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LOS ENGAÑOS DE LA ANTROPOLOGÍA
(SERMÓN #3 DEL LIBRO DE GENESIS)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado la Mañana del Día del Señor, 15 de Julio de 2007 en el Tabernáculo Bautista de Los Angeles

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen...Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Genesis 1:26, 27).


El sermón que te doy esta mañana no es mío propio. Es una versión condensada de uno que dio originalmente el Dr. W. A. Criswell, quien fue pastor de la Primera Iglesia Bautista de Dallas, Texas. El Dr. Criswell era un campeón valiente de la Biblia. Creo que fue el más grande predicador Americano del siglo veinte. El Dr. Criswell llamó este sermón, “The Hoaxes of Anthropology” [Los Engaños de la Antropología] (traducción literal de W. A. Criswell, Ph.D., Messages From My Heart, REL Publications, 1994, pp. 45-55). Te doy una versión corta de ese sermón famoso. La mayoría de las palabras son del Dr. Criswell. Solamente lo he editado y simplificado en ciertos lugares, y he dejado fuera unos parrafos para abreviarlo.

La Biblia dice,

“Y creó Dios al hombre” (Genesis 1:27).

Las palabras de revelación en los primeros dos capitulos de Genesis son claras y planas. Dios creó al hombre a Su imagen “y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Genesis 2:7).

“Y creó Dios al hombre” (Genesis 1:27).

No hay dudas ni preguntas sobre la creación del hombre tal como la leemos en los dos primeros capitulos de la Biblia. El hombre es diferente del mundo animal. Dios hizo a los animales del campo separadamente y aparte del hombre. Después de que Dios creara a los peces del mar y las aves del aire y las bestias del campo, entonces el Señor Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza.

“Y creó Dios al hombre” (Genesis 1:27).

Las formas de vida que vemos a nuestro alrededor fueron creadas por el Señor Dios. Todo lo que vemos fue hecho por la Palabra de Dios. De la nada Él creó nuestro universo. Y en ese universo Él creó las formas de vida que vemos, agrupadas en “géneros.” Dios creó cada “género” separadamente, y Dios formó aquellos “géneros” en especies irrompibles. Cada uno de aquellos “géneros” es una unidad en sí. Cada uno es su propio “género.” Dios los hizo así.

Uno de aquellas unidades o “géneros” es el hombre. Dios lo hizo separado y aparte de las otras formas de vida. La Biblia enseña que Dios lo hizo perfecto. Todas sus facultades – intelectuales, físicas, espirituales – todas sus facultades fueron dadas al hombre en el día que Dios lo creó.

“Y creó Dios al hombre” (Genesis 1:27).

Por el pecado el hombre cayó de aquel estado perfecto y exaltado. Algunos de los descendientes de Adán descendieron tan bajo hasta llegar al estado degradado del más bajo salvaje. Otros hijos de Adán hicieron grandes civilizaciones, pero perdieron su camino en un gran laberinto de religiones falsas, filosofías falsas y superstición.

Pero Dios tuvo piedad sobre los descendientes de Adán que perdieron su estado alto y se habían hecho como las bestias del campo. Y Dios envió a Jesús a salvarlos, y traerlos de vuelta a aquel estado glorioso y alto del cual habían caído. De eso modo es que habla la Biblia sobre la raza humana que Dios creó.

“Y creó Dios al hombre” (Genesis 1:27).

Hay algunos que pretenden ser grandes maestros, y científicos infalibles, que dicen que la revelación de la Biblia se opone directamente a lo que en realidad sucedió. Dicen que este universo salió de la nada, de un gran vacío. Dicen que nadie lo hizo. No tenía propósito, ni diseño. Solamente se hizo a sí mismo. De la nada algo salió.

Dicen que de aquello que salió de la nada la vida se generó sóla. Nadie la hizo. Solamente pasó. Se generó accidentalmente, espontáneamente. Luego dicen que de aquel pequeño protoplasma se evolucionaron, a través de las edades, todas las formas de vida que vemos a nuestro alrededor hoy; evolucionaron, dicen ellos, aquellas formas de vida hasta que se evolucionó el hombre.

Esa teoría, dicen ellos, es un hecho seguro. Ellos exhiben en los museos del mundo los supuestos antecesores que parecen gorilas, fieros, de la raza humana.

Todos hemos visto sus retratos de los que según son hombres evolucionando, saliendo del antropoide “hombre-mono” a su forma presente. Hemos visto los retratos y las exhibiciones en los museos. Ellos han construido familias enteras de antropoides y hombres-monos, y dicen que el hombre finalmente evolucionó hasta estar donde se encuentra hoy. Lo hacen con gran certeza, y estamos topados y sobre cargados con la supuesta “evidencia” de ellos para la evolución de la humanidad.

Este sermón se llama “Los Engaños de la Antropología.” Nuestra tesis es que aquellas criaturas, raras y fieras y con parecer de mono son solamente el producto de la imaginación, modelos de yeso, que son engaños; que de ninguna manera son un retrato de la verdad, ni de los hechos reales.

No tenemos peleas con la verdad. No peleamos con un hecho. Pero esto también es un hecho: que una teoría es solamente teoría, y una hipótesis es una hipótesis, y un adivinar es un adivinar. Un supuesto “científico” al apoyar su teoría puede igual de ciego y prejuicioso que el más supersticioso, fanático animista. Y, en muchos casos, en nombre de la tal “ciencia,” han hechado sobre nosotros algunos de los más grandes e incleíbles engaños en la historia de la humanidad.

Las exhibiciones en los grandes museos dicen demostrar la evolución del hombre de una bestia menor. Pero estas supuestas evidencias son teórias, fabricadas por la imaginación, hechas de yeso, con muy poco en qué apoyarse. Sin embargo, se presentan como hecho científicamente indudable. Las reputaciones científicas se usan para promover engaños y trucos que le darían envidia a P. T. Barnum.

Estos modelos de yeso que se presentan como supuestos hombres monos, no se basan en hechos. No son ciertos. Son parte de imaginación loca, y son inventados por medio del uso del yeso de Paris. Nuestro propósito es probar estos engaños de la antropología.

Estos supuestos “hombres-monos” que supuestamente son los ancestros de la humanidad, han sido nombrados por los lugares donde supuestamente fueron descubiertos. Está el hombre de Nebraska, el Hombre de Java, el Hombre de Peking, el Hombre de Heidelberg, el Hombre de Piltdown, etc.

EL HOMBRE DE NEBRASKA

El hombre más antiguo era supuestamente el de Nebraska – “Hesperopithecus haroldcookii” – ese era el nombre que los científicos le dieron. Hesperos es la palabra Griega para “occidental,” Pithecus es la palabra Griega para “mono.” Harold Cook fue quien descobrió este fosil famoso. Así que “Hesperopithecus haroldcookii” fue el nombre que se le dio – “el Hombre-Mono Occidental de Harold Cook” – el Hombre de Nebraska.

Se escribió mucha literatura sobre esta raza de fosil de Norte América. Se le estimaba una edad un millón de años.

¿Qué descubrió el Sr. Harold Cook en el Estado de Nebraska? ¡Un diente! Él descubrió un diente! Este famoso diente fue examinado por los grandes científicos de los Estados Unidos. Dijeron que era una muestra positiva de una raza prehistórica en América y sin duda, el Hombre de Nebraska vivió aquí hace un millón de años.

Sir Grafton Elliott Smith persuadió al editor de Illustrated London News a enviar a un periodista a aprender de esta raza extinta de la humanidad y escribir un artículo en su periodico. En ese articulo se publicó dibujos de masculinos y femeninos de esta raza hecha fosil que vivía en América hace un millón de años. Pero esos retratos que aparecieron en la página de frente del Illustrated London News ¡se pintaron basados en un diente!

El Dr. William K. Gregory, curador del Museo American Museum of Natural History, y catedrático de paleontología en la Universidad de Columbia, lo llamó, “el diente de un millón de dólares,” y dijo que pertenecía a un ser humano de tal antigüedad que un millón de años era un estimado conservador.

El Dr. Fairfield Osborn, el más grande palentólogo de America en su día, en un discurso ante la Sociedad Filosófica en Philadelphia, puso al “Hesperopithecus Haroldcookii” al fondo del arbol como ancestro del hombre.

En el Juicio de Scopes de la evolución en Dayton, Tennesse, William Jennings Bryan fue confrontado por un grupo de grandes autoridades científicas, dirigidas por el Dr. H. H. Newman de la Universidad de Chicago. Entre las “evidencias” de la evolución que el Dr. Newman y sus colegas presentaron estaba el “Hombre de Nebraska.”

Bryan no respondió, solamente dijo que el pensaba que la evidencia estaba demasiado limitada para basar sobre ella tan grandes conclusiones, y Bryan pidió más tiempo y más información.

Pero los expertos se burlaron. Se rieron de él. Lo hicieron broma. Los más grandes científicos sabían que el Hombre de Nebraska tenía un millón de años. El Juicio de Scopes acabó. Bryan murió. Pero la historia no se terminaba.

En 1927, dos años después del Juicio de Scopes, descubrieron el esqueleto del cual se había hallado el diente. Se reveló que el diente, en el cual basaban el Hombre de Nebraska, ¡era un cerdo! ¡Era el diente de un cerdo! Era un cerdo el extinguido en los Estados Unidos, pero que antes se hallaba por todas partes en el continente.

¡Esos eran los que se reían de William Jennings Bryan! ¡Esos eran lo que inventaron una raza entera del diente de un cerdo! ¡Esos eran los que dijeron que la raza humana era de un millón de años, ¡por la evidencia del diente de un cerdo! El Hombre Nebraska. Uno de los engaños de la antropología.

Después un gran descubrimiento científico se llamó el hombre del Sudoeste de Colorado. Se ha revelado que este nuevo “descubrimiento” fue construído del diente de un caballo.

“Danos un diente,” dicen los expertos, y crearemos una raza entera de la humanidad.”

EL HOMBRE MONO DE JAVA

Ahora llegamos al más famosos de los antropoides que supuestamente son nuestros antecesores – el hombre Mono de Java, Pithecanthropus Erectus. Pithecus – la palabra Griega para hombre. Erectus – de pie. Así que “Pithecanthropus Erectus” – el Hombre Mono que se para eregido. El Hombre Mono de Java (Pithecanthropus Erectus) es el más famoso de todos estos “descubrimientos” antropológicos.

En 1981, el Dr. Eugene Dubois, gran evolucionista, médico en la Armada de Holanda que estaba estacionado en Java, halló en la parte central de Java un pequeño pedazo de calavera, un pedazo de fosil del hueso de pierna, y una muela. No se hallaron al mismo tiempo juntos. Los hallaron en un río con mucha basura y huesos fosiles de animales extinguidos. Los evolucionistas dijeron que la criatura vivió hace setecientos mil años.

El Dr. F. Stuart Chapin, en su libro [Evolución Social] Social Evolution (Century Company, 1913) dijo, “Tuve suerte que las partes más distintas del marco humano se habían conservado, porque de estos especimes pudimos reconstruir el ser entero. Este hombre estaba entre el antropoide y el hombre que existe hoy.” En palabras comunes el Dr. Chapin llamó al “Hombre Mono Java” un eslavón perdido entre el hombre y el mono, entre los seres humanos y los antropoides.

Pero los científicos desde el principio tuvieron diferencias tocante a estos huesos. Algunos dijeron que eran de hombre, otros de un mono, otros de un gorila. Un experto escribió, “Poco despues de este descubrimiento, veinticuatro de los científicos principales de Europa se reunieron. Diez dijeron que los huesos eran de un mono; siete que de hombre; y siete que de un eslavón perdido.” El profesor Professor Virchow de Berlin dijo, “No hay evidencia de que todos esos huesos son partes de la misma criatura.” Aun H. G. Wells, el historiador que creía en la evolución admitió que esos huesos eran de un mono, o de más de dos. Y finalmente, el Dr. Dubois mismo, el que descubrió y los identificó como el eslavón perdido, retiró su opinión y llegó a la conclusión de que los huesos eran de algun mono gibón [un tipo de simio].

Esa es la base del famoso “Pithecanthropus Erectus” hallado en los museos y los libros que dicen describir la evolución del hombre.

Poco después comenzó la busqueda por otro “Pithecanthropus” en Java. Otro “Pithecanthropus” fue descubierto en el centro de Java. El articulo que salió en el periodico sobre este segundo decía, “La Calavera Perfecta del Hombre Prehistórico, el Eslavón Perdido. El Profesor Heberlein, del Servicio Médico del Gobierno de Holanda ha descubierto en Trinal, en Java Central, una calavera completa de una criatura semejante a un simio que algunos llaman ‘el eslavón perdido’ y la ciencia lo llama ‘Pithecanthropus Erectus.’ El hallazgo del Professor Heberlein que está completo y bien, estará en la India Este Holandesa, ya que el transporte de tales relicas está prohibido.”

¿Pero qué era este maravilloso descubrimiento? Resultó ser la rodilla de un elefante extinguido – ¡otro de los engaños de la antropología!

EL HOMBRE DE HEIDELBERG

Otro famoso “hombre-mono” que se ha exhibido en museos y ha sido retratado en libros de biología se conoce como el Hombre Heidelberg. Este tal llamado “hombre temprano” fue reconstruido de una mandibula, que el Dr. Schoetensack halló en Heidelberg, Alemania. Al principio se dijo que tenía setecientos mil años. Luego, dijeron que solo trescientos setenta y cinco mil años. Cualquier calculo bastaba. ¡Uno era tan bueno como el otro!

Esta mandibula también causó división entre los antropólogos. Algunos dijeron que era un eslavón que conectaba al hombre y a los monos. Otros que no servía de nada. Uno de los científicos dijo, “Estos restos no muestran ningun trazo de estar entre el hombre y el mono antropoide.” Otro científico dijo que se parecía a la calavera del Esquimal moderno. Otro científico dijo que puedes ir a cualquier ciudad y hallar a alguien con la misma forma de mandibula que el “Hombre Heidelberg.”

Todo lo que tomó era una creación de yeso, formando de un pedazo de mandibula el cuerpo como de simio, que se creó por pura imaginación, y se puso en museos, donde se dijo, “Esto prueba la evolución del hombre.” Otro engaño de la antropología – ¡El Hombre de Heidelberg!

EL HOMBRE DE PILTDOWN

La siguiente “muestra” más famosa de la teoría de evolución es el “Hombre Piltdown.” En 1912 un experto de fosiles, principiante, llamado Charles Dawson llevó unos huesos e implementos primitivos al Dr. Arthur Smith Woodward, un reconocido paleontólogo del Museo Inglés. Dawson dijo que halló los huesos en Piltdown, al sur de Inglaterra. Llevó un pedazo de mandibula, dos muelas, y un pedazo de calavera. Los antropólogos dijeron que era posiblemente de un millón de años.

Se escribió mucho del “Hombre de Piltdown.” De estos pedazos se hicieron figuras de yeso del cuerpo entero. Hicieron retratos para libros de biología. En la Enciclopedia Británica se llamó al “Hombre Piltdown” segundo en importancia comparado al “Pithecanthropus Erectus.” El Dr. Henry Fairfield Osborn, famoso paleontólogo del Museo Americano de Historia Natural, dijo que “El Hombre Piltdown” era de “incuestionable edad más alta [y] parece ser de mayor edad geológica que Pithecanthropus, el Hombre-Mono Trinal.”

Entonces el engaño fue descubierto: en la edición de Octubre de 1956 de la revista Reader’s Digest se resumió un articulo de Popular Science Monthly [La Ciencia Popular Moderna] titulado “El Gran Engaño de Piltdown.” Por fin se había descubierto que la madibula era de un mono que se había muerto solo ciencuenta años antes. Los dientes se habían limado para esconder su forma original, y ambos dientes y el pedazo de la calavera se habían pintado de bicromato de potasa, ¡para que se vieran viejos! De eso crearon al “Hombre Piltdown” y lo pusieron en el Museo Británico y pusieron su retrato en los libros que los niños estudiaron por varias generaciones. Y fue este engaño creado artificialmente que se usó contra Bryan en el Juicio de Scopes. ¡Un engaño más de la antropología!

Ahora, jovenes, esa fue la versión simplificada del famosos sermón del Dr. W. A. Criswell “The Hoaxes of Anthropology.” El Dr. Criswell fue gran pastor, gran escolar, con doctorado en el Griego del Nuevo Testamento, de Southern Baptist Theological Seminary in Louisville, Kentucky. Me alegra que el Dr. Criswell hizo esta información disponible para nosotros hoy. He abreviado un poco su mensaje, y arreglé ciertas palabras, para que tu generación la entendiera mejor. La pregunta que viene a mente es esta – ¿por qué inventan estos científicos estos fraudes? Yo creo que la respuesta es simple. ¡Recurrieron a estos engaños porque no hay prueba verdadera de que el hombre evolucionó de formas menores! Por lo tanto, sin pena nos paramos con las palabras del Libro de Genesis,

“Y creó Dios al hombre” (Genesis 1:27).

¡No hubo evolución para nada! En Genesis no se dijo nada de ningún tipo de evolución, teísta o no – en la Escritura solamente se nos dio la simple y clara declaración:

“Y creó Dios al hombre” (Genesis 1:27).

Pero el hombre cayó por el pecado y fue arruinado, alejado de Dios, en la condicion humana de hoy. El pecado arruinó y degeneró al hombre de tal modo que Dios envió a Jesús – a morir en la Cruz, para pagar la pena de nuestras transgresiones – para restaurar al hombre perdido a su justicia y perfección original.

Cristo ha resucitado. Él está vivo a la diestra del Padre en el Cielo. Ven a Él por fe y tu pecado será limpiado por Su Sangre, ¡y tu alma será “renacida” de los muertos por Su vida! (Juan 3:3, 7). Ven a Cristo. Descansa en Él por fe solamente, y serás salvo todo el tiempo y toda la eternidad.

(FIN DEL SERMÓN)
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en www.realconversion.com. Oprime “Sermones en Español.”

La Escritura Leída por Dr. Kreighton L. Chan Antes del Sermón: Genesis 1:26-31; 2:7.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“I Know the Bible is True” (por B. B. McKinney, 1886-1952)

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