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EL DÍA QUE EL HOMBRE MURIÓ

(SERMÓN #30 DEL LIBRO DE GENESIS)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado la Tarde del Día del Señor, 28 de Octubre de 2007
en el Tabernáculo Bautista de Los Angeles

“Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Genesis 2:17).


Nota que nuestro texto dice, “el día que de él comieres, ciertamente morirás”. Yo creo que Arthur W. Pink tuvo una fina comprensión de eso cuando dijo,

No fue algo en Adán que murió, sino Adán mismo – en su relación a Dios. Lo mismo es cierto de su descendencia. Ellos de veras están “muertos en...delitos y pecados” [Efesios 2:1] hacia Dios, desde el principio de su existencia, pero nada dentro de ellos está positivamente muerto en el sentido ordinario de la palabra. En el sentido bíblico del término, “la muerte” nunca significa aniquilación, sino separación. En la muerte física el alma no es extinguida sino que separada del cuerpo, y la muerte espiritual de Adán no fue la extinción de ninguna parte de su ser, sino el ser cortado del compañerismo con un Dios santo. Lo mismo es cierto de todos sus hijos (traducción literal de Arthur W. Pink, Gleanings from the Scriptures: Man’s Total Depravity, Moody Press, reimpreso en 1991, pp. 82-83).

El día que de él comieres, ciertamente morirás” (Genesis 2:17).

Nuestros primeros padres comieron del fruto prohibido. En ese mismo día murieron. No fueron extinguidos. No cesaron de existir. Pero la muerte fue activada en sus cuerpos, y sus almas murieron – ellos fueron cortados de la fuente de la vida, que es Dios Mismo. Esto se llama “La Caída del hombre” porque en Adán la raza humana entera cayó en la ruina, y su naturaleza muerta fue pasada a todo ser humano. Tal como lo enseña la Biblia, “el pecado entró en el mundo por un hombre” (Romanos 5:12). La nota de Geneva Bible [en Inglés; es la “Biblia de Geneva”] de ese verso dice, “de Adán, en quien todos han pecado, ambas la culpabilidad y la muerte llegaron sobre todos” (traducción literal de The Geneva Bible, 1599, nota de Romanos 5:12).

La comprobación de esta doctrina se halla en en hecho de que el primer hijo que le nació a Adán fue Caín, hombre de la tierra, un hombre perdido que rehusó ser salvo. Así que se puede decir de todos los descendientes de Adán “¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín” (Judas 11).

“Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” (Romanos 3:12).

“Todos están bajo pecado” (Romanos 3:9).

“El día que de él comieres, ciertamente morirás” (Genesis 2:17).

Y sí se murieron, y toda la humanidad con ellos, teniendo el veneno de la Caída inherente en sus almas y cuerpos. ¿Entonces, cómo te afecta a ti la Caída de Adán? Hay muchos efectos malignos de la Caída, pero esta noche mencionaré dos de las consecuencias espirituales.

I. Primero, la humanidad fue cortada de Dios.

Eso sucedió instantáneamente cuando Adán pecó. Él anteriormente había conocido el compañerismo completo con Dios. Pero el momento en que pecó él fue separado de Dios.

“Y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto” (Genesis 3:8).

Aquella division, aquella separación, aquel alejamiento, está presente en todo corazón y mente humana.

Él puede ser criado en los confines de la iglesia. Él puede ser entrenado en un hogar Cristiano y en una escuela Cristiana, pero todavía se esconde “de la presencia de Jehová Dios.” Él todavía esta

“ajeno…de la vida de Dios por la ignorancia que en [él] hay, por la dureza de su corazón” (Efesios 4:18).

Aquel alejamiento, aquella separación está presente en cada descendiente de Adán. Eso es lo que significa estar “muerto en pecados” (Efesios 2:5). Arthur W. Pink dijo,

Cuando Cristo representaba al padre diciendo, “porque este mi hijo muerto era...” (Lucas 15:24), Él ciertamente no quiso decir que el [Hijo] Pródigo había dejado de existir, sino que él [estaba] en “una provincia apartada”...cortado de su padre (Pink, ibid., p. 83).

Recuerdo que un “decisionista” me dijo que el hijo pródigo no estaba muerto. Yo abrí la Biblia e hice que leyera Lucas 15:24, donde claramente el padre dijo,

“Porque este mi hijo muerto era” (Lucas 15:24).

Esa es la Palabra de Dios. Si eres inconverso no dejes que nadie te diga que no estás muerto, porque la Biblia claramente dice que estás “muerto en pecados” (Efesios 2:5). Eso lo explica la nota de Efesios 2:1 en Geneva Bible de 1599, “Así que llama muertos, a los que no son regenerados...no solamente nacidos medio muertos, sino enteramente y del todo muertos.” O sea que estás enteramente y del todo separado de Dios, como el hijo pródigo estaba enteramente y del todo separado de su padre, y, por eso fue llamado “muerto” (Lucas 15:24). Es por eso que Dios te parece irreal y muy lejos de ti – porque tú estás “muerto en pecados” (Efesios 2:5). Y siempre estarás muerto hacia Dios en pecado a menos que Cristo venga a tí, fuera de tí mismo, y te salve de ello. Muerto estás, y muerto te quedarás, a menos que Cristo venga a tí, de afuera de ti mismo y te salve de ello, porque Dios le dijo a Adán,

“El día que de él comieres, ciertamente morirás” (Genesis 2:17).

Y en Adán estás muerto hacia Dios, cortado de Él ahora y para siempre – a menos que Cristo venga, de afuera, y te salve de ello.

II. Segundo, la humanidad entró en cautiverio.

Eso también sucedió instantáneamente cuando Adán pecó.

“El día que de él comieres, ciertamente morirás” (Genesis 2:17).

En ese mismo día, aquella misma hora, Adán cayó en cautiverio, y esa condición de esclavitud le ha sido pasada a todos sus descendientes. La humanidad se hizo “por naturaleza hijos de ira” (Efesios 2:3), completamente incapaz de hacer algo para conseguir su propia salvación,

“Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios” (Romanos 8:7).

El hombre se volvió perpetuamente rebelde contra Dios. El hombre se volvió “muerto en pecados” (Efesios 2:5). Pink dijo, “La voluntad del pecador es como un prisionero [encadenado] en la celda [de una cárcel]. Sus movimientos son impedidos por sus cadenas, y es detenido por las paredes que lo confinan. Él puede caminar, pero de modo tan contenido y con un espacio tan limitado que su libertad es esclavitud – esclavitud al pecado” (ibid., p. 85).

Es precisamente en este punto donde el “decisionismo” moderno parte de la doctrina histórica Bautista y Protestante. Los “decisionistas” dicen que la voluntad del hombre, su habilidad de escoger a Cristo, está libre a toda hora, que él puede escoger a Cristo cuando quiera. El Dr. A. W. Tozer no era Calvinista de los cinco puntos, sin embargo dijo correctamente,

Hay otro y peor mal...el hábito de...“aceptar” la salvación como si fuese un asunto de menor importancia y enteramente en nuestras manos. A los hombres se les exhorta a pensar las cosas y “decidir” por Cristo, y [en] “el Día de la Decisión”...se espera que la gente condescienda a darle a Cristo el derecho de salvarlos, un derecho que obviamente le han negado hasta aquella hora. Entonces se hace que Cristo...espere el gusto del individuo, y después de esperar larga y humildemente es despedido o admitido...[Pero] todavía es cierto que el hombre se hace [Cristiano] no por su propio gusto sino por un llamado soberano. ¿No ha quitado Dios de nuestras manos por las palabras siguientes el escoger final?...Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere...Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere (traducción literal de A. W. Tozer, D.D,. The Divine Conquest, Christian Publications, 1950, página 48).

George Whitefield indubitablemente era el más grande evangelista de todos los tiempos en el mundo de habla Inglesa. En sus sermones evangelistas Whitefield le decía repetidamente a la gente perdida que necesitaban sentir la depravación de sus propios corazones, la muerte de sus propias voluntades, su inhabilidad natural de venir a Cristo, que si habrían de nacer de nuevo tendría que ser la obra de Dios solo,

“los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1:13).

El día que de él comieres, ciertamente morirás” (Genesis 2:17).

Antes de la Caída, el hombre tenía libertad de escoger entre comer o no comer, pero después de haber comido, él y todos sus descendientes perdieron esa libertad. Ahora estaban “todos…bajo pecado” (Romanos 3:9). Ahora todos ellos están “en esclavitud bajo los rudimentos del mundo” (Gálatas 4:3). Ahora están todos “muertos en...delitos y pecados” (Efesios 2:1).

“El día que de él comieres, ciertamente morirás” (Genesis 2:17).

Lee con cuidado el tercer capitulo de Genesis. Y, cuando lo hayas leído cuidadosamente, pregúntate a ti mismo a dónde hizo Adán la decisión de ser salvo. Pregúntate a dónde oró “la oración del pecador” – o a dónde le “pidió” a Dios que lo salvara. No hallarás ni un rastro de “decisionismo” en el tercer capitulo de Genesis. Todo lo que hallarás es la condenación y maldiciones sobre el hombre “en pecado,” hasta que Dios, por Su decisión, vistió al hombre con túnicas de piel – hasta que Dios Mismo escogió darles lo que la Biblia Anotada de Scofield describe como “un tipo de Cristo, quien ha sido hecho justicia a favor nuestro. Aquellas túnicas fueron divinamente provistas para que el primer pecador pudiera comparecer ante Dios” (Biblia Anotada de Scofield, nota de Genesis 3:21). Aquellos pecadores en Edén no se vistieron ellos mismos. Dios los vistió en la justicia y la Sangre del Cristo pre-encarnado.

“Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió” (Genesis 3:21).

Entonces, esta noche, te pregunto, comprendes tu condición en Adán? Ves que estás cortado de Dios por la corrupción de tu naturaleza? Sientes tu esclavitud al pecado? Una persona dijo, “No puedo parar de pecar.” ¿Has sentido tú eso – la esclavitud, el cautiverio de tu voluntad “bajo pecado” (Romanos 3:9)? ¿Está Cristo atrayendote a Sí mismo para limpieza en Su Sangre – o eres dejado “muerto en...delitos y pecados” (Efesios 2:1) esperando la condena final, esperando ser “lanzado al lago de fuego” (Apocalipsis 20:15)?

(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por Dr. Kreighton L. Chan Antes del Sermón: Genesis 3:6-21.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Lord, I Am Vile, Conceived in Sin” (por Dr. Isaac Watts, 1674-1748).


EL BOSQUEJO DE

EL DÍA QUE EL HOMBRE MURIÓ

(SERMÓN #30 DEL LIBRO DE GENESIS)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Genesis 2:17).

(Efesios 2:1; Romanos 5:12; Judas 11; Romanos 3:12, 9)

I.   Primero, la humanidad fue cortada de Dios, Genesis 3:8; Efesios 4:18;
Efesios 2:5; Lucas 15:24.

II.  Segundo, la humanidad entró en cautiverio, Efesios 2:3; Romanos 8:7;
Juan 1:13; Romano 3:9; Gálatas 4:3; Efesios 2:1; Apocalipsis 20:15.