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¡SOLAMENTE LOS VIOLENTOS SON SALVOS!
¡TODOS LOS VIOLENTOS SON SALVOS!

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Tarde del Día del Señor, 17 de Mayo del 2009

“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan” (Mateo 11:12).


El Dr. A. T. Robertson dijo, “El reino es forzado, arrebatado, tomado por los hombres de violencia” (traducción de Word Pictures in the New Testament, Broadman Press, 1930, tomo I, p. 89). Dr. J. Vernon McGee dijo, “Ellos violentamente quieren entrar. Hay una nota de necesidad y de desesperación” (traducción de Thru the Bible, Thomas Nelson, 1983, tomo IV, p. 63).

Los hombres y mujeres que están desesperados por la salvación “violentamente quieren entrar” a la salvación completa en Cristo. “Los hombres de violencia lo arrebatan,” Robertson, ibid.). Spurgeon dijo, “Ellos tienen una ansiedad violenta de ser salvos, y luchan violentamente para entrar…”(traducción de New Park Street Pulpit, Pilgrim Publications, impreso en 1981, tomo V, p. 217).

“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”
       (Mateo 11:12).

Comentando sobre este texto, Spurgeon dijo:

Solamente los violentos son salvos, y todos los violentos son salvos. Cuando Dios hace violento a un hombre tras la salvación, ese hombre no puede perecer. Las puertas del cielo podrán ser abiertas de par en par antes de que a ese hombre se le robe lo que ha buscado (ibid., p. 223).

¿Estaba en lo cierto? Después de uno de mis sermones adaptados de Spurgeon, el Dr. Cagan le preguntó a un joven: “¿Si buscas la salvación violentamente, serás salvo?” Aquel joven respondió, “Spurgeon lo dijo”.

Amigo mío, ¡fue uno más grande que Spurgeon quien lo dijo! ¡Fue Jesucristo quien lo dijo! Cristo dijo, “Los violentos lo arrebatan”. El no dijo, “Los violentos a lo mejor lo tomen”. El no dijo, “Los violentos a veces lo toman”. El sí dijo, “Los violentos lo arrebatan”. ¡Aquellos que buscan la salvación violentamente la arrebatan todo el tiempo! Yo creo que Spurgeon estaba en lo cierto. Escuchemos lo que dijo Spurgeon otra vez:

Solamente los violentos son salvos, y todos los violentos son salvos. Cuando Dios hace violento a un hombre tras la salvación, ese hombre no puede perecer. Las puertas del cielo podrán ser abiertas de par en par antes de que a ese hombre se le robe lo que ha buscado (ibid., p. 223).

Pensemos sobre ésta declaración, una frase a la vez.

I. Primero, por qué solamente los violentos son salvos.

Mi autoridad en decir que Spurgeon estaba en lo cierto no es por Spurgeon mismo. Mi autoridad es la Biblia. Spurgeon dijo, “Solamente los violentos son salvos”. Yo creo que estaba correcto porque la Biblia lo dice.

Jesús dijo eso en nuestro texto, “…el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan” (Mateo 11:12). Esas son palabras claras de Cristo, y tienen un significado claro – “los violentos lo arrebatan”. Cristo no dijo que otros lo toman. El dijo, “los violentos lo arrebatan”. De ese solo verso de la Escritura, vemos lo cierto de la declaración de Spurgeon, “Solamente los violentos son salvos”. Esta violencia puede ser más fuerte en uno y más débil en otros, sin embargo la violencia, a cierto grado, existe en todas las conversiones verdaderas. “Los violentos lo arrebatan”.

Pero hay otras Escrituras que apoyan la declaración de Spurgeon, “Solamente los violentos son salvos”. En el capitulo 16 de Lucas leemos las palabras de Cristo:

“…desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él” (Lucas 16:16).

La palabra “esfuerzan” es traducción de la misma palabra Griega que “violencia”. W. E. Vine señala que esto se refiere a aquellos que hacen un esfuerzo para entrar al reino a pesar de la oposición (ref. Expository Dictionary of New Testament Words, Revell, 1966). Jesús dijo, “Todos se esfuerzan por entrar”. Esas son palabras claras. Así que basado en esas Escrituras, yo digo que Spurgeon estaba correcto, “Solamente los violentos son salvos”. Solamente aquellos que se esfuerzan son salvos. Y recuerda que Jesús también dijo, “Esforzaos a entrar por la puerta angosta” (Lucas 13:24). La palabra “esforzaos” es traducción de la palabra Griega que significa “batalla”. “Batalla para entrar por la puerta angosta”. Solamente aquellos que batallan para entrar en Cristo son salvos. Cuando tomamos estos tres versos juntos, concluimos que “solamente los violentos son salvos”.

II. Segundo, por qué todos los violentos son salvos.

Spurgeon continuó diciendo:

Solamente los violentos son salvos, y todos los violentos son salvos.

¿Tenía la razón al decir eso? Sí, yo creo que sí, y te diré por qué.

La primera razón por que creo que estaba en lo correcto es porque ¡la persona que violentamente quiere la salvación ya está a más de la mitad del camino a la conversión! El Puritano Thomas Hooker dijo que cuando una persona ve que está perdida por la maldad de su pecado, y llega al lugar de estar perdido en su propia mente, “aquel que se halla así perdido se asegurará de tener a Cristo y la salvación por él. Fue la [razón] por la que Cristo vino, y por eso se cumplirá” (traducción de Thomas Hooker, The Soul’s Preparation for Christ, International Outreach, edición de 1994 de la impresión de 1640, p. 126). “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10). Cuando veas por completo que estás perdido, y te sientas desesperado por salir de tu condición perdida, tú serás salvo. Como lo puso Spurgeon, “Todos los violentos son salvos”. El Salmista dijo:

“Me rodearon ligaduras de muerte, Me encontraron las angustias del Seol; Angustia y dolor había yo hallado. Entonces invoqué el nombre de Jehová, diciendo: Oh Jehová, libra ahora mi alma” (Salmo 116:3-4).

Cuando encares la realidad de tu muerte, y tus pecados te llenen de angustias, cuando los dolores del Infierno te atrapen, cuando halles que Dolores y angustia estén llenando tu corazón – ¡entonces clamarás para que Cristo te libre! ¡Tu corazón entonces se llenará con un deseo violento de que Jesús te salve! Y con Spurgeon decimos: “Todos los violentos son salvos”. Pero también decimos con él: “Solamente los violentos son salvos”. Aquellos que desean violentamente que Cristo los salve del castigo de su pecado serán salvos porque ya están a más de la mitad del camino a la conversión!

Entonces, también, todos los violentos serán salvos porque en varios pasajes de la Escritura Dios promete que lo serán. Escucha la promesa del Libro de Deuteronomio:

“Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma”
       (Deuteronomio 4:29).

Esta es una promesa de Dios. “Si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma” (Deuteronomio 4:29). La persona que buscare al Señor violentamente lo hallará! ¡Esa es la promesa de Deuteronomio 4:29!

Escucha otra promesa en la Palabra de Dios. Esta promesa también es clara y plana.

“Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jeremías 29:13).

De nuevo, en este verso, se nos dice que todo el que violentamente busca al Señor, lo hallará.

Pero nota que hay una condición. Es la misma condición que se encuentra en Deuteronomio 4:29. Dice, “si…lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma”. Aquí, en Jeremías, se da la condición otra vez: “me buscareis de todo vuestro corazón” (Jeremías 29:13). En ambos versos se nos dice que tienes que buscar al Señor “de todo vuestro corazón”, o sea, ¡buscarlo violentamente! Si lo buscas violentamente, esos dos versos prometen que ¡tú lo hallarás! Así que Spurgeon estaba correcto cuando dijo: “Solamente los violentos son salvos, y todos los violentos son salvos”. Esos dos versos de la Escritura demuestran que Spurgeon estaba correcto.

Pero hay una tercera promesa, dada en el Nuevo Testamento. Aquí Cristo hace la promesa absoluta.

“Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide [literalmente persistentemente] recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Lucas 11:9-10).

Pero tú dices, ¿dónde está la condición de buscar violentamente? Ah, son las palabras mismas que Cristo dio, en Lucas 11:8, “Sin embargo por su importunidad [persistencia sin vergüenza, Vine] se levantará y le dará…” La persona que persistentemente busca, hallará que encuentra la salvación. “Porque todo aquel que pide [persistentemente] recibe; y busca [persistentemente] halla”. ¡En otras palabras, todo el que busca violentamente la salvación en Cristo la hallará!Buscad y hallaréis” (Lucas 11:9). “Por su importunidad” – que no aceptará un ‘no’ como respuesta. ¡El busca la salvación con determinación violenta! Es una promesa dada por Jesús en la Palabra de Dios, “buscas [con insistencia] y hallaréis”.

He aquí una cuarta promesa.

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).

“Es galardonador de los que le buscan.” Esa es una promesa maravillosa en la Palabra de Dios. Dios te apremia con la salvación. Pero, de nuevo la promesa se le hace a “los que le buscan”. En el Inglés hay una palabra que se ha traducido “diligentemente” que quiere decir “buscar, añorar, desear, buscar” (Strong). Así, Dios apremiará a la persona que lo desea, los busca a Él. Tal persona tendrá galardón por su diligencia. ¡Él encontrará a Cristo! ¡Es una promesa en la Palabra de Dios!

De un fin de la Biblia al otro, vemos la misma promesa y las mismas condiciones.

“Lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma” (Deuteronomio 4:29).

“Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jeremías 29:13).

“Buscad, y hallaréis…Porque todo aquel que pide [persistentemente] recibe; y el que busca, halla
       (Lucas 11:9-10).

“[El] que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).

Todas estas promesas muestran que Spurgeon estaba correcto cuando dijo: “Solamente los violentos son salvos, y todos los violentos son salvos”. Eso me lleva al último punto de este sermón.

III. Tercero, por qué nos has sido salvo todavía.

“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan
       (Mateo 11:12).

La razón porque tú no has sido salvo todavía está aquí en nuestro texto principal.

“Los violentos lo arrebatan” (Mateo 11:12).

No eres salvo porque no hay violencia santa en ti. No buscas a Cristo seriamente. No has cultivado temor de la muerte o del juicio. En ti no hay urgencia. Te sientas pasivamente mientras el sermón se predica, y te marchas a pensar en juegos de video, en los deportes, o en la escuela. En ti no hay un deseo fuerte de ser salvo.

Cuando yo predico, tú escuchas a medias y luego lo pospones otra semana. “Los violentos lo arrebatan”, pero no hay deseo violento de salvación en ti. ¡Por eso es que no eres salvo!

¿Qué si viniera un terremoto mientras estás en la iglesia? ¿Qué si este edificio temblara y el techo se partiera y cayera arriba de nosotros? Tú saldrías por el pasillo hacia las puertas de atrás, por las puertas de salida, para el corredor de afuera y escapar antes de que el edificio te cayera encima. Habría demasiada gente para pasar por las puertas. Se empujarían unos a otros para salir. ¡Viene un temblor! ¿Qué harás? ¡Te hallas al final de la fila! ¿Quedarás atrapado? ¿Te caerá encima el edificio? ¡No! De repente te despiertas – “¡Tengo que salir de aquí!” ¡Ahora nada me detendrá! La adrenalina te corre por la sangre y te empujas en medio de la multitud con toda tu fuerza. “Apártense! Voy a salir!” Empujas y apartas y codeas y presionas hacia la seguridad en la calle. ¡Saliste! Pega el temblor. Se cae el edificio. Otros quedan atrapados adentro. Muchos de ellos muertos. ¡Pero tú sí saliste! ¿Por qué? Porque

“Los violentos lo arrebatan” (Mateo 11:12).

De ese modo debes ser convertido. ¡No hay otro modo! ¡Lo arrebatas o te quedas atrapado en el edificio! Es uno o el otro. Te agarras de Cristo arrebatadamente o serás atrapado en el Infierno por la eternidad. No hay tercera opción. O te quedas atrapado y vas al Infierno – ¡o violentamente sales y vienes a Cristo!

Pero sé que unos seguirán en su camino perezoso. En el Infierno de repente verás que fuiste un necio al ser perezoso tocante a tu alma. En el Último Juicio Dios te dirá:

“Siervo malo y negligente [y perezoso]... echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”
       (Mateo 25:26, 30).

Serás echado al Infierno porque fuiste demasiado perezoso para forzar tu camino a Cristo.

Cuando mis hijos estudiaban en Valley College, me contaban de un estudiante que iba a clase tarde todos los días. Con audífonos puestos y oyendo música, se dormía en cada clase. Oía música en sus audífonos durante las lecciones. Por supuesto el recibió las más bajas calificaciones en la clase – una F. Espero que no quieras ser como ese vago perezoso. Espero que tú quieras ser listo, bien sentado, tomando apuntes, y que estudies todas las noches. Es la única manera de pasar el examen con buenas calificaciones.

Pero cuando se trata de tu salvación, algunos de ustedes se hacen como aquel vago perezoso en Valley College. Estás igual de lento y de perezoso que él – tocante a algo mucho más importante que una clase universitaria – ¡la salvación de tu alma eterna!

“Siervo [perezoso] y negligente... echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”
       (Mateo 25:26, 30).

Aquellos que son salvos se esfuerzan hacia delante cuando predico. Sus ojos están despiertos. Están muy interesados. Piensan en el sermón varios días después. Esos son los que encuentran a Cristo y son salvos. Pero muy a menudo los “niños de iglesia” se sientan con ojos apagados y mentes vacías – como aquel vago perezoso con los audífonos puestos en Valley College. Jamás le hubiera pasado por la mente perezosa de él ponerse serio acerca de la tarea de su escuela. Solamente pone el tiempo – como tú en la iglesia – hasta que consigue una F – ¡como tú, hasta el día en que caigas al Infierno!

“El reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan” (Mateo 11:12).

¡Y nadie más!

¿Puedes decir honestamente a ti mismo que has tenido el deseo violento por la salvación que es requerido por Dios? ¿Te han [rodeado] los dolores de la muerte, y te ha capturado [el temor] del Infierno? (ver Salmo 116:3-4). ¿Tienes convicción profunda de tú pecado? Si no puedes honestamente decir dentro de ti mismo, que sí has tenido tal despertamiento y lucha para ser convertido, entonces estás condenado al Infierno.

¿Has buscado al Señor con todo tu corazón y con toda tu alma? Si no, no hay esperanza alguna para ti. Estás condenado al Infierno.

¿Has buscado a Cristo con todo tu corazón? Si no, entonces ¿cómo esperas hallarlo algún día? Estas condenado al fuego eterno.

¿Has llamado impacientemente y continuamente a la puerta de la salvación hasta que se abre para ti? Si no, ¿tras cual engaño te escondes para convencerte a ti mismo de que no entraras en el Lago de Fuego?

¿Crees tú que Dios solamente da galardón a aquellos que quieren y buscan a Cristo diligentemente? ¿Entonces por qué, en el nombre de Dios, no te has esforzado a entrar en Cristo? ¿Por que te sientas con sueño, con tu mente vagando, en los servicios de la iglesia, en vez de buscar diligentemente a Cristo?

¿Como esperas ser salvo si continuas perezoso, lleno de sueño? No tienes más lugar de esperanza que Sansón al dormir sobre las piernas de Dalila. Estás condenado, como lo estuvo él, a la monotonía como un esclavo ciego – para toda la eternidad en las llamas.

Despierta, tú que duermes, y levántate de los muertos. “Examina tu corazón perezoso. Enférmate de él. De igual modo mis hijos quisieron quitarle los audífonos al estudiante dormido, estupefacido y arruinado por la pereza, así tienes tú que arrancar tus “audífonos” mentales, escuchar con toda tu fuerza a la predicación. Llévate el boletín a casa y repasa los sermones hasta que la verdad te entre y tomes vida. Con violencia santa, fuérzate a leer las lecturas Bíblicas cada día, dadas en la hoja de devociones. Piensa acerca de tu corazón rebelde, perezoso. Aprende a desconfiar de y a aborrecer tu corazón falso y corrupto. Deja que el Espíritu Santo haga su obra. “No entristezcáis al Espíritu”. Deja que el ponga ante tu mente los pecados de tu vida. Deja que te muestre que tan terrible es tu corazón en realidad. Deja que la pereza espiritual se haga horrible a tu vista. Empuja la pereza fuera de ti, igual que te arrancarías un nido de serpientes de la camisa – ¡y violentamente arrójalos lejos de ti!

¡Huye de tu pereza! ¡Corre de ella! Solamente aquellos que están muy serios serán salvos. ¡Pero todos los que están muy serios serán salvos!

“Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jeremías 29:13).

“Los violentos lo arrebatan” (Mateo 11:12).

Solamente aquellos que violentamente desean a Cristo lo encontrarán: ¡Aquellos que son perezosos al respecto nunca lo encontrarán, nunca vendrán a Él; nunca serán convertidos!

El Sr. Griffith cantó un canto de Philip Doddridge que lo pone muy bien:

Despierta mi alma, estírate,
Y esfuérzate con mucho vigor;
La carrera celestial exige celo,
Y una corona inmortal,
Y una corona inmortal.
   (Traducido de “Awake, My Soul, Stretch Every Nerve”
     por Philip Doddridge, 1702-1751).

(FIN DEL SERMON)
Puedes leer los sermones de Dr. Hymers' cada semana en el Internet
en www.realconversion.com. Oprime “Sermones en Español.”

Escritura Leída Antes del Sermón por Dr. Kreighton L. Chan: Salmo 18:4-6; Salmo 116:3-4.
Solo Cantado Antes del Sermón by Mr. Benjamin Kincaid Griffith:
"Awake, My Soul, Stretch Every Nerve” (por Philip Doddridge, 1702-1751).


EL BOSQUEJO DE

¡SOLAMENTE LOS VIOLENTOS SON SALVOS!
¡TODOS LOS VIOLENTOS SON SALVOS!

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan” (Mateo 11:12).

I.   Primero, por qué solamente los violentos son salvos, Lucas 16:16; Lucas 13:24.

II.  Segundo, por qué todos los violentos son salvos, Lucas 19:10; Salmo 116:3-4; Deuteronomio 4:29; Jeremías 29:13;
Lucas 11:9-10; Hebreos 11:6.

III. Tercero, por qué no has sido salvo todavía, Mateo 25:26, 30; Jeremías 29:13.