira venidera. Muchachos, ¿le darán su salud y fuerza al Diablo? ¿Van a seguir siendo ingratos con Dios, que envió a Su Hijo para redimirlos? Sé que algunos de ustedes piensan que pueden aplazarlo, y huir de la ira venidera cuando sean mayores. ¿Van a seguir pensando eso? Conocí a un joven que dijo que se convertiría antes de morir. Pero murió sólo tres horas después, no convertido. ¿Cómo saber si esto podría ocurrirte a ti? Por el amor de Dios, muchachos, huyan para salvar sus vidas. Huyan de la ira venidera, para que no se encuentren con que Dios los abandonó, y caigan en el fuego que nunca se apagará. Un joven a quien le prediqué fue a su casa no convertido y fue un cadáver antes de la medianoche. ¿Cómo saber si este puede ser tu caso?

Y ustedes mujeres jóvenes, que están descuidando sus almas, les advierto que huyan de la ira venidera. Yo sé que el Diablo les tentará a volver a los amigos perdidos, pero recuerden que la Escritura dice: “Cualquiera…que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” (Santiago 4:4). Pero nosotros somos sus verdaderos amigos que les advertimos en contra de ellos, y ellos son sus verdaderos enemigos que les alientan a seguir en el pecado con ellos. Por tanto les advierto, en nombre de Dios, que huyan de la ira venidera.

Ahora es el tiempo de aceptado, ahora es el día de la salvación. Les advierto a todos a huir de la ira venidera. O Dios, que separación habrá entre nosotros, con algunos de ustedes yendo al Infierno, y otros llevados al Cielo. ¿Y vas a ir al Infierno? ¿Serás condenado? ¿Vas a caer en las llamas eternas, cuando el Infierno sea abierto ante ti? ¿Vas a vender tu primogenitura por un plato de lentejas, como hizo Esaú? ¿Serás condenado a pesar de las invitaciones de Dios? ¿Oirás que Cristo murió para pagar por tus pecados y resucitó para tu justificación – y todavía vivirás y morirás en un estado no convertido?

He estado esperando la muerte durante muchos años, pero no me importa si voy a estar fuera del Cielo algún tiempo más, si pudiera convencer esta noche a uno de ustedes a huir a Jesús. Oh, ven conmigo. Huye a Jesús. Te ordeno que huyas a Él. El juicio viene. Piensa que tan pronto puede venir el juicio. Y si no has huido a Jesús de la ira venidera ahora, será demasiado tarde para hacerlo después de tu muerte. En el nombre de Dios, ¿por qué no huyes? Puedes decir que huirás algún día. En el nombre de Dios, ¿por qué no huyes esta noche? Haz del texto una oración: “Señor Jesús, ayúdame a huir de la ira venidera. Señor Jesús, atráeme hacia Ti, lávame del pecado con Tu Sangre, para que pueda vivir eternamente contigo”. Que el Señor conceda esto a tu preciosa alma. Amén.

(FIN DEL SERMÓN)
Puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet
en www.realconversion.com. Oprime “Sermones en Español”.

La Escritura Leída Antes del Sermón por Dr. Kreighton L. Chan: Lucas 16:19-26.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Mr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Eternity” (de Elisha A. Hoffman, 1839-1929).


EL BOSQUEJO DE

HUYE DE LA IRA VENIDERA – ADAPTADO DE UN SERMÓN
DEL REVERENDO GEORGE WHITEFIELD, M.A.

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?” (Matthew 3:7).

(Mateo 3:6)

I.   Primero, mostraré que sí hay una ira venidera, y cómo
será, Marcos 9:44; Proverbios 18:14; Lucas 16:24;
Mateo 25:41.

II.  Segundo, mostraré cómo Dios te advierte de huir de la
ira venidera, Mateo 3:7.

III. Tercero, mostraré a quien debes huir para evitar la ira
venidera, Santiago 4:4.